En
el bello escenario del tinglado montado en Medina del Campo, el
blanco de la escenografía, cinco puertas, una mesa y unas
sillas parecían acercar el espectáculo a lo minimal.
Frente al omnipresente blanco, el negro de los actores, época
contemporánea que sólo se quebraba en el rojo bermellón
de la alfombra que saludaba a César y en la sangre del
rostro y las vestimentas de los asesinos.
Julio
César |
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Autor:
William Shakespeare. Dirección y adaptación:
Álex Rigola.
Traducción: Salvador Oliva. Coreografía:
Ferrán Carvajal. Intérpretes:
Ferrán Carvajal, Julio Manrique, David Selvas,Tilde
Espulgas.
Estreno
en Medina del Campo: Castillo de la Mota, 2 de
agosto.
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La
palabra Roma, de la que se desplomaban dos letras que permanecían
a lo largo de la representación hasta el final, presente
en el escenario. Proyectadas otras dos palabras, 'world' (mundo)
en la primera parte y 'war' (guerra) en la segunda.
Unos
micrófonos desde los que los actores, en algunos momentos,
pronuncian discursos. Mozart, The Doors y Wagner en importante
música de fondo. El orden estético del principio
se transforma en el pequeño caos de las sillas volcadas
en la continuación.
El
director Álex Rigola ha realizado un montaje personalísimo
y para nada caprichoso. Todas y cada una de sus inteligentes soluciones
interpretan la obra en toda su complejidad.
El
mundo sonoro se une al mundo visual, a las imágenes, creando,
con doce esforzados actores y un perro, un lugar cercano al espectador.
No importa que sean hombres o mujeres, incluso un niño
que representa al entonces joven y ya autoritario Octavio. Un
espléndido manejo de la luz y del espacio apoyan esta nueva
recreación del clásico británico más
universal, William Shakespeare.