Insigne hombre de ciencia y autor de una manuscrito que le consagra como el ingeniero hidráulico más importante de su época; en él cuenta también que en 1581 el río Zapardiel creció grandemente y fue Dios servido que no me hizo daño notable en el molino para dejar de moler. El día 10 de septiembre de 1576, empieza a construir uno de sus molinos junto al río Zapardiel, dato que hace constar en su diario.
En el mes de diciembre de 1577, escribe el folio 30 de su manuscrito en el que aparece uno de los diseños de lo que puede considerarse un antecedente de las actuales turbinas a reacción.
(Medina del Campo, España, mediados del siglo XVI - ?), fue cronista de su villa y estudioso de la mecánica, considerándosele un técnico importante de su tiempo.1
Dejó escrito un códice "para acordarse" y "porque lo sepan sus hijos", que abarca desde el año 1547 hasta el 1585. Dice que lo hizo de memoria y la mayor parte de él se escribió en 1577. En él se recogen sus dos pasiones: Medina del Campo y la mecánica. Hizo crónicas de los sucesos acaecidos en su villa y realizó el proyecto de escribir una historia de Medina del Campo, pues era un hombre de perfil culto para su época.
De su pasión por la mecánica dejó, en el códice que de él se conserva, información sobre diversos pozos que se construyeron, acompañados del dibujo correspondiente. Ello constituye un valioso legado sobre la ingeniería y tecnología de búsqueda y encauzamiento de aguas en la España del siglo XVI.
Francisco de Lobato, dibuja uno en su manuscrito fechado entre 1547 y 1585. Da noticia que se estaban empezando a construir en el rio Adaja sobre las poblaciones de Valladolid, Dueñas y Cabezón. Esta tecnología permitió aprovechar la energía de acequias con grandes caudales que carecían de suficiente altura para un salto convencional.
.jpg "Retrato de Retrato de Francisco Lobato del Canto. Autor: Eulogia Merle.")
