Logo www.delsolmedina.com

Vista panorámica
Medina del Campo. Villa histórica, monumental, escultórica y paisajística
Villa de las Ferias

Correo electrónico
Música de la página

TEMA ESPECIAL: V Centenario de la muerte de Isabel la Católica
LA RUTA DE LAS VILLAS REALES
REPORTAJE

MENÚ DE CONTENIDO


La ruta de las Villas Reales

Isabel de Portugal, casada con el rey Juan II, alumbró a su hija Isabel en Madrigal de las Altas Torres. Años después la futura Reina Católica se trasladó a Arévalo, donde transcurrió la infancia. En el ocaso de su vida, la Reina Isabel vivirá en Medina del Campo. Hoy es posible realizar un itinerario
turístico por estas localidades y disfrutar de su patrimonio monumental y de la naturaleza.

Claustro del Palacio de Juan II de Madrigal de las Altas Torres (Ávila)
Claustro del Palacio de Juan II de Madrigal de las Altas Torres (Ávila)

La “Muy noble, real y coronada villa”, título otorgado por Felipe IV, Madrigal de las Altas Torres, se encuentra separada de Ávila por 75 kilómetros hacia el
norte y a 25 de la A-6, desviándose en Medina del Campo. Algunos historiadores mantienen la hipótesis de que fue Abderramán el Beni Omeya, en la segunda mitad del siglo VIII, quien fundó un recinto militar en este enclave, para asentar las tierras conquistadas en su vanguardia del norte, y a esta época se debe la construcción de las primeras murallas. Con posterioridad, en
el siglo XIII y en el reinado de Alfonso VIII, se levantó un nuevo muro defensivo, que las Cortes de Medina del año 1303 ordenaron derribar, aunque sin que la orden se llevara a efecto. Hoy se puede admirar una parte importante de ellas, fabricadas en tapial que se ejecuta en distintas hiladas con rellenos de argamasa, el foso, 23 de los 70 torreones construidos y cuatro de las cinco puertas, entre las que destaca la de Cantalapiedra, con vano apuntado y planta pentagonal.

La documentación histórica precisa que en el siglo X la villa se levantó como un núcleo urbano dependiente de Arévalo, creciendo en importancia a través de los años hasta erigirse en 1381 el Tribunal Mayor del Reino de Castilla. En el siglo XV, Juan II de Castilla pasó largas temporadas e introdujo importantes cambios y ordenó levantar el Palacio. Además de esta residencia real, en Madrigal de las Altas Torres se pueden visitar dos bonitas iglesias, la de San Nicolás de Bari (siglos XIII-XVI), de la que, como se ha informado anteriormente, la Fundación está restaurando el coro, y la de Santa María del Castillo (siglos XII-XVIII), de fábrica románica y que se supone asentada sobre una antigua fortificación. Edificada con tres naves, entre los siglos XVI y XVIII se redujo a una sola nave que conserva el ábside poligonal original. La torre, barroca, se adosó en el último periodo de la reconstrucción de la iglesia.

Isabel de Portugal, casada con el rey Juan II, alumbró a su hija Isabel en Madrigal de las Altas Torres. Años después la futura Reina Católica se trasladó a Arévalo, donde transcurrió la infancia. En el ocaso de su vida, la Reina Isabel vivirá en Medina del Campo. Hoy es posible realizar un itinerario turístico por estas localidades y disfrutar de su patrimonio monumental y de la naturaleza. La ruta de las Villas Reales La arquitectura civil muestra la relevancia de la villa, como lo atestiguan el Palacio de Justicia del siglo XVI, el Real Hospital de la Purísima Concepción (siglos XV-XVIII) y otros palacios residencia, como el de los Pocostales. La fachada principal muestra un pórtico diáfano con columnas de granito de estilo dórico y con dos plantas arquitrabadas rematadas en el piso superior con una balaustrada. En la planta inferior existen algunos blasones añadidos a los capiteles y la superior está rematada con escudos dispuestos en ángulo. El patio interior es de planta cuadrada con dos galerías: la inferior se presenta con columnas de granito con zapatas de madera, y en la superior destaca una balaustrada de madera.

Dentro puede admirarse el Cristo de las Injurias de estilo gótico y el Museo de arte mesoamericano Tata Vasco. Del Palacio de Justicia sólo se conserva la parte central de la fachada, el Arco de Piedra de tres cuerpos y cinco calles, ejecutado en piedra, con un importante conjunto de bajorrelieves y una decoración realizada con inspiración en motivos vegetales.

En los alrededores de la villa, los amantes de la naturaleza pueden disfrutar de un paraíso ornitológico por la cantidad de aves esteparias, rapaces, de llanura y forestales, así como las acuáticas que descansan en los lavajos en otoño y primavera.

Arévalo, confluencia de civilizaciones

Calle de Santa María en Arévalo (Ávila)
Calle de Santa María en Arévalo (Ávila)

La privilegiada situación geográfica convirtió a Arévalo en un importante enclave a partir de la segunda mitad del siglo XII, como frontera entre Castilla y León, pero hasta el siglo XV no adquirió una importante significación gracias a la estancia de la Corte en el hoy desaparecido Palacio Real. En este lugar vivió la Reina Católica, asentó la Corte su hermano, el infante Alfonso, y se firmó el Tratado de Tordesillas en 1494. Las calles de esta población desembocan en plazas tradicionales llenas de interés y belleza: la plaza de la Villa con casas porticadas, sustentadas por columnas de piedra o madera, donde se encuentra la iglesia de Santa María la Mayor, la plaza del Arrabal, con unos soportales que son, desde tiempos inveterados, el lugar de transacciones mercantiles; la plaza del Ayuntamiento, edificado sobre un palacio anterior, donde también se encuentran la Casa de los Sexmos y la Casa del Concejo; la plaza de El Salvador, a la que se accede desde la judería, donde se alzan la iglesia que presta su nombre, el Convento de las Montalvas y el Palacio de los Cárdenas; y la plaza del Real, a la que se llega por el Arco de Alcozer (siglo XII), la única puerta de la muralla conservada.

Asimismo la zona urbana ofrece la posibilidad de recorrer calles muy típicas, entre las que destaca la de Santa María con grandes casonas terminadas en fachadas de prestancia y donde se sitúan los palacios de Sedeño (siglo XV) y de Ballesteros Ronquillo (siglo XII). Otras calles de interés son la calle Larga o la Mayor de la Morería, que reflejan en su arquitectura la presencia de minorías étnicas en Arévalo, los judíos y los musulmanes. Además de los palacios mencionados y de otros derruidos, merecen destacarse otros del siglo XVI: el de los Altamirano y Casa de las Milicias, el de los Osorio con una portada de sillería de granito, el del Conde de Valdeláguila con una esbelta torre coronada por una galería y el del General de Río que conserva en su interior una escultura céltica, Marrana Cárdena. Asimismo fue reconstruido en el siglo XVI el castillo, morada de juventud de la reina, que conserva en su fábrica algunos restos del XIV, aunque probablemente el edificio tenga un origen más remoto.

La arquitectura religiosa ofrece una importante muestra de iglesias de estilo mudéjar datadas en el siglo XII. En la de Santo Domingo, por ejemplo, destaca una cabecera mudéjar decorada con arcadas de ladrillo con una fachada del XVI y una torre del XVIII; en su interior se pueden contemplar dos importantes tallas de Pedro de Salamanca y del taller de Gregorio Fernández, y una espléndida reja plateresca. La iglesia de San Juan Bautista, asentada sobre un paño de la muralla, conserva la cabecera mudéjar decorada con arcadas ciegas; su interior alberga importantes retablos del siglo XVI. La iglesia de San Martín, objeto de la actuación de la Fundación, con dos torres mal llamadas gemelas, de las que destaca la de los ajedreces decorada en su parte superior por tableros de ladrillo de este juego.

Fuera de la villa se erige la ermita de La Lugareja, uno de los monumentos cumbre del mudéjar castellano, con un triple ábside decorado con series de arcadas ciegas dobles a partir de un zócalo de mampostería; en la parte superior del crucero se sitúa un cimborrio y una cúpula, que cuenta en su exterior con series de arcadas ornamentales de ladrillo.

En las vegas de los ríos Adaja y Arevalillo que circundan la villa de Arévalo, crece un extenso bosque de álamos y chopos que da cobijo a una variadísima cantidad de aves; en los pinares de los alrededores anidan algunas aves difíciles de localizar en otros lugares, como son la avutarda, el sisón común, el alcaraván y la ganga ortega y la ibérica.

Medina del Campo, la capital de las Ferias

Castillo de la Mota de Medina del Campo. Fotografía ampliable
Castillo de la Mota de Medina del Campo. Fotografía ampliable

Por la nacional VI hacia el norte se encuentra Medina del Campo que alcanzó su esplendor en tiempo de los Reyes Católicos. Al aproximarse a la villa, se avista en primer lugar el Castillo de la Mota, levantado en el alcor del mismo nombre sobre un primitivo alcázar medieval. El castillo de estilo gótico mudéjar se construyó en distintas etapas, terminándose con Isabel la Católica. Destacan la torre del homenaje y la barrera exterior con torres cilíndricas, dotada de galerías subterráneas. Bajando del castillo, se llega a la Plaza Mayor, donde se celebraban las ferias en los siglos XV y XVI; de la actividad mercantil en estos siglos se recogen importantes documentos, piezas artísticas e históricas en el Museo de la Ferias situado en la antigua iglesia de San Martín.

La importancia de la ciudad se refleja en los numerosos palacios que todavía hoy se conservan. Por su valor histórico sobresale el palacio Real y Testamentario, donde la Reina Católica con su Corte pasaba largas temporadas, aunque en la actualidad sólo están en pie restos de una gran mansión regia. Por su relevancia artística destaca el Palacio de los Dueñas, un edifico renacentista plateresco de planta cuadrada con un torreón en uno de sus ángulos, que conserva un rico artesonado y un bello patio con trabajos en piedra muy elaborados de capiteles, medallones y escudos. Junto a los palacios, como el de Falces del XVI o, ya en las afueras, el de las Salinas de arquitectura inglesa, se pueden visitar otros edificios civiles como las casas del Peso, de arquitectura castellana popular, o la de los Arcos, o bien el hospital de Simon Ruiz, un edificio clasicista de planta de cruz griega, y el cuartel Marqués de la Ensenada del siglo XVIII, construido siguiendo la traza original de Ventura Rodríguez. Otros edificios de interés son la Casa Consistorial del siglo XVII con fachada barroca o el renacentista las Reales Carnicerías, un mercado de abasto atribuido a Rodrigo Gil de Hontañón.

Iglesias, colegiatas y conventos compiten por mostrar importantes tesoros rtísticos: en el convento de Santa María Magdalena se encuentran unas pinturas murales en la capilla y un interesante retablo de Esteban Jordán; un artesonado mudéjar con motivos ornamentales renacentista se puede apreciar en el convento de Santa María la Real; un Cristo gótico y un gran lienzo de Santa María la Antigua en el Monasterio de Santa Clara; o un retablo relicario en el convento de las Carmelitas, edificio de estilo barroco con influencia herreriana. Además de la Colegiata de San Antolín y de Santiago el Real, ya comentadas en otros artículos, merece la pena visitarse la iglesia de San Miguel.

________________________________________________________________________Subir al inicio Subir al inicio

Isabel I. Una reina viajera... Isabel I. Una reina viajera...


Esta pagina está en constante actualización, diseñada para visualizar en 800 x 600 y superior, mantenida por Juan Antonio del Sol Hernández - MEDINA DEL CAMPO, -- Teléf. 696 42 68 94 -- Última modificación: © 2006 Todos los derechos reservados.