Durante
los siglos XV y XVI, el comercio de exportación de piezas
artesanales y artísticas
de los Países Bajos alcanzó un elevado desarrollo,
especialmente entre los territorios por entonces unidos bajo una
misma corona. Quizá las piezas de elaboración industrial
que gozaron de mayor difusión fueron las campanillas "de
Malinas", denominadas así por proceder de esta ciudad
de la región de Brabante. El éxito del modelo es indiscutible
y prueba de ello es que, a partir de ejemplares importados, se realizaron
moldes con los que obtener copias absolutamente idénticas.
Todavía hoy podemos encontrar muchos ejemplares de campanillas
de esta tipología en numerosas iglesias y conventos de toda
España, ya sean piezas originales flamencas o copias realizadas
en talleres hispanos.
Estas
campanillas suelen presentar unas características muy bien
definidas: De pequeño tamaño, son siempre de perfil
esquilonado y suelen formar pieza entera con el mango -a veces formado
por figuras unidas entre sí- si se trata de campanillas de
mano, o presentar un agujero en la zona superior para poder afianzarla
a un soporte o pequeña melena, en caso de tañirse
con una cadena; es muy general encontrar piezas de esta última
modalidad a las que se las ha aplicado un mango de hierro para convertirlas
en campanillas de mano.
Sin
embargo, la peculiaridad que las identifica fácilmente es
la decoración que presentan en su superficie. Los motivos
ornamentales suelen ser animales y figuras de carácter mitológico
tocando instrumentos musicales, alternándose con guirnaldas,
cabezas de angelotes y elementos vegetales entrelazados. En el pie,
es frecuente encontrar inscripciones que recogen el nombre del artífice
que fundió la pieza y el año de elaboración,
o bien el fragmento de un salmo o una frase piadosa.
Las
campanillas que se exponen en el Museo responden fielmente a la
tipología reseñada. Las tres están fechadas
en las décadas centrales del siglo XVI. La primera de ellas
tiene el mango de hierro y unos motivos decorativos muy difundidos,
alusivos al mito de Orfeo tocando la lira que le había regalado
Apolo y con la cual adormecía a las fieras (de aquí
que aparezcan dos monos, uno de ellos tañendo un instrumento,
un pájaro sobre un pedestal y un conejo), entre guirnaldas
y motivos vegetales; en el hombro aparece también esta decoración
vegetal y en el borde leemos, entre tres cordones arriba y uno abajo,
la inscripción "ME FECIT IOHANNES AFINE Aº 1549",
nombre que ha sido identificado con el artífice Joannes van
den Eynde, activo en Malinas en aquellas décadas. La fechada
en 1556 presenta nuevamente el mito de Orfeo en su superficie, aunque,
en este caso, la leyenda del pie dice: "BENEDICTVS SIT NOMEN
DOMINI" ("Bendito sea el nombre del Señor");
a lo largo de la parte central del vaso se descubre la fecha: "Aº
1556". Por último, en la restante, aparecen medallones
y representaciones de San Miguel y Santiago, con la frase "DA
GOT BOVEN... A V" al tercio y "GHEGOTEN INT IAER MDLVII"
("Fundida en el año 1557") al pie.
Además
de pasajes mitológicos, como el ya visto de Orfeo, otros
temas frecuentemente representados en estas campanillas son de procedencia
bíblica, como el de Judit y Holofernes; o evangélicos,
como el clásico de la Anunciación de María,
escena que nos recuerda su uso en el toque diario del Ángelus.
Entre los más afamados broncistas y fundidores que realizaron
campanillas de esta procedencia, cabe destacar a los Van den Guein
(Joannes I y II, Petrus I y II), el citado Joannes van den Eynde
y Adriaen Steiilaert.
Más
información puede encontrarse en Van Doorslaer, G., L'ancienne
industrie du cuivre à Malines. Malinas, 1922, v. IV, y en
el catálogo de la exposición Vijf Eeuwen klokkenkunst
te Mechelen. Mechelen, 1998).