Una serie de piezas representativas
recuerdan la importancia de las telas y los paños en
el conjunto de las mercancías comercializadas en el tiempo
de las ferias en Medina del Campo. Cabe destacar que bajo el
reinado de los Reyes Católicos, Medina del Campo fue
uno de los más importantes centros de contratación
de tapices, sobre todo los de
procedencia de los cotizadísimos talleres flamencos de
Bruselas, Brujas o Amberes. Asimismo los brocados, encajes,
bordados y "tejidos ricos" realizados con muy diversas
técnicas, constituyendo otro de los productos fundamentales
del comercio textil de aquella época, siglos XV y XVI.
Asimismo la colección
de encajes de procedencia castellana , puntas segovianas, anillados
de Valladolid, etc., de Milán o de Flandes, pueden calificarse
de excepcionales.