El
Duero y el Esgueva, los ríos más privilegiados
T. L./VALLADOLID
La mayoría de los establecimientos
de turismo rural de la provincia continúan concentrándose
alrededor de los ríos Duero y Esgueva, aunque la oferta
es también significativa en el área de Medina
del Campo y en las localidades mudéjares. La
zona norte de Valladolid es, hoy por hoy, la más 'virgen' en lo que a turismo rural se refiere, si bien hay interesantes
propuestas en marcha, como las posadas de la Casona de Montealegre,
del XVIII, y del Rincón de Doña Inés,
en Villanueva de la Condesa, y proyectos turísticos
como el Museo del Pan, en Mayorga, o la ampliación
del del Queso, en Villalón de Campos, que pueden dar
el empuje definitivo.
Si la división
de la provincia se hace en 'zonas cardinales', podría
decirse que la Este es la más privilegiada. Cuenta
con el reclamo indiscutible de las bodegas ribereñas
y del Museo del Vino, en Peñafiel; con el paraíso
medioambiental que es el Valle del Cuco; con el Valle de Esgueva
y su 'sendero verde'; con el embalse de Encinas y,
sobre todo, con el lechazo y el tinto de la Ribera.
El Canal
como reclamo
Las instituciones
y, en especial la Diputación, apuestan por convertir
el Canal de Castilla en el reclamo turístico principal
de la zona norte, que oferta asimismo, como bazas principales,
la tranquilidad y el sosiego, el patrimonio monumental, los
palomares y, en lo que a gastronomía se refiere, el
queso de Villalón, el pichón, la lenteja pardina
o el pan candeal.
La zona sur
posee las masas forestales que le faltan al resto, además
del mudéjar de Olmedo, de
la villa histórica de Medina del Campo, del
zoo de Valwoo, en Matapozuelos; del Museo
de las Villas Romanas, en Almenara-Puras, y de ricos productos
hortofrutícolas como el espárrago o platos típicos
como la gallina, la empanada de conejo o el cochinillo. Los
más deportistas pueden elegir entre el senderismo,
el golf, la hípica, la caza, la pesca e, incluso, disfrutar
de un vuelo en ultraligero.
El espacio natural
de las Riberas de Castronuño, en el oeste, es una propuesta
que todavía no ha sido demasiado explotada, sobre todo
porque se complementa con Tordesillas, con la Denominación
de Origen Cigales, con pueblos de indudable valor histórico
o artístico y no menos interés gastronómico,
como Tiedra y Urueña, y con el Museo de la Santa Espina,
entre otras propuestas.