Al frente de tres departamentos clave para la recuperación tras la crisis sanitaria, Reyes Maroto (Medina del Campo, 1973), la ministra de Industria, Comercio y Turismo, explica que tendrá vacaciones por primera vez en tres años y tras un curso que incluyó unas elecciones en Madrid, una amenaza de muerte y examinarse de nuevo de algunas asignaturas con sus dos hijos. «La semana pasada aprobamos Science; entraba la electricidad», comparte sin caer en la cuenta de la polémica con la tarifación.
Mujerhoy. ¿Cuántos turistas esperan desde su Ministerio que lleguen este verano?.
Reyes Maroto. Es difícil hacer estimaciones porque todavía se están abriendo los mercados. Los indicadores nos sitúan junto a Italia como los dos países preferidos para viajar, pero esas reservas se tienen que concretar. Según nuestras previsiones, a final de año recuperaremos la mitad de los visitantes internacionales de 2019, en torno a 45 millones. Con eso podríamos pensar en un 2022 con cierta normalidad.
¿Qué es lo que están demandándonos ahora operadores y viajeros?
La clave es la reapertura con seguridad; si no se nos percibe como un destino seguro, los turistas no vendrán. Ya hemos pasado por Francia, Alemania y Reino Unido, pronto iremos a Italia, que son los mercados más próximos y posibles ahora mismo. Tardarán algo más en venir turistas lejanos, aunque esperamos atraer a viajeros de EE.UU. y Latinoamérica que pueden llegar vacunados. Ahora nos dirigimos sobre todo a turistas que ya nos conocen. De ahí el lema de este año, «Te mereces España», una recompensa tras un año tan duro.
Dado el ritmo de vacunación y que hemos sido en ocasiones destino de turismo sanitario, ¿imagina a viajeros llegando a España para vacunarse?
He criticado al alcalde de Nueva York por usar la vacuna como reclamo turístico; si sobran, lo que hay que hacer es ser solidario y repartirlas para que el conjunto de la población mundial se inmunice. Ojalá que muy pronto España pueda donar más de los 20 millones de vacunas que ha anunciado el presidente Sánchez.
«Es un sector precarizado y de bajo valor añadido», expresó hace un año el ministro de Consumo. ¿Ha cambiado la pandemia este modelo que su colega criticaba?
Le dije a Alberto Garzón en persona que no compartía sus declaraciones. Hay un compromiso en toda la cadena de valor, de los empresarios a los sindicatos, y también en la oferta que damos. Competimos con Turquía, Egipto o Túnez por la oferta low cost, pero ahora toca creernos que somos buenos y repercutir nuestra calidad en el precio de las estancias. Íbamos a morir de éxito. España es un país hospitalario, pero la saturación en algunas zonas estaba llevando al rechazo social de residentes.
Y usted, ¿ya sabe qué hará en verano?
Nunca planifico mis vacaciones, pero este año tengo tal necesidad de irme que sí lo hice. Iré a Málaga con mi familia. Ya fuimos el año pasado cinco días, de los cuales trabajé tres. Como fue un poco frustrante, queremos volver para conocerlo mejor.
¿Cómo reserva sus vacaciones la ministra del ramo?
Depende del viaje, pero soy usuaria de agencia y me gusta que me recomienden. He ido a veces pensando en un destino y he acabado saliendo con otro. Si el viaje lo tengo claro, yo misma reservo el hotel o el lugar donde nos alojamos.
¿Usa plataformas como Airbnb?
No en España, pero en París y Berlín sí lo he hecho. La primera fue una buena experiencia y la segunda, desastrosa. El piso existía, pero las condiciones y la distancia no eran la que esperábamos. Hay que regular para que paguen impuestos y queden garantizados los derechos de sus trabajadores. Si no, nos vamos a la economía sumergida...
Habría sido la vicepresidenta de Ángel Gabilondo en la Comunidad de Madrid. ¿Respiró aliviada al saber que seguiría como ministra?
En Madrid los socialistas hemos quedado en una situación de debilidad, hay que recuperar la confianza que obtuvo Gabilondo cuando ganó las elecciones anteriores y aprender qué errores hemos cometido. Estoy muy contenta siendo ministra, y con más ganas todavía ahora que hay un horizonte de recuperación. Siempre es más fácil gestionar eso que una crisis. Tenemos que ejecutar los fondos europeos y este Ministerio de Industria, Comercio y Turismo implica las bases de nuestra economía y crecimiento.
En la campaña electoral en Madrid hizo público que había recibido un sobre con amenazas y un cuchillo. ¿Hoy lo habría enfocado de otro modo
Le di una respuesta instintiva. Me afectó porque nunca había pensado que alguien me quisiera matar. También quise proteger a mis seres queridos. No lo usé de forma partidista ni electoralista. Quienes me conocen saben que confío en el poder de la palabra y detesto el juego sucio. Si la política está degradada, la culpa es nuestra por no llegar a acuerdos. Yo he venido a la política para cambiar eso.
¿Habrá cambios en el Consejo de Ministros tras las vacaciones?
En septiembre siempre se habla del inicio de curso, pero algunas que llevamos tres años en el Gobierno todavía no hemos tenido esa sensación de volver tras unas vacaciones. Estaremos donde el presidente considere, pero tenemos ganas de continuar con el Plan España Puede. Esta crisis ha sido muy dura, ha requerido trabajar las 24 horas del día, 365 días del año, y hemos dado una respuesta diferente a la de la crisis de 2008. Antes de llegar a la política, dije que aquellas recetas de austeridad eran «suicidas» y señalé cómo habríamos salido de la crisis imitando las políticas expansivas de EE.UU. Cuando yo hacía oposición al Gobierno de Rajoy, la secretaria de Estado de Empleo, Engracia Hidalgo, me dijo que aquellos recortes eran necesarios. Hemos demostrado que había otra respuesta posible. Aplicar las soluciones que entonces recomendaba es gratificante.
«Estuve 10 meses en el paro. En mi oficina del SEPE ayudé a gente que apenas hablaba español frente a un sistema kafkiano y me sentí útil»
No es frecuente encontrar a ministras que hayan ido como usuarias a una oficina del SEPE.
Estuve en el paro 10 meses en 2011. Lo viví con tranquilidad, porque tenía dos años de prestación. Cada tres meses iba a renovar mi cartilla, por Internet me parecía muy frío. Allí me encontré a gente que no hablaba apenas español frente a un sistema kafkiano en el que era difícil conseguir cita y sin ella no te atendían. Les ayudaba con algunos trámites y me sentía útil.
Además de ministra, este curso también ha tenido que desdoblarse como profesora.
Ayudo en lo que puedo a mejorar el sistema educativo [risas]. He echado una mano a los padres y madres de la clase de mi hijo. Me gustan las matemáticas y he sido profesora 18 años. De la masterclass que di hace un par de semanas me sacaron unos cuantos 9,5, lo que me pone muy contenta.
Usted en realidad lo que quería era ser ingeniera, ¿no?
Sí, pero mis tutores insistieron en que era «una carrera de hombres» y me quedaba «muy grande». Mis padres no tenían formación y se fiaron de aquellos consejos. Estoy muy contenta de haber hecho Económicas, pero eso me ayudó a entender que queda mucho camino por recorrer. Soy la primera ministra de Industria en España y creo que dice mucho de esta sociedad. La igualdad es un derecho, no va en contra de nadie y aporta un valor también a la economía. No se trata solo de que haya más mujeres en el Gobierno, que también, sino de no dar ni un paso atrás.