El Norte de Castilla estrena este viernes, 7 de julio, la sección semanal 'En 1 minuto'. En ella podrás conocer pequeñas historias con protagonistas que no suelen estar en el foco de la noticia. Su vida, narrada en un vídeo de tan solo 60 segundos.
En esta primera edición te ofrecemos una entrevista con Álvaro Manzano, un joven de 22 años que ha escuchado y respondido a la llamada de Dios en un mundo donde las vocaciones religiosas parecen cada vez más escasas. Es natural de Medina del Campo, cursa 5º de Teología y es uno de los ocho seminaristas que hay actualmente en el Seminario Mayor de Valladolid. De mirada serena y sonrisa afable, recuerda con claridad el momento en que sintió por primera vez la vocación. Fue en su adolescencia. Aquel proceso de discernimiento fue un camino de reflexión, oración y búsqueda interior que culminará en el momento en que sea ordenado sacerdote y entregue su vida a Dios y a los demás.
¿Qué es para ti la vocación?
Donde se encuentran el sueño de Dios y nuestro sueño. Es el plan que ha pensado Dios desde antes de que naciéramos para cada uno. Un sueño en el que quiere hacernos felices y útiles para los demás.
¿Cómo y cuándo la descubriste?
Llegué al Seminario Menor con 12 años y sin una idea clara. A lo largo de los años de estudio de ESO y Bachillerato fui tomando la decisión. En 3º de ESO ya lo tenía bastante claro.
¿Cómo es la vida en el seminario?
Es una vida muy normal. A las 07:30 horas de la mañana empezamos con una oración. A continuación tenemos una misa con una oración de laudes. La mañana la dedicamos al estudio. A las 12:00 hacemos otro momento de oración. Después de comer tenemos las clases hasta las 20:00 horas, tras lo cual volvemos a orar y luego un rato de vida en comunidad y descanso.
¿Qué es para ti lo más gratificante de este camino que has elegido?
Saber que Dios nos ama a pesar de nuestras miserias. Saber que es una vocación a la que nunca podemos responder por nuestras propias fuerzas y que sin embargo Dios se fía de nosotros.
¿Y lo más difícil?
Saber que no puedes fiarte de ti mismo.
¿Qué sacerdote te gustaría ser cuando te ordenes?
Alguien cercano a la gente y a lo que ésta necesita y muy fiel a lo que el Señor nos pide en cada momento.
¿Quiénes son tus referentes sacerdotales?
El padre Fermín, párroco de la Iglesia de Santiago de Medina del Campo, que fue el que me trajo al Seminario. También el padre Paciano, que era amigo de mis abuelos y me marcó mucho, igual que los formadores del Seminario.
¿Qué le dirías a otros jóvenes que tengan tu misma inquietud?
Que no tengan miedo, que podemos estar muy tranquilos, porque no vamos a fallar si nos fiamos del Señor.