LA PRENSA ESCRITA
"ENTRESIGLOS" EN MEDINA DEL CAMPO (1865-1930)
|
PRESENTACIÓN
|
EL SARABRIENSE
|LA
VOZ DE CASTILLA. Periódico semanal enciclopédico
|EL
MEDINENSE. Periódico Semanal de Intereses Morales y
Materiales |EL
CASTELLANO. Periódico semanal de noticias é
intereses locales y generales |
SEMANARIO MEDINENSE. Periódico
Ilustrado, Literario, Agrícola y Comercial
|SEMANA
MEDINENSE. Hoja de Feria |EL
INDEPENDIENTE |CANTA-CLARO.
Periódico semanal de intereses morales, materiales y políticos
|EL
ECO MERCANTIL. Semanario científico, literario y comercial
|HERALDO
DE CASTILLA. Semanario Agrícola Comercial
|NUEVA
MEDINA. Semanario de Literatura y Comercio
|CULTURA
MEDINENSE. Semanario Católico Independiente
| EL
TIO CELIPE. Diario Anunciador de Ferias|MEDINA.
Periódico Semanal|PATRIA.
Semanario órgano de la juventud maurista|EL
PROGRESO DE CASTILLA. Semanario Independiente|SARABRIA.
Semanario de intereses agrícolas, industriales, comerciales
y políticos|EL
ECO MEDINENSE. Diario Anunciador de Ferias|LA
SEMANA. Periódico independiente,
literario y de información local|LA
REGIÓN. Periódico Semanal Independiente|LA
VERDAD. Semanario Independiente|BIBLIOGRAFÍA.|
PRESENTACIÓN
Aún está por
estudiar en profundidad el papel jugado por la prensa escrita
en Medina del
Campo, especialmente la del comienzo de su andadura, durante
la segunda mitad del siglo XIX, con El Sarabriense, La Voz de
Castilla, El Medinense y El Castellano como primeros semanarios.
En este sentido, la Fundación Museo de las Ferias, una
vez asumida la gestión del Archivo Municipal, está
desarrollando un programa específico de investigación
que culminará con una publicación exhaustiva sobre
esta interesante e inédita documentación.
La
exposición que ahora presentamos pretende ser un primer
acercamiento a la fuente inagotable y sugestiva de la noticia
escrita, leída ahora con la distancia de cien años
y, además, coincidiendo precisamente con el momento de
otro cambio de siglo y esta vez de milenio.
La
selección de artículos y noticias se ha planteado
desde la premisa fundamental de abarcar una amplia diversidad
de asuntos -las fiestas, la enseñanza, los inventos,
los espectáculos, las manifestaciones religiosas, la
música, etc.- y que éstos sean de interés
para el mayor número posible de personas, desde los más
jóvenes a los más mayores. La abundancia de ejemplares
(aunque no se conservan colecciones completas) ha jugado a nuestro
favor y nos ha ayudado en nuestra intención de mostrar
un retrato social de aquellas últimas décadas
del siglo XIX y primeras del XX.
Queda
para otro momento y otros ámbitos de reflexión,
el estudio contrastado de este material desde la perspectiva
de la historia, la sociología, la antropología
o la política, y el análisis detallado acerca
de su veracidad, las intenciones e intereses particulares de
los patrocinadores y editores, el auténtico alcance de
las diferentes publicaciones, etc. Entretanto, descubramos en
las propias palabras y frases de la época en qué
momento y en qué circunstancias se anuncia la llegada
de la luz eléctrica, los primeros aeroplanos, la fotografía,
el cinematógrafo, el teléfono, el fonógrafo
y todos aquellos aparatos mecánicos musicales que parecían
funcionar por arte de magia; del mismo modo, conozcamos los
profundos cambios que con respecto a la actualidad han conocido
las expresiones colectivas, la imagen urbana, los anuncios publicitarios
o la valoración de nuestro patrimonio monumental.
La
actividad periodística de la Medina que cruza el umbral
del siglo XIX para adentrarse en las primeras décadas
del XX se resume, por un lado, en el elevado número de
semanarios que se van sucediendo a medida que desaparecen los
anteriores; y, por otro, en la muy corta vida de la gran mayoría
de ellos. Al menos veintiún diferentes periódicos
-dieciocho semanarios de información general y tres diarios
feriales- que hemos incluido en este elenco por su contenido,
formato y persistencia en varios años, se publican en
Medina del Campo en 65 años, desde El Sarabriense que
aparece en 1865, hasta La Verdad, nacido a finales de 1930.
No hemos considerado el semanario denominado El Mercantil Medinense,
por carecer de datos que corroboren su auténtica existencia;
de él tan sólo conocemos una referencia indirecta
procedente de El Castellano de 4 de junio de 1893, donde se
dice que existía en 1882.
EL
SARABRIENSE
A
pesar de no imprimirse en Medina, ya que lo hace en la tipografía
de Sardón y Cía. regentada por Vicente Maldonado,
es el primer periódico con temas locales aparecido en
la villa. Dirigido por José María García,
sale a la luz en los primeros días de enero de 1865 y
se publica durante dos años (Rodríguez, 1903-1904,
pp.772-773). Entre sus redactores figuran Antero Moyano, Francisco
Fernández Polanco, Inocencio Cuadrillero, Pedro Cárdenas,
Juan Camaño, "Casado", Vicente Puente, etc.
(Almuiña, 1977, I, pp.835-836). En El Norte de Castilla
de 15 de febrero de 1865, se acusa recibo del nuevo semanario
dedicándole grandes elogios y deseándole una larga
vida. En el Archivo Municipal no hemos encontrado ejemplar alguno
del mismo, sin embargo, sabemos de alguno de sus artículos,
debidos a la pluma del cronista Antero Moyano, recogidos por
Ortega Rubio en su obra Los pueblos de la provincia de Valladolid
(Ortega, 1895), y publicados en el año del nacimiento
del semanario, de gran interés para la historia del arte
local dado que en algunos de ellos se describen obras y edificios
singulares que desaparecerán al poco tiempo; así,
refiriéndonos a la obra citada: en la p.236, sobre el
palacio de los Pascual (El Sarabriense, 28-mayo); en las pp.244-245,
sobre el convento de San Andrés (ídem. 16-julio)
y el convento de la Visitación o de Fajardas (ídem.
14-mayo); en la p.246, sobre el Castillo de la Mota (ídem.
22-enero); y en la p.250, sobre la casa natal de Fr. Lope de
Barrientos (ídem. 26-marzo).
LA
VOZ DE CASTILLA. Periódico Semanal Enciclopédico
Fundado
por Antonio Velázquez Alonso, su número prospecto
sale a la luz en septiembre de 1884 y el primer número
el 3 de octubre del mismo año. Ya en la carta que su
propietario y director envía al Ayuntamiento solicitando
el permiso de impresión y circulación pública,
se anuncia que ésta se llevará a cabo en los talleres
de Bibiano Sánchez en Peñaranda de Bracamonte,
aunque su publicación será en Medina. Cinco años
más tarde (núm.23, 3-marzo-1889) se anuncia que
"para complacer al mayor número de suscriptores",
el periódico se hará en Valladolid, en la imprenta
de Leonardo Miñón; con este cambio, la calidad
tipográfica y de impresión mejora notablemente.
Siempre de cuatro páginas, los cinco primeros números
salen a tres columnas y los restantes, ya con formato de doble
folio, a cuatro. Su administración se encuentra en la
calle de Bravo, nº 5 y entre otros redactores y colaboradores
figuran: José López Casas, Luis Fernández
Polanco, el Dr. S. Medrano Estévez, Bonifacio González
Rubio, Tomás de Jesús Salcedo, Antonio Barrio,
etc. En el "folletín" que publica por entregas,
aparecen obras de cierto interés como Estudio crítico
sobre las ideas de Gobierno y Administración del Marqués
de la Ensenada, de Juan Alonso San José (5-XI-84 / 26-V-85);
así como el texto íntegro del "Arreglo parroquial
del Arzobispado" y las nuevas "Demarcaciones territoriales
de las parroquias" a lo largo del año 1885. El último
número que conocemos es el correspondiente al 26 de septiembre
de este último año.
Este
semanario conoce una segunda época durante los años
1926-1927, cuyo primer número sale el 24 de octubre de
1926. Su director es Ángel Rivera y la "iniciadora
y patrocinadora" Dª Eugenia Casado Gavilán.
Tiene su local de administración y redacción en
el nº 6 principal de la calle del Almirante, aunque se
imprime en Nava del Rey en los talleres de Francisco García
Vicente. Consta de cuatro páginas a cuatro columnas y
colaboran en su redacción Federico Velasco, Fermín
Vega y Manuel del Río. La cabecera de esta segunda época
es La Voz de Castilla. Periódico Semanal Independiente.
En el Archivo Municipal se conservan los ejemplares de los dos
primeros años y algunos ejemplares de la segunda época.
EL
MEDINENSE. Periódico Semanal de Intereses Morales y Materiales
Primer
semanario impreso en Medina, se publica los domingos a partir
del 28 de agosto de 1887, fecha de su primer número (su
prospecto salió el 14 de agosto de ese año). Dirigido
por Pablo Federico Álvarez, se imprime en los talleres
que él mismo posee (Imp. y Tipª de Álvarez),
teniendo su primera redacción en el nº 30 de la
Acera de la Joyería de la Plaza Mayor, y, posteriormente,
en el nº 4 de la calle de Padilla. A partir del número
78 aparece con nueva cabecera, añadiendo un subtítulo
más largo: Periódico Semanal de Intereses Morales
y Materiales, Ciencias, Artes y Literatura. Colaboran con sus
artículos personas de cierto relieve intelectual en la
Medina de entonces a cuya trayectoria profesional y artículos
publicados se alude en algunas de las obras sobre la historia
de Medina (Rodríguez, 1903-1904, 773-774 y Moraleja,
1971, p. 328): Antero Moyano, Pascasio López Zarzuelo,
Tomás de Jesús Salcedo, Antonio Velázquez
Alonso (director del anterior semanario La Voz de Castilla),
Emilio Gante, Casimiro Rodríguez Toribio, etc. Entre
los artículos más notables están los de
carácter biográfico referidos a Bernal Díaz
del Castillo, San Juan de la Cruz, P. Hernando de la Concha,
Antonio Rincón,...; los de temas costumbristas y de historia
local: La Ordenanza de los Fuegos, El Címbalo, La Fuente
de San Francisco, las Antiguas Ferias, Impresores, Museo Biblioteca
Medinense, Voto de San Boal, Privilegio de las Cucharas, El
Cuartel,... Su extensión es de cuatro páginas
con formato de doble folio a cuatro columnas. Entre otras obras
publicadas en su folletín destacan: Poesía Inédita,
de Anacleto Carmelo Garviras; Lealtad de un Medinense. Episodio
Histórico, de Saturnino González y Reguera; Breves
observaciones acerca de la industria lanera en España,
de Tomás J. Salcedo; La Orden militar del Grifo, de J.L.
de Casas; etc. Según se cuenta en El Castellano de 4-junio-1893,
El Medinense desaparece en su séptimo año, el
día 15 de mayo de 1893, tras una crisis económica
que no puede superar, habiendo publicado 292 números
(Almuiña, II, pp.379-380). Es, sin duda, uno de los de
mayor interés para la historia local de la villa.
EL
CASTELLANO. Periódico semanal de noticias é intereses
locales y generales
Su
primer número sale a la luz el domingo 19 de octubre
de 1890 (Almuiña, II, pp.388-389) de la imprenta y librería
de Benito Manuel (Plaza Mayor, 50) que es quien figura como
director-propietario hasta su desaparición el 11 de julio
de 1896. De este fecundo editor sabemos que se afincó
en Medina en enero de 1880 después de trabajar en varias
imprentas de Madrid y Valladolid (Rubio, 1986, p.372). Consta,
en primer término, de cuatro páginas en folio
doble a tres columnas que con el tiempo se amplían a
cinco y su ámbito de información se extiende,
además del propio de la comarca de Medina, a las de Olmedo
y Nava del Rey. En sus 324 números se recogen artículos
de un amplio número de redactores y colaboradores, entre
los que se hallan de modo fugaz los célebres escritores
Emilio Ferrari, Narciso Alonso Cortés y la condesa de
Pardo Bazán; con ellos, Pascasio López Zarzuelo,
Francisco Fernández Polanco, Teodoro Díez Sangrador,
Alberto Masferrer, Eduardo Villafría y un largo etcétera
(Sánchez, 1990).
EL
CASTELLANO
En
este mes de octubre del año de 1890 se imprimió
en Medina del Campo un periódico semanal titulado El
Castellano que salía los domingos y el Número
I fue el del Domingo día 19. Entre la larga lista de
colaboradores sólo figuran dos mujeres: Doña Emilia
Pardo Bazán y Doña Magdalena de Monteblanco. El
periódico fue denunciado dos veces, concretamente los
números 25 y 71 y ambas veces fue absuelto. En la lista
de los 10 Artículos Notables publicados en
él, uno se titula Don Álvaro de Bazán,
que supongo que sería de Doña Emilia Pardo Bazán,
que compartía su linaje con el ilustre Almirante y Marqués
de Santa Cruz al que sustituiría al frente de la Armada
invencible Don Alonso Pérez de Guzmán, el yerno
de la Princesa de Éboli. Curiosamente, tres de esos artículos
notables están dedicados a Colón con los siguientes
títulos:
Al
inmortal Colón.
¡Tierra! A Cristóbal Colón
Cristóbal
Colón en Salamanca
Y
otro titulado Santa María la Gallega, que
supongo que se refiera a la nao Santa María, antes llamada
la Gallega, de la que en Andalucía se ignoraba todo y
se tenía por propiedad del santoñés Juan
de la Cosa, que trabajaba en Andalucía para el Duque
de Medinaceli. Yo acostumbro a creer a la gente, quizás
mal hecho (eres demasiado crédula me han dicho muchas
veces en esta vida) y cuando leía a Colón que
él había puesto todo en el viaje de 1492, salvo
un cuento de maravedíes que aportó la casa real,
le creí; y hasta le entendía que considerase las
Indias como cosa suya ante tantas burlas, descalificaciones
de los científicos, etc. que tuvo que soportar antes
de hacer realidad su empresa, y por esto cuando leía
después en las Probanzas de los servicios de Juan Niño
que un nieto de éste decía que una de las tres
naves era de Cristóbal Colón, le creí también,
y pensé que aquella nao se la pudo vender un Velasco,
puesto que procedía de los astilleros del Cantábrico
y su hijo Fernando nos habla de un Velasco gallego, linaje tan
vinculado a la marina y a Laredo como el de Escalante, que tuvo
astilleros propios en Colindres, donde se hacían barcos
para la armada real y muchos con la madera de los robles de
los montes de Ucieda, que fueron de los mayores productores
de la provincia de esta clase de árboles. Y como estos
montes están fronteros del Valle de Buelna, y mi padre
iba mucho por ellos y por el Pico Mozagro, es por lo que estos
nombres fueron de los primeros que oí en mi infancia
y me son tan familiares. Hoy lo de Mozagro me suena como los
Montes Zagros (Sacros, hijos de Zeus) de la cordillera asiática,
al norte de Persia. Y además se daba la casualidad de
que Juan de la Cosa era de Santoña, antiguo solar de
los Velasco, y que tenía propiedades en Santoña
linderas de Doña Elvira de Haro y Santiago. Se dice que
los apellidos Santiago y Pelegrín o Pelegrino son originarios
de Galicia y que se asentaron en la Montaña cuando se
hacía por mar el Camino de Santiago en navegaciones de
cabotaje.Así que quizás en esos artículos
de El Castellano podría encontrarse algún dato
interesante y tendré que ir a las hemerotecas de Medina
del Campo.
Cuando
estuve en Madrigal y Medina del Campo, las villas en las que
nació y murió la Reina Católica, separadas
por pocos kilómetros, aunque la primera pertenezca a
la provincia de Ávila y la segunda a la de Valladolid,
fui por el tema de Gabriel de Espinosa, el falso rey Don Sebastián
de Portugal, y recuerdo que le dije a Firmo Zurdo: Yo
creo que a lo mejor Antonio Pérez, aunque naciese en
Madrid, pudo ser empadronado en alguna de estas villas.
Quizás porque había leído a Don Gregorio
Marañón que a Gonzalo Pérez le dejaban
en Medina regalos que le traían mercaderes extranjeros
que venían a sus ferias y por la amistad que tenía
con don Juan Álamos, hidalgo de Medina y padre de Baltasar
Álamos de Barrientos, linaje que tan familiar le era
a Sancho y que tanto a éste como al Bachiller Sansón
Carrasco y al primo le eran también familiares las imprentas.
Y como el nombre de otro Antonio Pérez le encontramos
junto al de Cristóbal Laso Vaca, hoy es el día
que no he renunciado a esta hipótesis. Incluso he llegado
a pensar que al Bachiller Carrasco se le llama Sansón
por la vinculación de este nombre con los principios
de la imprenta como vamos a ver.
A
Gonzalo Pérez se le menciona en la Imprenta de Medina
al mismo tiempo que a Antonio de Obregón. A propósito
de una nueva traducción y edición de los Triunfos
de Petrarca, dice Hernando de Hoces, criado del Duque de Medinaceli,
en la Dedicatoria a éste de la obra: "Después
que Garcilaso de la Vega y Juan Boscán truxeron a nuestra
lengua la medida del verso Toscano, han perdido con muchos tanto
crédito las cosas hechas, o traducidas en cualquier género
de verso de los que antes en España se usaban, que ya
casi ninguno las quiere ver (...) Y como una de ellas, y aun
a mi parecer de las mejores, fuesse la Traducción de
los Triunfos de Petrarca, hecha por Antonio de Obregón;
porque algunos amigos míos que no entendían el
Toscano, no dejasen por esta causa de ver una cosa de tanto
valor, como los dichos Triunfos son, en algunos ratos del verano
passado, que para ello tuve desocupado, hice otra nueva traducción
en la misma medida y número de versos que el Toscano
tiene (...) que al pie de la letra se imite también en
esto la manera del verso italiano, como en todas las otras cosas:
puesto caso que no es justo que ninguno condene malo aquello
que Don Diego de Mendoza, y el secretario Gonçalo Pérez,
y don Juan Coloma, y García Lasso de la Vega, y Juan
Boscán, y otras muchas personas doctas tienen aprobado
por bueno, etc. (impreso en Medina del Campo en 1554 en
casa de Guillermo de Millis, detrás de San Antolín).
Así
que el criado del Duque de Medinaceli tenía a Gonzalo
Pérez por conocedor del toscano y pensaba de las traducciones
como Don Quijote cuando habla del Orlando de Ariosto que tradujo
del toscano al castellano el aragonés Jiménez
de Urre, a quien en 1555 este mismo Millis le imprimía
en Medina: Discursos de la vida humana, y aventuras del
Caballero determinado, traducido de Francés por don Ieronymo
de Urrea.
En
cuanto al nombre de Antonio Pérez, nos encontramos a
un cerero y a un fraile benito llamados así. En el Protocolo
de Pedro Rodríguez, año 1605, se encuentra un
Poder de Antonio Pérez, cerero de Medina del Campo, a
Cristóbal Laso Vaca, impresor de libros, para que se
pueda obligar como fiador de lo que importen 400 resmas de papel
de imprimir, que habrá de comprar para Francisco García,
impresor, y para el dicho Lasso, 28 de febrero de 1605, que
es el año en que dejó de imprimir allí
y se publicó el Quijote.
En otro documento consta la Obligación de Cristóbal
Lasso Vaca, impresor de libros, vecino de Medina del Campo,
por sí y en nombre de Francisco García y Antonio
Pérez, de pagar a Jerónimo y Francisco Lorente,
milaneses, residentes en la corte, 4.896 reales, precio de 408
resmas de papel de imprimir a 12 reales, y que pagará
en Valladolid, la mitad para el mes de Mayo, y la otra mitad
para el fin del mes de Agosto de este presente año. Valladolid
y Marzo de 1605.
(Madrid,
Protocolo de Juan Calvo, 1605, fol. 310)
El
precio de la resma de papel de Génova estaba entonces
entre 12 y 17 reales. Fray Prudencio de Sandoval, abad del monasterio
de San Isidro, junto a Dueñas, cronista de S.M., pedía
a Martín de Córdoba, librero de Valladolid, que
la impresión de la Historia del Emperador Carlos
V fuese en papel de Génova, o de Francia,
contrahecho al de Génova. (Madrid, Protocolo de
Antonio de Lacalle, 1604, fol. 26).
Recuérdese
que Montalvo era de Medina del Campo y que sus hijos se apellidaban
Vaca, es decir, que este Cristóbal Laso Vaca podría
ser nieto del autor del Amadís de Gaula, al igual que
Montalvo estar emparentado con los Álamos de Barrientos,
pues un hermano de Don Baltasar usaba el apellido Montalvo.
Yo
no sé si el mencionado Obregón era familiar del
Juan de Obregón que escribía a Martín de
Quijano, pero curiosamente éste le habla de libros en
las cartas (que en el próximo correo le mandaría
los libros que le había pedido, que le había traído
de Italia de parte de su tío (¿Juan de Alarcón?)
uno titulado Ragión di Estato, etc). Por
otra parte, Obregón es linaje montañés,
un Obregón era lindero de una casa de Gonzalo Pérez
en Madrid, Fernando Colón compró libros en Medina
del Campo, etc.
Dado
que en Medina había otros Antonio Pérez más
o menos de la edad del secretario y como Sancho le dice al Bachiller
Sansón Carrasco lo del desagradecimiento con alguno
(cap.II, III) y éste parece hijo de una Bustamante, es
por lo que pensaba que podría haberse empadronado en
Medina sin mayores problemas por lo común de su nombre
y saber también de imprentas como el Bachiller Sansón
Carrasco y como este otro Sansón de los primeros momentos
de la imprenta:
Fuente:
Publicado
por Rosa Ruiz en 11:30
SEMANARIO
MEDINENSE. Periódico Ilustrado, Literario, Agrícola
y Comercial
Sin
duda el semanario mejor editado y de más cuidada tipografía,
aparece el 1 de enero de 1899, conteniendo únicamente
artículos literarios magníficamente ilustrados
con grabados, dibujos o fotografías de vistas generales,
cuadros costumbristas o pinturas, obtenidas todas ellas de las
publicaciones de tirada nacional; asimismo se recogen artículos
de moda procedentes de revistas como Blanco y Negro o La Ultima
Moda, dejando su última plana para anuncios, pasatiempos
e información sobre el mercado local. Los números
que hemos manejado constan de ocho páginas de tamaño
folio. Fue su director Honorio Román Pérez y se
imprime en los talleres medinenses de los Hermanos Román.
SEMANA
MEDINENSE. Hoja de Feria
Este
curioso periódico ferial aparece en 1901 y contiene únicamente
artículos sobre los diferentes aspectos de las ferias
y fiestas patronales de San Antolín: encierros y corridas
de novillos, teatro, cine, música,... y, cómo
no, anuncios publicitarios que permiten su existencia. Se compone
en la imprenta de Honorio Román, situada en el número
12 de la calle de Padilla. Consta de dos páginas a doble
folio y sale cada uno de los ocho primeros días de septiembre.
EL
INDEPENDIENTE
De
este semanario no conocemos hasta la fecha ejemplar alguno,
sin embargo, gracias a las informaciones que nos proporciona
Ildefonso Rodríguez sabemos que su primer número
sale a la luz el 27 de marzo de 1904, que se realiza en la imprenta
de Pedro Saomil a cargo de Juan Luis Díez y que cuenta
con un reducido número de redactores entre los que figuran
Benigno Martín y Martín, José Calvo y Sanz,
José Mª Martín, Ulpiano García Rodríguez
y Antonio Velázquez Alonso (Rodríguez, 1903-1904,
p.776).
CANTA-CLARO.
Periódico semanal de intereses morales, materiales y políticos
Este
polémico semanario aparecido el 21 de enero de 1906 se
imprime en los talleres de Francisco Román, precisamente
su primer Director-Administrador, a quien sustituirá
Teodoro Gil Sangrador, quizá hasta 1917 año de
su muerte (Rubio, 1986, p.375). Consta de cuatro páginas
de formato de folio doble a tres columnas y recoge artículos,
entre otros, de "Don Gumersindo", "Uno de tantos",
"Bachiller Carrasco", Roberto Randel, Jesús
Román, etc. En sus secciones "Matinées Concejiles,
" Giraldinas", "De ocultaciones" o "Variedades"
se lleva a cabo una persistente campaña de enfrentamiento
político contra Eusebio Giraldo y Clemente Fernández
de la Devesa, enmarcada dentro del convulsionado ambiente político
local -y nacional- de comienzos de siglo, que lleva al Sr. Román
ante los tribunales. La colección de los veintinueve
primeros números de este periódico que hemos manejado
pertenece a la familia Rodríguez Rodríguez; en
el Archivo Municipal tan sólo se conservan los nºs
2 y 26.
EL
ECO MERCANTIL. Semanario científico, literario y comercial
Tiene
su administración en el Arrabal de Salamanca (hoy Avda.
de Portugal) nº 22, y sale a luz el 15 de noviembre de
1908. Su primer director es Cayo Salvadores y, a partir de 1911,
figura ya Julián Fernández. Se imprime, en primer
término, en los talleres medinenses de Francisco Román,
y posteriormente en los de A. Rodríguez en Valladolid.
Entre sus redactores se hallan los nombres de Ulpiano García
"Koke", Tomás M. Reguera, J. Eliz, Antonio
Armenta, A. Daretas, "Petronio", Federico García,
el Padre Cobos, etc. Muy enfrentado con su contemporáneo
el Heraldo de Castilla, se declara abiertamente "antialbista",
es decir, contrario a la política de Santiago Alba.
HERALDO
DE CASTILLA. Semanario Agrícola Comercial
Fundado
y dirigido en sus primeros años por Mariano Fernández
de la Devesa, se declara de tendencia "liberal-albista",
y, como acabamos de apuntar, mantiene un agrio enfrentamiento
con El Eco Mercantil, de simpatías "gamacistas"
("giraldistas" en la esfera local, por Eusebio Giraldo
y su hijo Rafael, ambos Diputados a Cortes). Es el semanario
local de vida más larga -excepción hecha del actual
La Voz de Medina- ya que nace el 7 de marzo de 1909 y desaparece
en 1921 (el último número que conocemos es el
del 27 de febrero). Se imprime en los talleres tipográficos
que Francisco Román tiene en la calle Gamazo números
24 y 26, y su redacción está instalada en el domicilio
del director, calle de Salinas 1, (hoy de Rafael Giraldo). Saúl
Gazo Borruel sustituirá al fundador en la dirección
del periódico con Valentín Delgado como redactor
jefe. En su folletón se publican obras tan significativas
como "Los Retablos de Medina del Campo" (entre 1916
y 1917) del conocido arquitecto Juan Agapito y Revilla, quien,
por cierto, colabora asiduamente en este semanario con artículos
divulgativos sobre el arte local. Consta, como los demás,
de cuatro páginas de doble folio a cuatro columnas, cuyo
formato inicial (así como su lugar de impresión)
variará a partir del nº 524, de 2 de febrero de
1919.
NUEVA
MEDINA. Semanario de Literatura y Comercio
Este
periódico quizá sea uno de los de vida más
efímera ya que tan sólo se conserva un ejemplar
en el Archivo Municipal y no lo hemos visto mencionado en ninguna
parte. Aparece su primer número el 27 de octubre de 1912,
con formato folio y ocho páginas a tres columnas. Lo
dirige Vicente J. Caudanedo y figuran como colaboradores Carlos
Iñigo, Mariano Berceruelo, F. Garcés, Juan Manuel
B. de Quirós y "Ordener". Tiene su Redacción
y Administración en la calle de Simón Ruiz nº
18.
CULTURA
MEDINENSE. Semanario Católico Independiente
Su
primer número sale a la luz el 5 de enero de 1913 y desde
el primer momento aparece ligado estrechamente al Centro Social
Católico en todas sus etapas; conoce varios cambios de
cabecera, así como de sede de administración y
redacción, propiciadas por las vicisitudes de este veterano
"Círculo", aún vigente en la villa.
Los sucesivos títulos que acompañan al de Cultura
Medinense son los de: Semanario Católico-Social y Organo
de la Casa Socal Católica y de los Sindicatos Profesionales.
En los comienzos, su redacción está instalada
en la calle del Almirante nº 16 y su administración
en la calle de Padilla nº 13; con la ubicación del
Centro Social Católico en el Palacio de los Galarza (plaza
de San Agustín) merced a la donación de Eusebio
Giraldo, ambas sedes administrativas pasan a este edificio.
Tras una dirección interina del sacerdote Mariano Rodríguez
Macías, pasan a ocupar dicho cargo oficialmente Ángel
Rivera y más tarde Ángel de León. También
su formato sufre variaciones ya que si inicialmente es de ocho
páginas de tamaño folio a tres columnas, después
de una treintena de números pasa a ser de cuatro de doble
folio a cuatro columnas. Su impresión se lleva a cabo,
primero, en la tipografía de Juan Luis Díez y
luego en la de Francisco Román, ambas de Medina. Entre
los colaboradores más habituales reseñamos los
nombres de Herminio Sanz, Mariano Rodríguez Macías,
Rufino Sáez, Demetrio Mestre, "El Tío Verdades",
"Anlefer", Telesforo Gómez, Aurelio Díaz
y Teodoro Cuadrado. En su folletín se publicaron obras
ya impresas en otros semanarios anteriores como es el caso de
La lámpara de Santiago de Tomás J. Salcedo. De
su desaparición no tenemos constancia (el último
número que se conserva en el Archivo Municipal es de
octubre de 1917).
EL
TIO CELIPE. Diario Anunciador de Ferias
Este
diario festivo, con salida al público únicamente
los ocho días de feria mayor, nace el 1 de septiembre
de 1914 de la mano del maestro Rufino Sáez Gómez,
al que hemos visto colaborar en otros periódicos. El
primer año se compone en un formato de folio a tres columnas,
y en los dos siguientes en folio doble a cuatro (son los tres
años en que nos consta su aparición). Se realiza
en la imprenta medinense de Juan Luis Díez y recoge sólo
noticias feriales, chascarrillos humorísticos y anuncios.
Las firmas seudónimas -"El Buñolero",
"El Avisador", "El de la Tanda", etc.- que
aparecen al pie de los artículos nos hacen sospechar
en una misma procedencia: la del "alma mater" del
diario festivo. El fino humor, la ironía y, sobre todo,
la originalidad, especialmente en los anuncios publicitarios,
quedan patentes en todos los ejemplares que hemos visto, que
llegan hasta 1916.
MEDINA.
Periódico Semanal
Aparece
el 6 de enero de 1917 de la mano de Julio Muñoz García.
Se imprime en primer término en la tipografía
medinense de Francisco Román y, desde noviembre de 1917,
en la Imprenta Castellana, de Valladolid. Con este cambio de
imprenta varía también su composición:
las ocho páginas, sorprendentemente grapadas, de tamaño
folio a tres columnas, se ven reducidas a cuatro de doble folio
a cuatro columnas, con la peculiaridad de abrirse al revés,
es decir, de izquierda a derecha; también cambia su primer
subtítulo por el de Semanario Local. Entre sus colaboradores-redactores
destacan Saúl Gazo Borruel ("Ricardo Monterríos"),
al que hemos visto escribir en otros semanarios contemporáneos,
Benigno Martín Martín, Luis Vitoria Vileya, Fermín
Pérez Menéndez, Ramón Velasco,... Se redacción
se halla, en primer término, en el nº 7 de la calle
de Simón Ruiz, para pasar luego al nº 5 de la Plaza
Mayor. De marcado carácter progresista, se declara en
su nº 66 (7-abril-1918) "semanario liberal, y no sólo
liberal sino antigamacista"; en este número se anuncia
un paréntesis del periódico, que por cierto dura
casi cuatro años ya que el nº67 no aparece hasta
el 7 de febrero de 1922 con una sola hoja impresa (es el último
ejemplar que conocemos). En todo momento pueden verse artículos
de claro enfrentamiento con los semanarios locales contemporáneos
más conservadores Cultura Medinense y Patria.
PATRIA.
Semanario órgano de la juventud maurista
Sale
su primer número el 6 de enero de 1918 y se imprime en
los talleres de Francisco Román (calle de Gamazo números
24 y 26). Su director es Juan Molón y los redactores
más pródigos en artículos Cirilo Gay, Alfredo
Huertas y Mauro Velasco. Consta de cuatro páginas de
doble folio a cuatro columnas. Sus críticas más
aceradas se dirigen contra los "Libero-Albistas" encabezados
en la villa por el alcalde Amado Fernández Molón.
El 21 de febrero de 1918 lanza un número extraordinario
en apoyo de la política del Conde de Gamazo. En el Archivo
Municipal se conservan ejemplares de los años 1918 y
1919.
EL
PROGRESO DE CASTILLA. Semanario Independiente
Tanto
por las personas que lo componen como por la línea editorial
que sigue, podemos afirmar que nace como sucesor del desaparecido
semanario Heraldo de Castilla, cuyo último número
es el del día 27 de febrero de 1921. Aparece el 6 de
marzo de este preciso año con Saúl Gazo Borruel
como director y Federico Velasco Díez como gerente. Tiene
su administración en el nº 1, principal, de la calle
de Bernal Díaz del Castillo, figurando Marín Gazo
(hermano del director) como administrador a partir de 1922.
Entre sus colaboradores cabe reseñar los nombres de Vicente
de la Serna, C. Vega, "Clarito", Braulio Trujillano,
Joaquín Domingo y Federico de Mendizábal. En su
folletón se publican obras del poeta Rufino Sáez
como "La Escabrosa Senda". Consta de cuatro páginas
de doble folio a cuatro columnas y, a la vista de los ejemplares
conservados, desaparece en los días finales de 1922.
SARABRIA.
Semanario de intereses agrícolas, industriales, comerciales
y políticos
El
13 de abril de 1922 sale su primer número en folio doble
a cuatro columnas, bajo la dirección de Jesús
Román Pérez. Tiene su administración en
el Arrabal de Salamanca (hoy Avenida de Portugal) nº 2,
y se imprime en los talleres de Francisco Román hasta
su desaparición en 1927. Tiene como redactores a Vidal
Fernández, Víctor Velasco, Manuel García
Lacunza, José Román Lara, Ulpiano García
"Koke", Ángel Rivera, etc. En su folletín
se recogen escritos de carácter local como "Apuntes
de la Historia de Medina", por Antonio Godínez del
Paz, y obras literarias como Vida del Lazarillo de Tormes de
Diego Hurtado de Mendoza. Sus primeros números se imprimen
en tinta azul. En el Archivo Municipal se conservan ejemplares
de los años 1922-1926.
EL
ECO MEDINENSE. Diario Anunciador de Ferias
También
sale de los talleres tipográficos de Francisco Román
este diario ferial que aparece el 1 de septiembre de 1926 manteniéndose
hasta el 8 del mismo mes de 1931. Impreso en cuatro páginas
de doble folio a dos tintas, en él únicamente
se recoge el día a día de las fiestas patronales
de esos años, anuncios y algún que otro artículo
sobre curiosidades locales firmado por Julián del Río,
auténtico promotor de esta publicación.
LA
SEMANA. Periódico independiente, literario y de información
local
El
primer número de este semanario aparece el 6 de enero
de 1929, realizado en la "Imprenta de La Semana" por
un grupo de personas entre las que cabe citar a Adelardo Sobrino
Rincón, Francisco Giménez Campaña y V.
González Ocaña. Tiene su local de redacción
y administración en la plaza de San Juan nº 2. Su
formato, como es habitual, es de doble folio y consta de dos
hojas a cuatro columnas. Su vida es muy corta y salen a la luz
muy escasos números.
LA
REGIÓN. Periódico Semanal Independiente
Nace
el 5 de enero de 1930 y, a la vista de los ejemplares conservados,
no creemos que superara la decena de números. Se imprime
en Toro en el taller de Luis Calderón, con un formato
algo inferior al doble folio. Tiene su redacción y administración
en la calle de Simón Ruiz nº 10.
LA
VERDAD. Semanario Independiente
Desaparecido
el anterior, coge la antorcha del periodismo local otro semanario
del cual sólo conocemos su primer número, aparecido
el 30 de noviembre de 1930. Jesús Román, hombre
de larga trayectoria periodística en la villa, figura
como su director; se realiza en la Imprenta Sendino y consta
de cuatro páginas de tamaño folio; la redacción
y administración está en la calle Enlosada (hoy
de Gerardo Moraleja) nº 2, bajo derecha.
Antonio
Sánchez del Barrio
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