27-04-07 - EL TERCER PARTIDO
L a realidad es dialéctica. Contradictoria.
Desde que Heráclito y Parménides polemizaban y disputaban acerca de si todo fluye y cambia o si todo permanece igual siempre, hasta hoy, somos contradictorios.
Si el PP fuera rígido, añoraríamos un PP flexible, eso es cierto. Si Rajoy hace un discurso excesivamente nacional español, pedimos más flexibilidad y cintura.
Si Rajoy hoy pone el acento en la Nación, queremos que sea mas versátil pero si pone el acento en lo diferencial, dirás que queremos un partido nacional.
Esta dialéctica nos absorbe a todos.
Es el problema de los partidos unitarios, que sin embargo no lo tienen las confederaciones de partidos o las coaliciones electorales o postelectorales.
Todo tiene, obviamente, sus pros y sus contras.
Ahora Duran Lleida (CiU) quiere reeditar la ‘Operación Roca' y hacer un nuevo Partido de Centro en España, a partir de CiU y presumiblemente del PNV ¡Cuidado!
Cuidado, sí, porque si España necesita una fuerza política de centro, que ocupe la centralidad de la vida española, tiene que ser de impulso español, pero no nacionalista periférico.
Los idiomas y los ‘pueblos' periféricos tienen en España ya suficiente número de fuerzas políticas, tal vez demasiadas, que los defiendan.
La visión “nacionalista” periférica española, de igual forma.
Por su parte, los dos grandes partidos nacionales de España tienen un problema: quieren jugar a dos bandas pero eso no puede ser. Para no perder votos nacionalistas y catalanoparlantes, en Baleares y en Valencia, y para ganarlos en Cataluña, el PP hace concesiones en lengua y ‘nación'. Lo mismo en Galicia.
Por la suya, para asentarse en el País Vasco, Galicia o Canaria, y seguir en el poder en Cataluña, el PSOE las hace también, y mayores aún que el PP.
Donde hay confianza da asco, suele decirse, y como ambos dan siempre por seguros los votos en la España profunda (Castilla, Andalucía, Extremadura, Asturias, Murcia, Aragón, Cantabria, La Rioja, Navarra…) sufre la España castellanohablante y sufre la Idea de España.
‘A los españoles muy españoles, no hace falta hacerles ‘la pelota', ellos nos van a seguir votando, hagamos lo que hagamos', sería el pensamiento resumen de todo esto.
Con motivo de un artículo anterior ( ‘ TV Autonomías : Una sola propuesta en toda España ') incluí una breve introducción que quiero traer aquí.
‘Ya sabemos que fue estratégica la defensa que Rajoy hizo del inglés en TV-1. Sin duda le asesorarían que debía hacerlo así para que no le acusaran ni pudieran tildarle de 'españolista' o 'castellanista", -es el gran complejo de la Derecha-, y además por la gran cantidad de votos que el PP tiene en zonas como Reino de Valencia y las Islas Baleares, donde el PP no defiende precisamente el español; y en Galicia idem de lo mismo. Pero el caso es que lo que transmite es que el futuro -incluso en España- es del inglés. Mejor dicho; de las lenguas autonómicas "en su territorio" mal llamado "propio" por las imposiciones políticas reinantes, y del inglés por la presión internacional. Entonces, el español resulta muy devaluado, cuando resultaba y decíamos que es una lengua que se esfuerza en todo el mundo por ganar espacios. En todo el mundo menos en España.
Es lo mismo que pasa con España.
Para que no te llamen "españolista" o "facha", o "casposo", sobre todo si eres de derechas y tienes complejos, muchos de los CUARENTA millones de españoles están renunciando a su identidad nacional y a su Nacion -España- mientras que los CUATRO millones restantes de españoles imponen otras naciones y están deconstruyendo España y su identidad nacional, día a día, poco a poco y sin tregua.
Igual ocurre con la Lengua Española o Castellana. Y a eso se sumó Rajoy en TV1, en el famoso programa de Las 100 Preguntas, yo pienso que de forma lamentable y y creo que equivocadamente. Lo que FJL llama " maricomplejines " se manifestó allí en toda su extensión sobre nuestra lengua.
Nosotros queremos un futuro para la Lengua Española en España y en el mundo. Rajoy parece que no, él lo quiere para el inglés. Y no puede ser.
Lo que hizo, lo que dijo Rajoy es muy grave, y sin duda tendrá consecuencias políticas y no sólo electorales.
O el PP, no sólo en Castilla, rectifica y hace una defensa cerrada de nuestra lengua común, que es propia de la mayoría en España y oficial del Estado, y nuestro patrimonio mundial más valioso, o debe pagar muy caras consecuencias (políticas, electorales...) por ello. ¡Viva la Legua Española! ¡Viva España!
Y finalizaba:
La Lengua española no puede ni debe estar a las estrategias de los partidos políticos, al lenguaje "conveniente" en cada momento o "políticamente correcto", o electoral. Ni a que, “”como quiera no somos capaces de ponemos de acuerdo los españoles entre nosotros mismos, la solución es el inglés para todos en España, como lengua común y de futuro””.
Jamás. ¡Rechazadlo con decisión españoles!
O el PP y Rajoy rectifican pronto y bien en esto, o tienen que pagarlo muy caro, electoralmente digo, políticamente digo'.
Políticamente las mal llamadas ‘ nacionalidades históricas' (históricas por lo visto desde 1930, o poco más) tienen cantidad de fuerzas políticas y sociales –y hasta sindicales– que las defienden tanto en Cataluña como en Galicia y País Vasco. Ellas misma están suprarepresentadas a nivel España, por la Ley Electoral y por dinámica política.
Un solo ejemplo de muestra ahora sobre sindicalismo: si la UGT, CC OO y hasta USO y en cierto modo CGT, son catalanistas y algunas muy, muy catalanistas en Cataluña ¿Por qué no son castellanistas en Castilla entera y andalucistas en Andalucía, o por lo menos españolistas en el resto de España?
No se entiende. O se entiende muy bien.
Ahora llueve sobre mojado y Duran Lleida (CiU) pretende reeditar la ‘Operación Roca' y hacer un nuevo Partido de Centro en España, a partir de CiU. Más control sobre la España castellanohablante, sin duda. Sobre todo más control desde la periferia sobre Castilla y sus aledaños (La Rioja, Extremadura, Murcia, Asturias....)
España necesita como Tercer Partido una fuerza política de centro, que ocupe la centralidad de la vida española, y tiene que ser de impulso central español, en cierto modo castellano.
Mi duda es si debería ser una federación o confederación de fuerzas políticas de la España no periférica, de la España castellanohablante (por ejemplo en torno a Tierra Comunera ( TC ) de Castilla y otros) o si tiene que ser un partido único nacional español de centro, pero nucleado en Castilla y a partir de Castilla.
El PP y el PSOE están en exceso hipotecados por la necesidad de no perder votos periféricos, lo mismo en Galicia que en Baleares, lo mismo en Cataluña que en Valencia o Vascongadas. Y además, dando por seguros los votos castellanohablantes, siempre ceden ante las lenguas periféricas distintas del castellano, en detrimento del español y de los derechos de sus hablantes
Debería nacer una fuerza sin complejos que no aspirase tanto, (ni poco ni mucho, -nada-), a contentar y gustar a los nacionalistas catalanes, vascos, gallegos, incluso baleares y valencianos, ya súper representados en todo el Estado, y sí en cambio al resto de España. Así de preciso y claro lo digo.
La España que se está quedando sin voz es la España castellanohablante, la no periférica díscola, y la periférica de lengua española, la que se siente española y regional de su región sin veleidades nacionalistas o separatistas.
Debería nacer una fuerza política sin complejos, de la Lengua Española, porque el catalán, el vasco y el gallego tienen multitud de ellas.
Hace unas semanas, con motivo de un escrito sobre el Himno Nacional les decía a los del Foro de Ermua algo que me parece vale la pena repetir en su esencia.
‘Que hay o pueda haber dos millones de ciudadanos en Cataluña que no quieran el Himno Español, que no van a cantar letra alguna y que ni siquiera lo escucharán con respeto, no me cabe duda al respecto. Que en Vascongadas hay o puede haber medio millón de personas que sientan lo mismo, puede ser cierto; como que otros 500.000 los haya, que otro medio millón esté en Galicia y Asturias. Que en el resto de España pueda haber otro millón de personas que "pasen" del Himno Nacional, de la Nación y hasta de España, lo tengo por muy probable.
Pero del hecho de que CUATRO MILLONES no quieran a España, no se sientan nacionales de España (y puede que ni españoles) no podemos deducir que los CUARENTA MILLONES restantes de españolas y españoles debamos quedarnos sin patria, sin nación y sin España.
Esta es una de las claves de España. Incluso desde la extrema "tolerancia" y máxima comprensión hacia los "Cuatro millones", el hecho es que ellos a su vez no tienen derecho alguno a dejar a 40 Millones de ciudadanos sin Nación. Sin Nación, sin patria y sin España.
No haber comprendido esto muy bien, es el origen del caos, de la perplejidad, de la situación de apátridas y anacionales de muchos ciudadanos españoles, hoy completamente desorientados y desnortados.
40 Millones de españoles y españolas queremos Nación, tenemos Patria, somos España. Y tenemos derecho a ser España y sentirnos españoles y españolas y nacionales de España.
Y esto es así, tanto si comprendemos a los otros CUATRO millones como si no los comprendemos. Tanto si no se lo aceptamos como si con tolerancia aceptamos su postura de no querer a España siendo como son españoles o de no sentirse nacionales de España siendo ellos Nación española.
Cuarenta Millones tenemos derecho a construir nuestra Nacion en libertad en todo el territorio. Eso por lo menos''.
La realidad es dialéctica, contradictoria y en ella debemos movernos, analizar, actuar.
Si todas la lenguas y “realidades subnacionales” tienen en España quien las defienda, y si la Idea de España y la Lengua Española no puede defenderse con decisión porque “se pierden votos” periférico”, entonces el PP y el PSOE no son la respuesta que España necesita.
Es lo que hace años vengo diciendo: En la práctica concedemos ‘derecho de veto' en España a las minorías periféricas. Y encima, ni siquiera lo reconocen ni están agradecidas. Al contrario, sigue el victimismo falsario.
Para que haya orquesta deben estar todos los músicos y sus instrumentos. Para que haya concierto tienen que intervenir todos, y ahora, sin embargo, parece que estamos construyendo la España de las Excepciones, la España de las Minorías, a costa de silenciar a las mayorías y de cargarnos la Regla General, porque no es moda; porque la moda es construir desde los grupos periféricos, desde las minorías, desde las pequeñas realidades, desde las periferia discrepante.
Cuatro millones están pudiendo con Cuarenta.
Eso es España ahora.
(Continuará)
BCN, 26/04/2007.
EDUARDO DE VILLALMONTE.
© Eduardo de Villalmonte, Eduardo de Prado Álvarez, de Villalmonte. Barcelona, veintiséis de abril de 2007.