Al sureste de la provincia de Valladolid nos encontramos con el término municipal de Hornillos de Eresma, a unos 40 kilómetros de distancia de su capital y a apenas 25 kilómetros hasta la localidad de Medina del Campo.
El municipio se extiende sobre un territorio que ocupa unos 35 kilómetros cuadrados aproximadamente con una población que, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) llegan a los 171 habitantes.
Un recorrido a través de las calles de la localidad nos da cuenta de la estructura típica de sus casas, algunas tradicionales. También de las posibilidades que ofrece su entorno que permite la práctica del senderismo para acercarnos también a descubrir pueblos vecinos.
En la localidad pucelana se ubica el Bar El Punto. Allí Angélica, de 46 años, junto a su marido Daniel, de 43, que le echa una mano, intentan ofrecer lo mejor a sus clientes, tantos los del pueblo, como los que llegan de fuera para que vuelvan, la clave de todo establecimiento hostelero.
“Nuestro bar no es solo un lugar para tomar algo, es un punto de encuentro. Aquí, la gente viene a compartir, a desconectar y a disfrutar de un ambiente familiar donde todos son bienvenidos”, apunta nuestra entrevistada.
Trabajadores natos
“Nos definimos como unos trabajadores que luchamos para sacar adelante el negocio en un pueblo que es pequeño y en el que intentamos ofrecer, siempre, lo mejor de nosotros mismos”, explica Angélica.
Tanto ella, como su marido Daniel son de Pedrajas de San Esteban, otra localidad vallisoletana que triunfa con sus diferentes establecimientos hosteleros y, también con su gastronomía, muy centrada en el piñón como producto clave.
Angélica, que atesora una gran experiencia en el mundo hostelero, junto a Daniel, decidieron, en diciembre de 2023, coger las riendas del Restaurante El Punto, cuando “acababa de dejarlo otra persona”.
“Va por licitación. Estuvo cerrado, aproximadamente, un mes. Optamos a la licitación y nos la llevamos para, en diciembre de 2023, reabrir las puertas del bar y ponernos al frente del mismo”, añade nuestra entrevistada.
Y poco a poco, a base de un gran trabajo y de mucha entrega, ahí siguen, dando el callo.
El único bar del pueblo
“El bar tiene bastantes años de historia, pero ha ido cambiando de dueños. Yo haré, en diciembre, dos años al frente y estoy muy contenta”, afirma nuestra entrevistada, hablando de un negocio que se ubica en la Plaza Mayor número 1, justo debajo del Ayuntamiento.
Todo en un espacio grande y que cuenta con un comedor con capacidad para un total de 25 comensales. Sobre todo, los fines de semana es cuando más gente se acerca hasta el lugar.
“En cuanto a trabajadores, estoy yo y Daniel me echa una mano cuando más lío tengo. Estoy buscando a alguien para los fines de semana que es cuando tenemos más movimiento tenemos. Somos el único bar del pueblo”, explica.
Añade que lo que quieren es que el que los visite “se sienta como en casa, rodeado de buena comida casera y ese trato cercano que solo en los pueblos se encuentra”, afirma.
Hamburguesas, bacalao y muchas novedades
“Tenemos hamburguesas de buey, de ternera, bacalao gratinado o espárragos. Lo que más pide la gente es el bacalao. El bacalao es nuestra delicia”, añade nuestra protagonista.
El bar del pueblo, con el que la mayoría de los vecinos “están contentos” y pasan allí jornadas de tertulia, abre todos los días menos los lunes.
“Hay que luchar bastante para sacar adelante un negocio en el mundo rural. Ahora vamos a empezar a hacer menús de cocido, entre otras cosas, que llevarán bebida, postre y café. Para los fines de semana y los días de invierno”, nos explica Angélica.
Además, también “elaborarán tapas calientes para el invierno, con sopas de ajo y migas”, perfectas para los meses de más frío en tierras pucelanas.
Al sureste de la provincia de Valladolid nos encontramos con el término municipal de Hornillos de Eresma, a unos 40 kilómetros de distancia de su capital y a apenas 25 kilómetros hasta la localidad de Medina del Campo.
El municipio se extiende sobre un territorio que ocupa unos 35 kilómetros cuadrados aproximadamente con una población que, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) llegan a los 171 habitantes.
Un recorrido a través de las calles de la localidad nos da cuenta de la estructura típica de sus casas, algunas tradicionales. También de las posibilidades que ofrece su entorno que permite la práctica del senderismo para acercarnos también a descubrir pueblos vecinos.
En la localidad pucelana se ubica el Bar El Punto. Allí Angélica, de 46 años, junto a su marido Daniel, de 43, que le echa una mano, intentan ofrecer lo mejor a sus clientes, tantos los del pueblo, como los que llegan de fuera para que vuelvan, la clave de todo establecimiento hostelero.
“Nuestro bar no es solo un lugar para tomar algo, es un punto de encuentro. Aquí, la gente viene a compartir, a desconectar y a disfrutar de un ambiente familiar donde todos son bienvenidos”, apunta nuestra entrevistada.
Trabajadores natos
“Nos definimos como unos trabajadores que luchamos para sacar adelante el negocio en un pueblo que es pequeño y en el que intentamos ofrecer, siempre, lo mejor de nosotros mismos”, explica Angélica.
Tanto ella, como su marido Daniel son de Pedrajas de San Esteban, otra localidad vallisoletana que triunfa con sus diferentes establecimientos hosteleros y, también con su gastronomía, muy centrada en el piñón como producto clave.
Angélica, que atesora una gran experiencia en el mundo hostelero, junto a Daniel, decidieron, en diciembre de 2023, coger las riendas del Restaurante El Punto, cuando “acababa de dejarlo otra persona”.
“Va por licitación. Estuvo cerrado, aproximadamente, un mes. Optamos a la licitación y nos la llevamos para, en diciembre de 2023, reabrir las puertas del bar y ponernos al frente del mismo”, añade nuestra entrevistada.
Y poco a poco, a base de un gran trabajo y de mucha entrega, ahí siguen, dando el callo.
El único bar del pueblo
“El bar tiene bastantes años de historia, pero ha ido cambiando de dueños. Yo haré, en diciembre, dos años al frente y estoy muy contenta”, afirma nuestra entrevistada, hablando de un negocio que se ubica en la Plaza Mayor número 1, justo debajo del Ayuntamiento.
Todo en un espacio grande y que cuenta con un comedor con capacidad para un total de 25 comensales. Sobre todo, los fines de semana es cuando más gente se acerca hasta el lugar.
“En cuanto a trabajadores, estoy yo y Daniel me echa una mano cuando más lío tengo. Estoy buscando a alguien para los fines de semana que es cuando tenemos más movimiento tenemos. Somos el único bar del pueblo”, explica.
Añade que lo que quieren es que el que los visite “se sienta como en casa, rodeado de buena comida casera y ese trato cercano que solo en los pueblos se encuentra”, afirma.
Hamburguesas, bacalao y muchas novedades
“Tenemos hamburguesas de buey, de ternera, bacalao gratinado o espárragos. Lo que más pide la gente es el bacalao. El bacalao es nuestra delicia”, añade nuestra protagonista.
El bar del pueblo, con el que la mayoría de los vecinos “están contentos” y pasan allí jornadas de tertulia, abre todos los días menos los lunes.
“Hay que luchar bastante para sacar adelante un negocio en el mundo rural. Ahora vamos a empezar a hacer menús de cocido, entre otras cosas, que llevarán bebida, postre y café. Para los fines de semana y los días de invierno”, nos explica Angélica.
Además, también “elaborarán tapas calientes para el invierno, con sopas de ajo y migas”, perfectas para los meses de más frío en tierras pucelanas.
“Miramos al futuro con ilusión. Buscamos que, además de que la gente conozca nuestro bar, que la gente que viene de fuera se enamore también de nuestro pueblo”, finaliza.
Un bar con un gran presente y un futuro inmejorable que da un servicio indispensable a Hornillos de Eresma.