Como es habitual, la Villa de las Ferias volvió a efectuar una manifestación pacífica en defensa de los derechos de los trabajadores
La Voz-. Como cada año, Medina volvió a ser escenario de la tradicional manifestación con motivo del Día Internacional de los Trabajadores. Desde las 12 de la mañana, ciudadanos, representantes sindicales y vecinos de la comarca se concentraron en las calles de la localidad para visibilizar las luchas laborales que siguen vigentes . Una comitiva que partió, como es habitual, desde la Plaza del Teatro.
Durante el acto, Isidoro Hernández, portavoz comarcal de CCOO, tomó la palabra para subrayar el carácter internacionalista, solidario y de clase de los sindicatos. En su intervención recordó que no se puede olvidar a quienes sufren persecución o violencia en otras partes del mundo debido a su actividad sindical. “No podemos dejar de pensar en los compañeros y compañeras que están siendo asesinados en conflictos como los de Ucrania o Palestina”.
También señaló con preocupación el avance de las políticas neoliberales que, según sus palabras, “buscan desmontar el estado de derecho y el estado del bienestar que tanto ha costado construir, especialmente en el ámbito de la Unión Europea”.
Otro de los momentos destacados fue el discurso de Isabel Viña, responsable de UGT en Medina del Campo, centrado en las problemáticas más cercanas. Ante la falta de atril y megafonía —denunciada como una decisión del Ayuntamiento de Medina del Campo—, la intervención fue más directa y personal. “Me quiero quedar más cerca”, repetía la oradora, en un llamado a no olvidar las pequeñas luchas cotidianas.
Celebró la subida del salario mínimo interprofesional, aunque advirtió que dicha mejora se ha visto diluida por el incremento del coste de la vida. “La cesta de la compra sube más que nuestro salario, y mientras tanto los empresarios ganan dinero a paladas”, afirmó.
Particular atención se prestó a la situación de los trabajadores del campo. Se denunció la «explotación de cuadrillas contratadas por empresas de servicios», donde algunos peones agrícolas cobran «apenas 3 euros la hora». “Nadie denuncia esa esclavitud moderna”, denunció Isabel Viña.
Finalmente, se anunció que la Unión General de Trabajadores (UGT) interpondrá una demanda contra la Diputación y la empresa que gestiona el servicio de ayuda a domicilio por haber pagado a más de 70 trabajadoras por debajo del salario mínimo legal. “Estamos luchando por ellos y aún así algunos nos insultan, se burlan de nosotros. No pedimos carnet de afiliación. Ayudamos porque creemos en la dignidad del trabajo”, concluyó.