En
este segundo capítulo dedicado a las vistas generales de Medina
del Campo, recogemos dos nuevas vistas tomadas desde la Mota en
los primeros años del siglo XX y otras parciales de la década
de 1950, que ponen de manifiesto las pocas transformaciones urbanísticas
que conoce la villa durante la primera mitad del siglo XX.
Así,
vemos cómo en este fotografía de Mariano Álvarez
("Foto Esperanza"), tomada en os años cincuenta
desde lo alto de la torre de la Colegiata,
aún se mantiene la vieja ordenación de calles y amplios
espacios abiertos en la zona de la actual plaza del Mercado, entre viejos
caserones y grandes corralones, con el omnipotente Castillo
de la Mota como telón de fondo. Del mismo modo, apenas hay
variaciones urbanísticas tangibles en la fotografía desde
las casas del final de la calle de San Martín, en la que aparece
el ambulatorio
de la calle del Almirante y la Colegiata
tras altas tapias medianeras de adobe y ladrillo, y las que muestran
las inmediaciones del Cuartel
o el Chopal
con el Castillo
al fondo.
No
podía faltar una vista general del Castillo
de la Mota, tomada desde el Chopal
con unas lavanderas junto al río, componiendo una imagen costumbrista,
muy buscada por los fotógrafos viajeros de aquellos tiempos,
y otra obtenida desde la subida a la Mota, con el desaparecido convento
de Santa Isabel rodeado de altas tapias.
En
todas las fotografías que hemos seleccionado podemos comprobar
la ausencia de grandes construcciones y ampliaciones del conjunto edificado,
que se iniciarán con el desarrollismo de los años sesenta
y que transformarían para siempre la imagen urbana tradicional
de Medina
del Campo. Los innumerables detalles que apreciamos en ellas nos
llevan a una villa que, aunque vivida por muchos de nosotros, es muy
diferente a la actual. La mayoría de las casas unifamiliares
de la zona central han dado paso a modernos grupos de viviendas; varios
edificios monumentales fueron derribados para nuestra desgracia y, justo
es reconocerlo, otros han sido rehabilitados y restaurados con acierto
para disfrute de todos. No obstante, a poco que nos fijemos, habremos
de reconocer que han desaparecido muchos rincones llenos de encanto
y conjuntos arquitectónicos de carácter popular, cuyo
respeto y conservación deberían haber sido premisa prioritaria.
Reportaje
fotográfico