Domingo 3 de Marzo de 2002 - Número
333
HISTORIA | ¿BEATIFICACIÓN?
Isabel La Católica, ¿santa?
ISABEL de Castilla podría ascender
a los altares. Venerada dentro y fuera de nuestro país,
la Conferencia Episcopal ha reactivado su proceso de beatificación.
Se le atribuyen dos milagros, pero haber expulsado a moros
y judíos y rescatado la Inquisición son episodios
que podrían aguar su causa.
JOSÉ MANUEL VIDAL
"La conquista de Granada", pintado
por Carlos Ribera y que se encuentra en la catedral de Burgos,
es una de las obras que reflejan el histórico acontecimiento
ocurrido en 1492. Unos
la llaman la Juana de Arco española y la equiparan
a la doctora de la Iglesia, Santa Teresa de Jesús.
Otros la tachan de "impía y desalmada" y la comparan con
el mismísimo Hitler. ¿¡ngel o demonio,
santa o fiera? Los obispos españoles y latinoamericanos
están convencidos de que ejerció las "virtudes
cristianas en grado heroico" y piden al Vaticano que
reactive su causa y la eleve a los altares en el año
2004, coincidiendo con el V centenario de su muerte. El lobby
judío y musulmán, así como el sector
más progresista de los católicos la rechazan
taxativamente. La pelota está en el alero del Vaticano.
"Padre Todopoderoso que en tu bondad
infinita hiciste de Isabel la Católica un modelo de
jóvenes esposas, madres, líderes y jefes de
gobierno, concédenos la gracia de ver tu infinita majestad
glorificada en su propia canonización".
sta
es una de las oraciones oficiales para implorar a Dios que
Isabel I sea elevada al honor de los altares. La estampita
se reimprime con tiradas millonarias desde hace 44 años.
En 1958, promovido por el arzobispo de Valladolid,
García Goldáraz, y con el decidido apoyo de
Franco, a través del entonces ministro Ibáñez
Martín, se inició el expediente que daría
luz verde al proceso de beatificación de la reina Isabel
la Católica. La investigación histórica
iniciada por el canónigo Vicente Rodríguez Valencia
se interrumpió a su muerte, en 1972. Poco después
tomaron las riendas Justo Bermejo, rector de la iglesia española
de Montserrat, Anastasio Gutiérrez, del Colegio Antoniano
de Roma, y el profesor de historia Vidal González,
acompañado por historiadores de la talla de Luis Suárez
o del jesuita Quintín Aldea.
Reunida la documentación histórica,
se concluye el proceso de beatificación en su etapa
vallisoletana y se envía la positio histórica
(un compendio de 30 tomos) a Roma. Se trata de más
de 100.000 documentos, muchos de ellos inéditos, encontrados
en los archivos de la Corona de Castilla, de la Corona de
Aragón, General de Indias, Histórico Nacional,
del Palacio Real de Madrid, del monasterio de El Escorial,
del duque de Frías y del Vaticano.
El 12 de noviembre de 1972, la Congregación
para la Causa de los Santos recibe el proceso ordinario diocesano,
pero lo deja enfriar casi 20 años. Para descongelarlo,
en el verano de 1990 se hizo un resumen de todo el material
y con él se imprimió un libro de 1.074 páginas,
en la imprenta Sever-Cuesta de Valladolid.De este libro secreto
(sub judice) se hizo una tirada de 100 ejemplares, destruyéndose
las planchas a continuación. Cincuenta ejemplares se
enviaron a los cardenales y otros 49 permanecen clausurados
en el Vaticano.
Un ejemplar del mismo, un voluminoso libro
rojo del tamaño de un misal antiguo se encuentra bajo
llave en la archidiócesis vallisoletana. El vicario
general de la archidiócesis, Vicente Vara, conserva
la llave y los secretos de la gran obra con sumo celo.
El guardián del libro secreto asegura
que, por todo lo que él se ha documentado, "Isabel
la católica fue una personalidad fuera de serie, en
torno a la cual ha habido siempre muchos prejuicios nacidos
de la leyenda negra". Vara, que al principio era indiferente
respecto a la causa de beatificación, es ahora un gran
defensor.
De su santidad están también
convencidos casi todos los obispos españoles que han
pedido en tres ocasiones (1993, 2001 y 2002) la agilización
de los trámites de la causa de beatificación
de la reina Isabel la Católica.
El propio presidente del episcopado, cardenal
Rouco, que conoce perfectamente esa época porque sobre
ella versa su tesis doctoral, está vivamente interesado
en que se eleve a los altares a la reina de Castilla. Y junto
a él, poderosas organizaciones católicas, como
el Opus Dei, Miles Iesus (soldados de Jesús) o los
Caballeros de Colón, y muchos obispos y cardenales
americanos, tanto del Norte como del Sur. Desde el cardenal
de Santo Domingo, López Rodríguez, al venezolano
Castillo Lara, pasando por los curiales colombianos, López
Trujillo y Castrillón Hoyos, amén de nobles,
empresarios y políticos. De hecho, en numerosos Estados
norteamericanos, como el de California, Illinois, Colorado,
Virginia, Connecticut, Florida, Arkansas o Arizona, el 22
de abril, día del nacimiento de Isabel de Castilla
en Madrigal de las Altas Torres (Valladolid), está
declarado Queen Isabel Day.
Como asegura el arzobispo de Sevilla, Carlos
Amigo, Isabel la Católica representa "un modelo
de mujer cristiana y de espíritu misionero, compasiva
y entregada abnegadamente al servicio y gobierno del pueblo".
Y además, ya tienen varios milagros en su haber, requisito
imprescindible para subir a los altares.En concreto, dos que
todavía no han pasado el filtro de la comisión
médica: la curación de un cáncer de páncreas
en cuarta fase de un ciudadano norteamericano, apellidado
Yearling, y la inexplicable sanación de un sacerdote
español que sufrió una hemorragia cerebral con
peligro de muerte inminente. En Granada, gente que le conocía
ofreció una misa por él junto al sepulcro de
la reina y, ese mismo día, a esa misma hora, el enfermo
recobró la respiración, salió del estado
de coma y se recuperó.
Mantener vivo el proceso ha costado varios
millones de euros, sufragados, en su mayor parte, por el empresario
mexicano de origen leonés Pablo Díaz, quien
murió sin ver echa realidad la "mayor ilusión
de su vida". Pero sus herederos siguen aportando todo
el dinero que la causa necesite.
Milagros, dinero y una vida ejemplar. Isabel
de Castilla "demostró ser una extraordinaria mujer
de gobierno, esposa y madre; un ejemplo de entrega, de generosidad
y de justicia", se dice en la positio histórica.
Da pruebas de ello cuando rechaza la Corona a la muerte de
su hermano Alfonso o cuando se sienta a juzgar, todos los
viernes, a sus súbditos más pobres en los atrios
de las iglesias. Su lema era "justicia para todos por
igual", fuesen nobles o plebeyos.
Confía ciegamente en las personas que
le ayudan en la tarea de gobierno y las corresponsabiliza
a fondo. Por ejemplo, Machín, su mozo de espuelas,
es el encargado de hacer muchas de sus limosnas secretas.
Una confianza que hunde sus raíces en su fortaleza
de espíritu. Una fortaleza que llevó a decir
al embajador italiano Prospero Colonna: "Vengo a ver
a la que desde su lecho de enferma todavía gobierna
el mundo".
La caridad es otra de sus virtudes eximias.
Isabel fue la creadora de los hospitales de campaña
o rodantes, que inició en el cerco de Málaga
con 40 carretas entoldadas. Su limosnero, el después
obispo de Málaga Pedro Díaz de Toledo, se calcula
que entregó a los pobres aproximadamente 300 millones
de euros actuales.
El celo de la fe católica es el eje
esencial de su vida. Considera el contacto con Dios en la
oración como "el diezmo del día".Reza
las horas canónicas y oye misa diaria. De hecho, todas
las noches dedica varias horas a la oración. Una de
esas noches, mientras rezaba a la luz de las velas, se incendió
el campamento de Santa Fe. Es tal su confianza en la oración
que cuando su padre, Enrique IV, la quiere casar con Pedro
Girón, un noble mayor y con hijos, se pasa rezando
toda la noche y el noble muere repentinamente cerca de Guadalupe.
COLÓN Y AMÉRICA
Para ella, el servicio de Dios está
por encima de todo. El celo de Dios es la clave por la que
manda a Colón a descubrir el Nuevo Mundo. Por ese mismo
celo, la guerra de Granada se convierte, por bula de Bonifacio
VIII, en una "cruzada" o "causa de Dios",
por la que intenta incorporar el reino islámico a la
cristiandad.Es decir, la guerra contra el Islam es una guerra
de reconquista contra un pueblo invasor que entra en España
a sangre y fuego.Y cuando cae Granada, hubo misas solemnes
y repique de campanas en Roma, Nápoles y hasta Londres.
Los otros "pecados" históricos
de los que se suele acusar a la reina de Castilla son desmentidos
por las actas del proceso.En ellas el historiador Luis Suárez
demuestra que los judíos no eran ciudadanos españoles.
Habían sido expulsados de toda Europa y sólo
disponían de un permiso para permanecer en España.Como
dice el vicario general de Valladolid, "eran huéspedes
no naturales del país, causa de continua discordia".
Lo que parece claro es que ni Isabel ni Fernando eran antisemitas.
La Corte estaba llena de judíos, como el administrador
de los caudales de la guerra de Granada, Abraham Seneor, y
el suministrador de las tropas, Samuel Abalofia. La propia
reina castellana se sometió al tratamiento de un médico
judío, Lorenzo Badoc, en momentos en los que sus esperanzas
de sucesión eran escasas.
De hecho, Isabel escribe: "Todos los
judíos de mis reinos son míos y están
bajo mi protección y a mí pertenece de los defender
y amparar y mantener en justicia". Es decir, no los expulsa
por racismo, sino por razón de Estado: para construir
la unidad de su reino sobre la base de una sola religión.
"Ya entonces el multiculturalismo era atroz. La reina
procede pura y simplemente por razón de Estado",
asegura el historiador Vidal González.Y añade:
"Es un hecho que casi la mitad del catolicismo actual
se debe, en gran medida, a esta mujer singular".
Muchos méritos y pocos o ningún
"pecado", según el voluminoso proceso. Aún
así, Roma hasta ahora no se ha atrevido a dar el paso
de beatificar a Isabel de Castilla, porque no quería
entorpecer el viaje programado y soñado del Papa a
Jerusalén. Una vez realizado éste, el horizonte
se despeja.
Incluso el establecimiento de la Santa Inquisición
Española acaecida bajo su reinado en 1478 podría
ser un obstáculo menor.
Y eso que el cardenal de París, Jean-Marie
Lustiger, el único de origen judío e íntimo
amigo del Papa, sigue estando en contra.
l y la comunidad
judía ya lograron congelar la causa durante 30 años,
pero las circunstancias han cambiado.