Virgen
con el niño, llamada "de la Victoria"
La llegada a España
de obras de arte procedentes de diferentes países europeos
tuvo en las Ferias de Medina del Campo uno de los focos más
destacados, siendo numerosos los testimonios documentales que prueban
encargos y compraventas.
Esta preciosa tabla, conocida
como "la Virgen de la Victoria", muestra unas características
de estilo que la relacionan, a primera vista, con la producción
artística tardogótica de los talleres centroeuropeos
de la región de Bohemia, zona en la que confluyen tradiciones
plásticas occidentales y orientales-bizantinas que dan como
resultado imágenes de serena belleza, con rostros idealizados,
ropajes de elegantes plegados y empleo de elementos ornamentales aplicados
como coronas, broches de pedrería y cenefas de cabujones incrustados.
Todas las peculiaridades se dan cita en este cuadro que hasta el momento
de su restauración podría encuadrarse, sin muchas reservas,
en este denominado "estilo bello" centroeuropeo de
la primera mitad del siglo XV, del que tampocos ejemplos se conservan
en España (Hernández y Arias, 1999, p. 80).
En este sentido, se ha apuntado
la relación iconográfica de nuestra pieza con la Virgen
de la Catedral de San Vito de la Catedral de Praga, hoy en la Galería
Národni de la capital checa (Cardero, 1999, f.6), al menos
como modelo en la concepción general de la obra, y, en efecto,
aunque la composición es invertida, son similares los rasgos
faciales de la Virgen, de amplia frente y barbilla pronunciada, así
como la forma de acoger al Niño entre sus brazos mostrándolo
al espectador; del mismo modo, éste presenta una postura muy
parecida con las piernas semiflexionadas.
Sin embargo, el informe
de la aludida restauración que se ha realizado recientemente,
pone de manifiesto algunos detalles inusuales en este tipo de tablas
pintadas, entre otros: la ausencia de dibujo subyacente, la aplicación
directa del pan de oro sobre la preparación de la tabla y no
sobre bol, la composición de algunos de los pigmentos sólo
utilizados a partir del Descubrimiento de América -está
comprobado el uso de cochinilla para los tonos rojos-, etc. A partir
de estos datos analíticos, se aconseja una datación
posterior, el siglo XVI, circunstancia que hace sospechar que nuestra
"Virgen de la Victoria" sea una buena copia de modelos
de cronología anterior.
Cabe resaltar, por último,
que la pieza ha perdido los elementos aplicados que en su día
tuvo, como seguramente, una corona de plata luego sustituida por otra
pintada después de la ejecución original del cuadro,
y los cabijones, perlas y piedras que lució el broche y la
cenefa del manto azul de la Virgen. Por otra parte, el marco es contemporáneo
a la realización de la tabla y quizá siga modelos habituales
del Piamonte italiano.