Por las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo, se
remontan a la primera Edad de Hierro, (centurias VIII-V a
C), cuchillos de hierro, punzones y leznas de bronce, espatulas
de hueso, fragmentos de ceramicas (vaso vi-troncocónico
con decoración pintada), teniendo un antiguo de más
que 500 años (a. C.), quizas perteneciendo a un Pueblo
situado en la colina de la Mota hace algo más de 2.500
años.
De allí surgieron grupos
importantes de Judios y mudéjares, los cuales contaban
con su mezquita, baños y mercados propios. Ocuparon las
zonas más altas para tener un estratégico control
del valle y para ser protegido de las inundaciones del río Zapardiel. Estos poblados estaban formados por una
serie de cabañas de forma circular u ovalada, construidas
con arcilla y adobe.
Las primeras ocupaciones cristianas
procedentes del Norte se realizaron en la segunda mitad del siglo
XI, según documento fechado en 1.107 por Alfonso VI. Surge
de aquí el primer recinto amurallado que contaba con dos
puertas, más la levadiza del propio Castillo, que estaba
rodeado de un foso en su exterior.
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Primer recinto amurallado marcado |
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De aquí surge el primer
recinto amurallado
que contaba en dos puertas, (4) encontrándose en su interior, ya entre la centuria XI y
XII, las parroquias de Santa
María del Castillo o de la Cruz, San
Juan Evangelista o del Azogue, San Salvador, llamado también por algunos Santa
María Magdalena y el Castillo del Mota.
Por el norte y fuera del recinto,
se encontraba el riachuelo de Adajuela y por el sur, el río Zapardiel. El recinto amurallado que ocupaba toda la colina del
Castillo estaba formado por cantos rodados y cal.
Ya los Musulmanes hacían
grandes operaciones financieras, llamando a los centros comerciales
de importancia, "Medinas", por lo que se piensa
que este pueblo tenía un caracter comercial, agricultura,
cereales y ganadería ovina.