Nace
en Medina del Campo el 5 de octubre de 1936. Carente de antecedentes
taurinos familiares, su entrega en la fiesta tiene un carácter
accidental: una apuesta con unos amigos y va a Arévalo
a torear una capea, junto al "Exquisito" y mi tío
Jandro, entre otros. Asimismo, su vinculación con la fiesta
le ayuda a presumir, a sentirse alguien importante. Luego, como
veremos, las cosas irían más en serio.
Más
adelante continúan las capeas Fresno, Toro, Morales de
Toro... Además, tenía familia en Salamanca, y eso
le sirvió mucho. Sobre todo, su relación con Miguel
Zaballos, representante de la empresa de Madrid.
Su
primer becerro lo estoquea en Arévalo en un festival. Y
el traje de alamares lo luce por vez primera en Medina del Campo
el día de San Antolín de 1954, dando cuenta de becerros
de Pedro Zaera León junto a Pedro Antonio Dueñas.
A partir de aquí, muchos festejos. Primero le ayudó
Antolín Santiago, y posteriormente es "Morenito
de Talavera", a quien unía una gran mistad con
su padre, quien se hace cargo de la carrera. Torea a contracción
en Burgos, Astorga, Benavente, Valencia de don Juan, Salamanca...
Un
año más tarde, tras un intenso rodaje, debuta con
los del castoreño. Concretamente, el 4 de septiembre de
1955, también en Medina del Campo, estoqueando novillos
de Filiberto Sánchez alternando con Eduardo Melgar y Chicuelo
III. Su primer vestido, un blanco y plata, había sido sustituido
del armario por otros nuevos pues sus actuaciones eran frecuentes
y hacía falta tener ropa suficiente.
Meses
más tarde, en 19 de abril de 1956, hace el paseíllo
en Vista-Alegre, junto a Manuel Benayas y Miguelín, con
astados de Domingo Ortega. A Dominguín, que regía
los destinos de la plaza, le causó una magnífica
impresión y le repitió con frecuencia. En Medina
sigue siendo base de las combinaciones feriales y gozando del
máximo cartel.
Su
carrera continuó avanzando con firmeza y cumplimiento de
diversos eslabones. El siguiente, la presentación en Madrid,
en el coso venteño, que tiene lugar el 17 de marzo de 1957,
con novillos de Celestino Cuadri y compartiendo cartel con Luis
Díez y Mario Granero. Repite el inmediato domingo y sufre
una cornada. Reaparece en Utrel y a continuación actúa
en Burgos, Zaragoza y San Sebastián, donde el 25 de agosto
vuelve a tener un percance. Torea en Barcelona, sin fortuna, aunque
en las dos tardes siguientes corta tres orejas y dos y un rabo
respectivamente, consiguiendo un gran ambiente en la Ciudad Condal.
Catorce
novilladas estoquea en 1958 y 10 son los ajustes en 1959, sufriendo
en Medina del Campo una cornada en la axila el 6 de septiembre.
De nueve catorce ajustes en 1960 y es el año siguiente
cuando se decide por apostar fuerte y dar el paso definitivo.
Comienza
en Madrid, el 5 de marzo, sufriendo un puntazo. Tres tardes consecutivas
en Barcelona lo catapultan a la tan ansiada alternativa, que tuvo
por marco la plaza de las Arenas barcelonesa, el 23 de julio de
1961, cediéndole Manolo González que se despedía
del toreo esa tarde, con el Viti de testigo, la muerte de "Cartujano",
de Baltasar Ibán, negro de 479 kilos y marcado con el número
34. La efemérides es triunfal, hasta tal punto que la temporada
se presentaba plena de contratos. Sin embargo la fatalidad se
cruza en su camino.
El
3 de agosto, en Barcelona, sufre dos cornadas fuertes, una en
cada muslo, y una conmoción cerebral, que le hace perder
un sinnúmero de fechas. Reaparece en Barcelona y aunque
está lucido, no s encuentra recuperado, y prácticamente
da por finalizada la temporada con once corridas estoqueadas.
Los
años siguientes, sus ajustes son: doce en 1962; ocho en
1963; catorce en 1964; once en 1965; seis en 1966; cinco en 1967,
cuatro en 1968. En Medina del Campo continuaba siendo base de
los carteles feriales, actuando con las máximas figuras
del momento. Pero eso no bastaba. Faltó ir a Madrid, pero
no le ofrecieron San Isidro y no le interesó. A Valladolid
fue un año y ya no le llamaron más, sin explicación
alguna. Las cornadas, por otra parte, fueron más frecuentes
de lo deseable: San Sebastián, Valladolid, Barcelona, Palma
de Mallorca, Medina del Campo, San Sadurní...
Aburrido,
cansado de zancadillas y de su mala suerte, decide dejarlo. Tras
estoquear tres corridas, la última en Medina del Campo,
el 7 de septiembre, con reses de hoyo de Gitana en presencia de
Viti y Juan José, abandona los trebejos taurinos.
Sin
embargo, sigue vinculado a la fiesta. Y así, es apoderado
de Roberto Domínguez en su primera etapa, tras haberse
retirado en Tudela de Duero el entonces novillero vallisoletano.
Le da moral, le ayuda y le lleva hasta la alternativa de Mallorca,
en 1972. Luego lo deja estar.
También
interviene el el campo empresarial. Su amistad con Pedro Balaña
le hace ser el gerente y representante de la empresa en Medina
del Campo, durante más de 25 años. También
organiza festejos en Toro, Benavente y Guijuelo. Solo le falta
haber podido ser ganadero, pero no fue posible.
En
1985 vuelve a vestir el traje de luces. Había intervenido
en varios festivales y quería conmemorar sus bodas de plata
como matador de toros, solo eso. El 1 de septiembre estoquea astados
del Marqués de Albayda en unión de Roberto Domínguez
y Víctor Mendes. Tiene una lucida actuación y corta
un total de tres apéndices, pese a que los días
precedentes al festejo suceden acontecimientos que le hacen pasarlo
mal. Así, tres días antes de la corrida Vicente
el mazazo de la muerte del Yiyo en Colmenar. Al día siguiente,
toreando en el campo, le comunican el grave percance de Antoñete
en Almería. El diestro madrileño iba a torear en
Medina y hubo de ser sustituido por el portugués Mendes.
Pese a todo, se sobrepuso y triunfó. Luego se marchó
a su casa, satisfecho, sintiéndose muy torero, poniendo
punto final a una carera que fue digna y brillante pese a las
contrariedades.
Fue
un torero de arte, bueno con el capote, que lo bordaba. No estaba,
como siempre se ha dicho, exento de valor, pues para hacer el
toreo bueno hay que ponerse en el sitio donde cogen los toros.
Eso si se reconoce que a veces le influía mucho mucho su
situación personal y se venía abajo, pues el estado
anímico no pudo disociarse de la persona.
El
torero que más le ha gustado ha sido Rafael Ortega, a quien
considera como el más completo, a pesar de su fama únicamente
como estoqueador.
Componiendo
un torero ideal, con el capote se quedó con Manolo Escudero
y Pepe Luis Vázquez, padre e hijo. Con la muleta, con la
mano derecha Ordóñez y a la izquierda de Paco Camino.
El estoque, Rafael Ortega.
Recuerda
buenos profesionales con quien tuvo que alternar en los inicios
de su carrera: Luis Segura, Rafaelito Chicuelo, Abelardo Vergara,
Luis Díaz, El Turia, Andrés Hernando... Y el toro
de entonces, que era muy diferente al de la actualidad. Con más
casta, más raza y picante. Con genio y movilidad. Además
la puya de arandela les castigaba mucho menos. Recuerda una corrida
en Málaga, d Sánchez Fabrés, que llevó
de cabeza a todo el mundo, incluso a Antonio Bienvenida.
Su
cuadrilla estuvo formada por grandes profesionales, excelentes
subalternos como Luis Morales, Alpargaterito. Paco Pita (muerto
en San Sebastián de una cornada), Pepe Moncada o Paco Lucena
en la última etapa. A caballo, Rafael Atienza. Y "Montillanito",
que era algo más que un banderillero y puntillero dentro
de su cuadrilla.
Con
el toro ganó un dinero, cobró siempre, pero no puede
vivirse de modo exclusivo de esto, salvo unos pocos. Cuando se
retiró no pasó por su imaginación hacerse
banderillero, algo que no es lo suyo. Al poco le hicieron una
suculenta oferta para ir como cabecera de cartel de "El Cordobés",
algo como lo que hacía Gitanillo de Triana con Manolete,
pero no quiso.
Respecto
a las muchas cornadas que sufrió, las aceptaba como gajes
de una tan arriesgada profesión. Piensa que unas veces
es el torero el que falla, y otras el toro, ya que es un animal
que es imposible de dominar del todo absoluto. Un extraño,
una reacción imprevista y llega el percance, aunque opina
que lo normal , si se siguen las reglas de la técnica del
torear, es que no las peguen. Piensa que la muerte es algo latente
en el torero e incluso consustancial con la fiesta, que le da
su especial sentido del valor.
Y
el miedo, claro. Se siente sobre todo el la soledad de la habitación
del hotel. Si bien más que miedo del toro, es responsabilidad.
Ganas de querer estar bien. Presión del público.
Luego, delante del toro uno ya se olvida de todo, y se dedica
a resolver con el oficio los problemas que el animal plantea.
Y si uno se siente a gusto, si está inspirado, se abstrae
de todo y se queda solo con el toro, en cuerpo y mente, prescindiendo
de público y gente del callejón. Son los mejores
momentos.
Defiende
la fiesta. Niega su crueldad, afirma que es cultura, quizá
el espectáculo que más cultura haya generado. Prefiere
la escuela a las capeas, y asegura que los toros no de acabarán
nunca, pese a la actual crisis por la que se está atravesando.
Desprecia las opiniones del Parlamento Europeo y señala
el vicio legal e institucional que asola el mundo de los toros.
Asimismo
se pone de parte de los taurinos, y ataca a los que se han metido
recientemente como negociantes de la fiesta, especie que hay que
combatir. Los montajes del 33% son cosa suya, de esos padrinos
y mecenas que tanto daño hacen a los profesionales. Y habla
del afeitado, que siempre ha existido, aunque a veces no haya
que darle tanta importancia, pues se limita a corregir defectos
en los pitones y embellecerlos.
Finalmente,
Medina. Fue y ha sido el torero de Medina, El primer matador de
toros nacido en el pueblo, quien más veces actuó
en el coso de la avenida de Portugal. Ocho corridas de toros,
10 novilladas con picadores, 3 sin picadores y 3 festivales. Piensa
que la afición medinense es complicada y gustosa de las
novedades. Que hay pocos buenos aficionados y que la gente no
va a los toros. En cuanto a la solución para la plaza,
él, como empresario que ha sido, piensa que va para unos
años.
La
vida le ha castigado con fuerza, dentro y fuera de la plaza. Hoy
se encuentra apartado de los toros, aunque últimamente
co-apodera a un novillero, "Niño de Leganés",
pero siente mucha nostalgia. A "El Seda", como se le
conocía como en sus primeros tiempos, se le puede ver en
la Plaza, en el Gloria, o donde Rufino, tomando un vino con los
amigos, al tiempo que algún viejo aficionado, al verle
pasar comenta: Ahí va un torero".
En
la tercera estoquearon reses de Sánchez Cobaleda los diestros
Diego Puerta,
"El Viti" y Manolo Blázquez.
En
la cuarta, Josechu Pérez de Mendoza rejoneó un novillo
de Clairac, y Bernardo. Merfín Murillo y Manolo Blázquez
lidiaron reses de Ruiseñada.
Otro
llenazo en la Monumental. En el cartel los nombres de Diego Puerta,
Santiago Martín "El Viti" y Manolo Blázquez,
y el de Sánchez Cobaleda como ganadero. Los toros fueron
sosos, sin estilo ni casta, seis mansos auténticos.
Manolo
Blázquez lanceó entre olés y su quite por
gaoneras fuepremiado con ovación. Con la muleta realizó
una labor porfiada y valerosa, y mató de media estocada.
Al que cerró plaza lo veroniqueó entre olés
y le realizó una emotiva y valerosa faena, en la que estacó
un toreo sobre la mano diestra muy logrado. Ni que decir hay que
la música amenizó su labor. Que llegó al
entusiasmo de los espectadores al torear por alto con empaque
y valor. Pero la faena de oreja fue malograda por la espada. quedando
todo en ovación.
Peso
de los toros: 481, 469, 477, 509, 534 y 473 Kg.
GRAVE
COGIDA DE MANOLO BLÁZQUEZ
Sangrientamente
se ha cerrado esta primera feria de agosto barcelonesa. Y ha
sido Manolo Blázquez el que ha pagado el tributo a la gloria
y a la fama en el tercer toro, al que, muy cerrado en tablas el
torero y con el toro cruzado, ha intentado darle valerosa larga
de rodillas. El toro le arrolló para, ya en el suelo, prenderle
de nuevo y cornearle terriblemente. Por el lamentable percance,
la corrida quedó en forzosa mano a mano entre Barnardó
y Fermín Murillo, los cuales hubieron de despachar el duro
encierro del señor conde de Ruiseñada.
Con
enemigos tan poco aptos para el lucimiento, echan la cara al suelo
y tardeban.
PARTE
FACULTATIVO
Después
de la operación a que fue sometido Manolo Blázquez
por el Doctor Olive Mollet, se facilitó el siguiente parte
facultativo:
"El
diestro Manolo Blázquez presenta síndrome de conmoción
cerebral, con erosiones en el pabellón auricular izquierdo
y otorragia del mismo lado, con posible fractura de la base del
cráneo. Sufre además dos cornadas: una en la cara
exterior del tercio superior del muslo derecho, que llega hasta
el trocánter mayor, fracturándolo, de unos quince
centímetros de profundidad, y otra en la cara posterior
del tercio medio del muslo derecho, que despega la piel, de unos
quince centímetros. Pronóstico grave. Doctor Olivé
Millet.
EL
RUEDO/10 - Agosto 1961