Simón
Ruiz Embito y Virué,
a través de los inventarios realizados en 1574, Lapeyre,
en 1597 reparó en
la vida piadosa de su familia, analizando los cuadros e imágenes
de atesoraban. La existencia
de tres tablas flamencas,
identificadas con el triptico de la Sagrada Familia data de
los comienzos del siglo XVI atribuyendo su autoría a
Gerard David. Las tres pinturas forman un conjunto, aunque las
dos laterales se encuentren sin su marco original.
La tabla central, de perfil mixtilíneo
en su parte superior, presenta una hermosa y repetica composición
que muestra en el centro a la Virgen con el Niño sentada
en un trono con dosel. A su lado la figura de San José
en un segundo plano, sostiene libro y anteojos en sus manos,
equilibrándose con la representación de un ángel
que ofrece al Niño un racimo de uvas, en evidente alusión
eucarística. Las tablas laterales se dedican a Santo
Domingo de Guzmán y San Francisco de Asís, sobre
el mismo fondo de paisaje que las unifica con la tabla central.
Se atribuye la obra justificadamente
a Marcellus Coffermans quien sigue empleando modelos salidos
de los talleres de los primitivos flamencos, avanzando ya el
siglo XVI.
Una demostración de la
pervivencia del gusto detallista y sereno de la pintura de los
Paises Bajos en la España del momento y de su éxito
comercial.