VIRGEN
CON EL NIÑO
(Virgen de las Nieves o de la Esperanza)
Anónimo castellano
Comienzos del siglo XVI
Madera policromada / Estaño y plomo sobredorados
(corona)
Fundación Simón Ruiz
Restauración:
Luisa Pérez Rodríguez
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VIRGEN
CON EL NIÑO
(Virgen de las Nieves o de la Esperanza) |
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Se tiene a esta escultura como la titular de una pequeña ermita situada entre los torreones que formaban la Puerta de Salamanca (perteneciente a la tercera cerca de Medina del Campo) acogida bajo la advocación popular de Ntra. Señora de las Nieves o de la Esperanza.
Desde
el punto de vista iconográfico, la pieza responde
a las características habituales de las imágenes
marianas de los comienzos del siglo XVI, en las que ya se
acusa una tendencia a la concepción naturalista de
los rostros de los personajes representados. La Virgen,
que luce en su pecho un largo collar que recuerda las formas
de un rosario, muestra en su mano derecha un pequeño
fruto, símbolo de su papel en la redención
del género humano; por su parte, el Niño aparece
vestido con la túnica abierta en alusión a
su naturaleza humana, pero sosteniendo una esfera en representación
de su poder sobrenatural sobre el mundo y los hombres.
La
corona de estaño dorado que luce María es
un buen ejemplo del tipo de orfebrería de devoción
que se hace por aquellas décadas, de la cual no nos
han llegado muchas piezas, merced a la fragilidad de los
materiales empleados. Su composición se basa en el
entrelazado de motivos vegetales en el que aún pueden
apreciarse los restos y rebabas resultantes del proceso
de fundición, al no haberse perfilado la pieza con
el suficiente esmero..
Conocemos
bien la historia particular de esta imagen gracias a las
referencias que hemos encontrado de ella -y de la capilla
de la que fue titular-, tanto en el Archivo Municipal de
Medina del Campo como en la historiografía local.
Por López Ossorio, que escribió entre 1610
y 1614, sabemos que para el culto de esta capilla de Ntra.
Sra. de las Nieves, los Reyes Católicos habían
otorgado un privilegio según el cual se debían
pagar seis maravedíes por cada carga de mercancía
que llegara procedente de Portugal y se asentara en la calle
de Salamanca durante las ferias. En torno a 1600 la monumental
puerta donde se alojaba la capilla se hundió sin
ocasionar desgracias personales, lo que supuso la intervención
milagrosa de la Virgen. El cronista describe el suceso en
estos términos:
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La Corona Sobredorada de la Virgen de las Nieves y su "Milagrosa Conservción" |
"A las nueve del día, se cayó todo
el arco de esta puerta, con la capilla donde estaba esta
Santa Imagen, y fue tanta su caridad y amor que con los
fieles tiene, que pasando por esta puerta toda la villa,
porque es una calle de las más frecuentadas de ella,
permitió su Magestad, que no pasase ninguno, ni a
nadie hiciese ningún daño, admirado el pueblo
del buen suceso, acudieron mucha gente, para buscar la Santa
Imagen, que estaba debajo de toda la tierra, y estuvieron
cavando muchos hombres,... hasta que vinieron a hallar y
descubrir la Santa Imagen como estaba en su altar, así
la hallaron, y el Santo Niño como le tenía,
sin habérsele quebrado cosa ninguna, ni un dedo de
sus santas manos, y tenían Ella y el Niño
coronas de estaño dorado, y con ser material tan
blando, no se había quitado ni un remate de las coronas...".
Precisamente
una de las coronas de estaño dorado aludidas en el
relato (la de la Virgen) fue hallada recientemente entre
los bienes de la Fundación Simón Ruiz, circunstancia
de fácil explicación ya que consta documentalmente
el traslado de los bienes de la ermita de Ntra. Sra. de
las Nieves -incluida la escultura titular- hasta la iglesia
del Hospital General cuando, en junio de 1872, se decide
el derribo definitivo de la Puerta de Salamanca (AMMC, c.320-1,
ff.54v-55v).
Aquel
prodigioso acontecimiento, considerado entonces como milagroso,
propiciaría la conservación del ajuar original
de la imagen cuando éste es renovado en la segunda
mitad del siglo XVII (se sustituyeron las coronas de estaño
sobredorado por otras de plata y rostrillos del mismo metal).
Con la incorporación de la escultura a la colección
expuesta en el Museo de las Ferias, y tras comprobar la
correspondencia evidente entre la propia pieza y la corona
original, ésta se dispone de nuevo sobre la cabeza
de la Virgen y se retiran los aderezos posteriores.