TURISMO CULTURAL - Ruta
Mudéjar
Cultura es una palabra mayúscula, una
prerrogativa de la identidad de los pueblos convertida en
argumento intransferible para la explicación de su
existencia. Las cibilizaciones más poderosas de la
historia de la Humanidad han ensanchado y mantenido sus vastísimos
límites gracias a ese "cultivo" de formación
coleciva antes que a su potencia militar, haciendo de esa
fuerza de convicción arma y pilar de su ideosincrasia.
La generosa abundancia de estímulos
de atracción cultural en Castilla y León es
un inagotable almacén de emociones diversas, una mesa
espectacularmente surtida para que los degustadores del imperecedero
aroma de la Cultura sacien siempre su apetito.
La convivencia medieval de tres culturas,
cristiana, musulmana y hebrea, ha dejado en la región
huellas artísticas, urbanísticas, toponímicas,
literarias... cuya completa enumeración es imposble,
rastros de un existir comúm que bien pudieran servir
de argumento hoy día para los convencidos de que la
armonía entre diferentes credos y culturas es más
que una deseada hipótesis.
La universalidad de nuestras ciudades declaradas
Patrimonio de la Humanidad nos sumerge en sugerentes recorridos
urbanos, acentuados por la condición que Salamanca adquiere en 2002 como Capital Europea de la Cultura. La espiritualidad
monumental de las catedrales muestra la fuerza de la dinámica
ferviente y el delicado trabajo de sus artífices, conscientes
e incoscientes de su impagable trabajo en imperecederas joyas
de asombro general.
Los abatares de la reconquista propiciaron
que la sociedad medieval castellana se definiese durante siglos
por la coexistencia de cristianos, musulmanes y judíos.
Castilla y León teje su historia con
la de otros pueblos y construye una cultura regida por las
ideas de tolerancia y de convivencia, que en el aspecto artístico
alumbran un arte singular, exclusivo de la Península
Ibérica: el mudéjar, una nueva forma de expresión
en la que se funde lo árabe y lo cristiano. La dificultad
de los reinos cristianos del norte para repoblar los territorios
conquistados abocó a una decisión de consecuencias
culturales: autorizar a la población musulmana vencida
a permanecer en sus hogares manteniendo su religión,
su lengua y su organización social. El pragmatismo
político y la fascinación que ejerce en el mundo
cristiano el legado artístico del Islam harán
posible el nacimiento de un estilo artístico abierto
e integrador, rico y versátil, fruto de una cultura
plural. Crece en la Castilla más mesetaria y cerealista
un universo de ladrillos, adornado con paraísos
de madera y azulejo, que hoy más que nunca ha de despertar
una reflexión sobre la aceptación de otras culturas.
El viajero que quiera conocer el mundo de
las soluciones constructivas hispanomusulmanas en Castilla y León puede comenzar viaje en la localidad segoviana
de Cuellar, "isla mudéjar
en un mar de pinares", donde visitará los templos
de San Martín (que alberga el Centro de Interpretación
del Arte Mudéjar), San Esteban, el Salvador y San Andrés.
Coca, con su monumental castillo mudéjar,
establece la ruta hacia tierras de Valladolid, donde la villa
de Olmedo es otra de las capitales castellenoleonesas de este
estilo artístico, con sus iglesias de San Miguel y
San Andrés y una comarca rica en manifestaciones arquitectónicas
debidas a alarifes musulmanes. El Ávila, Arévalo
y la comarca de la Moraña constituyen otro de los grandes
focos mudéjares de la región; no se ha de dejar
de visitar el antiguo conjunto monacal de La Lugareja, con su hermosísimo triple
árabe. El viajero abandonará la Tierra de Pinares
para ingresar en Tierra de Campos: el itinerario atraviesa Palencia para llegar a Sahagún, origen del mudéjar,
donde se levantan las iglesias de San Tirso y San Lorenzo.
La ruta sigue hacia el sur, con otras dos paradas fundamentales:
Toro, en la provincia de Zamora, donde merecen visitar los
templos de San Lorenzo el Real y San Salvador, y Alba de Tormes,
en Salamanca, con sus hitos mudéjares de Santiago y
San Juan.
Mudéjar en Castilla y León
Entre los siglos
XIII y XVI floreció en la España creciente de
la Reconquista un estilo arquitectónico fruto de la
convivencia entre cristianos y musulmanes. El mudéjar
marcó la construcción de un sinfín de
iglesias por los pueblos de Castilla y León. La comunidad
vecina ofrece hasta el próximo 13 de septiembre la
oportunidad de conocer a fondo su rico patrimonio mudéjar
con el programa «Al sur del Duero», que engloba
la visita a más de 30 templos repartidos por las provincias
de Ávila, Salamanca, Valladolid y Segovia (www.turismocastillayleon.com).
Todas las iglesias abren (salvo excepciones en Salamanca)
de 11 a 14 horas, y de 17 a 20 horas.
Desde Asturias,
por la autopista de La Coruña, localidades como Medina
del Campo, Tordesillas y Arévalo están a tiro
de piedra para una escapada de un día. Y si hay algo
más de tiempo, se puede pasar todo un fin de semana.
Sólo es necesario dejarse guiar por los folletos para
conocer otros núcleos más pequeños que
albergan verdaderas joyas arquitectónicas como Madrigal
de las Altas Torres, Olmedo, Santa María La Real de
Nieva, Matapozuelos, Mojados, Muriel de Zapardiel, Fresno
el Viejo? Todos presumen de tener una iglesia que, si bien
no es al completo de estilo mudéjar, conserva algún
elemento.
El programa
«Al sur del Duero» se completa con dos castillos,
el de La Mota (Medina del Campo, www.ayto-medinadelcampo.es)
y el de Coca (provincia de Segovia, www.castillodecoca.es),
además del centro de interpretación y el parque
temático del mudéjar en Cuéllar (Segovia)
y Olmedo.
En Asturias,
este fin de semana, la agenda va también completa.
Se celebran los certámenes del queso casín (collada
de Arnicio) y de Cabrales (Arenas), la fiesta de La Regalina
(Cadavedo) y el Festival de la sidra natural en Gijón,
entre otros.
Para una información
más detallada y actualizada, consulten la Web de la Junta
de Castilla y León, (www.turismocastillayleon.com) o llamando al teléfono: 902 20 30 30
En esas últimas décadas de la duodécima centuria, las iglesias de San Tirso, San Pedro de Dueñas, ambas de Sahagún, y Santervás de Campos, de Valladolid, pararon sus costosas fábricas de sillería románica para ser continuadas con ladrillo. Es en este momento cuando nace una decoración novedosa, todavía dubitativa pero con acusada personalidad. Había nacido un nuevo tipo de arte.
Este mudéjar, nacido en Castilla y León a partir del románico pero que adquiere identidad propia por su material y decoración, se le ha denominado de diversas maneras: "románico de ladrillo", "románico mudéjar" y "primer mudéjar castellanoleonés".
En el siglo XIII, el "invento" se consolida y extiende hacia el sur, a tierras llanas y con escasas canteras de piedra (Zamora, Salamanca, Valladolid, Ávila y Segovia) llegando a alcanzar a las provincias de Madrid y Guadalajara.
Para el éxito de su difusión en un territorio inicialmente dominado por el románico puro hay que contar con la probable existencia de población mudéjar en estas comarcas castellanoleonesas que conociera las técnicas de construcción con ladrillo.
Pero más aún, el factor decisivo es la economía y rapidez que este modo de proceder aportaba respecto al uso de la piedra de cantería. Otra razón importante que afecta a extensas comarcas castellanas, y que con frecuencia pasa desapercibida, es la escasez de buenas canteras de piedra que obligaba la edificación con ladrillos en combinación con mampostería.
Sahagún y su comarca
Sahagún es una de las más destacadas escalas del Camino de Santiago y lugar de interesante historia.
Aquí existió uno de los más poderosos cenobios de la España cristiana medieval. Originario del año 880 (Alfonso el Magno), durante los siglos fue ganando poder hasta llegar a dominar sobre más de noventa monasterios e iglesias, en época de Alfonso VI. De la última construcción románica de este monasterio (de pleno siglo XII) no quedan sino restos mínimos.
San Tirso
La iglesia de San Tirso es muy importante pues se considera que fue una de las primeras iglesias románicas españolas en que se reemplaza la piedra por el ladrillo para llegar a ser lo que se ha venido en denominar Románico-Mudéjar.
Parece que se inició su edificación en las primeras décadas del siglo XII.