Popularmente
conocida como "La Borriquilla" representa la entrada triunfal
de Jesús, a lomos de un pollino (Jn, 12, 12-19) en la "Ciudad
Santa", encarnada en la mañana dominical de palmas y ramos
en la vistosa y amplia Plaza
Mayor
medinense. El grupo imaginero fue sufragado por suscripción
pública en 1945, adquiriéndose en la hoy centenaria
fábrica gerundense de "Arte Cristiano" de Olot, con
antecedentes en el siglo XVII, y porterios reconversión en
taller imaginario, en el que numerosos artesanos reproducen en pasta
de cartón-piedra, las imágenes del santoral católico,
Joaquín Vayreda fue el fundador en el siglo XIX del primer
taller de Olot, conocido como Vayreda y Cía.
Entre la Pléyades de artistas que allí colaboraron, cabe destacar, a modo de resumen, a Eusebio Arnau y Mascort, Miguel Blay Fábregas, los hermanos Juan y José Clará Ayats, Felipe Coscolla y Plata, Joaquín Ferrés y Quirós, Juan Llagostera y Torrent, Leoncio Quera Tisner, Alberto Rosa y Ribas, Juan Sala y Giralt, Narciso Salgueda Pascual y Fray José María de Vera. El Catálogo de modelos suma los 762, conforme en calidad, a la advocación y dimensiones de los mismos.
No deja de ser contradictoria la actual ausencia en Olot de procesiones penitenciales, hecho que sí acontece en localidades próximas a la Garrotxca, como Besalú o Mieres, si bien la capital comarcal continúa siendo el centro de la imaginería sacra, con asociaciones cofradieras activas hasta la década de los 70.
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La Borriquilla (Olot, 1945) |
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El
autor del molde del grupo conocido por "La Borriquilla"
Fue Jaime Martrus y Riera (Manresa, 1883 - Barcelona 1966), prolífico
artista que figuró como director técnico y destacado
dibujante, escultor, medallista y caricaturista. La aceptación
del conjunto está patente en numerosas localidades de la geografía
castellana y leonesa, como los procesionados de igual factura en Peñaranda
de Bracamonte o la propia capital salmantina, León, Ávila,
Toro (Zamora), Burgos, Soria y zonas colindantes con Tarancón
o Mota del Cuervo (Cuenca), Alcalá de Henares (Madrid) Calahorra,
Haro y Logroño, en la Rioja.
La existencia de conjuntos "comunes" en las poblaciones citadas, responde a la reciente eclosión cofradiera en la gloriosa advocación de "Jesús entrando en Jerusalén", garante de la incorporación infantil entre las filas cofradieras, a tono con el alegre pasaje representado, carente del dramatismo pasional y acusado componente barroco de otros grupos.
Iconográficamente, en pasaje es reconocido en los sinópticos al incidir en el traslado de Jesús desde Batania hasta Jerusalén, acompañado por sus apóstoles y seguidores para entrar a lomos de un asno, triunfalmente aclamado por el pueblo.
El evangelio de Nicodemo alude a los pueri hebreurum, que tenía ramas en sus manos y echaban sus vestiduras bajo el pollino, vinculando el pasaje l publicano Zaqueo, cobijado en una palmera para presenciar mejor el cortejo presidido por Cristo. Lucas sitúa la narración en Jericó.
Según los racionalistas, la historicidad del pasaje es dudosa, al tener que utilizar Cristo una profecía de Zacarías y realizar una entrada poco acorde a su dignidad, sin ser inquietado por las autoridades civiles o religiosas.
La narración recoge la búsqueda de la burra o el asno de los apóstoles, éste último, blanco, símbolo del triunfo cristiano. En Oriente se representa a Cristo sentado de lado, en conocida compostura "a la amazona", en aptitud similar al grupo medinense. En Occidente será "a horcajadas" o con los píes casi tocando el suelo. La prefigura bíblica se remonta al triunfo de David en su victoria contra Goleta.
La escena gozó en el componente plástico-compositivo de la algarabía y acompañamiento popular, al ser procesionado prácticamente en la totalidad de las poblaciones de la extensa geografía peninsular. Entre los grupos m´ñas antiguos figura el vallisoletano, escasamente documentado y resuelto con acusada ingenuidad en madera y lienzo encolado para ser procesionado cada Domingo de Ramos, desde la penitencial de la Vera Cruz.
Texto:
Antonio Bonet
Curiosidades:
La imagen procesional de la Borriquilla se adquirió en Medina
del Campo por suscripción popular en el año 1945, principalmente
gracias a las aportaciones de los niños de las catequesis.
En sus primeros años se procesionaba sobre un carro fabricado
con ruedas de bicicleta. Es la única procesión de cuantas
se celebran en la villa donde se rompe el silencio que caracteriza
las procesiones de Medina del Campo debido a la algarabía y
alegría de los niños por acompañar a Jesús