Si
en líneas anteriores, comentábamos que las construcciones
de la zona central de Medina
del Campo iban a sufrir una profunda transformación a partir
de la segunda mitad del siglo XIX, propiciada por la llegada del ferrocarril
y otros factores de diversa índole, esto se hace más patente
en la antigua Rúa Nueva, renombrada calle de Padilla desde abril
de 1873.
El
punto culminante de las actuaciones urbanísticas llevadas a cabo
por estos tiempos desde el Consistorio arranca de la decisión
adoptada el 15 de octubre de 1880, por la cual se establecen nuevas
alineaciones en el variado de la zona central de la población.
Con ellas se eliminan definitivamente los soportales --la zona central
estaba casi íntegramente porticada--, excepto los de la Plaza
Mayor, y, de este modo, se ensanchan los espacios públicos
en aras de un tráfico más fluido de personas, ganados
y mercancías.
Las
nuevas construcciones que podemos contemplar en estas fotografías
de la recién transformada calle de Padilla, sucesoras de las
viviendas porticadas que pudo fotografiar Jean Laurent en 1877 (como
en otros casos, se recogen también la versión estereoscópica),
siguen estrictamente las nuevas disposiciones municipales que, respecto
a las alturas de los edificios, determinan "cuatro metros en
planta baja, tres metros cincuenta centímetros la del principal
y tres metros veinte centímetros la del segundo". Regía
esta norma para esta zona, cuyas nuevas alineaciones datan concretamente:
de febrero de 1885 la antigua calle del Pozo y de 1889 la propia calle
de Padilla y la de Toledo (año también de la de Maldonado)
Así
las cosas, con estas nuevas disposiciones urbanísticas, se pierde
para siempre la imagen de las viejas rúas feriales porticadas,
para complacerse ahora con espaciosas calles de "modernos"
edificios, que toman como referencia las vías de nueva apertura
de las ciudades cosmopolitas o las que se pretende imitar. Asimismo,
cambian los nombres seculares de las calles, en su mayoría alusivos
a los gremios u oficios instalados durante siglos, para seguir la nueva
moda de renombrar las calles con fechas de marcado acento político
o nombre de personajes célebres que se quieren homenajear.
En
el presente capítulo también se han incluido algunas fotografías
curiosas, entre otras: la editada con la imagen especular de la calle,
la que muestra la entrada en ella del desfile militar celebrado el 30
de mayo de 1926, la que recoge un arco festivo que creemos se levanta
con motivo de la llegada a la villa del general Primo de Rivera en mayo
de 1927 y la del magnífico edificio construido en 1896, donde
estuvieron las más célebres almacenes comerciales medinenses
de la primera mitad del siglo XX, los de Alfredo Velasco.
Reportaje
fotográfico