El ‘Conti’ de los medinenses de ahora, fue el gran café Continental de principios del siglo pasado. Pero ya ha entrado en la historia de la cocina española como el restaurante Continental, fundado en 1904. El hilo familiar no se ha perdido pues Carlos Díaz, el nieto de Luciano, sigue al frente. Heredó de sus padres, Carlos y Loli, el oficio, el recetario y el respeto a un lugar que forma parte de la vida de Medina del Campo. El piano de la foto de Carlos y su socio Víctor Aranda, es el nexo sentimental de un escenario cultural imborrable.
Sus teclas fueron acariciadas por Emiliano Allende en aquellas tertulias del viejo café con mi admirado Mariano García Pásaro al frente. En sus mesas se sentaron toreros, poetas, actores, tratantes y vendedores que acudían a la feria de Medina. Aún hoy, Carlos permite a los espontáneos poner sus manos en él. Solo un apunte de su historia centenaria para entrar en una de las comandas más interesantes de esta región.
Gambas gabardina, buñuelos de bacalao, el cocido, los guisos y estofados continúan agradando a la clientela del siglo XXI. Si bien la comanda actualiza platos como los canelones, e incorpora las carnes rojas en la parrilla y las patatas bravas unidas siempre al horno de leña donde se asan cochinillos y lechazos, sumando así el clima de aroma de asado en leña que comparte la nueva decoración, que no olvida en sus paredes las fotos enmarcadas de una buena parte de la historia de Medina.
En el Continental se puede comer por una media de 35-40 euros a la carta y se mantiene el menú entre 12-15 euros a diario. Una carta de vinos muy equilibrada con abundantes Riberas, Riojas, Toros, Ruedas y Cigales, entre otras zonas, y referencias obligadas de rosados y verdejos de 2020. El picantón al horno con salsa de naranja, un pastel de verduras de huerta o unos espárragos blancos naturales con carpaccio de tomate y ventresca de atún unidos, entre otros platos, a una buena oferta de arroces. Flota en el ambiente el recuerdo de Carlos y de Loli Maicas en la cocina. Razones que justifican un viaje a Medina del Campo. Un lujo centenario que ya es patrimonio de la gastronomía de Castilla y León.