20-03-10 - Los límites de Castilla. El octágono castellano.
Introito/Presentación:
1. A mi manera de ver las cosas, las leonesas y los leoneses de la Provincia de León deberían, de cara al exterior, aparecer como unidos a toda Castilla.
Resulta que, tras el Estatuto de Cataluña, todo ha cambiado, y cuanto antes lo comprendamos será mejor para todos.
Es prácticamente un Mini Estado el que se consagra en Cataluña con el nuevo Estatuto. A Castilla, en esta situación, no le conviene ni un minuto más dejar que las competencias que ha asumido Cataluña, -o en su caso Andalucía o Valencia, etc.- permanezcan ni un minuto más en las estructuras del Estado; es decir, debe reclamarlas todas para sí Castilla, bien y pronto, [Ver mi escrito "Castilla, España asimetrías y naciones en España" (adjunto)], pues si no lo hace resulta que Cataluña se administrará ella sola, ya prácticamente como un Estado propio, -y el Tribunal Constitucional TC, no lo va a resolver-, con lo que Instauraría un nuevo Estado Confederal español, o una confederación de Estados (de momento Catalunya vs España), pero asimétrica. Pero, a su vez, Cataluña y Andalucía y Valencia... seguirán mandando en España, léase en Castilla, vía las Estructuras unitarias del Estado, si Castilla no reclama esas competencias para sí. Digo que, ante esa situación, a Castilla Unida no le interesa seguir ni un minuto más en este 'Estado confederal' chapucero, y debe reclamar para sí, para Castilla, todas las competencias. O que Cataluña abandone las estructuras del Estado (Senado, Congreso, ejecutivo) en las competencias que haya asumido en exclusividad o que haya blindado. (Como, otro ejemplo, el PNV, con Concierto Económico Vasco propio, debería ausentarse del Congreso cuando se trata sobre la Hacienda del resto de España, etc.). Por coherencia.
Este es, españoles, el galimatías gravísimo en el que ZP ha metido a España, tras azuzar el nuevo Estatuto de Autonomía que nadie pedía y que fue muy poco votado, desde el radicalismo, ridículo, insensato y suicida de un castellano de Valladolid, que no nació en León. Ahora que ERC se hunde en la intención de voto aquí en Catalunya, se ve claro.
2. Y digo que León, dentro de Castilla, ya puede dedicarse a defender sus cosas específicas, que nadie le niega, y que sea dentro de la Comunidad de Castilla y León, que le respeta el nombre... pues lo mismo, igual. Lo que no podemos hacer es oponer a grandes Comunidades, de cara a ese Estado Confederal o confederación de Estados latente, entes como "La Rioja" o como "Cantabria" o "León" o "La Mancha" o "Madrid", cada cual por su lado. En la España confederal que se vislumbra, quiero toda Castilla Unida, con sus posibles autonomías internas, pero desde y dentro de Castilla.
Al órdago confederal que supone el nuevo Estatuto de Cataluña, al que el Tribunal Constitucional no se atreve a hincar el diente -Confederal asimétrico, pero que no renuncia Catalunya a mandar en el resto de España-, Castilla debe responder unida 'como un solo hombre', como un solo ser, masculino o femenino. Castilla Unida.
Los límites de Castilla. El octágono castellano.
Por E. de P.
[Este es un artículo, una parte del trabajo más amplio titulado “Castilla coronada” (Ver la ilustración-mapa número 5 de dicho trabajo) del mismo autor].
Llamamos octógono a la figura, polígono de ocho ángulos y ocho lados. Los límites de Castilla pueden reducirse a ocho lados que, si bien no son una línea recta perfecta cada uno de ellos, ni son todos iguales de largo, sí que nos pueden dar una idea bastante octagonal de los límites del territorio de Castilla.
Veamos primero los límites.
Castilla limita al norte con Asturias y el mar Cantábrico. Al nordeste con el País Vasco y Navarra. Al sur con Andalucía y Murcia. Al este con Aragón y la Comunidad Valenciana y al oeste con Extremadura, Portugal y Galicia.
Veamos ahora los lados
Los ocho lados del octágono los obtenemos de la forma siguiente.
Por el norte, Castilla limita con toda la raya de Asturias a lo largo del límite con la provincia de León y con el mar Cantábrico, con su prolongación de la raya, la costa del mar Cantábrico a lo largo de toda la costa de Cantabria. Lado 1.
Por el nordeste, Castilla limita con el País Vasco y Navarra, los que tocan el norte de la Provincia de Burgos (con Vizcaya y Álava) y La Rioja (con Álava y Navarra). Lado 2.
Por el este, Castilla limita con Aragón, tierra que tocan las provincias de Soria, Guadalajara y Cuenca, la primera con la de Zaragoza y las otras dos con la de Teruel (Lado 3) y con la Comunidad de Valencia y su provincia homónima, que tocan las de Cuenca y Albacete. Lado 4.
El lado 5 es la raya de Castilla con la Región de Murcia (sólo con la provincia de Albacete) y el lado 6 es el límite entre Castilla y Andalucía -o la Novísima Castilla de los reinos cristianos medievales-, con las provincias de Jaén y Córdoba, las que tocan las de Albacete y Ciudad Real en el lado norte, en Castilla.
El límite con Extremadura –Extremadura leonesa o castellano-leonesa, sobre la que volveré más adelante–, no es una línea recta sino más bien curva pero podemos simbolizarla y conceptuarla como el lado 7 del límite con Castilla. Badajoz toca con Ciudad Real y Toledo y la provincia de Cáceres lo hace con las de Ávila y Salamanca.
Finalmente, el Lado 8 es la larga frontera, en línea más o menos recta, que nunca lo es del todo, con Portugal (que toca Salamanca y Zamora) y con Galicia (que tocan Zamora (con Orense) y León (con Orense y Lugo).
Ya tenemos la figura octogonal del territorio de CASTILLA entera.
Identidad completa
Se observa, desde hace años, un intento de minimizar la presencia de Castilla y de lo castellano, de anular el mismo concepto de lo castellano completo, en el entramado autonómico actual de España, o de la España actual habría que decir. Lo he denunciado reiteradas veces por rescrito.
Obviamente, a Cantabria y La Rioja, si exceptuamos al castellanismo militante, y bien vivo hoy gracias a Dios, ya nadie las conceptúa como Castilla ni califica de castellanas.
A Madrid y provincia, que es Castilla, ni se les pasa por la cabeza decirle Castilla y a sus moradores o nativos castellanas y castellanos.
Cabría esperar que por lo menos a las dos Autonomías que llevan el nombre o la palabra Castilla en su nombre, sí.
Pues ni por esas.
Hay un movimiento, que no me atrevo a calificar de coordinado en todos los casos (sólo en algunos, en las periferias) en primer lugar de despojar de su condición, y de la palabra “castellano” “castellana”, a todo lo que se produce y tiene efecto en la actual Comunidad de Castilla-La Mancha. Es todo allí “manchego”. O eso pretenden.
Aquí, en esto, coinciden los “mancheguitas” conscientes o no, organizados o no, de toda laya y origen; a veces los perezosos, otras veces los ahorradores de palabras –o de saliva–, y otras sencillamente los ignorantes, acerca de lo que sea Castila en su Historia y extensión. La Comunidad de Castila - La Mancha es Castilla la Nueva más Albacete menos Madrid. Pues ni por esas.
Este ‘mancheguimo’ contra Castilla que algunos usan dentro, tiene lugar más bien fuera de Castilla-La Mancha y me atrevería a decir que se cobija en la capital de Reino. No sé la causa.
Otra cosa es los de fuera: los que odian a Castilla. Los que desde diversas periferias despectivamente la denominan “La Meseta”, los que la ningunean hasta el nombre. Esos, se regodean calificando de “manchego”, digamos que como para molestar, digamos que como para ofender, -digamos que como “para joder” que diría el gran CJ Cela- cualquier evento o suceso, y de “manchega” cualquier actividad o persona, igual de Toledo que de Guadalajara, lo mismo Cuenca que de Albacete, o de Ciudad Real, sea o no de la comarca de La Mancha castellana (en todo caso castellano-manchega) que está, junto con otras veinte comarcas, dentro de Castilla la Nueva, hoy autonomía de Castilla - La Mancha.
Hay un tercer movimiento, este igualmente desde la periferia, que no tiene tampoco nada de ingenuo, de bien intencionado, que insiste mucho en eso del carácter castellano de Valladolid. Mucho. Para que se note más su ausencia en los otros casos. Una y otra vez insisten en: “la ciudad castellana”, para Valladolid, pero sólo para Valladolid. Valladolid que lo es (castellana) ciertamente, -aunque fue fundada por un leonés-, pero que es buena síntesis de lo castellano-leonés. Sin embargo, y esto es clave, con el olvido del carácter castellano de las otras provincias y capitales (¡no vaya a ser que propaguen en exceso el castellanismo!…) otras ciudades y tierras que pasan a ser Ávila y abulenses, Segovia y segovianos, Burgos y burgaleses, Soria y sorianos, Palencia y palentinos, y así... Como por ejemplo el ciclista Pedro Delgado, ganador de un Tour de Francia: que será siempre segoviano, pero nunca castellano. Nunca. El caso es desvirtuar a Castilla y lo que sea Castilla y lo castellano.
Otros, como un escritor catalán que yo me sé, se van a la comarca más pobre y atrasada de la provincia castellana más pobre, Soria, visitan dos docenas de pueblecitos y titulan su obra escrita ”Viaje por Castilla”, sin especificar si ese viaje por Castilla agotó el territorio de Castilla o se le quedó algún kilómetros cuadrado en el tintero.
Eso, lo lee un extranjero incauto, o una victima de la LOGSE, y se cree que Castilla es esa comarca despoblada, pobre, atrasada, medieval, de Soria y sólo esa.
¡Deben pensarse que ahora ya todos en Castilla se chupan el dedo, incluso de maduros y hasta de viejos. Es que si no se entiende!
Son diversas formas de tergiversar la realidad de Castilla y hasta de destruir el concepto de lo que Castilla sea y signifique en el contexto de España y su Historia.
Unos lo hacen tal vez de forma inconsciente, pero en otras periferias, estoy seguro de que no es así.
Soy de los que piensan que en buena medida La Transición política en España (y ya otros sé que dicen lo mismo ahora) tuvo ‘también’ como objetivo, -en algunos de sus actores, que confluyeron por diversas causas, en lo mismo-, el destruir Castilla o por lo menos hacer desaparecer de la Memoria de los españoles lo que Castilla sea o lo que Castilla hizo y fue. Que por motivos ideológicos obtuvieron el apoyo hasta de algunos capitalinos, y hasta de algunos castellanos, no me cabe duda. En fin, en el país de la envidia (España) y del resentimiento histórico (España) casi no cabría haber esperado otra cosa.
Contra ello combatimos. Porque, poco a poco, hay que ir desandando El Camino y hay que deshacer el camino equivocado y emprender otros mejores, para cada uno de nosotros y para Castilla y los castellanos y por supuesto para el conjunto de toda España. Miguel Delibes nos ayudará, desde el Cielo.
Bcn, 18 de marzo de 2010.
Eduardo DE PRADO ÁLVAREZ.-
--------------------------
© Copyright by Eduardo de Prado Álvarez, Barcelona, España, dieciocho de marzo de dos mil diez.-
