La Fundación Museo de las Ferias presenta como “Pieza del Mes” de enero de 2008 una estampa litográfica del Castillo de la Mota muy poco conocida, obra del pintor y litógrafo inglés Thomas Coleman Dibdin (1810-1893), quien c la compuso a partir de un boceto original del ingeniero Nathaniel Beardmore (1816-1872) realizado el 11 de junio 1845. Publicada en Londres –fue impresa en los talleres litográficos de M&N Hanhart-, ofrece una visión idealizada de la fortaleza que queda reforzada con la incorporación de una serie personajes arquetípicos tomados de estampas anteriores bien conocidas, como la escena de baile andaluz o la familia de maragatos.
A partir del próximo mes de febrero, la actividad expositiva “La Pieza del Mes” dedicará la mitad de sus ediciones a obras histórico artísticas conservadas en museos de la provincia de Valladolid, contribuyendo, de este modo, a la difusión de un patrimonio cercano y de gran interés.
Esta actividad cuenta con el patrocinio de la Diputación de Valladolid
Más información e imágenes en: www.museoferias.net/enero08.htm
La Fundación Museo de las Ferias presenta como “Pieza del Mes” de enero de 2008 una estampa litográfica del Castillo de la Mota muy poco conocida, obra del pintor y litógrafo inglés Thomas Coleman Dibdin (1810-1893), quien creemos que la compuso a partir de un boceto original del ingeniero Nathaniel Beardmore (1816-1872) realizado el 11 de junio 1845, según leemos en el reverso de la lámina.
De Thomas C. Dibdin sabemos que se dedicó profesionalmente a la pintura desde 1838; viajó por toda Europa dibujando con gran maestría paisajes, vistas panorámicas de ciudades, escenas costumbristas y edificios monumentales que, una vez litografiados por él mismo, eran publicados en láminas sueltas o libros de viajes alcanzando una gran aceptación.
La presente estampa, publicada en Londres –fue impresa en los talleres litográficos de M&N Hanhart-, ofrece una visión idealizada de la fortaleza de la Mota concebida desde los planteamientos del Romanticismo entonces imperante. En la concepción compositiva de la obra se percibe el empleo de varios recursos encaminados a conseguir una imagen esbelta y evocadora del castillo; así, es evidente que la representación del foso perimetral de la fortaleza está notablemente distorsionado, lográndose un entorno abrupto y pedregoso en el que el monumento queda bucólicamente realzado. Del mismo modo, los lienzos del castillo parecen construidos en piedra en vez de en ladrillo, lo que redunda en su monumentalidad. Los aires románticos del conjunto quedan reforzados con la incorporación de una serie de personajes populares, tomados de estampas anteriores bien conocidas, que representan a tipos ataviados con indumentarias tradicionales de varias procedencias, como la pareja de andaluces que bailan al son de una pandereta o la familia de maragatos que aparecen en primer término. Otras figuras, como los jinetes que se alejan por un camino (a la izquierda) o los hombres encaramados en las almenas de la barrera, junto a las torretas de la entrada, contribuyen a dar profundidad y perspectiva al conjunto.
Es interesante destacar algunos elementos representados que actualmente ya no existen, como el “caballero” que corona la torre del homenaje o las ruinas que vemos a mano derecha que, aunque parezcan un arco, son realmente los restos de la desaparecida iglesia de San Llorente (fueron fotografiados en 1854 por Charles Clifford). Asimismo, queda reflejada la destrucción de la barrera en su ángulo meridional (durante la Guerra de la Independencia), apareciendo arruinado el lienzo suroeste de la misma y desaparecida la torreta cilíndrica de la esquina. Por último, hemos de referirnos a la frase que figura al pie, tras el título “ Medina del Campo ”: “ Hic obit Isabella Nov. 26º 1504 ” –es decir, “Aquí murió Isabel, 26 de noviembre de 1504”, propia de unos tiempos en los que el Castillo de la Mota era considerado la última morada de la reina Católica.
Antonio Sánchez del Barrio