| Villa histórica, monumental, escultórica y paisajística |
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X - LAS IMPRENTAS
100. - Su establecimiento en Medina. 101. - Primeros impresores. 102. - Los Lillis. 103. - Los Canto y los Lasso. 104. - Otros impresores y libreros. 105. - Los Boyer. 106. - La encuadernación y la librería.
100. - Su establecimiento en Medina
Queda consignada en el cap. VIII núm. 47, la opinión de Pérez Galdós, según la cual Medina del Campo poseía las mejores y más activas imprentas de Castilla.
En concurso público abierto y patrocinado por el Estado en 1893 para estudiar el desarrollo de la imprenta en esta villa, mereció el premio la obra escrita por el presbítero y archivero señor Pérez Pastor, La Imprenta de Medina del Campo. Los que quieran conocer a fondo y detalladamente esta manifestación de cultura y prosperidad dada en la Medina del Siglo de Oro, a tal obra deberán recurrir, y a la misma remitimos al lector del breve extracto que nos proponemos hacer en esta capítulo, si desean mayor información.Asimismo, D. Esteban García Chico ha publicado en 1945 un folleto sobre este asunto, fruto de sus investigaciones en los protocolos que procedentes de ésta se custodian ahora en el Archivo Histórico Provincial de Valladolid.
El prodigioso invento del alemán Gutemberg, en virtud del cual vio la luz en Maguncia, año 1450, el primer libro impreso, la Biblia latina, y catorce años después se imprimió en Valencia el primer libro español, apareció en Medina el año 1511. Un italiano, Nicolás de Piemonte, se estableció aquí en tal fecha, y de sus prensas salió al año siguiente el libro titulado Valerio de la historia escolástica de España, obra de Diego Rodríguez de Almela, arcipreste de Val de Santiváñez, que ya había sido impresa en Murcia el año 1487. Editado este libro, Nicolás de Piemonte se trasladó a Toledo y pasaron 18 años sin establecerse ningún otro impreso aunque los mercaderes de libros eran varios e importantes, porque D. Fernando Colón hizo en 1514, 1518 y 1524 grandes compras de libros en Medina.
101. - Primeros impresores
Hacia el año 1528 vemos establecido en nuestra villa, Corral de Bueyes, al impresor francés Pierre Touans que, entre otros libritos de menor interés, dio a la estampa Despertador de pecadores, Meditación de la Pasión y Segunda comedia de la Celestina, de Feliciano de Silva, corregida y enmendada por el muy noble caballero Pedro de Mercado, vecino de esta misma villa. Por el año 1538 ya estaba Touans establecido en Zamora.
Después de estos extranjeros, se establece el año 1541, en la calle Salinas, el impresor Pedro de Castro, quien antes había tenido su imprenta en Salamanca. Trabajó en Medina hasta el año 1550 en que se supone moriría, y en ese lapso de tiempo no dio paz a la prensa, publicando numerosas obras, fundamentalmente por cuenta de los libreros de la villa, que por ser hombres de grandes recursos, no escatimaron gastos para que el impresor lucífera su pericia y habilidad, que quedaron bien acreditadas en la pulcra presentación de los libros. Pero estos méritos profesionales no le libraron de ser procesado y encarcelado, juntamente con sus patrocinadores, Juan Pedro Museti y Guillermo de Millis, por no haber puesto el privilegio al frente del Repertorio de pragmáticas, de Andrés Martínez de Burgos. Una de las obras editadas por este impresor, en compañía de Joan de Villaquirán, año 1545, fue el famosísimo Amadis de Gaula... "corregido y enmendado por el muy virtuoso caballero García Ordóñez de Montalvo, regidor de la noble villa de Medina del Campo y corregióle de los antiguos originales que estaban corruptos y mal compuestos en antiguo estilo, por falta de los diferentes y malos escritores. Quitando muchas palabras superfluas y poniendo otras en más pulido y elegante estilo tocantes a la caballería y actos della". Pedro de Castro murió por el año 1550.
Por los años 1550 y 1551 figura como impresor en esta villa Diego Fernández de Córdova, después de haber ejercido esta misma profesión en Palencia y Valladolid.
102. - Los Millis
Una verdadera dinastía de impresores y libreros italianos se establece y afinca en esta villa mediados el siglo XVI. Fueron los Millis oriundos de Tridino, que tenían al propio tiempo imprenta y librería en Lyon (Francia). El patriarca de todos ellos fue Guillermo de Millis, de quien hemos hablado ya como patrocinador de Pedro de Castro, y antes de tener imprenta aquí, tras la iglesia mayor de San Antolín, la tuvo en Salamanca. de los muchos libros que salieron de su imprenta solo mencionaremos dos de los más famosos, y precisamente de autos medinense, trasladando integramente la portada. La del primero es esta: Antoniana Margarita, opvs nempe Phisicis, Medicis ec Theologis non minvs vtile quam necesarivm. Per Gometivm Pereiram, medicvm Methinae Dvelli, qvae necesarivm. Per Gometivm Pereirsam, medicvm Methinea Dville, qvae Hispanorum lingua Medina de el campo appellatur, nunc primun in lucem editum. Anno M. D. LIIII, decima quarta die Mensi Augusti. Al fin: Methymnae Campi excusum est hoc opus in Officina Calcographica Guillielmi de Millis, 1554. En esta obra desarrolló el célebre médico medinense su discutida teoría sobre el automatismo de los animales, carentes de sensibilidad.
La portada de la segunda obra esta esta: Obiectiones Licenciati Michaelis a Palacios, Cathedrarij sacrae Theologiae in Salmantina Uniuersitate sduersus nonnulla ex Multiplicibus Paradoxis Antonianae Margaritae, et Apologia eorumdem. Al fin: Excusum est Methynae Campi in officina Chalcographica Guilielmi de Millis vigesima die Martij anni 1555 (1).
Guillermo de Millis casó con Lorenza Maldonado y en segundas nupcias con isabel Velázquez de Mercado. Del primer matrimonio nació Vicente de Millis que, habiendo quedado huérfano en su menor edad, pidió en 1559 y obtuvo licencia real para adminisdtear su hacienda porque suplía su habilidad y suficiencia a la edad. No le axompañó la suerte en la impenta que aquí estableció, y pasó a Salamanca. Versadísimo en la lengua latina tradujo al romance Los ocho libros de los inventrores de las casas de Polidoro Virgilio, que salieron a la luz en la imprenta que aquí tenía cristóbal Lasso Vaca.
Gijo de Vicente y de Ana Godínez fue Juan de Millis Godínez, establecido primeramente en Salamanca, después en valladolid y simultáneamente en medina, donde, por el año 1603 y siguientes, además de varias farsas y comedias, publicó Historia maravillosa de la vida de San juan Bautista, por el medinense Fr. Juan de Pineda.
No como impresor sino como librero figura Jacobo de Millis, hermano de Guillermo, con librería en esta villa y en Lyon.
Asimismo siguió la tradición de la familia, dedicándose al comercio de libreros en Medina, Jerónimo de Millis, que tuvo relaciones comerciales en grande escala con los mercaderes más ricos de Lyon, Salamanca y otras ciudades, en las cuales gozaba de mucho crédito con sus cuantiosas operaciones. Tuvo la suerte de gozar de la amistad y confianza de Simón Ruiz Envito, en cuyo testamento figura como testigo.
103. - Los Canto y los Lasso
Otra familia, esta española, se consagró a la topografía en Medina; los dos hermanos Francisco y Mateo del Canto, que trabajaron, a veces juntos, a veces separados, y Santiago, hijo del primero. de la imprenta de Francisco salieron numerosos libros, más que de ninguna otra. De la de Mateo, entre otros, el siguiente muy celebrado: Endecálogo contra Antoniana Margarita, en el cual se tratan muchas y muy delicadas razones y autoridades: con que se prueba que los brutos sienten y por sí se mueven. Trátense asinmismo algunas sabrosas historias dignas de ser leydas. Dirigido el muy magnífico cauallero Diego de Ribera. Con licencia impreso. En Medina del Campo por Matheo del Canto. Año 15656. El autor de esta obra de polémica filosófica fue el Dr. Francisco de Sosa, médico medinense, quien arremete, a falta de razones filosóficas, en las que no demuestra estar muy versado, con burlas y sátiras contra su colega y convecino Gómez Pereira (2).
Mateo del Canto casó con Catalina Delgado, de cuyo matrimonio nació Beatriz, a la que dotaron con 656.250 maravedises para casar con el librero Boyer, que a su vez dióle en arras otros 375.000. En sus últimos años vivió en la Plaza Mayor, acera de la Mercería, y murió por el año 1590.
Otra familia de impresores establecidos en Medina es la de los Lasso. A ella pertenecieron: Cristóbal Lasso Vaca, ya citado, que trabajó aquí de 1599 a 1605, asociado en los últimos años con Francisco García y pasado después a Burgos y Valladolid, En el Ayuntamiento de 22 de junio de 1602 entró Cristóbal Lasso "imprimidor, vecino desta villa y requirió a los señores justicia y regidores con un título de familiar del Santo Oficio de la Inquisición que reside en esta villa...". De Pedro y Tomás Lasso, hermanos, no se conoce otro libro que el de Fr. Juan Márquez, titulado Los dos estados de la celestial Jerusalén, impreso en 1603. El Cristóbal imprimió algunas obras al servicio de la Inquisición. Pedro casó con Juana Alderete en 16 de junio de 1602.
El 27 de febrero de 1570, se otorga la última licencia necesaria para la publicación del "Cancionero de Romances", de Lorenzo Sepúlveda; la impresión correrá a cargo de Francisco del Canto.
104. - Otros impresores y libreros
No impresores como los citados como los citados y otros que omitimos en gracia a la brevedad, sino libreros y editores fueron los siguientes:
Juan de Espinoisa, editor de numerosas obras impresas en Medina, donde tenía la librería, y en Burgos, Zamora, Valladolid y Toledo, desde 1532 hasta 1563.
Juan Pedro Museti, de origen italiano, avecinado en ésta, donde se imprimieron varias obras a sus expensas en los años 1542 a 1547. Era rico y fue de los primeros que desde Medina remitieron grandes partidas de libros a las Indias Occidentales.
Adrián Ghemart, francés probablemente, establecido aquí desde 1551 a 1556 donde costeó varias ediciones impresas por Guillermo de Millis. De Medina pasó a Valladolid donde puso imprenta.
Por los mismos años que el anterior se estableció como librero Jacome de Liarcari, oriundo de Florencia, asociado a Juan Mª. de Terranova, con quien se trasladó a Salamanca.
Antonio Xuchet, francés y dedicado preferentemente a la venta de libros extranjeros que recibía de Flandes e Italia.
105. - Los Boyer
Los más ricos libreros de Medina del Campo fueron Benito Boyer y su hijo Luis. Descendían de Lyon y en 1562 empezó Benito a editar numerosas obras hasta 1589, y no siendo bastantes los impresores medinenses para tendersus compromisos, buscó impresores a otras poblaciones, particularmente en Salamanca. Hizo frecuentes viajes por Italia, Alemania y Francia, y durante sus prolongadas ausencias dirigía en ésta sus importantes negocios otro francés, Gaspar Nivele. Los frailes dominicos le cedieron el privilegio de reimprimir las obras teológicas del célebre Fr. Domigo de Soto, de las que publicó repetidas ediciones por gozar de tanto predicado el teólogo dominicano dentro y fuera de España. Queda dicho que casó con una hija de mateo del Canto.
Juan Boyer, sobrino de Benito, también tuvo librería en esta villa, costeando la edición de numerosos libros impresos en distintas poblaciones y no contento con esto, compraba grandes cantidades de libros en Francia, Italia y Flandes para surtir el mercado de América. Hizo varios contratos en compañía de Ambrosio Duport y de Martín de Córdova, para compra de papel y libros en gran cantidad, dedicando particular atención a la edición de libros litúrgicos. Casó con Catalina de león Figueroa, y su hija Anafue esposa en segundas nupcias de D. Enrique de Calatayud, conde de Castañale, patrono de la capilla del cristo de la Paz, en la Colegial. Murió Juan Boyer el 20 de agosto de 1599.
106. - La encuadernación y la librería
De otros impresores y libreros trae copiosas noticias Pérez Pastor, lo que demuestra la cuantía e importancia que que revestía el comercio de libros en Medina, el cual llevaba consigo otro paralelo y proporcionado en el ramo de encuadernación, sin contar con otros muchos que no se ocupaban de otra cosa más que de encuadernar libros a los cuales se les designaba entonces con el nombre de libreros. "Concurrían además circunstancias muy favorables para que el arte de encuadernar tuviera una vida próspera, siendo, entre los principalres, una la facilidad de la venta en aquel emporio, y otra de abundancia de materiales propios del oficio. La baratura de las pieles en el más importante mercado de ganados de España, trajo consigo la instalación de las tenerías en las orillas del Zapardiel; y además en la preparación y venta de estas pieles ya curtidas se ocupaban tantas personas que llegaron a formar una numerosa agrupación titulada Gremios de cueros y cordobanes, de cuya agrupación hemos visto poderes, repartos, etc., correspondientes al siglo XVI. Por lo que atañe a los materiales que venían de fuera no dejaba de ofrecer ventajas el privilegio concedido a esta villa para que las mercaderías de fuera del reino no se desenfardasen hasta llegar a Medina". Pág. XI.
Fuera de la relación de libreros dada por Pérez Pastor, enumeran los señores Espejo y Paz, ob. cit. pág. 181, "como establecidos en la villa, el francés Claudio Topin, de 32 años por 1530, estante en Madrid, cuyo factor lo fue en cierto tiempo Guillermo de Milles, el menor, vecino de ella...; Luca Antonio de Jiunta, vecino por lo menos de Lyon de Francia, que trataba por medio de sus factores Juan Agustín de Vurgo y Simón de Portes, con tienda en la Mercería, entre la de Juan de Lezama y casas de Juan de Álamos de la Corte, librero también en Valladolid, Sevilla y Lisboa; Juan de Jiunta, sobrino de Luca Antonio; Jacobo de la misma familia; Vicencio de Portonaris, natural del Marquesado de Monscorat en Italia, con tienda en la Carpintería, frontero de unas casas del francés Lobo, y lindante con otra del espadero Francisco Gómez; Antonio laso, librero de Salamanca, que solía bajar a las ferias; Luis Méndez, de la misma población y de las mismas costumbres; Diego Coello y Francisco de Valdivieso, de Valladolid; Bernardino de Ansola, Juan Petite, de París; Benedicto Frísa, Lande Broneti, Francisco Sevillano... y otros cuyas noticias nos proporcionaban los pleitos vistos al ocaso en la Chancilería de Valladolid" (3).
D. Blas González de Ribero publicó, hacia 1636, un Memorial en favor de los libreros de Castilla y león, y haciendo en él comparaciones entre la pobreza de los de su tiempo y la riqueza y prosperidad de los del siglo anterior, dice entre otras cosas que solo en Medina había libreros, de cien mil ducados, y hoy no hay quien tenga cien ducados de caudal" (4).
(1) - Copiamos de Pérez Pastor, pág. 134: "Dice Gómez Pereira en la Epístola ad lectores, que haciendo recibido del Licenciado Miguel Palacios unas objeciones que había hecho a su Antoniana Margarita, determinó darlas a la luz juntamente con una apología de las de dicho licenciado llamó paradojas, contenidas en la Antoniana Margarita.
Las paradojas son, según palacios, las siguientes:
I. - Bruta carece sensu.
II. - Actum sentiendi nom esse accidens diversum re a potentia, sed potentiam esse suam sensionem
III. - Imposibile esse ab accidentibus visibilibus gigni vidsionem.
IV. - Sensum conmunem non esse potentiam organicam, neque potenpiam particularem, sed ipsam animan esse sensum conmunem.
V. - Materiam esse abolendam.
(2) - Del aludido Dr. Sosa reveló el Sr. Pérez Pastor, pág. 145, que había escrito varios otros libros, en los cuales hacía gala de sus conocimientos militares, por lo que conjetura que en su juventud debió ejercer la milicia y aún asistir a hechos de armas contra los turcos.
(3) - De un hijo de Martín de Córdoba dice López de Ossorio. pág. 191, lo que sigue: Fray José de Santa María. Fue religioso descalzo de la orden de nuestro Padre San Francisco, natural de esta villa, hijo de Martín de Cordova y de María de Ávila, su mujer, gente muy honrada e hijodalgo; crióse con ellos hasta edad de trece años, dando grandes muestras de virtud... Le envió su padre a Valencia con un tío suyo y allí y en Alcalá gastó seis años ejercitándose en el trato de libros, y desde allívolvió a esta villa y gobernó la casa y lonja de Benito Boyer, un maestro de libros cuantioso y de mucho caudal.
En todo este tiempo, aunque muchacho, siempre tuvo pensamiento de ser religioso... ejercitándose en obras virtuosas y de caridad con los prójimos y particularmente en los hospitales... Martín de Córdova, su hermano mayor, que también entendía en el ministerio de librería., le mandó fuera a la Nueva España con una gruesa cargazón de libros que él y otros mercaderes de Medina tenían para enviar a Indias; considerada por él esta ocasión, la aceptó, pareciéndole que era ocasión para ganar algo para casar una hermana que tenía, y así, con su humildad y sumisión que siempre tuvo con su hermano, se partió para la ciudad de Méjico, donde puso su casa y tienda de libros muy grande y de cuantía. Asistió en ella poco más de dos años, viviendo con mucha virtud...; pues sucedió que un día que se corrían toros en la ciudad, él estaba en su tienda leyendo un libro de devoción; tenía su casa y tienda a la salida de la plaza. Soltóse un toro de ella muy bravo... y entróse en la tienda... Propúsose tomar el hábito de religioso porque Dios le librase de aquel peligro... y el toro se salió manso como una oveja... Nunca más abrió la tienda...; se fue a la Compañía de Jesús a recorrer su estudio, donde estuvo dos años perfeccionándose y acabados, se fue a la Puebla... y allí recibió el hábito de los Descalzos el día de la Concepción del año 1593. Profesó el día de Santa Lucía del año siguiente... La obediencia le envió al Japón y desde allí a Filipinas... donde murió...".
(4) - A los impresores, libreros y encuadernadores ya enumerados, añadiremos esta otra lista: unos citados por el mismo Pérez Pastor, otros aludidos en los documentos transcritos por el Sr. García Chico y algunos encontradosen los registros parroquialesde ésta, como cofrades o padres y padrinos de bautizados. Francisco de Águila, Pablo Ascasio, Juan Baillieur, Miguel Blasco, Juan Bonardo, Hilario Bonefont, Alonso de Canto, Alberto y Jaques Colón, Rafael Concha, Antonio y Baltasar Coello, Claude Curlet, Luis jerónimo Decinet, Andrés Delgail, Guillermo Demás, Juan de Escobedo, Bernardino, Diego y <pedro de Espinosa, Mateo Forniel, Francisco Gallego, Juan Ganuza, Francisco Garrido, Alonso Gómez de Udicana, Cristóbal González, Pedro Juárez, Jusquín, Vicente Hernández, Alejo de Herrera, Alonso de Huete, Jaques Hus, Pedro landri, Antonio, Ana, Francisco, Gonzalo y Pedro Lobato, Diego Londeño, Francisco López, Manuel y Sebastián Martínez, Antonio de Mas, Jaques Marchial, Fernando de Millis, Alonso, Antonio y juan de Medina, Alonso de Mercado, X Mondrago, Juan Moreno, Mateo Nesme, Francisco Nebrese, Cristóbal Ortega, pedro Ossete, Andréa y Estéfano Pallazuelo, Miguel Panchaville, Diego de la Peña, Diego Pizarro, Alonso y Dirego Pérez, Luis Pomar, Francisco de Portonaris, Claude Reynaud, Gabriel Rodríguez, Guillermo Rovilio, Domingo de Sagaray, Domingo de Sagarra, Jiusepe y Pedro Sandón, Pedro Sánchez, Bernardino Santos, Juan de Solar, Los Solares, Rogel Senati, Ag¡ustín de Soria, Jerónimo de Vega, Ludovico Vizconti y Juan de Zamora. Todos estos en el siglo XVI. En los primeros años del siguiente figuran Juan Recón, Juan Pinat y Lorenzo Lobato.
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