Quiero agradecer
antes de nada a la Dirección de Antena 3, la oportunidad
que me ofrecen de poder intervenir en este acto de homenaje al
Sector del Mueble de Medina, tan emotivo y tan familiar, y poder
entrar en mis palabras, en la memoria histórica de esta
industria del Muebles de Medina del Campo, y que han propiciado
tan gentilmente, con esa inquietud y ese saber hacer de estos
hombres de la Radio, como muy bien lo están demostrando.
No creo que ni
mis méritos -si es que tengo alguno- ni mis dotes
personales, sean más que los que otros tienen, para hacer
este resumen histórico del mueble de Medina, -en la
misma forma, o quizás mejor- simplemente se me ha hecho
esta sugerencia, la he meditado, he pensado muy bien en la responsabilidad
que este ofrecimiento tenía, y por amor y apego a todo
el entorno que rodea a toda la vida de este industrial de la madera,
me he puesto a recordar y aquí me tenéis con mis
conclusiones.
Se ha hecho mención
a la familia, a la "familia González",
a mi abuelo, a mi padre, a mis tíos, a los principios de
la incipiente mecanización del mueble de Medina, y esto
emociona, y -humildemente, enorgullece-. Es una gran carga
de responsabilidad recoger el testigo de todos los hombres que
nos han precedido y poder conseguir ser unos dignos continuadores
de esa clase de hombres, luchadores, creadores y -ante todo-
trabajadores.
Yo, que desde
que acabé mis estudios y entré a colaborar y a trabajar
con mi padre, -y digo bien- a trabajar, en todo lo que
hacía falta que es el ejemplo que yo recibía, -y
de esto hace ya 40 años-, aunque parezca mentira, llevo
por lo tanto una gran carga de recuerdos y experiencias que forman
y que pesan, pero con satisfacción porque, -además-
soy un empedernido nostálgico, amante de la tradición,
y de guardar y archivar recuerdos -los buenos recuerdos-
los menos buenos es mejor dejarlos aparcados y tratar siempre
de olvidarlos. Esta condición mía, que muchos de
vosotros conocéis muy bien, no merma en nada mi sentido
de hombre realista, que vivo el ambiente y la evolución
de la vida actual a diario en todos sus órdenes, y por
toda esta conjunción de cosas, se me hace más difícil
ordenar todas las ideas que en mi mente se agolpan, pero que solo
puedo en estos momentos, entresacar en detalles para no prolongar
demasiado mi intervención.
Si como he dicho
antes, ya se han dado unos apuntes de la familia González,
quiero, en conjunto, ir recordando aquí a personas que
han sido y que han hecho historia desde aquellos ya lejanos años,
pensando en los que aún lo siguen haciendo, o los que lo
han hecho en épocas intermedias, a través del transcurso
del tiempo.
El mundo del trabajo
de aquellos tiempos, en mis recuerdos infantiles y juveniles,
era una simbiosis, como muchos vosotros lo sabéis por propia
experiencia, del patrono -del maestro- con sus obreros,
términos propios de entonces, que, juntos, con una tremenda
gran carga de valores humanos, son los que fueron entretejiendo
y manteniendo una fuerte convivencia del estímulo al trabajador,
con el espíritu de superación de todos, fueron creando
lo que en estos momentos existe y esperando que se pueda incrementar
aún más a pesar de los vapuleos y contratiempos
que la vida y sus circunstancias nos deparan constantemente.
Quien, de muchos
de vosotros, de los que afortunadamente estáis esta noche
aquí, protagonistas de primera línea, que habéis
vivido los inicios y la evolución de todas las épocas
pasadas, no tiene en su mente -como un pequeño baúl
de los recuerdos- nombres de hombres y mujeres, que fueron
en su momento haciendo esta historia del mueble de Medina. Por
citar algunos nombres, todos ellos, con sus peculiaridades personales,
y sin pretender establecer orden cronológico ni preferencia
alguna, no se acuerda de Ismael Velasco, (puro nervio y hombre
admirado por todos), de su hermano Joaquín, de Manuel Casares,
de Enrique Martín y sus hermanos, (alias los Botis), de
José Rojo, de Saturnino Santos y de su hermano Teodoro
Santos, (los amiguitos) una de las ramas madereras de mi familia,
y hombre que trabajó hasta el último momento de
su vida, su hijo Esteban Santos, excelente trabajador y un gran
artesano manejando sus gubias en la realización de tallas
admirables, de Francisco Gimeno, -Ortega-, también
de la familia, de mis tíos Eligio, Alejandro, Julio, de
Nicolasa aquí presente, que os voy a decir de ellos, y
de mi padre como el mayor de los hermanos. De esta forma os seguiría
dando nombres de la historia del mueble y de la madera de Medina,
cuya lista, de personas que habéis conocido y que conocéis,
sería sumamente extensa enumerar aquí, y que ruego,
con todos mis respetos para todos, me sepan y me sepáis
disculpar.
Hay otra generación
de empresarios, que desde su formación como trabajadores
y con anhelos de independencia, se fueron convirtiendo en patronos
de su propia industria, como por ejemplo Alejandro Rioja, su hermano
Vicente, Luciano Piñero, Isaac Navas, Nicolás Coca,
José Alonso (Guillermín), Los Flores, Pascual Pajares
y otros muchos más, en su mayor parte habiendo sido oficiales
con mi familia. Posiblemente, pero inolvidablemente, se me olvide
algún otro nombre pero si espero que vosotros los recordéis
con el mismo afecto y con los mismos méritos.
A todos estos
hombres, hay que añadir otros más, que han sido
y son el apoyo de la industria, a todos aquellos trabajadores
adictos y constantes que colaboraron con entrega absoluta y de
lo cual doy fe por mi estrecha convivencia con ellos durante años.
Con sus problemas también, porque ¿donde no los
hay? pero eso se olvida cuando hay voluntad de hacerlo, y de eso
nunca ha faltado.
Esta noche, por
fortuna, tenemos con nosotros a varios de ellos, protagonistas
de esos primeros años de la industria del mueble en Medina.
El más veterano, de acuerdo con mi información es,
sin duda alguna, Bautista Arroyo, que empezó a trabajar
con mi padre en el año 1932, después tenemos a Félix
Gimeno, José Arévalo, José Maroto, Dionisio
González, Eugenio Santos, Toribio Domínguez, y si
cito a estos, sin menosprecio para algún otro que no conozca,
o que no recuerde, es porque son personas, que con mayor o menor
antigüedad han estado vinculados con nuestra casa durante
casi toda su vida, donde han alcanzado su merecida jubilación,
y en quien -quiero que me permitáis que me perdonéis
estas alusiones tan concretas, y repito, sin menos precio y olvido
voluntario para algún otro que pueda estar en su misma
situación, aunque si hay alguno como Santiago Gutiérrez,
que lleva casi cincuenta años en activo, que sean una representación
de todos los demás, y que reciban esta noche y ahora, como
el más sencillo y mejor homenaje a todos vosotros, y de
todos los hombres del mundo del mueble y de la madera en general,
nuestro más cariñoso y afectuoso aplauso.
Y para ir terminando
con todos estos retazos de la memoria histórica del Mueble
de Medina, como he dicho al principio, después de aquellos
años, con aquellas primeras empresas, el número
de ellas se fue incrementando con la aportación de nuevos
empresarios, de otros hombres, que con sus ideas, sus iniciativas
y sus ánimos de creación y trabajo, cooperaron y
engrandecieron el desarrollo de la industria del Mueble en Medina.
Cada cual con sus peculiares formas de hacer, unos con trabajos
propios de artesanos, como es el ejemplo de nuestro buen amigo
Abundio Rochas, otros con sus muebles auxiliares, otros con dormitorios
y comedores, otros con diversos tipos de muebles por elementos,
por exigencia de aprovechamiento de espacio en las viviendas,
otros en tapicerías, y otros con sus muebles de cocina,
otra variante más del sector del mueble al que os fabricantes
de Medina han dado un puesto de gran importancia por su calidad
y diseño.
De esta forma
nos situamos a finales de la década de los 50 con 18 empresas,
a finales de los 60, con 60 empresas, y a finales de los 70 con
66 empresas. Después entramos en un periodo de decadencia
con el paulatino cierre de diferentes fábricas, al compás
del deterioro de la situación económica mundial
y nacional, y en estos momentos el balanza de las empresas que
hay en funcionamiento, salvo cualquier corrección, son
unas 65 con unos 650 trabajadores.
Ni que decir tiene
que, junto con la industria, el comercio de venta de muebles en
Medina, se ha extendido en estos últimos años de
forma apreciable y ha venido a engrandecer la importancia de este
ramo del mueble, con méritos propios, por su exquisito
gusto, tanto en la selección de muebles como en sus admirables
exposiciones.
No todo está
dicho aquí sobre el Mueble de Medina en general, queda
mucho por explicar, y que lo hubiera querido hacer, pero el tiempo
cuenta, y ya solo quiero que por esta brillante iniciativa de
Antena 3, rindamos todos un cordial y entrañable recuerdo,
sin distinción alguna, a todos los que fueron, los que
son, y los que con sus ansias de espíritu empresarial y
de trabajo, sin duda alguna, seguirán siendo dignos continuadores
de los predecesores y artífices de la industria del mueble
en Medina, que hoy tiene un prestigio bien ganado en el mercado
nacional, y que está tratando de abrirse paso al internacional,
con el esfuerzo y sacrificio de unos hombres de gran calidad humana,
amantes de su oficio, amantes de su trabajo, y en definitiva unos
hombres con una gran madera.
Muchas gracias
Luis
González Gimeno