Su
cara iluminada no refleja su edad, de hecho lo único que hace pensar que
Angeles Pérez cumple hoy 103 años es que le cuesta hablar. Su nuera
Luisa dice que "desde hace 6 meses habla muy bajito y poco".
Pero la abuela Nines, como la llaman en su casa, entiende todo lo que le dicen.
Nació
en 1901 en Medina del Campo (Valladolid) y allí pasó su infancia.
La inmensa cantidad de recuerdos que fluyen por la cabeza de esta mujer no le
impide rememorar con nitidez sus primeros años en Medina con sus dos hermanas
y su abuelo, quien las crió.
Tuvo
su primera hija a los 24 años, y su último hijo después de
la Guerra Civil, a los 43. Precisamente ésa es la peor etapa de su vida.
Se fue de vacaciones con su hijo Carlos y su marido a Gijón y estalló
la contienda. "Fuimos a pasar 15 días y pasamos 15 meses",
dice su hijo. Las penurias de la guerra le quitaron el sueño durante mucho
tiempo, "pero ahora ya duermo muy bien", dice Angeles. Después
se vino a vivir a Salamanca y, desde entonces, todo le ha ido muy bien.
Otro
momento horrible de su vida fue la revolución de Asturias de 1934. Su marido
estaba en Oviedo, ella sola con su hijo en Gijón y sus hijas en Medina
del Campo. "Pasábamos los días luchando por poder comer
y haciendo colas para conseguir una botella de leche", dice Carlos.
Si
aparta esos recuerdos de la memoria, Angeles asegura que su vida ha sido perfecta.
Ha conocido lo que es una dictadura, la República, la Monarquía,
además de los horrores de la Guera Civil. "Vivía mejor antes.
Después de la guerra, con Franco, todo me fue muy bien. Ahora no me quejo",
comenta sentada en su sillón y rodeada de su nuera, y su bisnieta.
El
secreto de su belleza: "echarme crema, sólo una, en la cara y algo
de colorete", afirma la abuela. Jamás ha tenido un dolor de cabeza,
"no sabe lo que es", dice su nuera Luisa. Ahora tampoco le duele
nada, sólo toma una pastilla para el corazón, quizá porque
su alimentación se basa en el lenguado y el puré.
Angeles
ha sido una persona muy avanzada para su época. Leía todos los días
el periódico y las revistas, incluso ahora que no puede leer los hojea,
y fue de las primeras mujeres en ir a los bares en Oviedo.
Cuando
habla de sus visitas a la zarzuela, la abuela Nines se anima y mueve el cuerpo
con ademán de bailar. A su cabeza llegan los sonidos de La Revoltosa o
de Don Hilarión . No olvida los ojos de Carlos Sobera, su presentador favorito
de la televisión, y pasa las mañanas acompañada de María
Teresa Campos.
Sólo
hay dos cosas que Angeles querría hacer ahora: ganchillo y escribir, pero
se conforma con celebrar su 103 cumpleaños con toda su familia: 4 hijos,
dos nueras, un yerno, 11 nietos y 8 bisnietos, además de sus conocidos,
pero a la abuela Nines no le gustaría cumplir muchos más años,
"ya está bien", dice riéndose, pero en serio.