Eduardo de VILLALMONTE
Se acerca el 500 aniversario del fallecimiento
de la reina Isabel la Católica y se alzan voces pidiendo
el reconocimiento debido y la gratitud necesaria a la Reina
Católica, Isabel de Castilla.
Lo importante ¬como ya tuve ocasión
de manifestar con motivo del V Centenario del Viaje de Colón,
en 1992¬ son los derechos de los indígenas de América,
sus tradiciones, sus lenguas, su cultura. Entonces, allá
por 1990 o 1991, no recuerdo ahora, publiqué un escrito
en una revista de Barcelona que titulé: «España
indigenista».
El V Centenario de la Reina Isabel tiene que
ser igualmente el Centenario de y para los derechos humanos,
de y para los derechos indígenas; de los más desfavorecidos,
de sus lenguas y cultura, junto con la común lengua española,
en toda América.
He visto y leído listas larguísimas,
si no interminables, de méritos que concurren en la Reina
Isabel, lo mismo en estampas que promueven oraciones en pro
de su beatificación, en revistas de Internet, que en
manuales, libros de historia o en tesis doctorales.
Hace muchos años, tuve el honor, siendo
estudiante de Historia en la Universidad, de tomar la palabra
ante casi 200 alumnos ¬¿hay ocasiones en que uno
agradece la masificación en las aulas!¬ para defender
de viva voz la obra de España y de Isabel de Castilla,
en temas de Derechos Humanos, derechos que para sí quisieran
hoy en sus legislaciones interiores escritas algunos Estados
del mundo presentes en la ONU, defendidos y promulgados por
escrito por la Reina para los indígenas de la América
española. Todos se callaron entonces, ante mi alegato
«políticamente poco correcto», lo mismo compañeros/as
alumnos/as, izquierdosos, feministas militantes, que el profesor
universitario. «Al acercarse el 2004, se hace cada vez
más incomprensible ¬dijo hace poco el embajador de
España ante la Santa Sede, en Alfa y Omega¬ que esta
deuda (hacia la Reina Católica) de gratitud y reconocimiento
siga sin ser saldada».
No pertenezco hoy a partido político
alguno ni a sindicato, y por lo tanto no soy más que
un ciudadano de España, un español, treintamillonésima
parte de la soberanía nacional que tenemos unos 30 millones
de españoles mayores de edad. Pero quiero aportar mi
opinión y hacer unas modestas sugerencias y propuestas.
Castilla, la antigua Corona de Castilla, toda
España, Europa, Hispanoamérica, toda América
Latina, toda América incluyendo EE UU y Canadá,
la Iglesia católica, las mujeres, las feministas, los
cristianos del mundo, gratitud, reconocimiento, memoria, debemos
a la Reina de España. La ocasión es propicia para
que la Comunidad Iberoamericana de Naciones, los parlamentos,
los gobiernos, los estados, las organizaciones, incluyendo las
organizaciones indigenistas, de derechos humanos, feministas,
hagan y tengan algún gesto significativo y duradero con
motivo del 500 Aniversario.
1. Se me ocurre que, con este u otro nombre,
se podría crear un Foro Mundial Reina Católica
Isabel de Castilla promovido por todos los Estados miembros
de la Comunidad Iberoamericana de Naciones. Digo Reina Católica
Isabel de Castilla (o Reina de Castilla Isabel la Católica),
para dejar claro que hay dos vertientes, dos caras de la misma
moneda: la religiosa y la civil o laica. Por eso tanto los jefes
de Estado de las naciones de Iberoamérica como, por ejemplo,
los presidentes de las Conferencias Episcopales nacionales de
esas naciones, podrían poner en marcha este Foro, con
motivo del 2004.
2. No estaría de más una Reunión
Extraordinaria de la Conferencia de Jefes de Estado y de Gobierno
de las naciones de Iberoamérica, con motivo del 500 Aniversario
de la Reina de Castilla Isabel la Católica.
3. España ¬y Europa¬ le debe
mucho a la Reina Isabel ¬y a su esposo Fernando¬ en
cuanto a la unidad del Estado. Una Comisión Nacional
en España del 500 Aniversario de Isabel la Católica
se hace necesaria. Siempre que sea operativa y eficaz, claro.
La antigua Corona de Castilla son todas las
autonomías de España excepto las cuatro de la
Corona de Aragón (Fernando el Católico) a saber:
Aragón, Baleares, Cataluña y Valencia y excepto
Navarra. Parece evidente la conveniencia de comisiones autonómicas
del 500 Aniversario por lo menos en todas esas autonomías,
principalmente en la de Castilla en sentido estricto (Castilla-La
Mancha, Madrid, Castilla-León) por no citar también
a Santander y Logroño, coordinadas con la Comisión
Nacional «Isabel la Católica».
4. Desde el plano específicamente católico,
¿qué diócesis, qué arzobispado,
qué archidiócesis de España o de Iberoamérica,
no estaría dispuesta a organizar actos con motivo del
500 Aniversario de la muerte de la Reina de los Derechos humanos
de los indígenas de América? ¿Y las Organizaciones
de los Derechos Humanos, y las feministas? ¿Y la UNESCO
y la ONU?
La ONU, la UNESCO, las feministas, los defensores
de los derechos humanos, ¿no tienen ningún homenaje
que hacer a esta increíble y precursora (en algunos temas
se adelantó... 500 años) mujer, estadista, madre
y cristiana?
Yo creo, pienso, que Castilla debe comenzar dando ejemplo. Lo
mismo las estructuras civiles que las eclesiásticas,
en Madrid, en Toledo, en Valladolid, (por no citar, digo, Santander,
y Logroño) y deberían ser los primeros en ponerse
en marcha de cara a estos objetivos.
Acaba de salir el libro «El Testamento
de Isabel la Católica» de Vidal González.
Está en marcha el proceso de beatificación de
esta mujer, de la Reina española. Todo ello viene a poner
de manifiesto algo que ya en su día algunos decíamos:
que el V Centenario de 1492 sólo era el inicio de muchos
otros Quintos Centenarios, de la verdadera obra de evangelización
y de cultura (junto con indudables sombras y errores, que toda
obra humana comporta) de España en toda América.
¿Ah, si franceses, ingleses o alemanes
tuvieran algo parecido!
Lo verdaderamente importante es la defensa
de los derechos humanos en general, y, si pensamos más
en concreto, los de los indígenas de América;
la promoción de sus tradiciones, de sus lenguas, de su
cultura, sin menoscabo alguno de los demás, blancos,
mulatos, negros, y de la común a todos lengua española
y de la unidad de sus Naciones-Estado.
España, Hispanoamérica, la América
de lengua española, la Iglesia católica no pueden
ni deben dejar pasar esta ocasión histórica.