Eduardo
Rosales
El
Testamento de Isabel la Católica
Génesis
y galardones de una pintura de historia
FUNDACIÓN
MUSEO DE LAS FERIAS
MEDINA
DEL CAMPO
19
de noviembre -12 de diciembre de 2004
www.museoferias.net/rosales.htm
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MENÚ
DE CONTENIDO
[
Eduardo
Rosales El Testamento de Isabel la Católica Génesis
y galardones de una pintura de historia
] - [ Eduardo
Rosales. Dña. Isabel la Católica dictando su Testamento
(1864)
]
- [ El
museo de las Ferias abre una exposición sobre el cuadro del
testamento de Isabel la Católica que pintó Rosales
]
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Como
colofón a los actos organizados por la Fundación
Museo de las Ferias con
motivo del V Centenario
de la muerte de Isabel la Católica en Medina del Campo,
nuestra Institución presenta esta muestra dedicada a uno
de los más célebres cuadros del arte español
y, sin duda, el más conocido por el público en general
de los que han tenido como protagonista a tan insigne reina: "Doña
Isabel la Católica dictando su Testamento" (1864),
obra cumbre del pintor madrileño Eduardo Rosales (Madrid,
1836-1873).
Para
dar a conocer el proceso de creación del cuadro, así
como las fuentes iconográficas y documentales que utilizó
Rosales para su composición, se han logrado reunir: una
decena de dibujos preparatorios y apuntes sueltos a tinta o lápiz,
varios manuscritos originales y objetos personales del pintor,
documentos históricos
y algunos de los galardones oficiales que recibió en su
día por tan singular obra pictórica. Todos ellos
proceden de importantes colecciones particulares madrileñas,
cuyos titulares las han cedido generosamente para su contemplación
en la villa que vio morir a la reina, hace ahora quinientos años.
De
este modo, pueden admirarse entre otras obras: un óleo
representando a Isabel la Católica -y su correspondiente
dibujo previo- que Eduardo Rosales compuso en 1863 a partir del
original de Juan de Flandes; un excelente grabado del cuadro del
Testamento, compuesto por Bartolomé Maura en 1877; un retrato
fotográfico del pintor, realizado por el francés
Jean Laurent en 1873, etc. De otra parte, junto a la propia paleta
del pintor, se muestran
algunas de las más importantes distinciones que le fueron
concedidas a Rosales por su cuadro del Testamento, como: el diploma
de la "Primera Medalla de la Exposición Nacional
de Bellas Artes" de 1864, la condecoración de
"Caballero de la Orden Imperial de la Legión de
Honor", el nombramiento de Comendador de la Real Orden
de Isabel la Católica, etc. Cierra la muestra un audiovisual
que recoge las imágenes de otros dibujos preparatorios
del cuadro, cuyos originales se conservan en los Museos Nacional
del Prado y Nacional de Arte de Cataluña.
Esta
exposición ha sido realizada bajo la dirección y
asesoramiento del profesor Dr. Luis Rubio Gil, especialista en
la obra de Eduardo Rosales, a quien la Fundación Museo
de las Ferias quiere expresar su más sincero agradecimiento,
del mismo modo que a los titulares de las obras prestadas, sin
cuya colaboración desinteresada no hubiera sido posible
esta muestra conmemorativa.
Antonio
Sánchez del Barrio
Director de la Fundación Museo de las Ferias
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Eduardo
Rosales. Dña. Isabel la Católica dictando su Testamento
(1864)
De
pocas obras de arte español poseemos tanta documentación
como de este lienzo. Correspondencia, notas, algún óleo
y dibujos preparatorios nos permiten el análisis de la
génesis de la que quizá es la pintura máxima
de la llamada "pintura de historia" que tuvo
su apogeo en la segunda mitad del siglo XIX.
El
pintor, para presentarse a la Exposición Nacional de
Bellas Artes de 1864, dudó sobre el tema hasta que eligió
el momento de testar de la Reina Católica: "
este
momento de la gran Reina es uno de los más hermosos de
su gloriosa vida porque se ve en él el inmenso amor que
tenía a su pueblo y es, al mismo tiempo, interesante para
nuestra Historia por las cláusulas que en él dejó
consignadas..." (Carta a Fernando Martínez de
Pedrosa).
El
Museo Nacional del Prado, junto al gran cuadro, posee también
un boceto al óleo y doce dibujos preparatorios. El Museo
Nacional de Arte de Cataluña guarda seis dibujos entre
los que se encuentra el "modellino" para la composición
del Testamento. Los particulares conservan óleos parciales
de los personajes que integran la escena y dibujos como el boceto
de la colección Casa-Torres y algunos otros de gran calidad.
Todos ellos nos llevan desde las primeras ideas del pintor hasta
la realización definitiva de la pintura.
Los
dibujos podemos dividirlos en dos grandes grupos: aquellos que
nos dan una visión más o menos total de la escena
y los que diseñan alguno o algunos de los personajes
que forman el grupo acompañante de la Reina en sus últimos
momentos. Siempre jugó con los diez personajes de la obra
definitiva, pero fue modificando la posición de los mismos
y su tamaño, que pasaron de ocupar la totalidad del lienzo
a situarse en la distancia donde hoy los admiramos.
Rosales
se compenetró totalmente con el tema y lo va a plasmar
con la veracidad y sencillez de un testigo que quiere dar fede
uno de los momentos cumbres de la historia de España.
Losdocumentos
manuscritos nos dan una idea de que se documentó exhaustivamente
sobre el hecho que pensaba narrar pictóricamente, tanto
sobre la fisonomía de los personajes como de los detalles
del mobiliario y vestimenta. Si es cierto que los personajes retratados,
algunos de ellos, no estuvieron en el acto de testar la reina,
Rosales quiso trascender el dato histórico para darnos
una visión intra-histórica de ese momento, haciendo
presentes al Rey Católico, a doña Juana y al cardenal
Cisneros, que aún no era cardenal, y que ciertamente no
asistieron al evento, pero que todos ellos tendrían un
papel señero en la historia posterior de España.
(Mide 2,90 x 4 m. Firmado: E. Rosales / Roma. 1864)
La
pintura habla por sí sola. Obra madura, pensada, personajes
y cosas todas están
en su sitio: las figuras, la luz, el color.Color sobrio y empastado
de pincelada amplia y suelta que modela la forma a distancia. Admirable
contraste entre el rojo de la vestimenta del rey con la dalmática
verde y oro del joven en primer plano y de nuevo el contraste de
los tonos neutros de los demás personajes, que a su vez contrastan
todos con el blanco sobre blanco que circunda la figura de la reina.
Blancos comparables a los de Zurbarán. Los personajes, colocados
con cierta simetría,en la línea del más puro
clasicismo, hacen que el cuadro nos produzca una imagen de serena
grandeza. Composición estática, velazqueña,
cuyo centro es la reina y que se articula en tres planos paralelos:
las figuras del primer término, la reina acostada en el lecho
con dosel, que remata el escudo de sus reinos, y los personajes
tras aquél, marqueses de Moya, en la penumbra. Los decorados
de los muros en rombos como el sebka del arte árabe, empleado
en las construcciones mudéjares del
tiempo. Un pequeño oratorio a la izquierda, del que pende
un Cristo, con una lamparilla y un libro, son los únicos
accesorios. Los planos se acentúan, dándoles profundidad,
el enlosado del suelo y las líneas y dibujos de la alfombra.
Al fondo y junto a los marqueses se adivina un reloj que marca los
últimos instantes de la vida de Isabel de Castilla. En esta
composición, todo está armonizado con una sorprendente
intuición de las proporciones. Todo es ritmo en las aparentes
actitudes estáticas que obedecen a la expresión meditativa
de cada personaje y al carácter de cada uno. Rostros que
reflejansus sentimientos interiores ante las palabras de la reina,
en las que iba desgranando pausadamente el futuro de la nación.
Armonía y sobriedad que requiere el momento del Testamento
de la más grande reinade España, de cuya iluminada
y bella figura parten todos los valores cromáticos de la
composición.
Hay
aire, luz, mucha verdad que nos introduce en
esta gran creación melancólica, dulce y reposada.
El dolor no expresado inunda la escena.
Con
este cuadro obtuvo Rosales la Primera Medalla de la Exposición
Nacional de 1864 y volvió a ser premiado con la misma distinción
en la Universal de París en 1867. La crítica se dividió
a favor y en contra; en ella se mezclaron tanto razones estéticas
como políticas y personales. Todos, sin embargo, reconocieron
la valentía del estilo y la admirable ejecución. Desde
que Pi y Margall afirmara que: "el autor del Testamento
ha llegado a recordar a Veláquez" hasta el día
de hoy, se han multiplicado los estudios admirativos de este gran
lienzo "que, sin duda, fue un manifiesto político
en el que se exalta la figura de la reina y su política"
(Xavier de Salas).
José
Luis Díez, subdirector del Prado, ha escrito: "Obra
cumbre de la pintura española del siglo XIX, que marcó
la decisiva transformación del género y una de las
piezas capitales de toda la historia del arte español".
La
técnica ha permitido reproducir el gran cuadro del Testamento,
que, como imagen
vicaria, de alguna manera, nos acerca a la obra original, tantos
años sin poderla contemplar por las obras del Casón.
Podemos
identificar junto a la Reina, a doña Juana, al Rey Católico,
al notario Gaspar de Gricio, al contador López de Cárraga,
al cardenal Cisneros y al fondo a los marqueses de Moya. Rosales
no dejó constancia explícita de los personajes retratados
Junto
a esta reproducción, una muestra de dibujos originales de
Rosales, preparatorios de la pintura al óleo, que son de
gran calidad y pertenecen a las colecciones de Rafael Gil y Julián
Coca y Ávila. Apuntes
originales, documentos y objetos, en relación con el Testamento,
completan este homenaje a la Reina Católica que la Fundación
Museo de las Ferias ha querido rendir a su memoria en la villa que
la vio morir.
Luis
Rubio Gil
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El
museo de las Ferias abre una exposición sobre el cuadro
del testamento de Isabel la Católica que pintó Rosales
El
proceso creativo que le llevó al pintor del siglo XIX
Eduardo Rosales a pintar el cuadro histórico más
conocido del romanticismo español es el tema principal
de la exposición "Eduardo Rosales y el testamento
de Isabel la Católica. Génesis y Galardones
de un cuadro de Historia" que inauguró ayer
el Museo de las
Ferias de Medina del Campo como colofón
a los actos organizados por el museo con motivo del V
Centenario de la muerte de Isabel la Católica
en Medina del Campo.
La
muestra que permanecerá abierta hasta el 19 de diciembre
abrió sus puertas con una conferencia sobre el autor
del cuadro a cargo de Luis Rubio Gil, y da a conocer el proceso
de creación del cuadro del testamento de la reina que
se conserva en el Casón del Buen Retiro de Madrid,
así como las fuentes iconográficas y documentales
que utilizó Rosales para su composición.
El
museo ha logrado reunir una decena de dibujos preparatorios
y apuntes sueltos a tinta o lápiz, varios manuscritos
originales y objetos personales del pintor, documentos históricos
y algunos de los galardones oficiales que recibió en
su día por tan singular obra pictórica.
Todos
ellos proceden de importantes colecciones particulares madrileñas,
cuyos titulares las han cedido para su contemplación
en la villa que vio morir a la reina, hace ahora quinientos
años "también otros dibujos de la reina,
así como documentos relacionados con el cuadro del
testamento con notas manuscritas de Rosales tomando información
de los cronistas de la época para componer el cuadro,
así como objetos personales y premios como la medalla
de oro de la exposición universal de París"
asegura Antonio
Sánchez del Barrio, director del Museo
de las Ferias.
De
este modo, pueden admirarse entre otras obras un óleo
representando a Isabel la Católica, y su correspondiente
dibujo, que Eduardo Rosales compuso en 1863 a partir del original
de Juan de Flandes, un grabado del cuadro del Testamento,
compuesto por Bartolomé Maura en 1877, un retrato fotográfico
del pintor, realizado por el francés Jean Laurent en
1873. De otra parte, junto a la propia paleta del pintor,
se muestran algunas de las más importantes distinciones
que le fueron concedidas a Rosales por su cuadro del Testamento,
como: el diploma de la "Primera Medalla de la Exposición
Nacional de Bellas Artes" de 1864, la condecoración
de "Caballero de la Orden Imperial de la Legión
de Honor", el nombramiento de Comendador de la Real
Orden de Isabel la Católica, etc.
Cierra
la muestra un audiovisual que recoge las imágenes de
otros dibujos preparatorios del cuadro, cuyos originales se
conservan en los Museos Nacional del Prado y Nacional de Arte
de Cataluña.
Sánchez
del Barrio asegura que es una exposición
que no estaba en la agenda de trabajo de este año y
ha surgido por el interés que ha suscitado entre los
visitantes "y es un broche final de las actividades
que ha realizado el museo con motivo del V centenario a raíz
de las muchas llamadas preguntando lo que íbamos a
hacer para a conmemoración ya que nos estaba prevista
porque la gran exposición fue la del comercio".
Iván
Lozano/El Día de Valladolid
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