Hacer un recorrido por la ruta de las juderías
en Castilla y León nos permite adentrarnos en un periodo
apasionante de la historia peninsular; un periodo hecho de
conflictos y exclusiones pero también de compleja convivencia,
que se remonta en muchos casos a los tiempos de la dominación
romana, aunque en sentido estricto hasta el siglo X, cuando
puede considerarse la existencia de comunidades hebreas en
Castilla y León.
El avance de la Reconquista y las luchas internas
por el poder en la Corona de Castilla incidieron en el florecimiento
y destrucción de numerosas juderías en la región
muchas de las cuales solo han dejado recuerdos en los archivos
y documentos medievales que dan constancia de su existencia.
Las grandes ciudades de Castilla y León conservan,
en mayor o menor medida, vestigios de un pasado en el que
las aljamas -juderías con independencia administrativa
y cierto autogobierno- se apretaban junto a las faldas de
los castillos y las calles tomaban denominación e importancia
por los oficios de quienes los habitaban, muestra de la integración
de un pueblo que obligado a convertirse o emigrar tras la
unificación peninsular lograda por los Reyes Católicos.
Este paisaje urbano puede rastrearse todavía hoy en
los cascos antiguos de poblaciones de la región; un
atractivo singular que no pasará desapercibido al viajero
dispuesto a dejarse sorprender por el encanto de una memoria
viva todavía, por fortuna, en el complejo entramado
urbano de aquellos viejos barrios que acogieron a las comunidades
judías en Castilla y León.
La aljama más importante y mejor conservada
de Castilla y León, y una de las más relevantes
de toda España, es la de Segovia, donde el barrio judío
constituye uno de los pasos con más encanto de la urbe.
Burgos también albergó una pujante comunidad
hebrea, cuyos vestigios pueden rastrearse en la falda del
viejo castillo y en las traseras de su imponente catedral.
En tierras leonesas existen todavía rastros judíos
en Sahagún, Astorga y León, y Zamora mantiene
el sabor de sus dos juderías.
Salamanca, Ciudad Rodrigo, Valladolid, Soria Aguilar de Campoo..., también guardan memoria de la
presencia hebrea en la región.