ESCENARIO
DE VERANO - CASTILLO DE LA MOTA
CANCIONERO
DE PALACIO
Dirección:
ÁLEX RIGOLA
Espectáculo
de estreno, sobre canciones amatorias del Renacimiento, que
significa una recuperación del patrimonio musical de la época
de los Reyes Católicos. Un viaje en el tiempo a través
de la mirada vital y crítica de uno de los más jóvenes
creadores de nuestro país. Actores y bailarines en el escenario
y las voces y los músicos de la emergente Capella de Ministrers.
Cancionero
de Palacio pretende difundir entre el gran público nuestro
repertorio renacentista en las mejores condiciones posibles, algo
que ingleses, alemanes, franceses e italianos pusieron en práctica
hacia 1900 y que siguen haciendo en la actualidad. Y dramatizar un
repertorio musical no dramático en su origen, también
es algo que viene realizando los mejores directores de escena actuales
con evidente éxito público.
Se
trata de tender un puente hacia el pasado y recuperar de manera vigorosa
y creíble la mejor tradición cultural española,
venciendo las naturales desconfianzas que pueda suscitar por el mero
hecho de ser una recuperación. No se trata de un proyecto didáctico,
sino cultural, artístico. Partimos del apriorismo de que la
música del Siglo de Oro, de la cual la que nos ocupa fue el
primer jalón, puso los fundamentos narrativos para su posterior
evolución. Todavía no se dan en el Cancionero, pero
éste sirvió de punto de partida.
El
proyecto pretende transportar al público al cambio de siglo
XV al XVI, desde una visión actualizada. Por ello, la acción
se desarrolla en la época actual, dentro de un hospital psiquiátrico,
donde el principal protagonista es el coro que canta algo más
de una hora de música. Todos los intérpretes (voces,
músicos, bailarines y actores) forman parte del hospital, unos
como profesionales sanitarios y otros como residentes, cuya dolencia
radica en creer que viven en el 1500, incluso llegan a identificarse
con personalidades de la época, Cristóbal Colón,
por ejemplo.
Bienvenidos queridos voayeurs, porque podremos asistir a la
música de finales del siglo XV e inicios del XVI cantada por
sus propios personajes. Bienvenidos a este viaje en el tiempo donde
aparte de oír podremos ver cómo eran. ¡Bienvenidos!
¡Bienvenidos! Todo esto gracias al Centro Psiquiátrico
de La Mota (y de Peralada), que se han molestado en juntar a las diferentes
rarezas de nuestro país totalmente convencidos de creerse personajes
vivientes de la época de los Reyes Católicos, para que
nosotros podamos observarlos sin que ellos se den cuenta. Mirar sin
ser vistos.
Personajes
únicos, locos únicos cantando canciones únicas
acompañadas por el Dr. Magraner y su equipo médico habitual
a base de una terapia tonal capaz de motivar a cualquier trovador
que se tercie. Bienvenidos al Cancionero de Palacio.
Àlex Rigola
Dirección:
ÁLEX RIGOLA
Dirección Musical: Carles Magraner
Música: CAPELLA DE MINISTRES
ISABEL CARDOVICA
07-08-03
- CRÍTICA DE TEATRO
Una representación inolvidable
FERNANDO HERRERO
A
la segunda fue la vencida. La representación anunciada para
el día cuatro fue suspendida a los veinte minutos de comenzar.
Eolo se había desatado y hacía imposible leer las
partituras y trabajar en un escenario en el que un foco podía
desprenderse en cualquier momento. Los rayos iluminaban el Castillo
de la Mota, y los truenos acompañaban esta música,
en una imagen fantasmal y épica. Al día siguiente,
el tiempo seguía haciendo de las suyas. Después de
los intensos calores del día, de nuevo la lluvia, el viento,
la tormenta. Esta vez los esforzados músicos y actores, con
una tensión ejemplar, como lo fue la del público,
permitieron una representación inolvidable.
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CANCIONERO
DE PALACIO |
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Dirección
musical: Carles Graner.
Escenografía: Bibiana Puigdefábregas.
Intérpretes: Capella de Ministrers, bailarines,
actores.
Dirección escénica: Àlex
Rigola.
Escenario: Castillo de la Mota. Medina del
Campo.
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Un
riesgo evidente el de intentar introducir una dramaturgia en unos
villancicos y canciones que hablan del amor y del desamor, desarrollándola
en un manicomio, otra vez el blanco de la escenografía con
fondo acolchado, en el que se integran todos los intérpretes,
actores, bailarines, músicos y cantantes. Algunas imágenes
nos recuerdan a Pina Bausch, pero la personalidad del director las
introduce en su propia idea.
El
contraste entre la locura, a veces psicótica, a veces violenta,
de los asilados con las dulces canciones, es tan bien el del mundo
presente. Álex Rigola no quiere convencer sino sugerir, y
la belleza y precisión de todos los componentes del escenario,
cinco o seis puntos de atención, tampoco se basa en el espectáculo
gratuito, sino en la minuciosa descripción de estados de
ánimo mientras los cantantes dejan deslizar las bellas melodías
de una época pasada.
Creatividad
y riesgo
Un
espectáculo rompedor, que ha necesitado mucho tiempo de ensayo,
y que ha ido superando dificultades como las que ha tenido en su
periplo en Medina del Campo. Magnífica la interpretación
musical, con un espléndido contratenor, sugerentes los movimientos
coreográficos, tanto en el suelo como subidos en lo alto
de unas literas o en el panel del fondo al que se agarran como arañas
en una red dos de los intérpretes, y la sensación
global de un espectáculo que ha sabido encontrar el justo
medio, con creatividad y riesgo. Muchísimos aplausos de un
público entregado que mantuvo una compostura admirable en
la difícil representación.
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