Hospital de
San Lázaro
el Pobre:
Fue
agregado
al Hospital
de Simón
Ruiz con
la oposición
de algunos
corregidores
por tener
muchas prerrogativas
de pontífices
y reyes y
que de allí
habían
salido muchos
enfermos curados
cada año
teniendo destruida
toda su salud
de sus males
contagiosos,
entre otros,
lepra.
Hasta su refundición,
fueron recibidos
todos los
pobles que
fueran enfermos
del mal de
San Lázaro
y no otras
enfermedades,
siendo visitados
por un médico
con toda diligencia
y amos como
asimismo un
hospitalero
de buena familia
y fama que
mire por la
salud de los
pobres y los
cure con mucha
paciencia,
siendo controlado
por el mayordomo.
Si falleciera
algún
enfermo éste
se encargaría
de hacerle
la mortaja
poniéndole
dos cirios
y que todos
vayan a enterrarlo
rezando cinco
padres nuestros
y tres avemarías.