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Nos encontramos en: "Sector del Mueble de Medina del Campo"
LUIS GONZÁLEZ GIMENO
INTERVENCIÓN ACTO 11 DE JUNIO DE 1986

Luis González Gimeno
Luis González Gimeno industrial medinense del gremio de la madera

Quiero agradecer antes de nada a la Dirección de Antena 3, la oportunidad que me ofrecen de poder intervenir en este acto de homenaje al Sector del Mueble de Medina, tan emotivo y tan familiar, y poder entrar en mis palabras, en la memoria histórica de esta industria del Muebles de Medina del Campo, y que han propiciado tan gentilmente, con esa inquietud y ese saber hacer de estos hombres de la Radio, como muy bien lo están demostrando.

No creo que ni mis méritos -si es que tengo alguno- ni mis dotes personales, sean más que los que otros tienen, para hacer este resumen histórico del mueble de Medina, -en la misma forma, o quizás mejor- simplemente se me ha hecho esta sugerencia, la he meditado, he pensado muy bien en la responsabilidad que este ofrecimiento tenía, y por amor y apego a todo el entorno que rodea a toda la vida de este industrial de la madera, me he puesto a recordar y aquí me tenéis con mis conclusiones.

Se ha hecho mención a la familia, a la "familia González", a mi abuelo, a mi padre, a mis tíos, a los principios de la incipiente mecanización del mueble de Medina, y esto emociona, y -humildemente, enorgullece-. Es una gran carga de responsabilidad recoger el testigo de todos los hombres que nos han precedido y poder conseguir ser unos dignos continuadores de esa clase de hombres, luchadores, creadores y -ante todo- trabajadores.

Yo, que desde que acabé mis estudios y entré a colaborar y a trabajar con mi padre, -y digo bien- a trabajar, en todo lo que hacía falta que es el ejemplo que yo recibía, -y de esto hace ya 40 años-, aunque parezca mentira, llevo por lo tanto una gran carga de recuerdos y experiencias que forman y que pesan, pero con satisfacción porque, -además- soy un empedernido nostálgico, amante de la tradición, y de guardar y archivar recuerdos -los buenos recuerdos- los menos buenos es mejor dejarlos aparcados y tratar siempre de olvidarlos. Esta condición mía, que muchos de vosotros conocéis muy bien, no merma en nada mi sentido de hombre realista, que vivo el ambiente y la evolución de la vida actual a diario en todos sus órdenes, y por toda esta conjunción de cosas, se me hace más difícil ordenar todas las ideas que en mi mente se agolpan, pero que solo puedo en estos momentos, entresacar en detalles para no prolongar demasiado mi intervención.

Si como he dicho antes, ya se han dado unos apuntes de la familia González, quiero, en conjunto, ir recordando aquí a personas que han sido y que han hecho historia desde aquellos ya lejanos años, pensando en los que aún lo siguen haciendo, o los que lo han hecho en épocas intermedias, a través del transcurso del tiempo.

El mundo del trabajo de aquellos tiempos, en mis recuerdos infantiles y juveniles, era una simbiosis, como muchos vosotros lo sabéis por propia experiencia, del patrono -del maestro- con sus obreros, términos propios de entonces, que, juntos, con una tremenda gran carga de valores humanos, son los que fueron entretejiendo y manteniendo una fuerte convivencia del estímulo al trabajador, con el espíritu de superación de todos, fueron creando lo que en estos momentos existe y esperando que se pueda incrementar aún más a pesar de los vapuleos y contratiempos que la vida y sus circunstancias nos deparan constantemente.

Quien, de muchos de vosotros, de los que afortunadamente estáis esta noche aquí, protagonistas de primera línea, que habéis vivido los inicios y la evolución de todas las épocas pasadas, no tiene en su mente -como un pequeño baúl de los recuerdos- nombres de hombres y mujeres, que fueron en su momento haciendo esta historia del mueble de Medina. Por citar algunos nombres, todos ellos, con sus peculiaridades personales, y sin pretender establecer orden cronológico ni preferencia alguna, no se acuerda de Ismael Velasco, (puro nervio y hombre admirado por todos), de su hermano Joaquín, de Manuel Casares, de Enrique Martín y sus hermanos, (alias los Botis), de José Rojo, de Saturnino Santos y de su hermano Teodoro Santos, (los amiguitos) una de las ramas madereras de mi familia, y hombre que trabajó hasta el último momento de su vida, su hijo Esteban Santos, excelente trabajador y un gran artesano manejando sus gubias en la realización de tallas admirables, de Francisco Gimeno, -Ortega-, también de la familia, de mis tíos Eligio, Alejandro, Julio, de Nicolasa aquí presente, que os voy a decir de ellos, y de mi padre como el mayor de los hermanos. De esta forma os seguiría dando nombres de la historia del mueble y de la madera de Medina, cuya lista, de personas que habéis conocido y que conocéis, sería sumamente extensa enumerar aquí, y que ruego, con todos mis respetos para todos, me sepan y me sepáis disculpar.

Hay otra generación de empresarios, que desde su formación como trabajadores y con anhelos de independencia, se fueron convirtiendo en patronos de su propia industria, como por ejemplo Alejandro Rioja, su hermano Vicente, Luciano Piñero, Isaac Navas, Nicolás Coca, José Alonso (Guillermín), Los Flores, Pascual Pajares y otros muchos más, en su mayor parte habiendo sido oficiales con mi familia. Posiblemente, pero inolvidablemente, se me olvide algún otro nombre pero si espero que vosotros los recordéis con el mismo afecto y con los mismos méritos.

A todos estos hombres, hay que añadir otros más, que han sido y son el apoyo de la industria, a todos aquellos trabajadores adictos y constantes que colaboraron con entrega absoluta y de lo cual doy fe por mi estrecha convivencia con ellos durante años. Con sus problemas también, porque ¿donde no los hay? pero eso se olvida cuando hay voluntad de hacerlo, y de eso nunca ha faltado.

Esta noche, por fortuna, tenemos con nosotros a varios de ellos, protagonistas de esos primeros años de la industria del mueble en Medina. El más veterano, de acuerdo con mi información es, sin duda alguna, Bautista Arroyo, que empezó a trabajar con mi padre en el año 1932, después tenemos a Félix Gimeno, José Arévalo, José Maroto, Dionisio González, Eugenio Santos, Toribio Domínguez, y si cito a estos, sin menosprecio para algún otro que no conozca, o que no recuerde, es porque son personas, que con mayor o menor antigüedad han estado vinculados con nuestra casa durante casi toda su vida, donde han alcanzado su merecida jubilación, y en quien -quiero que me permitáis que me perdonéis estas alusiones tan concretas, y repito, sin menos precio y olvido voluntario para algún otro que pueda estar en su misma situación, aunque si hay alguno como Santiago Gutiérrez, que lleva casi cincuenta años en activo, que sean una representación de todos los demás, y que reciban esta noche y ahora, como el más sencillo y mejor homenaje a todos vosotros, y de todos los hombres del mundo del mueble y de la madera en general, nuestro más cariñoso y afectuoso aplauso.

Y para ir terminando con todos estos retazos de la memoria histórica del Mueble de Medina, como he dicho al principio, después de aquellos años, con aquellas primeras empresas, el número de ellas se fue incrementando con la aportación de nuevos empresarios, de otros hombres, que con sus ideas, sus iniciativas y sus ánimos de creación y trabajo, cooperaron y engrandecieron el desarrollo de la industria del Mueble en Medina. Cada cual con sus peculiares formas de hacer, unos con trabajos propios de artesanos, como es el ejemplo de nuestro buen amigo Abundio Rochas, otros con sus muebles auxiliares, otros con dormitorios y comedores, otros con diversos tipos de muebles por elementos, por exigencia de aprovechamiento de espacio en las viviendas, otros en tapicerías, y otros con sus muebles de cocina, otra variante más del sector del mueble al que os fabricantes de Medina han dado un puesto de gran importancia por su calidad y diseño.

De esta forma nos situamos a finales de la década de los 50 con 18 empresas, a finales de los 60, con 60 empresas, y a finales de los 70 con 66 empresas. Después entramos en un periodo de decadencia con el paulatino cierre de diferentes fábricas, al compás del deterioro de la situación económica mundial y nacional, y en estos momentos el balanza de las empresas que hay en funcionamiento, salvo cualquier corrección, son unas 65 con unos 650 trabajadores.

Ni que decir tiene que, junto con la industria, el comercio de venta de muebles en Medina, se ha extendido en estos últimos años de forma apreciable y ha venido a engrandecer la importancia de este ramo del mueble, con méritos propios, por su exquisito gusto, tanto en la selección de muebles como en sus admirables exposiciones.

No todo está dicho aquí sobre el Mueble de Medina en general, queda mucho por explicar, y que lo hubiera querido hacer, pero el tiempo cuenta, y ya solo quiero que por esta brillante iniciativa de Antena 3, rindamos todos un cordial y entrañable recuerdo, sin distinción alguna, a todos los que fueron, los que son, y los que con sus ansias de espíritu empresarial y de trabajo, sin duda alguna, seguirán siendo dignos continuadores de los predecesores y artífices de la industria del mueble en Medina, que hoy tiene un prestigio bien ganado en el mercado nacional, y que está tratando de abrirse paso al internacional, con el esfuerzo y sacrificio de unos hombres de gran calidad humana, amantes de su oficio, amantes de su trabajo, y en definitiva unos hombres con una gran madera.

Muchas gracias

Luis González Gimeno

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