RESTAURACIÓN:
Miguel
Sobrino González
FINANCIACIÓN:
Ayuntamiento
de Medina del Campo. Proyecto Museo de las Ferias
DESCRIPCIÓN:
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Maqueta de Medina del Campo en el siglo XVI
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La
maqueta, de grandes dimensiones, está compuesta por cuatro piezas
de madera y representa el aspecto ideal de Medina del Campo en su momento
de máximo esplendor, hacia finales del siglo XVI.
En
ella se recoge la orografía del sentamiento a base de finas láminas
de contrachapado que corresponden a los cambios de nivel.
ESTADO
DE CONSERVACIÓN:
Los
desperfectos que presentaba la maqueta se debían fundamentalmente
a dos motivos: los daños sufridos a causa de los frecuentes traslados
previos a su actual instalación en el Museo de las Ferias, y
su exposición a la suciedad debida a la falta de una protección
adecuada para la madera con la que está realizada.
A
la primera de estas agresiones se debían los múltiples
desprendimientos de las piezas que recrean los volúmenes edificados
de la Medina renacentista. A ello había que añadir el
delicado estado de la superficie que refleja las diferentes cotas del
terreno, conformadas por delgadísimas capas de contrachapado
que se hallaban en muchos puntos desprendidas de la base.
La
segunda patología se advertía en la acumulación
de manchas y polvo, facilitada por los múltiples rincones que
ofrece el relieve de la maqueta y, como se ha dicho, la ausencia de
una protección adecuada que hubiese mermado la capacidad de absorción
de las suciedades. Esto provocaba el aspecto manchado y discontinuo
de la obra, perjudicando su imagen de cara a ser aprovechada para su
exposición en el Museo.
PROCESO
DE RESTAURACIÓN:
Limpieza
por aspiración del polvo acumulado, ayudándonos para los
rincones de pinceles y brochas.
Colocación
de las piezas desprendidas que se guardaban en el almacén del
Museo (casas, torres y lienzos de la muralla, etc.) adheridas con cola
blanca.
Reposición
de las piezas desaparecidas usando una madera de un tono ligeramente
diferente al de las piezas originales. Esta operación ha sido
aprovechada para corregir algún error apreciado en la maqueta,
como la orientación o volumen de algunos edificios, así
como la eliminación de edificios, posteriores al período
histórico que se recrea.
Adhesión
a la base de las láminas que conforman las cotas del terreno,
con cola blanca y adhesivos rápidos según el caso, fijándolas
con alfileres hasta su secado.
Aplicación
de una pátina general de nogalina, con el fin de unificar y repristinar
el aspecto de la maqueta. Sobre la nogalina se ha aplicado, por último,
una capa de lasur mate, que sirve como protección contra xilófagos,
al tiempo que impermeabiliza a poro abierto la obra, haciéndola
más reticente a la suciedad y embelleciéndola con una
misma entonación.
La
maqueta, finalmente, se ha expuesto en forma mural dejando el perfil
retranqueado para la parte superior, lo cual parece adecuado por ser
esta la zona de menos peso.