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| Vd. se encuentra en: Fresno el Viejo | |
FRESNO EL VIEJO |
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21-06-25 - Dos hermanos reabren su bar los fines de semana en un pueblo de Valladolid: "Tenemos ese gusanillo en el estómago".
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| El Bar Viñas y Jorge y Miguel.jpg Fotografías cedidas a EL ESPAÑOL de Castilla y León |
Después de meses cerrado, Jorge y Miguel se lanzan a la aventura para volver a abrir un establecimiento hostelero que cuenta con unos 50 años de historia.
Fresno el Viejo es un municipio de la provincia de Valladolid que cuenta en la actualidad y según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) con una población de 836 habitantes.
Se encuentra situado a más 50 minutos en coche de la capital provincial entre los ríos Lanzón y Trabancos y el nombre de la localidad proviene de que sus riberas estaban pobladas de fresnos, y de ahí el nombre.
Es una localidad que es conocida también por la Iglesia de San Juan Bautista, de origen mudéjar y del siglo XII y XIII. Una de las más antiguas de su estilo que fue declarada Bien de Interés Cultural en 1931.
En la actualidad, Fresno el Viejo ofrece una oferta amplia de recursos turísticos que están vinculados con el turismo familiar. Merece la pena, y mucho, pasarse por el lugar y disfrutar de su patrimonio y cultura.
También merece la pena pasarse por los negocios hosteleros del lugar. Un total de cuatro en la actualidad que pronto serán cinco porque Jorge y Miguel van a abrir, de nuevo, su bar familiar en las próximas fechas.
Charlamos con el primero de ellos para que nos cuente sus planes y cuál ha sido la razón que les ha motivado a volver a dar vida a un negocio con una amplia y dilatada historia.
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| Fachada del Bar Viñas en Fresno el Viejo Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León |
La historia de Jorge
“Me considero una persona cercana. Amigo de mis amigos y muy de mi pueblo que es Fresno el Viejo. Nací en Valladolid, vivo en Medina, aunque tengo casa en Fresno, a la que voy todos los fines de semana”, asegura Jorge Viñas Rodríguez.
A sus 45 años asegura que, prácticamente, nació en el bar de sus padres, que prácticamente lo han tenido toda la vida, durante casi 50 años, y que ahora va a reabrir sus puertas con la ayuda de su hermano Miguel.
“Mi infancia la pasé en Fresno el Viejo y la recuerdo como la de todos los niños que viven en un municipio pequeño. Íbamos al colegio, jugábamos con los amigos y hacíamos alguna que otra travesura”, afirma en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León.
Confiesa que de pequeño “quiso ser futbolista” pero que “rápido supo que no era lo suyo”, argumenta entre carcajadas.
El destino le tenía guardado un trabajo más importante. Echar una mano a sus padres en el bar de la localidad primero y coger las riendas después.
Su bar familiar
“Mis padres, Alejandro y Piedad, abren el bar hace unos 50 años. Me he criado allí, prácticamente, echando una mano en el negocio de la familia. Hace 14 años lo cogieron dos hermanos de una familia del pueblo. Se lo alquilamos”, asegura nuestro entrevistado.
Posteriormente, como añade, lo cogió un matrimonio que ha estado al frente un año y medio aproximadamente hasta que bajó sus persianas en febrero de este año 2025, pero no lo estará mucho tiempo más.
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| Imagen del exterior del Bar Viñas en Fresno el Viejo Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León |
“Somos un total de cuatro hermanos. El bar estaba cerrado e hicimos una reforma. Nadie quería cogerlo y mi hermano Miguel y yo daremos una nueva vida al negocio”, asegura nuestro entrevistado.
El Bar Viñas volverá a abrir sus puertas el último fin de semana de junio, allá por el 28 de este mes. Se ubica en la calle Julio Delgado y cuenta con 105 metros cuadrados de espacio. Al frente estarán los dos hermanos y “algún trabajador eventual”.
“Queremos abrir por el día. Los fines de semana y festivos. Ofreceremos buenos vinos, tapas y un ambiente familiar”, asegura nuestro protagonista.
Un gusanillo en el estómago
Con la reapertura del Bar Viñas, Fresno el Viejo va a contar con una oferta de un total de cinco establecimientos hosteleros para disfrutar de una buena conversación y de un refresco, ahora que el calor aprieta.
"La gente nos decía que abriéramos, que se nos echaba de menos y aquí estamos de nuevo”, añade Jorge.
Asegura que “tiene ese gusanillo en el estómago” y “nervios” antes de la reapertura, pero espera que “todo salga bien” con esta apuesta.
“Solo abriremos los fines de semana y festivos. El futuro, a corto plazo, lo veo de forma positiva. Queremos reabrir nuestro bar para hacer un aprovechamiento de él y que sirva de escaparate por si, el día de mañana, alguien se interesa para abrirlo de continuo”, finaliza.
Ojalá que a estos dos hermanos les salga bien su apuesta.
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