Pocas carreras hay tan intensas como la de Moncho Monsalve, vallisoletano de cuna, donostiarra de vocación y murciano de adopción. Y ahora que vivimos días de fe ciega en los sueños, construyamos alrededor de quien fue jugador internacional y entrenador todoterreno... un cuento de Navidad.
José Manuel Monsalve Fernández llegó al mundo el 1 de enero de 1945 en Medina del Campo.
Imaginemos que nos roban el balón, y por tanto, el entusiasmo en un mundo donde Harden y otras estrellas creen que todo es uno contra uno; con pívots como Embiid que miran más al móvil que al partido cuando están en el banquillo, donde ciertos deportistas contratan antes un escriba para tuits que un técnico para su tiro, donde hay quien confunde la rotación con la negación del respeto al público que paga la entrada para ver a Llull o Kawai... donde meter uno de cada tres triples es considerado puntería.
Vale, los cambios son buenos, son la sangre de todo avance pero conviene repensarlos y no medir la vida solo en puntos y likes.
Moncho Monsalve, moderno de pueblo con causa y amigos en media galaxia, abrió su carrera de entrenador en 1972 cuando su castigado cuerpo dijo basta a la brega bajo el aro.
Así, por desparpajo y pasión, fue poniéndole bolas de colores al árbol de nuestro básquet, viajando a Italia (entrenó a Hollis), EE. UU... haciendo amistades a mares (Oscar Schmidt envió un vídeo para su homenaje en 2016), devorando saber, libros, charlas, películas de 8 mm, vídeos, discos... vida. Tras entrenar a Huelva, Barcelona, CAI, Málaga, OAR Ferrol, Pallacanestro Varese, Náutico Tenerife, Castilla Valladolid, Cantabria Lobos y a las selecciones de República Dominicana, Suiza, Túnez, y sub'21 de Marruecos... empezó a retar los kilometrajes de ilusión de Papá Noel y los Reyes Magos. Y cuando parecía cansado, ganó en 2009 el Torneo de las Américas con un Brasil liderado en la final por Barbosa y Splitter.
Su alegre verbo exagerado que tanto amamos muchos pasó por TVE y varias emisoras de radio, e incluso tuvo su propio programa, Basket y Music, en la SER.
En la era pre-Gasol, cuando España como selección sufría tanto que se armaba el belén del enfado, su fraseo (polémico a veces) insuflaba aliento con la campechanía del Santa Claus feliz tras el deber cumplido.
Cuando en 2012 sufrió una parada cardiaca, se nos heló la habitual sonrisa al escuchar su nombre... Repuesto, se retiró y descansa en Murcia.
Y sepan que esta Navidad el Rey Moncho Monsalve será benévolo con quienes de verdad sienten pasión por el baloncesto. ¡¡¡Felices Fiestas!!!
"No he conocido a nadie que sepa tanto de básquet"
ÚNICO Joaquin Arnal Lahoz, técnico aragonés (en el CAI, por ejemplo) que ha tratado mucho a Moncho Monsalve, define así al maestro, que en 2014 dio sus últimas clases en el Curso Superior de Entrenadores: "Es el mejor comunicador que ha habido en radio a la hora de acercar el baloncesto a los aficionados. Es excepcional en los clínics, su capacidad de análisis es increíble. No he conocido a nadie que sepa tanto de baloncesto como él. A nivel humano tiene un corazón que no le cabe en ese corpachón de más de dos metros (2,03 m). Es una de las mejores personas que he tenido la ocasión de conocer en esta vida. Hoy, con algún achaque, sigue mirando hacia adelante, vive retirado en su casa costera de Murcia, alejado de los medios pero devorando baloncesto".
Joaquín Arnal Lahoz
ENTRENADOR ARAGONÉS
"Moncho es el mejor comunicador que ha habido en radio para acercar el baloncesto a los aficionados. Y es excepcional en los clínics, su capacidad de análisis es increíble"