Los
medinenses de las décadas del cambio de siglos ocupaban sus ratos
de ocio y diversión en salones de recreo, círculos artísticos
y locales públicos, donde so ofrecían recitales, funciones
musicales, representaciones dramáticas, etc. A algunos se les
denominaba "Sociedades de baile y declamación"
nombrándose con títulos tan ilustrativos como El Ramillete,
La Amistad, El Recreo o El Clavel. Sin duda, ente todos ellos, el más
activo y concurrido durante la última década del siglo
XIX fue el Salón Colón, donde se representaban todo tipo
de escenificaciones a cargo de profesionales llegados a ciudades próximas
a grupos de aficionados locales. Más cercanamente abrieron sus
puertas las salas baile La Terraza Rosa, Versalles y El Edén.
Respecto
al cine, el diario ferial "Semana Medinense", de 1901,
nos proporciona los primeros datos que conocemos sobre la aparición
del séptimo arte en la villa: Se anuncia el "Wargranph
Esther, Gran cinematógrafo gráfico situado en las Fábrica
de Luz Eléctrica" que presentaba, en las fiestas patronales
de ese año, una función compuesta por los siguientes pases:
"1º Pelea de gallos, 2º Jugadores regados, 3º
Jota de soldados, 4º Accidente ferroviario, 5º Bailes franceses
y español, 61 Panorama de un tren en marcha", títulos
que nos levan a los propios del más primitivo cinematógrafo.
El espectáculo se complementa con las "Transformaciones
por la Mariposa fantástica La Rubia", seguramente un
número de "varietés". Tras los cinematógrafos
ambulantes, y los instalados en los teatros San Rafael y Isabel la Católica,
se construyó en 1933, sobre la iglesia de los restos de la iglesia
de San Facundo, el "Cinema Coliseo", inaugurado el
2 de septiembre de ese año.
Las
restantes fotografías, de los años cuarenta y cincuenta,
recogen imágenes de grupos teatrales que actuaban en los teatros
Isabel la Católica y Olimpia, y agrupaciones musicales como la
Orquestina Freta y la Rondalla Medinense, grupos en cierto modo sucesores
de otros más antiguos como la también llamada Rondalla Medinense,
muy activa entre los años finales del siglo XIX y los primeros
del XX, y el Orfeón Sarabriense, dirigido por Gerardo Blanco,
cuyas salidas a Madrid (a una de ellas corresponde la fotografía
de 1905) y otras capitales españolas fueron muy celebradas. En
1925, ambas formaciones se fusionaron bajo el nombre de Orfeón
Sarabriense iniciando una corta pero fecunda trayectoria.
Por
último, recordamos que en los finales del siglo XIX existían
también la denominada Estudiantina Medinense, agrupación
que actuaba en las fiestas de la villa y otras localidades próximas,
y una banda de música de la que tenemos noticia desde el 24 de
marzo de 1876, día en que aparece su creación en El Norte
de Castilla.
Reportaje
fotográfico