RESTAURACIÓN:
Miryam
Hernández Valverde. Centro de Restauración y Conservación
de Bienes Culturales de la Junta de Castilla y León
FINANCIACIÓN:
Junta
de Castilla y León
DESCRIPCIÓN:
Es
una excepcional composición de bulto redondo, intensamente
decorada con labores que reflejan de forma fiel la textura y las
telas del
rico equipo pontifical brocados, apliques de piedras preciosas,
terciopelos, etc. La policromía contribuye a dotar
de verosimilitud el trabajo de talla. El Obispo se acompaña
de un pequeño perro. El rostro de Fray Lope se viene interpretando
como un retrato verdadero, posiblemente tomado de una mascarilla
funeraria. En cualquier caso, el hecho de constituir la cabeza
un bloque aparte, inserto en el tronco por medio de un largo cuello,
nos puede remitir a esa posiblidad.
ESTADO
DE CONSERVACIÓN:
La
pieza no presentaba patologías graves que hicieran peligrar
su estabilidad futura, pero sí precisaba una intervención
que resolviera las deficiencias de presentación.
Presenta
numerosas reparaciones y parcheos debidos a los viajes sufridos
en este siglo. Las diferentes intervenciones intentaban subsanar
el desmembramiento original de la pieza y las roturas ocasionadas
con pegotes de morteros de yeso y encoladuras de cera o cola animal,
en general con deficiente técnica y habilidad, de suerte
que el relieve y las formas quedaban ocultos en gran parte por
estos.
El
oscurecimiento generalizado de la superficie, producido por la
aplicación de un barniz de resina, enmascaraba las calidades
del alabastro e impedía la apreciación de las policromías
subyacentes.
Se
han identificado dos superposiciones, ambas respetadas en el proceso
de restauración, que evidencian el intento de una representación
naturalista pues reproducen los colores y dorados reales de las
prendas pontificales.
Se
han estudiado los fragmentarios restos de corlas que imitaban
piedras preciosas como esmeraldas y rubíes.
La
pintura no se hizo extensiva al rostro del Obispo, a excepción
de las pupilas y los mechones de pelo que se dibujan bajo el amito
de la mitra.
El
desmontaje de las partes mal pegadas puso en evidencia el intenso
despiece original, que incluía veintiocho trozos de alabastro
rotos en cuarenta por la deficiente manipulación sufrida.
En parte, este desmembramiento se debe a la mala calidad del alabastro,
plagado de vetas que se vuelven puntos muy frágiles a la
hora de tallarlo. La escultura del perro se resolvió en
cuatro piezas.
PROCESO
DE RESTAURACIÓN:
La
intervención se planteó desde presupuestos conservacionistas
y con el carácter de «mínimo necesario»,
lo que implicaba la reducción de operaciones más
propiamente restauradoras, tales como la reintegración
cromática, prefiriendo una presentación de la obra
menos completa pero suficiente para su comprensión.
Labor
de documentación gráfica (mapas de patologías
y fragmentación original), fotográfica y descriptiva,
completada con el análisis petrográfico del alabastro
y el estudio físico químico de la policromía.
Desmontaje
de las partes sujetas con yeso y/o cola o cera, algunas de las
cuales ya estaban separadas in situmitra, bloque del almohadón
y perro-retirando los parches y rellenos deformantes.
Limpieza
del potente estrato de polvo, ceras, ahumados y barniz alterado
mediante aplicaciones de geles disolventes, respetando el repolicromado
por considerarlo documento histórico en la evolución
de la escultura. Paralelamente se efectuó el sentado de
color.
Fijación
y pegado de piezas respetando el montaje original, lo que ha implicado
la colocación «a hueso» de, al menos, las tres
piezas de alabastro mayores, por lo que no se unieron entre sí
con ningún adhesivo o espigas. El resto de los trozos fueron
recolocados por medio de resina epoxídica o acrílica
en función del peso.
La
reintegración de volumen se planteó como necesaria
para impedir desplazamientos de piezas y, en el caso concreto
de la nariz de Fray Lope, con un mayor peso estético en
la obra, para borrar el aspecto desfigurado de su retrato (para
su reconstrucción contamos con una fotografía de
principios de siglo).
Los
materiales de reintegración son plenamente reversibles
yeso extraduro.
La
entonación cromática de las áreas reconstruidas
se acercó con pigmentos al tono melado de la piedra.
Como
capa de protección de la policromía y para recuperar
el aspecto satinado que tuvo el pulimento primitivo del alabastro
se aplicó un barniz acrílico con ceras microcristalinas.