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Medina del Campo, Villa de las Ferias MEDINA DEL CAMPO, Villa histórica, monumental, escultórica y paisajística

 

HISTORIA DE LA PRENSA ESCRITA EN MEDINA DEL CAMPO

 

LA PRENSA ESCRITA "ENTRESIGLOS" EN MEDINA DEL CAMPO (1865-1930)


| PRESENTACIÓN | EL SARABRIENSE |LA VOZ DE CASTILLA. Periódico semanal enciclopédico |EL MEDINENSE. Periódico Semanal de Intereses Morales y Materiales |EL CASTELLANO. Periódico semanal de noticias é intereses locales y generales | SEMANARIO MEDINENSE. Periódico Ilustrado, Literario, Agrícola y Comercial |SEMANA MEDINENSE. Hoja de Feria |EL INDEPENDIENTE |CANTA-CLARO. Periódico semanal de intereses morales, materiales y políticos |EL ECO MERCANTIL. Semanario científico, literario y comercial |HERALDO DE CASTILLA. Semanario Agrícola Comercial |NUEVA MEDINA. Semanario de Literatura y Comercio |CULTURA MEDINENSE. Semanario Católico Independiente | EL TIO CELIPE. Diario Anunciador de Ferias|MEDINA. Periódico Semanal|PATRIA. Semanario órgano de la juventud maurista|EL PROGRESO DE CASTILLA. Semanario Independiente|SARABRIA. Semanario de intereses agrícolas, industriales, comerciales y políticos|EL ECO MEDINENSE. Diario Anunciador de Ferias|LA SEMANA. Periódico independiente, literario y de información local|LA REGIÓN. Periódico Semanal Independiente|LA VERDAD. Semanario Independiente|BIBLIOGRAFÍA.|


PRESENTACIÓN

Aún está por estudiar en profundidad el papel jugado por la prensa escrita en Medina del Campo, especialmente la del comienzo de su andadura, durante la segunda mitad del siglo XIX, con El Sarabriense, La Voz de Castilla, El Medinense y El Castellano como primeros semanarios. En este sentido, la Fundación Museo de las Ferias, una vez asumida la gestión del Archivo Municipal, está desarrollando un programa específico de investigación que culminará con una publicación exhaustiva sobre esta interesante e inédita documentación.

La exposición que ahora presentamos pretende ser un primer acercamiento a la fuente inagotable y sugestiva de la noticia escrita, leída ahora con la distancia de cien años y, además, coincidiendo precisamente con el momento de otro cambio de siglo y esta vez de milenio.

La selección de artículos y noticias se ha planteado desde la premisa fundamental de abarcar una amplia diversidad de asuntos -las fiestas, la enseñanza, los inventos, los espectáculos, las manifestaciones religiosas, la música, etc.- y que éstos sean de interés para el mayor número posible de personas, desde los más jóvenes a los más mayores. La abundancia de ejemplares (aunque no se conservan colecciones completas) ha jugado a nuestro favor y nos ha ayudado en nuestra intención de mostrar un retrato social de aquellas últimas décadas del siglo XIX y primeras del XX.

Queda para otro momento y otros ámbitos de reflexión, el estudio contrastado de este material desde la perspectiva de la historia, la sociología, la antropología o la política, y el análisis detallado acerca de su veracidad, las intenciones e intereses particulares de los patrocinadores y editores, el auténtico alcance de las diferentes publicaciones, etc. Entretanto, descubramos en las propias palabras y frases de la época en qué momento y en qué circunstancias se anuncia la llegada de la luz eléctrica, los primeros aeroplanos, la fotografía, el cinematógrafo, el teléfono, el fonógrafo y todos aquellos aparatos mecánicos musicales que parecían funcionar por arte de magia; del mismo modo, conozcamos los profundos cambios que con respecto a la actualidad han conocido las expresiones colectivas, la imagen urbana, los anuncios publicitarios o la valoración de nuestro patrimonio monumental.

La actividad periodística de la Medina que cruza el umbral del siglo XIX para adentrarse en las primeras décadas del XX se resume, por un lado, en el elevado número de semanarios que se van sucediendo a medida que desaparecen los anteriores; y, por otro, en la muy corta vida de la gran mayoría de ellos. Al menos veintiún diferentes periódicos -dieciocho semanarios de información general y tres diarios feriales- que hemos incluido en este elenco por su contenido, formato y persistencia en varios años, se publican en Medina del Campo en 65 años, desde El Sarabriense que aparece en 1865, hasta La Verdad, nacido a finales de 1930. No hemos considerado el semanario denominado El Mercantil Medinense, por carecer de datos que corroboren su auténtica existencia; de él tan sólo conocemos una referencia indirecta procedente de El Castellano de 4 de junio de 1893, donde se dice que existía en 1882.

EL SARABRIENSE

A pesar de no imprimirse en Medina, ya que lo hace en la tipografía de Sardón y Cía. regentada por Vicente Maldonado, es el primer periódico con temas locales aparecido en la villa. Dirigido por José María García, sale a la luz en los primeros días de enero de 1865 y se publica durante dos años (Rodríguez, 1903-1904, pp.772-773). Entre sus redactores figuran Antero Moyano, Francisco Fernández Polanco, Inocencio Cuadrillero, Pedro Cárdenas, Juan Camaño, "Casado", Vicente Puente, etc. (Almuiña, 1977, I, pp.835-836). En El Norte de Castilla de 15 de febrero de 1865, se acusa recibo del nuevo semanario dedicándole grandes elogios y deseándole una larga vida. En el Archivo Municipal no hemos encontrado ejemplar alguno del mismo, sin embargo, sabemos de alguno de sus artículos, debidos a la pluma del cronista Antero Moyano, recogidos por Ortega Rubio en su obra Los pueblos de la provincia de Valladolid (Ortega, 1895), y publicados en el año del nacimiento del semanario, de gran interés para la historia del arte local dado que en algunos de ellos se describen obras y edificios singulares que desaparecerán al poco tiempo; así, refiriéndonos a la obra citada: en la p.236, sobre el palacio de los Pascual (El Sarabriense, 28-mayo); en las pp.244-245, sobre el convento de San Andrés (ídem. 16-julio) y el convento de la Visitación o de Fajardas (ídem. 14-mayo); en la p.246, sobre el Castillo de la Mota (ídem. 22-enero); y en la p.250, sobre la casa natal de Fr. Lope de Barrientos (ídem. 26-marzo).

LA VOZ DE CASTILLA. Periódico Semanal Enciclopédico

Fundado por Antonio Velázquez Alonso, su número prospecto sale a la luz en septiembre de 1884 y el primer número el 3 de octubre del mismo año. Ya en la carta que su propietario y director envía al Ayuntamiento solicitando el permiso de impresión y circulación pública, se anuncia que ésta se llevará a cabo en los talleres de Bibiano Sánchez en Peñaranda de Bracamonte, aunque su publicación será en Medina. Cinco años más tarde (núm.23, 3-marzo-1889) se anuncia que "para complacer al mayor número de suscriptores", el periódico se hará en Valladolid, en la imprenta de Leonardo Miñón; con este cambio, la calidad tipográfica y de impresión mejora notablemente. Siempre de cuatro páginas, los cinco primeros números salen a tres columnas y los restantes, ya con formato de doble folio, a cuatro. Su administración se encuentra en la calle de Bravo, nº 5 y entre otros redactores y colaboradores figuran: José López Casas, Luis Fernández Polanco, el Dr. S. Medrano Estévez, Bonifacio González Rubio, Tomás de Jesús Salcedo, Antonio Barrio, etc. En el "folletín" que publica por entregas, aparecen obras de cierto interés como Estudio crítico sobre las ideas de Gobierno y Administración del Marqués de la Ensenada, de Juan Alonso San José (5-XI-84 / 26-V-85); así como el texto íntegro del "Arreglo parroquial del Arzobispado" y las nuevas "Demarcaciones territoriales de las parroquias" a lo largo del año 1885. El último número que conocemos es el correspondiente al 26 de septiembre de este último año.

Este semanario conoce una segunda época durante los años 1926-1927, cuyo primer número sale el 24 de octubre de 1926. Su director es Ángel Rivera y la "iniciadora y patrocinadora" Dª Eugenia Casado Gavilán. Tiene su local de administración y redacción en el nº 6 principal de la calle del Almirante, aunque se imprime en Nava del Rey en los talleres de Francisco García Vicente. Consta de cuatro páginas a cuatro columnas y colaboran en su redacción Federico Velasco, Fermín Vega y Manuel del Río. La cabecera de esta segunda época es La Voz de Castilla. Periódico Semanal Independiente. En el Archivo Municipal se conservan los ejemplares de los dos primeros años y algunos ejemplares de la segunda época.

EL MEDINENSE. Periódico Semanal de Intereses Morales y Materiales

Primer semanario impreso en Medina, se publica los domingos a partir del 28 de agosto de 1887, fecha de su primer número (su prospecto salió el 14 de agosto de ese año). Dirigido por Pablo Federico Álvarez, se imprime en los talleres que él mismo posee (Imp. y Tipª de Álvarez), teniendo su primera redacción en el nº 30 de la Acera de la Joyería de la Plaza Mayor, y, posteriormente, en el nº 4 de la calle de Padilla. A partir del número 78 aparece con nueva cabecera, añadiendo un subtítulo más largo: Periódico Semanal de Intereses Morales y Materiales, Ciencias, Artes y Literatura. Colaboran con sus artículos personas de cierto relieve intelectual en la Medina de entonces a cuya trayectoria profesional y artículos publicados se alude en algunas de las obras sobre la historia de Medina (Rodríguez, 1903-1904, 773-774 y Moraleja, 1971, p. 328): Antero Moyano, Pascasio López Zarzuelo, Tomás de Jesús Salcedo, Antonio Velázquez Alonso (director del anterior semanario La Voz de Castilla), Emilio Gante, Casimiro Rodríguez Toribio, etc. Entre los artículos más notables están los de carácter biográfico referidos a Bernal Díaz del Castillo, San Juan de la Cruz, P. Hernando de la Concha, Antonio Rincón,...; los de temas costumbristas y de historia local: La Ordenanza de los Fuegos, El Címbalo, La Fuente de San Francisco, las Antiguas Ferias, Impresores, Museo Biblioteca Medinense, Voto de San Boal, Privilegio de las Cucharas, El Cuartel,... Su extensión es de cuatro páginas con formato de doble folio a cuatro columnas. Entre otras obras publicadas en su folletín destacan: Poesía Inédita, de Anacleto Carmelo Garviras; Lealtad de un Medinense. Episodio Histórico, de Saturnino González y Reguera; Breves observaciones acerca de la industria lanera en España, de Tomás J. Salcedo; La Orden militar del Grifo, de J.L. de Casas; etc. Según se cuenta en El Castellano de 4-junio-1893, El Medinense desaparece en su séptimo año, el día 15 de mayo de 1893, tras una crisis económica que no puede superar, habiendo publicado 292 números (Almuiña, II, pp.379-380). Es, sin duda, uno de los de mayor interés para la historia local de la villa.

EL CASTELLANO. Periódico semanal de noticias é intereses locales y generales

Su primer número sale a la luz el domingo 19 de octubre de 1890 (Almuiña, II, pp.388-389) de la imprenta y librería de Benito Manuel (Plaza Mayor, 50) que es quien figura como director-propietario hasta su desaparición el 11 de julio de 1896. De este fecundo editor sabemos que se afincó en Medina en enero de 1880 después de trabajar en varias imprentas de Madrid y Valladolid (Rubio, 1986, p.372). Consta, en primer término, de cuatro páginas en folio doble a tres columnas que con el tiempo se amplían a cinco y su ámbito de información se extiende, además del propio de la comarca de Medina, a las de Olmedo y Nava del Rey. En sus 324 números se recogen artículos de un amplio número de redactores y colaboradores, entre los que se hallan de modo fugaz los célebres escritores Emilio Ferrari, Narciso Alonso Cortés y la condesa de Pardo Bazán; con ellos, Pascasio López Zarzuelo, Francisco Fernández Polanco, Teodoro Díez Sangrador, Alberto Masferrer, Eduardo Villafría y un largo etcétera (Sánchez, 1990).

EL CASTELLANO

En este mes de octubre del año de 1890 se imprimió en Medina del Campo un periódico semanal titulado El Castellano que salía los domingos y el Número I fue el del Domingo día 19. Entre la larga lista de colaboradores sólo figuran dos mujeres: Doña Emilia Pardo Bazán y Doña Magdalena de Monteblanco. El periódico fue denunciado dos veces, concretamente los números 25 y 71 y ambas veces fue absuelto. En la lista de los 10 “Artículos Notables” publicados en él, uno se titula Don Álvaro de Bazán, que supongo que sería de Doña Emilia Pardo Bazán, que compartía su linaje con el ilustre Almirante y Marqués de Santa Cruz al que sustituiría al frente de la Armada invencible Don Alonso Pérez de Guzmán, el yerno de la Princesa de Éboli. Curiosamente, tres de esos artículos notables están dedicados a Colón con los siguientes títulos:

“Al inmortal Colón”.

“ ¡Tierra! A Cristóbal Colón”

“Cristóbal Colón en Salamanca”

Y otro titulado “Santa María la Gallega”, que supongo que se refiera a la nao Santa María, antes llamada la Gallega, de la que en Andalucía se ignoraba todo y se tenía por propiedad del santoñés Juan de la Cosa, que trabajaba en Andalucía para el Duque de Medinaceli. Yo acostumbro a creer a la gente, quizás mal hecho (eres demasiado crédula me han dicho muchas veces en esta vida) y cuando leía a Colón que él había puesto todo en el viaje de 1492, salvo un cuento de maravedíes que aportó la casa real, le creí; y hasta le entendía que considerase las Indias como cosa suya ante tantas burlas, descalificaciones de los científicos, etc. que tuvo que soportar antes de hacer realidad su empresa, y por esto cuando leía después en las Probanzas de los servicios de Juan Niño que un nieto de éste decía que una de las tres naves era de Cristóbal Colón, le creí también, y pensé que aquella nao se la pudo vender un Velasco, puesto que procedía de los astilleros del Cantábrico y su hijo Fernando nos habla de un Velasco gallego, linaje tan vinculado a la marina y a Laredo como el de Escalante, que tuvo astilleros propios en Colindres, donde se hacían barcos para la armada real y muchos con la madera de los robles de los montes de Ucieda, que fueron de los mayores productores de la provincia de esta clase de árboles. Y como estos montes están fronteros del Valle de Buelna, y mi padre iba mucho por ellos y por el Pico Mozagro, es por lo que estos nombres fueron de los primeros que oí en mi infancia y me son tan familiares. Hoy lo de Mozagro me suena como los Montes Zagros (Sacros, hijos de Zeus) de la cordillera asiática, al norte de Persia. Y además se daba la casualidad de que Juan de la Cosa era de Santoña, antiguo solar de los Velasco, y que tenía propiedades en Santoña linderas de Doña Elvira de Haro y Santiago. Se dice que los apellidos Santiago y Pelegrín o Pelegrino son originarios de Galicia y que se asentaron en la Montaña cuando se hacía por mar el Camino de Santiago en navegaciones de cabotaje.Así que quizás en esos artículos de El Castellano podría encontrarse algún dato interesante y tendré que ir a las hemerotecas de Medina del Campo.

Cuando estuve en Madrigal y Medina del Campo, las villas en las que nació y murió la Reina Católica, separadas por pocos kilómetros, aunque la primera pertenezca a la provincia de Ávila y la segunda a la de Valladolid, fui por el tema de Gabriel de Espinosa, el falso rey Don Sebastián de Portugal, y recuerdo que le dije a Firmo Zurdo: “Yo creo que a lo mejor Antonio Pérez, aunque naciese en Madrid, pudo ser empadronado en alguna de estas villas”. Quizás porque había leído a Don Gregorio Marañón que a Gonzalo Pérez le dejaban en Medina regalos que le traían mercaderes extranjeros que venían a sus ferias y por la amistad que tenía con don Juan Álamos, hidalgo de Medina y padre de Baltasar Álamos de Barrientos, linaje que tan familiar le era a Sancho y que tanto a éste como al Bachiller Sansón Carrasco y al primo le eran también familiares las imprentas. Y como el nombre de otro Antonio Pérez le encontramos junto al de Cristóbal Laso Vaca, hoy es el día que no he renunciado a esta hipótesis. Incluso he llegado a pensar que al Bachiller Carrasco se le llama Sansón por la vinculación de este nombre con los principios de la imprenta como vamos a ver.

A Gonzalo Pérez se le menciona en la Imprenta de Medina al mismo tiempo que a Antonio de Obregón. A propósito de una nueva traducción y edición de los Triunfos de Petrarca, dice Hernando de Hoces, criado del Duque de Medinaceli, en la Dedicatoria a éste de la obra: "Después que Garcilaso de la Vega y Juan Boscán truxeron a nuestra lengua la medida del verso Toscano, han perdido con muchos tanto crédito las cosas hechas, o traducidas en cualquier género de verso de los que antes en España se usaban, que ya casi ninguno las quiere ver (...) Y como una de ellas, y aun a mi parecer de las mejores, fuesse la Traducción de los Triunfos de Petrarca, hecha por Antonio de Obregón; porque algunos amigos míos que no entendían el Toscano, no dejasen por esta causa de ver una cosa de tanto valor, como los dichos Triunfos son, en algunos ratos del verano passado, que para ello tuve desocupado, hice otra nueva traducción en la misma medida y número de versos que el Toscano tiene (...) que al pie de la letra se imite también en esto la manera del verso italiano, como en todas las otras cosas: puesto caso que no es justo que ninguno condene malo aquello que Don Diego de Mendoza, y el secretario Gonçalo Pérez, y don Juan Coloma, y García Lasso de la Vega, y Juan Boscán, y otras muchas personas doctas tienen aprobado por bueno”, etc. (impreso en Medina del Campo en 1554 en casa de Guillermo de Millis, detrás de San Antolín).

Así que el criado del Duque de Medinaceli tenía a Gonzalo Pérez por conocedor del toscano y pensaba de las traducciones como Don Quijote cuando habla del Orlando de Ariosto que tradujo del toscano al castellano el aragonés Jiménez de Urre, a quien en 1555 este mismo Millis le imprimía en Medina: “Discursos de la vida humana, y aventuras del Caballero determinado, traducido de Francés por don Ieronymo de Urrea”.

En cuanto al nombre de Antonio Pérez, nos encontramos a un cerero y a un fraile benito llamados así. En el Protocolo de Pedro Rodríguez, año 1605, se encuentra un Poder de Antonio Pérez, cerero de Medina del Campo, a Cristóbal Laso Vaca, impresor de libros, para que se pueda obligar como fiador de lo que importen 400 resmas de papel de imprimir, que habrá de comprar para Francisco García, impresor, y para el dicho Lasso, 28 de febrero de 1605, que es el año en que dejó de imprimir allí y se publicó el Quijote.
En otro documento consta la “Obligación de Cristóbal Lasso Vaca, impresor de libros, vecino de Medina del Campo, por sí y en nombre de Francisco García y Antonio Pérez, de pagar a Jerónimo y Francisco Lorente, milaneses, residentes en la corte, 4.896 reales, precio de 408 resmas de papel de imprimir a 12 reales, y que pagará en Valladolid, la mitad para el mes de Mayo, y la otra mitad para el fin del mes de Agosto de este presente año. Valladolid y Marzo de 1605”.

(Madrid, Protocolo de Juan Calvo, 1605, fol. 310)

El precio de la resma de papel de Génova estaba entonces entre 12 y 17 reales. Fray Prudencio de Sandoval, abad del monasterio de San Isidro, junto a Dueñas, cronista de S.M., pedía a Martín de Córdoba, librero de Valladolid, que la impresión de la “Historia del Emperador Carlos V” fuese en “papel de Génova, o de Francia, contrahecho al de Génova.” (Madrid, Protocolo de Antonio de Lacalle, 1604, fol. 26).

Recuérdese que Montalvo era de Medina del Campo y que sus hijos se apellidaban Vaca, es decir, que este Cristóbal Laso Vaca podría ser nieto del autor del Amadís de Gaula, al igual que Montalvo estar emparentado con los Álamos de Barrientos, pues un hermano de Don Baltasar usaba el apellido Montalvo.

Yo no sé si el mencionado Obregón era familiar del Juan de Obregón que escribía a Martín de Quijano, pero curiosamente éste le habla de libros en las cartas (que en el próximo correo le mandaría los libros que le había pedido, que le había traído de Italia de parte de su tío (¿Juan de Alarcón?) uno titulado “Ragión di Estato”, etc). Por otra parte, Obregón es linaje montañés, un Obregón era lindero de una casa de Gonzalo Pérez en Madrid, Fernando Colón compró libros en Medina del Campo, etc.

Dado que en Medina había otros Antonio Pérez más o menos de la edad del secretario y como Sancho le dice al Bachiller Sansón Carrasco lo del “desagradecimiento con alguno” (cap.II, III) y éste parece hijo de una Bustamante, es por lo que pensaba que podría haberse empadronado en Medina sin mayores problemas por lo común de su nombre y saber también de imprentas como el Bachiller Sansón Carrasco y como este otro Sansón de los primeros momentos de la imprenta:

Fuente: Publicado por Rosa Ruiz en 11:30

SEMANARIO MEDINENSE. Periódico Ilustrado, Literario, Agrícola y Comercial

Sin duda el semanario mejor editado y de más cuidada tipografía, aparece el 1 de enero de 1899, conteniendo únicamente artículos literarios magníficamente ilustrados con grabados, dibujos o fotografías de vistas generales, cuadros costumbristas o pinturas, obtenidas todas ellas de las publicaciones de tirada nacional; asimismo se recogen artículos de moda procedentes de revistas como Blanco y Negro o La Ultima Moda, dejando su última plana para anuncios, pasatiempos e información sobre el mercado local. Los números que hemos manejado constan de ocho páginas de tamaño folio. Fue su director Honorio Román Pérez y se imprime en los talleres medinenses de los Hermanos Román.

SEMANA MEDINENSE. Hoja de Feria

Este curioso periódico ferial aparece en 1901 y contiene únicamente artículos sobre los diferentes aspectos de las ferias y fiestas patronales de San Antolín: encierros y corridas de novillos, teatro, cine, música,... y, cómo no, anuncios publicitarios que permiten su existencia. Se compone en la imprenta de Honorio Román, situada en el número 12 de la calle de Padilla. Consta de dos páginas a doble folio y sale cada uno de los ocho primeros días de septiembre.

EL INDEPENDIENTE

De este semanario no conocemos hasta la fecha ejemplar alguno, sin embargo, gracias a las informaciones que nos proporciona Ildefonso Rodríguez sabemos que su primer número sale a la luz el 27 de marzo de 1904, que se realiza en la imprenta de Pedro Saomil a cargo de Juan Luis Díez y que cuenta con un reducido número de redactores entre los que figuran Benigno Martín y Martín, José Calvo y Sanz, José Mª Martín, Ulpiano García Rodríguez y Antonio Velázquez Alonso (Rodríguez, 1903-1904, p.776).

CANTA-CLARO. Periódico semanal de intereses morales, materiales y políticos

Este polémico semanario aparecido el 21 de enero de 1906 se imprime en los talleres de Francisco Román, precisamente su primer Director-Administrador, a quien sustituirá Teodoro Gil Sangrador, quizá hasta 1917 año de su muerte (Rubio, 1986, p.375). Consta de cuatro páginas de formato de folio doble a tres columnas y recoge artículos, entre otros, de "Don Gumersindo", "Uno de tantos", "Bachiller Carrasco", Roberto Randel, Jesús Román, etc. En sus secciones "Matinées Concejiles, " Giraldinas", "De ocultaciones" o "Variedades" se lleva a cabo una persistente campaña de enfrentamiento político contra Eusebio Giraldo y Clemente Fernández de la Devesa, enmarcada dentro del convulsionado ambiente político local -y nacional- de comienzos de siglo, que lleva al Sr. Román ante los tribunales. La colección de los veintinueve primeros números de este periódico que hemos manejado pertenece a la familia Rodríguez Rodríguez; en el Archivo Municipal tan sólo se conservan los nºs 2 y 26.

EL ECO MERCANTIL. Semanario científico, literario y comercial

Tiene su administración en el Arrabal de Salamanca (hoy Avda. de Portugal) nº 22, y sale a luz el 15 de noviembre de 1908. Su primer director es Cayo Salvadores y, a partir de 1911, figura ya Julián Fernández. Se imprime, en primer término, en los talleres medinenses de Francisco Román, y posteriormente en los de A. Rodríguez en Valladolid. Entre sus redactores se hallan los nombres de Ulpiano García "Koke", Tomás M. Reguera, J. Eliz, Antonio Armenta, A. Daretas, "Petronio", Federico García, el Padre Cobos, etc. Muy enfrentado con su contemporáneo el Heraldo de Castilla, se declara abiertamente "antialbista", es decir, contrario a la política de Santiago Alba.

HERALDO DE CASTILLA. Semanario Agrícola Comercial

Fundado y dirigido en sus primeros años por Mariano Fernández de la Devesa, se declara de tendencia "liberal-albista", y, como acabamos de apuntar, mantiene un agrio enfrentamiento con El Eco Mercantil, de simpatías "gamacistas" ("giraldistas" en la esfera local, por Eusebio Giraldo y su hijo Rafael, ambos Diputados a Cortes). Es el semanario local de vida más larga -excepción hecha del actual La Voz de Medina- ya que nace el 7 de marzo de 1909 y desaparece en 1921 (el último número que conocemos es el del 27 de febrero). Se imprime en los talleres tipográficos que Francisco Román tiene en la calle Gamazo números 24 y 26, y su redacción está instalada en el domicilio del director, calle de Salinas 1, (hoy de Rafael Giraldo). Saúl Gazo Borruel sustituirá al fundador en la dirección del periódico con Valentín Delgado como redactor jefe. En su folletón se publican obras tan significativas como "Los Retablos de Medina del Campo" (entre 1916 y 1917) del conocido arquitecto Juan Agapito y Revilla, quien, por cierto, colabora asiduamente en este semanario con artículos divulgativos sobre el arte local. Consta, como los demás, de cuatro páginas de doble folio a cuatro columnas, cuyo formato inicial (así como su lugar de impresión) variará a partir del nº 524, de 2 de febrero de 1919.

NUEVA MEDINA. Semanario de Literatura y Comercio

Este periódico quizá sea uno de los de vida más efímera ya que tan sólo se conserva un ejemplar en el Archivo Municipal y no lo hemos visto mencionado en ninguna parte. Aparece su primer número el 27 de octubre de 1912, con formato folio y ocho páginas a tres columnas. Lo dirige Vicente J. Caudanedo y figuran como colaboradores Carlos Iñigo, Mariano Berceruelo, F. Garcés, Juan Manuel B. de Quirós y "Ordener". Tiene su Redacción y Administración en la calle de Simón Ruiz nº 18.

CULTURA MEDINENSE. Semanario Católico Independiente

Su primer número sale a la luz el 5 de enero de 1913 y desde el primer momento aparece ligado estrechamente al Centro Social Católico en todas sus etapas; conoce varios cambios de cabecera, así como de sede de administración y redacción, propiciadas por las vicisitudes de este veterano "Círculo", aún vigente en la villa. Los sucesivos títulos que acompañan al de Cultura Medinense son los de: Semanario Católico-Social y Organo de la Casa Socal Católica y de los Sindicatos Profesionales. En los comienzos, su redacción está instalada en la calle del Almirante nº 16 y su administración en la calle de Padilla nº 13; con la ubicación del Centro Social Católico en el Palacio de los Galarza (plaza de San Agustín) merced a la donación de Eusebio Giraldo, ambas sedes administrativas pasan a este edificio. Tras una dirección interina del sacerdote Mariano Rodríguez Macías, pasan a ocupar dicho cargo oficialmente Ángel Rivera y más tarde Ángel de León. También su formato sufre variaciones ya que si inicialmente es de ocho páginas de tamaño folio a tres columnas, después de una treintena de números pasa a ser de cuatro de doble folio a cuatro columnas. Su impresión se lleva a cabo, primero, en la tipografía de Juan Luis Díez y luego en la de Francisco Román, ambas de Medina. Entre los colaboradores más habituales reseñamos los nombres de Herminio Sanz, Mariano Rodríguez Macías, Rufino Sáez, Demetrio Mestre, "El Tío Verdades", "Anlefer", Telesforo Gómez, Aurelio Díaz y Teodoro Cuadrado. En su folletín se publicaron obras ya impresas en otros semanarios anteriores como es el caso de La lámpara de Santiago de Tomás J. Salcedo. De su desaparición no tenemos constancia (el último número que se conserva en el Archivo Municipal es de octubre de 1917).

EL TIO CELIPE. Diario Anunciador de Ferias

Este diario festivo, con salida al público únicamente los ocho días de feria mayor, nace el 1 de septiembre de 1914 de la mano del maestro Rufino Sáez Gómez, al que hemos visto colaborar en otros periódicos. El primer año se compone en un formato de folio a tres columnas, y en los dos siguientes en folio doble a cuatro (son los tres años en que nos consta su aparición). Se realiza en la imprenta medinense de Juan Luis Díez y recoge sólo noticias feriales, chascarrillos humorísticos y anuncios. Las firmas seudónimas -"El Buñolero", "El Avisador", "El de la Tanda", etc.- que aparecen al pie de los artículos nos hacen sospechar en una misma procedencia: la del "alma mater" del diario festivo. El fino humor, la ironía y, sobre todo, la originalidad, especialmente en los anuncios publicitarios, quedan patentes en todos los ejemplares que hemos visto, que llegan hasta 1916.

MEDINA. Periódico Semanal

Aparece el 6 de enero de 1917 de la mano de Julio Muñoz García. Se imprime en primer término en la tipografía medinense de Francisco Román y, desde noviembre de 1917, en la Imprenta Castellana, de Valladolid. Con este cambio de imprenta varía también su composición: las ocho páginas, sorprendentemente grapadas, de tamaño folio a tres columnas, se ven reducidas a cuatro de doble folio a cuatro columnas, con la peculiaridad de abrirse al revés, es decir, de izquierda a derecha; también cambia su primer subtítulo por el de Semanario Local. Entre sus colaboradores-redactores destacan Saúl Gazo Borruel ("Ricardo Monterríos"), al que hemos visto escribir en otros semanarios contemporáneos, Benigno Martín Martín, Luis Vitoria Vileya, Fermín Pérez Menéndez, Ramón Velasco,... Se redacción se halla, en primer término, en el nº 7 de la calle de Simón Ruiz, para pasar luego al nº 5 de la Plaza Mayor. De marcado carácter progresista, se declara en su nº 66 (7-abril-1918) "semanario liberal, y no sólo liberal sino antigamacista"; en este número se anuncia un paréntesis del periódico, que por cierto dura casi cuatro años ya que el nº67 no aparece hasta el 7 de febrero de 1922 con una sola hoja impresa (es el último ejemplar que conocemos). En todo momento pueden verse artículos de claro enfrentamiento con los semanarios locales contemporáneos más conservadores Cultura Medinense y Patria.

PATRIA. Semanario órgano de la juventud maurista

Sale su primer número el 6 de enero de 1918 y se imprime en los talleres de Francisco Román (calle de Gamazo números 24 y 26). Su director es Juan Molón y los redactores más pródigos en artículos Cirilo Gay, Alfredo Huertas y Mauro Velasco. Consta de cuatro páginas de doble folio a cuatro columnas. Sus críticas más aceradas se dirigen contra los "Libero-Albistas" encabezados en la villa por el alcalde Amado Fernández Molón. El 21 de febrero de 1918 lanza un número extraordinario en apoyo de la política del Conde de Gamazo. En el Archivo Municipal se conservan ejemplares de los años 1918 y 1919.

EL PROGRESO DE CASTILLA. Semanario Independiente

Tanto por las personas que lo componen como por la línea editorial que sigue, podemos afirmar que nace como sucesor del desaparecido semanario Heraldo de Castilla, cuyo último número es el del día 27 de febrero de 1921. Aparece el 6 de marzo de este preciso año con Saúl Gazo Borruel como director y Federico Velasco Díez como gerente. Tiene su administración en el nº 1, principal, de la calle de Bernal Díaz del Castillo, figurando Marín Gazo (hermano del director) como administrador a partir de 1922. Entre sus colaboradores cabe reseñar los nombres de Vicente de la Serna, C. Vega, "Clarito", Braulio Trujillano, Joaquín Domingo y Federico de Mendizábal. En su folletón se publican obras del poeta Rufino Sáez como "La Escabrosa Senda". Consta de cuatro páginas de doble folio a cuatro columnas y, a la vista de los ejemplares conservados, desaparece en los días finales de 1922.

SARABRIA. Semanario de intereses agrícolas, industriales, comerciales y políticos

El 13 de abril de 1922 sale su primer número en folio doble a cuatro columnas, bajo la dirección de Jesús Román Pérez. Tiene su administración en el Arrabal de Salamanca (hoy Avenida de Portugal) nº 2, y se imprime en los talleres de Francisco Román hasta su desaparición en 1927. Tiene como redactores a Vidal Fernández, Víctor Velasco, Manuel García Lacunza, José Román Lara, Ulpiano García "Koke", Ángel Rivera, etc. En su folletín se recogen escritos de carácter local como "Apuntes de la Historia de Medina", por Antonio Godínez del Paz, y obras literarias como Vida del Lazarillo de Tormes de Diego Hurtado de Mendoza. Sus primeros números se imprimen en tinta azul. En el Archivo Municipal se conservan ejemplares de los años 1922-1926.

EL ECO MEDINENSE. Diario Anunciador de Ferias

También sale de los talleres tipográficos de Francisco Román este diario ferial que aparece el 1 de septiembre de 1926 manteniéndose hasta el 8 del mismo mes de 1931. Impreso en cuatro páginas de doble folio a dos tintas, en él únicamente se recoge el día a día de las fiestas patronales de esos años, anuncios y algún que otro artículo sobre curiosidades locales firmado por Julián del Río, auténtico promotor de esta publicación.

LA SEMANA. Periódico independiente, literario y de información local

El primer número de este semanario aparece el 6 de enero de 1929, realizado en la "Imprenta de La Semana" por un grupo de personas entre las que cabe citar a Adelardo Sobrino Rincón, Francisco Giménez Campaña y V. González Ocaña. Tiene su local de redacción y administración en la plaza de San Juan nº 2. Su formato, como es habitual, es de doble folio y consta de dos hojas a cuatro columnas. Su vida es muy corta y salen a la luz muy escasos números.

LA REGIÓN. Periódico Semanal Independiente

Nace el 5 de enero de 1930 y, a la vista de los ejemplares conservados, no creemos que superara la decena de números. Se imprime en Toro en el taller de Luis Calderón, con un formato algo inferior al doble folio. Tiene su redacción y administración en la calle de Simón Ruiz nº 10.

LA VERDAD. Semanario Independiente

Desaparecido el anterior, coge la antorcha del periodismo local otro semanario del cual sólo conocemos su primer número, aparecido el 30 de noviembre de 1930. Jesús Román, hombre de larga trayectoria periodística en la villa, figura como su director; se realiza en la Imprenta Sendino y consta de cuatro páginas de tamaño folio; la redacción y administración está en la calle Enlosada (hoy de Gerardo Moraleja) nº 2, bajo derecha.

Antonio Sánchez del Barrio

 

BIBLIOGRAFÍA:

 

ALMUIÑA, Celso: La Prensa Vallisoletana durante el s. XIX. Valladolid: DIputación Provincial, 1977 (2 vols.)

MORALEJA, Gerardo: Historia de Medina del Campo. Medina del C., Imp. Manuel Mateo, 1971

ORTEGA RUBIO, Juan: Los pueblos de la provincia de Valladolid (Valladolid, 1895). Reed. facsímil del Grupo Pinciano, Valladolid, 1979

RODRÍGUEZ Y FERNÁNDEZ, Ildefonso: Historia de la muy noble, muy leal y coronada villa de Medina del Campo. Madrid: Imp. de S. Francisco de Sales, 1903-1904

RUBIO, Lorenzo: "Literatura y cultura en Medina del Campo", en Hª de Medina del Campo y su Tierra. Valladolid: Ayto. de Medina y otros, 1986 (3 tomos), t.III

SÁNCHEZ DEL BARRIO, Antonio: "Cien años de El Castellano" en El Norte de Castilla de 29-X-1990


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