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MEDINA DEL CAMPO
(ACONTECIMIENTOS NACIONALES E INTERNACIONALES)


La política de intolerancia bajo los Reyes Católicos

Gitanos bailando el vito. Gravado. Museo Casa de los Tiros. Granada.
Gitanos bailando el vito. Gravado. Museo Casa de los Tiros. Granada.

Sin embargo, el advenimiento de los Reyes Católicos, con su voluntad de implantar en España una monarquía centralizada y autoritaria, significó un cambio de actitud frente a la minoría gitana. En la homogeneización religiosa y cultural que querían implantar, las disidencias y los comportamientos "marginales" no tenían cabida.

Los elementos que componían el modo de vida de los gitanos comenzaron a ser cuestionados y mirados con recelo. Al ser sustituido el hábito de peregrinaje por el de la `penitencia cotidiana e individual, los gitanos, tan dados a las romerías, con sus danzas y cantos, se vieron privados del estatuto de peregrino, que significaba la exención del derecho de aduana y peaje y les permitía circular libremente por el país. Asimismo, la mendicidad, dentro de una sociedad como la castellana de finales del siglo XV, que iba adquiriendo progresivamente un carácter burgués, no podía continuar impune. Se exigió a los gitanos una autorización especial para poder mendigar, y se prohibió que lo hicieran los individuos que estuviesen sanos.

El clima de sospecha y animadversión frente a los gitanos desembocó en una pragmática promulgada en 1499 por los Reyes Católicos en Medina del Campo. En virtud de esta ley, los gitanos debían abandonar el reino en el plazo de sesenta días, excepto aquellos que tuvieran un oficio conocido o estuvieran al servicio de un señor. Los infractores recibirían cien azotes, y una pena de destierro. En caso de reincidir, pasarían a ser esclavos de por vida. Al mismo tiempo, se dictaron órdenes a las diferentes autoridades administrativas (alcaldes, corregidores, justicias y alguaciles), para que apresaran a los gitanos y ejecutaran las penas establecidas en la pragmática. Las mujeres no quedaban excluidas, pues se dictaminaba que aquellas que llevasen hábitos de gitana se les aplicase la misma pena de cien azotes.

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