LIGNUS CRUCIS - CRUZ DESNUDA

Cruz Desnuda (Ricardo Flecha, 1994)
Cruz Desnuda (Ricardo Flecha, 1994)

Autor de la misma, en 1995, fue el escultor zamorano Ricardo Flecha Barrio (Zamora 1957) por encargo de la cofradía penitencial de Nuestro Padre Jesús atado a la columna, en sustitución de la procesionada desde 1949, de reducidas dimensiones y escaso valor artístico.

Cruz Desnuda (Ricardo Flecha, 1994)
Cruz Desnuda (Ricardo Flecha, 1994)

Flecha asumió el reto de aunar tradición y modernidad, al plasmar en su pieza, de acusada carga simbólica y singular configuración técnica, el signo identificatorio y diferencial de toda cofradía penitencial. Sus iniciales experimentos se encarnaron en la Semana Santa de Zamora, al incorporar sucesivamente distintos elementos como báculos, insignias y cruces, entre los que resalta la condición objetual de los mismos al adquirir el rango y representación requerida por la plástica procesional.

Técnicamente empleó para su realización puntales redondeados de madera de pino, de factura informal, al emplear la gubia acoplada al compresor de aire, transformando con ello parte de la madera, de modo que ésta no fuera cortada y sí astillada parcialmente, confiriendo a la cruz un aspecto sólido y enérgico. Sin utilizar la lija, aplicó sobre la madera el cepillo eléctrico de púas de alambre que marcan la veta y la forma tallada. Al proceso anterior incorporó arandelas de hierro en los brazos de madera, aplicó anillas y óxidos de hierro al fuego, fijados con cera natural y, como complemento simbólico, tres clavos de hierro forjado, sustitutorios del dolor, añadiendo óleo a la resina de poliéster para incrementar la presencia pictórica, resultando una obra de singular configuración enmarcada en los cánones de la plástica contemporánea.

La Cruz representa simbólicamente la unión de los opuestos y la conjunción de los cuatro puntos cardinales, siendo numerosas sus variantes e indudable su primitivo origen, anterior al Cristianismo Ya en el Imperio Romano, y anteriormente en el Persa, fue el instrumento de martirio y crucifixión empleado para esclavos y delincuentes condenados a muerte de cruz. Su composición en dos tramos, horizontal-vertical, simboliza el vínculo de los opuestos como permanente centro de salvación universal, enmarcada en Jesús de Nazaret y en su seguimiento hasta la muerte "en la cruz".

Son diversas la interpretaciones adoptadas por las distintas formas compositivas: El hombre con los brazos extendidos en actitud implorante se convierte en centro universal y en símbolo de vida eterna, cristianizado al cubrir la desnudez del santo madero y la esperanza en el Resucitado.

En el mundo pagano se atribuye significación funeraria al sol y la luna, la figura de los dos astros personificados por la divinidades de Helior y Artemisa, situando el sol a la derecha y la luna a la izquierda de la cruz. En el Antiguo Testamento no se conoció la crucifixión, aunque se colgaban los cadáveres de los condenados a muerte en un árbol (Gn. 40,19). La ambivalencia de la cruz simboliza la muerte y la redención conjuntas. La ley de Cristo, es decir su cruz y su sangre derramada en la misma, le vinculan al universo al aproximar cielo y tierra.

El centro de la gravedad de la cruz se encuentra más allá de la muerte, vinculado a la espiritualidad liberadora, inteligible y unida al seguimiento del Crucificado, ya que la fe y la teología se afirman en su mensaje salvador. Artísticamente no fue representada la cruz hasta no ser abolida la crucifixión y su consiguiente negatividad en épocas de Teodosio el Grande.

En la iconografía cristiana, la cruz adopta tres formas básicas: Labrada, reverdecida o árbol de la vida y viviente, siendo la primera divulgada en sus versiones griega, de brazos iguales, y latina, de brazos desiguales.

El origen crucífero es anterior al Cristianismo, siendo constante en el mundo sumerio y egipcio, con multiplicación de variantes como las llamadas posteriormente: patriarcal, de Malta, patada, de San Andrés, etc.

Existen modelos similares próximos al de Medina del Campo, como el paso de la "Cruz Desnuda" procesionado en la capital vallisoletana desde 1964 por la Venerable Orden Tercera Franciscana, si bien, a la manera tradicional, incorpora recogido el sidario blanco.

Texto: Antonio Bonet