Medina
del Campo. Villa histórica, monumental,
escultórica y paisajística Villa
de las Ferias
TEMA
ESPECIAL: V Centenario de
la muerte de Isabel la Católica | LA
FUNDACIÓN DEL PATRIMONIO HISTÓRICO DE CASTILLA Y LEÓN RECUPERA
EL PATRIMONIO DE LA REINA | FERNANDO
CHECA:
"La Castilla de Isabel era universal" |
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DE CONTENIDO
La
Fundación recupera el Patrimonio de la Reina A pocos meses
de cumplirse el V centenario de la muerte de Isabel
la Católica, la figura de la Reina de Castilla está más
que nunca presente en numerosos rincones de nuestra geografía. Un recuerdo
que la Fundación ha querido rescatar del pasado a través de varias
actuaciones que permitirán recuperar algunos de los monumentos cuya historia
se funde con la vida de la Reina. ________________________________________________________________________Subir
al inicio Madrigal
de las Altas Torres | Fragmentos
del alfarje mudéjar de la iglesia de San Nicolás de Bari, en Madrigal
de las Altas Torres |
Esta Villa abulense, cuyo
nombre evoca la importancia histórica que tuvo en la baja Edad Media, es
la localidad natal de Isabel la Católica, fruto del matrimonio en segundas
nupcias de Juan II con Isabel de Portugal, quien había fijado en un palacio
de esta localidad su residencia veraniega. Fue entre los muros de este
Palacio de Juan II, escenario además de la primera convocatoria a Cortes
del monarca en 1438, donde el 22 de abril de 1451 vio la luz Isabel la Católica.
Lugar de celebración
en 1447 de la boda de Juan II e Isabel de Portugal, la iglesia de San Nicolás
de Bari acogió años más tarde el bautizo de Isabel la Católica
y es uno de los monumentos vinculados a la reina en los que está actuando
la Fundación. Se trata de una iglesia de
tres naves con cabecera recta y dos ábsides laterales con arquerías
de ladrillo de estilo románico-mudéjar, con un campanario de casi
50 metros que se divide en tres cuerpos con cornisas. De estilo renacentista, la
nave central está dividida en dos tramos y está cubierta por ricos
artesonados. Además de la Capilla Dorada, que conserva la pila donde fue
bautizada la reina, en la iglesia destaca la Capilla Mayor, que está presidida
por un retablo barroco en cuyos lados se sitúan dos sepulcros de alabastro
con figuras yacentes del siglo XVI. | Detalle
del artesanado renacentista |
La intervención de
la Fundación en esta iglesia tiene como objetivo poner en valor los elementos
procedentes de otros bienes que, en su día, fueron reutilizados para levantar
el coro del templo, como
son un antiguo retablo, dos sillerías gótica y barroca y sendos
artesonados mudéjar y renacentista. La primera fase de esta actuación
ha consistido en la redacción de un estudio histórico-artístico
que ha permitido definir la procedencia y características de estos bienes.
Próximamente, la Fundación va a restaurar las piezas halladas, a
ordenarlas para exponerlas y a reconstruir, en la medida de lo posible, los bienes
de los que proceden de acuerdo con los datos obtenidos en el estudio histórico,
con el fin de que puedan ser contemplados en la iglesia. El coro permanece desmontado
desde que la Junta de Castilla y León acordó esta actuación
tras comprobar que las tablas que formaban el piso pertenecían a un antiguo
retablo. Estos trabajos permitieron descubrir once piezas del primitivo retablo,
entre tablas completas y fragmentos, que se suman a otra tabla que había
sido reutilizada como altar en el templo y a otra más, localizada en la
capilla-museo de la iglesia. Esta última es la única
que conserva completa en buen estado su capa pictórica y también
la única que queda de lo que habría sido la predela del retablo,
ya que las otras tablas halladas en el suelo del coro habían sido dispuestas
con la cara pintada hacia arriba, lo que provocó que los restos de pintura
que conservasen fueran mínimos. A pesar de que este hecho
dificultó la labor de identificación de los temas, la iconografía,
la escuela o la autoría de los diferentes paneles, sí se ha podido
determinar que estas pinturas representan imágenes religiosas, de influencia
hispanoflamenca, que sitúan al retablo en el último tercio del siglo
XV, alrededor de 1480, coincidiendo con una importante actividad de la escuela
de Ávila. Los estudios históricos
promovidos por la Fundación en estos bienes han confirmado que se trata
de un retablo dedicado a la advocación de San Nicolás y que contenía
imágenes de la vida del santo titular mezcladas con escenas de la vida
de la Virgen, algo muy frecuente durante el periodo tardogótico, de las
que se han identificado ocho tablas. La tabla correspondiente al banco o predela
del retablo, hallada en la capilla-museo de la iglesia, representa a San Juan
Evangelista. Por el contrario, otros cuatro fragmentos o tablas no han podido
ser identificados debido a que no han conservado la capa pictórica.
| Tabla
del retablo de la iglesia de San Nicolás de Bari en Madrigal de las Altas
Torres |
Durante el desmontaje del
coro y en la capilla-museo del templo también se encontraron 34 piezas
pertenecientes a la arquitectura del retablo. Las características de estos
objetos unidas a las dimensiones de las tablas han llevado a los investigadores
a plantear la hipótesis de que se trataba de un retablo magnífico
en su envergadura y de gran calidad que podría haberse articulado en cinco
calles cuatro laterales y una central más ancha y alta
y tres cuerpos, que darían cabida a las doce tablas conservadas. El conjunto
estaría asentado sobre un banco o predela, en el que se situaría
la tabla que representa a San Juan Evangelista. Todo ello iría rematado
por un guardapolvos o polsera y podría haber estado coronado por el escudo
con las insignias de San Nicolás que actualmente está adosado a
la pared del coro. En esta hipotética
reconstrucción del retablo se plantea también la posibilidad de
que la calle central hubiera estado ocupada por una escultura, sobre la que se
baraja que podría ser una imagen de San Nicolás que actualmente
preside el retablo de Nuestra Señora de las Nieves, de estructura barroca,
localizado en el lado de la epístola del templo. Las investigaciones realizadas
por la Fundación también estiman que este retablo debió de
ocupar la cabecera de la iglesia hasta el siglo XVIII en que fue sustituido por
otro barroco. Sus elementos se reaprovecharon para el coro, que también
se compuso en fechas inmediatas. Además de los restos del retablo, el desmontaje
del coro también confirmó que su sillería estaba compuesta
por elementos pertenecientes a dos sillerías de estilo diferenciado. Así,
de los 24 estalos que se conservan, 22 pertenecen a una sillería gótica,
con sus respaldos y doseles, probablemente del convento de Santa María
de Gracia, y los dos restantes a una sillería barroca, a la que también
corresponden dos respaldares. | Detalle
de los doseles de sillería gótica de la iglesia de San Nicolás
de Bari, en Madrigal de las Altas Torres |
Esta última
procede del convento extramuros de San Agustín, del que llegaron a San
Nicolás en 1841 seis sitiales, dos de los cuales se incorporaron a la sillería
gótica del coro y el resto quedó repartido en las naves de la iglesia
y en el Palacio de Juan II .También pertenecerían a este convento
cinco respaldos y doce medallones con la efigie de santos agustinos, algunos de
los cuales se colocaron sobre los respaldos góticos, así como pequeñas
piezas decorativas que se insertaron como ornato de la reja del coro.
En
el coro también se encontraron restos de dos artesonados: uno renacentista,
cuyas piezas eran utilizadas como antepecho de la sillería y en las jambas
y dinteles de la reja del coro, y otro mudéjar, cuyos fragmentos fueron
empleados con un uso más funcional, como viguerías o material de
relleno. Los
restos del alfarje mudéjar, entre ellos algunos correspondientes a elementos
de la viguería y algunas tabicas, disponen de pinturas y elementos figurativos
que se relacionan estrechamente con las que decoran el claustro inferior del Monasterio
de Santo Domingo de Silos y con un grupo de obras afines a él, lo que hace
pensar que fue ejecutado por el mismo taller, en torno a las últimas décadas
del siglo XIV. Todo esto ha llevado a la conclusión de que se hizo para
la comunidad agustina de Madrigal, dada la presencia de elementos decorativos
que aluden claramente a la orden, y su ubicación probablemente ha estado
relacionada en origen con la sillería gótica hallada en el coro,
porque pudo servir como techumbre del coro del convento. A su vez, el
artesonado renacentista se relaciona con la construcción de la Capilla
Dorada del templo, dado que existe un elemento decorativo que se repite en ambos.
Por ello, se estima que fue realizado en el siglo XVI, con motivo de los cambios
sufridos por el templo, como asiento de la sillería y techo bajo la tribuna
a los pies de la iglesia. En el siglo XVIII se doró y se reutilizó
en el coro.
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al inicio Arévalo Capital de la
comarca de La Moraña, Arévalo constituye la segunda etapa en la
vida de Isabel la Católica.Tras la muerte de su padre el 21 de julio de
1454, la reina pasó su infancia en compañía de su madre en
el castillo de esta localidad, que abandonó definitivamente a los 16 años
cuando los avatares en su familia la llevaron camino del reino de Castilla.
| Exterior
de la iglesia de San Martín en Arévalo (Ávila) |
El glorioso
pasado de esta villa se ve reflejado en el importante patrimonio histórico
que atesora, en el que destaca por su antigüedad la iglesia de San Martín,
donde la Fundación iniciará su restauración y adaptación
para usos culturales, como futuro auditorio y sala de exposiciones. Objeto de uno
de los trabajos premiados en el concurso Los Nueve Secretos, la iglesia está
fechada entre finales del siglo XI y principios del siglo XII y presenta una mezcla
de estilos románico, mudéjar y renacentista. Fue lugar de enterramientos
y juntas del linaje de los Tapia, bajo cuya protección se hallaba el templo,
y consta de dos importantes torres mudéjares que, aunque conocidas popularmente
como gemelas, tienen un aspecto diferente. Así,
la situada en la cabecera, la torre vieja o torre de los ajedreces, presenta en
sus lados superiores doce tableros de este juego y está formada por tres
cuerpos. Por su parte, la torre nueva, situada a los pies del templo, data del
siglo XII y es de planta cuadrada. En el exterior del templo también destaca
el pórtico románico que se extiende a lo largo del costado meridional.
En el interior sobresalen las bóvedas de la nave norte, el altar mayor,
con un retablo barroco, y la cúpula del crucero con importantes yeserías
barrocas que, como consecuencia de las reformas de que fue objeto la iglesia,
sustituyeron al artesonado original del templo. En la parte posterior de la nave
se sitúa un coro alto, con acceso desde la subida a la torre, del que ha
desaparecido parte.
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al inicio
Ávila
Fundado por
Hernán Núñez de Arnalte, el Monasterio
de Santo Tomás de Ávila
fue
construido bajo la dirección de Martín de Solórzano con donativos
de los reyes Católicos, quienes eligieron este convento como residencia
de verano y enterramiento del heredero de la corona, el príncipe Don Juan.
Su sepulcro se conserva bajo el altar mayor y junto al retablo principal, de Pedro
Berruguete, en la iglesia del monasterio, un templo de cruz latina con una sola
nave y ocho capillas laterales cubiertas por bóvedas de crucería. | Detalles
de la decoración de la sillería del coro del Monasterio de Santo
Tomás de Ávila, en abundantes símbolos alusivos a los Reyes
Católicos |
En el monasterio,
que fue sede del Tribunal de la Santa Inquisición en Ávila, se puede
distinguir la profusa decoración alusiva a los monarcas, como es el gran
escudo que remata la fachada de granito de laiglesia, con abundante presencia
de la fruta de la granada, referencia a la toma de la ciudad del mismo nombre.
Esta decoración
también es apreciable en el coro de la iglesia, un notable ejemplo del
estilo góticoflamígero, en cuya sillería, restaurada recientemente
por la Fundación, aparecen numerosos símbolos referidos a los monarcas,
quienes disponían de sus propios sitiales de mayor altura que el resto,
cubiertos por dos agujas góticas. | Detalle
de la sillería del coro de Santo Tomás |
Los respaldos
de los sitiales reales están decorados con sendos escudos en los que vuelve
a aparecer la fruta de la granada y en ellos, al igual que en cada silla central
de los tres paños altos, figuran cinco grandes águilas que portan
los escudos de los Reyes Católicos y que forman parte del propio escudo,
que representan al Águila de San Juan, divisa de la reina. Asimismo, los
tableros de los respaldos de toda la sillería, compuesta por un total de
79 sitiales de madera de nogal dispuestos en dos alturas, reflejan muchas representaciones
del yugo y las flechas, símbolos de los Reyes Católicos, que aparecen
entremezclados con trazados geométricos, figuras de plantas, animales salvajes
y algún rostro humano. Toda esta decoración, que hace que ningún
sitial sea idéntico a los demás, tiene un doble carácter
ornamental y simbólico.
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al inicio Burgos
| Retablo
de la Cartuja de Miraflores de Burgos, a cuyos pies se encuentran los sepulcros
de los padres de Isabel la Católica |
El conjunto
del Monasterio
de Santo Tomás de Ávila
es atribuido al maestro vallisoletano Martín Sánchez, por su similitud
con otra obra de este autor, la sillería de la Cartuja de Miraflores de
Burgos, monumento donde la Fundación plantea otra de sus intervenciones.
Este monasterio
cartujo fue anteriormente un palacio de recreo que el rey Enrique II ordenó
construir hacia el año 1400 en el lugar en el que había un coto
de caza. Su hijo Juan II, padre de Isabel la Católica, cedió el
palacio en 1442 para que se estableciera una comunidad de Cartujos bajo la Retablo
de la Cartuja de Miraflores
de Burgos, a cuyos pies se encuentran los
sepulcros de los padres de Isabel la Católica advocación de San
Francisco de Asís, aunque fue Isabel la Católica quien impulsó
definitivamente la creación del monasterio. Diseñada
en 1454 por Juan de Colonia, la Cartuja
de Miraflores es uno de los conjuntos más destacados dentro del arte
gótico de finales del siglo XV y en ella trabajaron los mejores arquitectos,
escultores y pintores de la época, como Pedro Berruguete o Gil de Siloé.
Precisamente,
el taller de este último artista es el autor de toda la talla del retablo
mayor así como de los sepulcros reales situados en la cabecera de la iglesia
del monasterio, mandados construir por Isabel la Católica según
deseos de su padre y que la Fundación va a restaurar e iluminar en colaboración
con World Monuments Found e Iberdrola. | El
sepulcro real, de Gil de Siloé, es considerado obra cumbre de las construcciones
funerarias |
El retablo,
construido entre 1496 y 1499 y cuya policromía es de Diego de la Cruz,
es una obra singular diferente a las de la época, ya que su estructura
está formada por un rectángulo dividido en otros dos. El de arriba,
de mayores dimensiones, contiene una rueda que determina la tipología de
esta obra y que enmarca un gran Calvario con la Cruz. Sobre él se sitúa
la Trinidad, con las tres figuras antropomorfas, y debajo, las figuras de la Virgen
y San Juan. Este círculo,
que es tangente en los lados superior e inferior del rectángulo, alberga
en el interior otros cuatro círculos con escenas de la Pasión: La
Oración del Huerto, La Flagelación, El Camino al Calvario y La Quinta
Angustia. En las esquinas exteriores se ubican otros cuatro círculos con
los cuatro evangelistas y sus símbolos, y junto a ellos aparecen los Padres
de la Iglesia. Flanqueando la Cruz figuran dos grandes tallas de San Pedro y San
Pablo. Bajo esta zona
se encuentra el segundo de los espacios que conforman el retablo, de menores dimensiones
que la parte superior, aunque con algunas de las mejores piezas del conjunto,
como son las tallas de Santa Catalina, Santiago, San Juan Bautista y María
Magdalena. Entre ellas
se sitúan nuevas escenas, como la Anunciación, la Epifanía,
la Última Cena y el Prendimiento. El conjunto se remata a ambos lados por
sendos escudos, bajo los cuales se hallan las figuras de los donantes, los Reyes
Católicos. | Detalle
del sepulcro real |
El retablo fue
modificado en el siglo XVII para incluir un sagrarioostensorio en el centro de
la zona inferior, en la que destaca, por su singularidad, la presencia de un tambor
giratorio. Se trata de
un prisma de seis caras con los relieves del Nacimiento, el Bautismo, la Resurrección,
Ascensión, Pentecostés y Ascensión de la Virgen, que son
mostrados a través de una ventana abierta en el frente del retablo durante
el tiempo litúrgico correspondiente. El conjunto
se asienta sobre un zócalo o sotabanco realizado en el siglo XVII con posterioridad
al retablo. Tras el retablo
se encuentra una pequeña capilla, con altar debajo de una ventana, que
está decorada por pinturas del siglo XVIII y desde la que se puede acceder,
a través de una pequeña puerta, al reverso del retablo.
Por su parte,
los sepulcros fueron esculpidos por Gil de Siloé entre 1489 y 1493, finalizando
primero el del infante don Alfonso. | Sepulcro
del infante don Alfonso en la Cartuja de Miraflores |
Esta obra, labrada
en alabastro, es una típica representación de sepulcro-retablo,
habitual en sepulcros adosados al muro. De su parte baja destaca el frente de
la peana, el osario, con dos ángeles y dos guerreros que sostienen el escudo
real. El infante real aparece arrodillado bajo un arco escarzano sobre el que
se encuentra otro conopial, rematado por un San Miguel, todo ello profusamente
decorado con motivos diversos como apostolado, niños desnudos, putti y
una amplia representación animal y vegetal. A su vez, el
sepulcro real es considerado como la obra cumbre de las construcciones funerarias
y el mejor sepulcro de alabastro del mundo,material que procede de las canteras
de Cogollado y Sigüenza. De mayores dimensiones
que el anterior, su traza es un polígono estrellado de ocho puntas, conformado
por la yuxtaposición de un cuerpo rectangular y otro con forma de rombo.
Todo él
aparece cubierto por una riquísima decoración, con la representación
de más de 500 personajes, aunque sobre todos ellos predominan las esculturas
de los reyes, que reposan sobre un plinto rectangular de cuyos lados salen cuatro
triángulos, quedando configurado como una estrella de ocho puntas.
Alrededor de
los reyes, cuyas esculturas están separadas por una crestería, hay
un conjunto de nueve figuras, cuatro de ellas descabezadas, y en las esquinas
se encuentran los cuatro evangelistas. En el zócalo están representadas
numerosas figuras bíblicas y seis imágenes de monjes en actitud
de oración, así como leones coronados que soportan los escudos de
Castilla y León.
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al inicio Palencia
La iglesia de
San Hipólito de Támara (Palencia),
cuya consolidación va a acometer la Fundación, ejemplifica de modo
singular los vínculos de Isabel la Católica y de su esposo Fernando,
últimos representantes de la dinastía de los Trastámaras,
con esta localidad palentina, a la que destinaron numerosas donaciones. | Torre
de la iglesia de San Hipólito de Támara, con el escudo de los Reyes
Católicos labrado por Juan de Lastra |
La planta del
templo es de tres naves, la central más ancha y más alta que las
laterales, separadas por pilares compuestos de núcleo cilíndrico
con ocho columnas adosadas que soportan arcos apuntados y bóvedas de crucería
y estrelladas, reconstruidas a comienzos del siglo XVII al caerse sobre ellas
las torres primitivas. La
cabecera se resuelve con tres ábsides poligonales, más profundo
el del presbiterio, y todos con ventanas amainadas en los ejes de los paños
entre potentes contrafuertes colocados radialmente al exterior. En el lado norte
de la iglesia se abre la portada principal, que es abocinada con seis arcos y
está protegida por un monumental pórtico con acceso por los tres
frentes y abovedado con crucería sencilla. También destaca en el
templo la torre pórtico de estilo clasicista con acceso por sus tres frentes
y erigida en el eje de la nave central sobre los fundamentos de la anterior, hundida
en 1569 como consecuencia de un terremoto. Posee planta cuadrada y cuatro cuerpos.
En el segundo se abre una balconada en la que destacan imágenes de guerreros
con el escudo de los Reyes Católicos y San Hipólito a caballo, labrados
por Juan de Lastra. Además
de la torre, los reyes también donaron en 1492 la puerta de nogal para
entrar al coro, obra de Pedro Lorenzo, en la que aparecen ángeles tenantes
con el escudo de los Reyes Católicos que incorpora ya la granada.
Otras de las
donaciones de los monarcas son la Custodia, una de las mejores piezas góticas
de la platería española en cuya peana también figura el escudo
real, así como los cuatro magníficos alto relieves góticos
de la predela del retablo barroco de la parte izquierda de la iglesia, en los
que están representados los Reyes Católicos. Como agradecimiento
a estas donaciones, la villa mandó hacer un cuadro de la reina que aparece
pintada como Santa Isabel Reina. Este cuadro está en la sacristía
de la Iglesia.
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al inicio Medina
del Campo | Sepulcro
de alabastro hallado durante las labores de restauración de la iglesia
Colegiata de San Antolín de Medina del Campo. Puede ampliarse la fotografía
|
Las huellas
de la vida de Isabel la Católica se detienen en Medina
del Campo, villa vallisoletana que sería escenario
de su muerte y que cobra gran importancia este año, con la celebración
del V Centenario de su desaparición.
Cuajada de numerosas
muestras de su rico pasado, la Colegiata
es una de sus más destacadas representaciones y en ella la Fundación
ha restaurado las bóvedas y paramentos verticales y ha repuesto las vidrieras
del templo, que alberga una de las exposiciones
conmemorativas del V Centenario. Estos trabajos
han permitido descubrir, tras un retablo situado en el muro sur del primer tramo
de la nave de la Epístola, una capilla-hornacina que contiene un sepulcro
de alabastro y mármol que podría pertenecer a un canónigo
y que, dado su interés artístico, la Fundación también
ha recuperado. Este templo,
anteriormente Iglesia
de San Antolín, fue elevado a rango de Colegiata en 1480 a petición
de Fernando el Católico. Construido en ladrillo y piedra en estilo tardogótico
en el siglo XVI, es obra de Juan Gil de Hontañón, a quien se debe
el planteamiento del edificio y la dirección de las obras de la capilla
mayor y del primer tramo de las naves, y de su hijo Rodrigo, quien introduciría
modificaciones en el proyecto de su padre. El edificio,
situado en la Plaza
Mayor de la localidad, tiene una planta de salón de tres naves
y cabecera única cuadrada que, de planta rectangular y erigida en ladrillo,
es el sector más antiguo de la iglesia. La cabecera
se cubre con una bóveda de crucería estrellada cuyas nervaduras
se apean en grandes ménsulas góticas y se ilumina por medio de tres
ventanas de piedra abocinadas de arco de medio punto. | Exterior
de la iglesia Colegiata de San Antolín |
Un arco triunfal
da paso a un amplio cuerpo de tres naves de tres tramos a la misma altura y nueve
capillas entre contrafuertes, iluminado por ventanas con arcos de medio punto
decorados con bolas y rosetas. Todo ello se cubre con bóvedas de crucería
estrellada con combados y terceletes soportados por arcos apuntados y pilares
compuestos de baquetones sobre basa cilíndrica. En los dos
últimos tramos de la nave central se sitúa el coro bajo, según
disposición típica hispana, con sillería barroca procedente
del monasterio de Guisando. El templo, sobre
el que se eleva una torre de ladrillo en la que existía un chapitel ochavado
y que conserva los maragatos que dan las horas, presenta en el exterior una organización
confusa y amalgamada de adheridos en una composición típica de crecimiento
tentacular. Su fachada norte,
que da a la Plaza
Mayor, se convierte en la principal con una gran portada estandarte
y columnaria de piedra en la que se abre un balcón, la Capilla
del Pópulo, con altar de la Virgen del mismo nombre, desde el
que se celebraba la Eucaristía los días de feria sin interrumpir
las actividades mercantiles. El templo cuenta
con un edificio anejo, la sala de juntas de la Cofradía del Santísimo,
en cuya fachada a la plaza también se abre un balcón presidencial
para la clerecía. | Portada
principal de la iglesia de Santiago El Real, en Medina del Campo |
De su interior
destaca su retablo mayor, construido en su mayor parte por el taller de Cornellis
de Holanda, el órgano fabricado en 1625 por Sebastián de Miranda
y el coro en doble sillería de nogal obra de Juan de Muniátegui.
Situada en la
misma localidad, y también alzada sobre una traza atribuida a Rodrígo
Gil de Hontañón aunque modificada posteriormente por el Padre Bartolomé
Bustamante, la Iglesia de Santiago el Real
completa la relación de actuaciones que la Fundación está
acometiendo en bienes relacionados con Isabel la Católica. La intervención
en este templo se centra en la restauración de las cubiertas y en la mejora
del drenaje perimetral de la nave de la Epístola y de la Sacristía,
lo que comprenderá la sustitución de la cubierta de la Sacristía
y su anexo, la restauración de las fábricas de ladrillo en las fachadas
sur, oeste y norte y parte del crucero en la fachada este, la restauración
de la portada de piedra en la fachada norte y la adecuación del espacio
exterior en la fachada sur y oeste. Este templo,
convertido en parroquia de Santiago en
el siglo XVIII tras la expulsión de los jesuitas, fue originariamente la
Iglesia de los Santos Pedro y Pablo del Noviciado de la Compañía
de Jesús que fundó San Francisco de Borja bajo el mecenazgo de don
Rodrigo de Dueñas, primero, y de don Pedro Cuadrado y su esposa después,
por lo que es una de las primeras de Castilla. De ahí
que su planta muestre, con espíritu precursor, el modelo que seguirán
hasta la saciedad los jesuitas: cruz latina con cabecera recta y crucero alineado
y capillas entre contrafuertes comunicadas entre sí. Está
cubierta con bóvedas de crucería estrellada con combados y terceletes
aunque introduce ya cañón con lunetos para las capillas hornacinas,
con yeserías escurialenses y arcos de medio punto para los fajones y formeros.
La portada principal,
orientada a occidente y emparentada con las de Rodrigo Gil, es de piedra, con
un arco de medio punto encuadrado por columnas y escudos de los mecenas en las
albanegas y el escudo de la Compañía encima del entablamento, entre
aletas con florones encima de las volutas. La fachada,
muy austera, se complementa con una ventana alta en el eje y un remate con frontón
triangular, que manifiesta con toda claridad las pseudo naves laterales. La torre,
a los pies y de ladrillo, se eleva sobre una capilla de dos cuerpos, el primero
con recuadros y pequeños vanos rectangulares y el segundo con dobles ventanas
de arco de medio punto.
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