Andrés
Voca: en tiempos del Rey Alfonso VIII, siendo pontífice Alejandro III en 1160, habitaba este gran labrador muy
rico.
Los
historiadores de Medina del Campo vincularon el origen del Castillo
de la Mota a la figura de Andrés Voca, Este personaje aparece
en algunas Crónicas, como la de Pedro Niño, conde
de Buelna, obra de Gutierre Díez de Games, que lo incluye
con los tercios medinenses en las batalla de las Navas de Tolosa.
Pese al relato son muchos los que dudan de su existencia, pero
en Medina se forjó esta leyenda que todavía se recuerda.
Cuenta
la tradición que en los últimos años del
siglo XII, en tiempos del rey Alfonso VIII, vivía en Medina
un rico labrador llamado Andrés Voca, que poseía
más de 200 yuntas de bueyes y que tenía muchos operarios
destinados a trabajar sus tierras y a construir y reparar aperos
de labranza.
Era
Voca tan buen vasallo que asistió con su gente a la funesta
jornada de Alarcos y a la famosa de las Navas de Tolosa. Pero,
más tarde, envidiado por sus convecinos fue denunciado
al rey como fabricante de monada dando algunas falsas razones
que tenían cierta apariencia de verdad. En rey que lo tenía
en buen concepto por sus servicios anteriores no hizo caso de
la denuncia, pero pudo tanto en él maledicencia, que al
fin llegó a dudar y llamándole a su palacio le requirió
para que declarase si era cierto el delito que se le imputaba,
a lo que Voca contestó:
Señor,
quien lo ha dicho dijo verdad, pero suplícole que ya que
lo he confesado y mi delito está relevado de prueba, que
antes de que se proceda contra mí, V.A. me haga una merced,
y es que al amanecer, se digne visitar mi casa para que pueda
ver el medio que tengo de fabricar moneda, y prometo a V.A. que
por la ida y por la honra que me hace al visitarla he de corresponderle
yo con un gran servicio.
Al
rey le gustó mucho la respuesta de su vasallo, y excitada
su curiosidad le prometió cumplir sus deseos; y lo hizo.
A la mañana siguiente se presentó con su corte en
la casa del labrador. Entró en un patio muy grande rodeado
de fraguas donde una multitud de operarios estaban trabajando,
mientras que otros salían con sus yuntas a labrar la tierra;
el rey quedó admirado de ver tanta obra en casa de un labrador,
comprendiendo entonces la grandeza de Andrés Voca, y éste
le dijo:
Señor,
vea V.A. de la manera que se hace moneda en mi casa; pero en pago
de la merced que me ha hecho al honrarla con su presencia, prometo
poner por el suelo el castillo viejo que está en la ciudadela
y hacer uno nuevo que desde los puertos de mar hacia la tierra
adentro no se halle otro como él.
Añade
la historia que el honrado Andrés Voca cumplió fielmente
su palabra y construyó un castillo que constaba de cuatro
paredes muy fuertes, rematado por unos robustos estribos y coronado
de almenas (Nicolás, A., 1903:85 y ss.)
Fundó el Monasterio
de San Saturnino.
Regresamos al castillo de la Mota...