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Visión del sepulcro descubierto
tras un retablo en la Colegiata de Medina del Campo.
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Las
obras que desde hace unos meses se están llevando a cabo
en la Colegiata de Medina del Campo ya han dado la primera sorpresa,
al descubrir hace dos semanas un sepulcro de gran interés
artístico y que podría datar de finales del siglo
XV, tras un retablo. El promotor de esta obra es la Fundación
del Patrimonio Histórico, y la está llevando a cabo
miembros de la empresa CYM Yañez.
Según
el Arquitecto responsable del Plan Director de la Colegiata, Antonio
García Paniagua, los datos apuntan a que el sepulcro fue
trasladado desde su ubicación inicial, lugar que se desconoce
cuál pudo ser, hasta una capilla hornacina muy sobria,
con un arco de medio punto y una relativa profundidad, situada
en el muro sur en el lado de la epístola, puesto que la
pieza difícilmente entra en la hornacina. Los primeros
datos apuntan a que la familia de Los Mercado pueda ser los propietarios
del sepulcro, ya que en el edificio anterior a la construcción
de la Colegiata ya tenían una zona de enterramiento. Los
Mercado eran una familia conocida e importante en la villa de
las ferias en torno a los años 1470 a 1517, fecha que aparece
en un contrato del enterramiento. El sepulcro es de un cuerpo
yacente, con una vestimenta religiosa, lo que indica que puede
pertenecer a alguien vinculado al clero y relacionado con la Colegiata.
El cuerpo es de mármol negro tallado, la casulla tiene
un esculpido bastante rico, y la cabeza y las manos, que se encuentran
en actitud orante, son de alabastro blanco. Elementos que al descubrir
el sepulcro no se encontraban en su posición original.
El
equipo técnico que se encarga de las obras tenía
conocimiento de la posibilidad de encontrar varias capillas en
el interior de la Colegiata, pero la sorpresa fue encontrarse
el sepulcro, cosa que no esperaban. Según García
Paniagua, seguramente cuando se retire la otra parte del retablo,
aparezca otra capilla hornacina. El retablo que tapaba la capilla
fue trasladado en los años veinte, de la parroquia de San
Facundo, que estaba situada en la calle Ángel Molina de
la villa medinense. Una vez descubierta esta capilla, el sepulcro
se mantendrá en la Colegiata, dándole el valor que
le corresponde en el marco de la iglesia.
Un
equipo formado por más de veinte personas se encargan de
las obras, centradas en este momento en el picado de revestimientos.
Ya se ha comenzado a restaurar la bóbeda de la Capilla
Mayor. Una obra que se espera que finalice en enero de 2004. La
Colegiata será una de las sedes que alberguarán
la exposición con motivo de la celebración del V
Centenario de la muerte de la Reina Isabel La Católica.