El
Castillo
de la Mota es sin duda el edificio monumental por excelencia de
Medina
del Campo y, desde siempre, gozó de la predilección
de los artistas viajeros. Su imagen, difundidísima en cuadros
y estampas decimonónicas, lo fue también con la llegada
de la fotografía y prueba de ellos es la infinidad de imágenes
que conocemos del mismo, muchas de ellas de los primeros fotógrafos
viajeros que pasaron por la villa. Incide también la circunstancia
de elevarse en una mota o altozano por cuyas estribaciones pasa la vía
férrea de Madrid a Valladolid
con la consiguiente mirada pasajera de cuantos se desplazan en "el
nuevo invento" de ferrocarril por el citado trayecto; esto
ocurre a partir de los años sesenta del siglo XIX, cuando entra
en servicio este trazado ferroviario, momento coincidente con os primeros
tiempos de la fotografía.
A
estos momentos corresponden as primeras fotografías que conocemos
de la fortaleza. Son obras de Charles Clifford, quien toma al menos
dos instantáneas en su viaje de 1854, una desde la entrada de
la antigua calzada de Madrid, en la que se aprecian también los
restos de la que fuera en su día la iglesia de San Lorenzo --es
la que recogemos en la presente edición-- y otra de la torre
del homenaje con el lienzo frontal todavía almenado de la barrera
y el cuerpo de entrada. Siguen en estas primeras fotografías,
una vista del castillo desde los terrenos que pronto se convertirán
en cementerio, obtenia por el francés Auguste Muriel en 1864
(estuvo en Valladolid
entre el 26 de septiembre y el 10 octubre de aquel año) para
su libro publicado en París: Chemin de fer du Nord de l´Espgne,
y otra fotografía anónima presentada en formato estereoscópico,
que puede fecharse antes de 1866, año en que comienzan las obras
del mencionado camposanto de la Mota que será inaugurado em 1869.
Lo
que podríamos considerar como el primer reportaje fotográfico
conocido del Castillo es el que hace Juan Laurent en los finales de
1877 (las imágenes se obtienen después de la inauguración
de la línea férrea de Salamanca, el 1 de septiembre de
ese año, y antes de la primera boda de Alfonso XII, en enero
de 1878). De la decena de fotografías que hace en Medina,
cinco de ellas las dedica a un castillo que, como puede apreciarse en
dos de ellas, aparece ya desmochado de sus almenas en la barrera, fruto
de la pasividad de las autoridades del momento, que llegan a permitir
el aprovechamiento de los ladrillos como material de construcción.
Las restantes imágenes de este primer capítulo dedicado
al Castillo
de la Mota, ofrecen vistas generales de la fortaleza y aspectos
de su interior vacío, antes de la actuación restauradora
definitiva iniciada en el año 1939.
Reportaje
fotográfico