El brutal atentado terrorista
provocó la suspensión, desde primera hora
de ayer,
de los trenes regionales y de larga distancia cuyo trayecto
termina en Madrid o pasa ineludiblemente por las vías
de la capital de España. «Los trenes del
noroeste no pasan de Ávila», explicó
a media tarde de ayer un portavoz del gabinete de Prensa
de Renfe en Castilla y León. Antes del mediodía
se procedió directamente a no poner ningún
billete a la venta con destino a Madrid, aunque las ventanillas
de las estaciones permanecieron abiertas para cambiar
las fechas del viaje o devolver el dinero a los viajeros.
Lo
que en principio fue una suspensión «indefinida»
a las 11.00 horas, al mantenerse «acordonado»
todo el acceso ferroviario a Madrid, varió a las
18.30 horas con la reapertura de las vías para
los trenes del noroeste. El servicio con el norte de la
península se restableció con salida y llegada
siempre a las estaciones madrileñas de Príncipe
Pío y Chamartín, porque el tráfico
ferroviario en todo el complejo de la estación
de Atocha, a donde llegan los trenes del sureste español
siguió suspendido a causa de las inspecciones técnicas.
El personal que atendió los teléfonos de
información estuvo literalmente «asfixiado»
de trabajo durante todo el día.
Retorno
en tren
La
capital abulense, para los trenes del norte del país,
y las estaciones castellanomanchegas de Cuenca, Alcázar
de San Juan (Ciudad Real), Guadalajara y Talavera de la
Reina fueron el destino de todos los trenes que circularon
hacia Madrid a lo largo de toda la jornada. Renfe ofreció
a todos los viajeros que llegaban en esos convoyes retornar
a su lugar de origen en los mismos trenes o proseguir
viaje hacia la capital de España en autobús.
Los
responsables de Renfe decidieron detener otros dos trenes
en la estación zaragozana de Calatayud, en Illescas
(Toledo) y en Medina del Campo. Fueron el Altaria Pamplona-Madrid,
el Cáceres-Madrid y el Talgo Gijón-Alicante.
Renfe habilitó en la mañana de ayer como
transporte alternativo diferentes autobuses, concretamente
los usuarios de los Talgo Gijón-Alicante y A Coruña-Madrid,
fueron trasladados a sus destinos en autobuses desde la
estación de Medina del Campo, y los usuarios del
Talgo Alicante-Gijón, llegaron en autobús
a la estación medinense desde donde prosiguieron
su viaje en tren. Estas medidas afectaron aproximadamente
a unos 300 viajeros.
Otro
centenar de personas que llegaron a Ávila en el
Talgo Santander-Madrid fueron trasladadas por carretera,
la mitad hasta la capital de España y el resto
hasta Alicante. Los vagones de este último convoy
se fueron quedando medio vacíos ya desde tierras
cántabras, ya que en Torrelavega empezaron a bajar
los primeros viajeros que, tras conocer noticias del atentado
de Madrid, optaron por suspender el viaje. Renfe facilitó
autobuses en Castilla y León para viajeros de siete
trenes.
Controles
policiales
Agentes
de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado intensificaron
los controles policiales en las carreteras de las provincia
colindantes con Madrid, Ávila y Segovia y también
Valladolid y Burgos, por donde discurren las autovías
-muy transitadas- que unen la capital de España
con La Coruña e Irún.
El
delegado del Gobierno en Castilla y León, Isaías
García Monge confirmó que en Castilla y
León se habían activado todos los sistemas
de vigilancia y que los agentes del Cuerpo Nacional de
Policía y de la Guardia Civil se mantuvieron en
máxima alerta durante toda la jornada.
Este
tipo de controles y los establecidos en los accesos a
Madrid no tuvieron repercusión en el tráfico
en las entradas desde Castilla y León hacia la
Comunidad de Madrid. Desde la empresa que cobra el peaje
de los túneles de Guadarrama aseguraron haberse
limitado a establecer las medidas «demandadas por
la Guardia Civil», sin entrar en mayores detalles.