Sintiéndose gravemente enfermo Juan
de Juni, firmó su testamento en Valladolid el 8 de abril
de 1567.
Entre las obras pendientes de cobro, declara haber realizado
un retablo y un Cristo por encargo de Francisco
de Dueñas y Hormaza, vecino de Medina del Campo, Sin
más descripciones, el documento especifica que el retablo
había sido asentado en una capilla de la huerta de su
residencia y que el Cristo era para un pariente suyo apellidado
Quadrado. Este testimonio ha servido para establecer la hipótesis
de que el grupo con el tema de la Piedad, que hoy se encuentra
en la Colegiata de San Antolín, presidía un pequeño
retablo en la capilla de la deslumbrante finca de recreo de
Casa Blanca, a poca distancia
de la villa de las ferias, antes de pasar primero al convento
de los Fajardas y después a la Iglesia
de la Vera Cruz. A favor de esta posibilidad juegan la evidencia
de que se trata de una obra pensada para retablo, compuesta
como un altorrelieve de plenitud muy superior a la impresión
que da la contemplación frontal, y la colaboración
de Juni en otros edificios en los que intervinieron los famosos
escultores en yeso Jerónimo y Juan del Corral.
El estilo representa una cronología
dentro de los últimos años en la producción
de Juan de Juni, otra razón para admitir que pudiera
tratarse de la obra citada en el testamento. En dicho periodo,
el expresionismo patético anterior da paso a una escultura
más sosegada en la que el movimiento parece congelarse.
De este aspecto es particularmente ilustrativa la mirada ausente
de la Virgen, centrada en la unión de su mano con la
de Jesús.
Con un concepto naturalista de la escena,
se abandona la composición tradicional, en la que, María
estaba sentada en un banco con el Cristo sobre sus rodillas,
situándola en el mismo suelo con su pierna izquierda
levantada para sujetar el cuerpo de su Hijo. La atribución
a Juan de Juni, admitida unánimemente, se sustenta en
aspectos formales, como el tratamiento del plegado, y en la
extraordinaria capacidad para reproducir el cuerpo sin vida
y desencajado. La restauración a la que está siendo
sometida permitirá recuperar la calidad de la policromía,
con encarnaciones a pulimento frecuentes también en el
último periodo. En suma, proceda o no de Casa
Blanca, se trata de una obra crucial en el patrimonio artístico
de Medina del Campo, realizada por un gran escultor que trabajó
para una de sus principales familias de banqueros.