Ubicación: MEDINA DEL CAMPO (VALLADOLID)
Categoría:
CONJUNTO HISTÓRICO
Fecha
Incoación: 14/10/1978
Fecha
Declaración: 14/10/1978
Fecha
BOE Declaración: 25/12/1978
Medina del Campo conserva muchos edificios Histórico-Artísticos de interés de la época:
Palacios, casonas nobiliarias con sus escudos heráldicos, conventos, iglesias,
que poco a poco podremos ir conociendo a partir de esta pantalla.
Este tema tratará de
darte a conocer individualmente, el amplio patrimonio que Medina
del Campo tiene. Nos adentraremos, en lo posible, en todos ellos,
conoceremos resumidamente su larga historia y contenido.
También diré
de los edificios civiles y restos desgraciadamente ruinosos que, a mi juicio,
merecen la pena hacer mención de ellos ya que nos hablan de los aspectos
históricos o testimoniales dignos de ser recordados y reconocidos.
A
pie de cada página te presentaré una ventana indicativa de la ubicación
-en plano parcial- y callejero de Medina del Campo, donde te podrás
situar para conocer la ubicación de cada monumento existente actualmente;
los números que en éste se consignan te llevarán a la historia
individual de cada uno de ellos con indicativo de la calle.
30-07-06
- El Norte recorre la historia de Medina del Campo a través de fotografías
El
periódico distribuye mañana la primera de las 29 entregas de la
obra a los lectores de la localidad El libro refleja la vida social medinense
entre 1854-1970
EL NORTE/VALLADOLID
El NORTE DE
CASTILLA distribuye a partir de mañana la primera entrega del libro 'Medina del Campo Entresiglos 1854 y 1970', una colección fotográfica
que recorre la historia de la villa. La recopilación es fruto de la colaboración
de un buen número de coleccionistas que en su día cedieron las instantáneas
a la Fundación Museo de las Ferias,
institución dirigida por Antonio
Sánchez del Barrio, responsable de la obra. Un gran número
de imágenes corresponden a fotógrafos pioneros que se acercaron
a Medina, como el galés Charles Clifford o los franceses Auguste Muriel
y Jean Laurent. En la primera entrega se incluyen las tapas del libro y las 16
primeras páginas de una colección que se entregará diariamente,
salvo los domingos, hasta el 1 de septiembre.
El marco temporal
en el que fueron obtenidas las fotografías, abarcando más de cien
años, rescata en varios casos originales de los primeros años del
que en su día fue denominado 'nuevo arte'. Las imágenes recopiladas,
muchas de ellas ya publicadas y otras inéditas, reflejan que aún
está por hacer una historia documentada de la fotografía en la villa,
en la que se recojan los nombres y las visicitudes que tuvieron que pasar los
fotógrafos pioneros en Medina. 'Medina del Campo Entre siglos' reproduce
las primeras fotos de la villa tomadas por estos viajeros. En muchos casos hacen
referencia a las fiestas patronales, los tradicionales encierros, la plaza de
toros y las charangas musicales, aparte de la trascendencia de las ferias o las
procesiones. Alberga, asimismo, una serie de curiosidades, entre las que destacan.
El libro recoge
imágenes como la vista general del conjunto urbano desde el cerro de la
Mota, un lugar que goza de una vista excepcional del municipio. Este capítulo
contiene los trabajos del francés Auguste Muriel, autor que se autotitulaba
fotógrafo de los tres emperadores, el de Austria, el de Francia y el de
Rusia. En su estampa, realizada desde el cuerpo de ingreso del castillo,
en 1864, aparece la vieja villa en la que destacan los dos campanarios de la Colegiata
de San
Facundo. No es, sin embargo, la instanánea más antigua
recogida de la historia de Median del Campo. La que tiene esta categoría
es la que tomó Charles Clifford en mayo de 1854 de la Puerta
de Ávila, demolida en 1873, y las torres de la Colegiata
y San
Facundo.
La
Plaza Mayor
La composición
evoca a una Medina decimonónica que vive inmersa en el declive secular,
originado por el derrumbe de sus ferias doscientos años antes. Los mercados
que se plasman en la edición que ha preparado El NORTE son los de la Plaza
Mayor, que fue el escenario natural del mercado
y ferias durante los siglos XIX y XX.
Durante los
días de feria y mercado, ese enclave ofrecía una gran vitalidad
que rememoraba aquellas otras ferias que convirtieron a Medina en el centro más
importante de contratación de su época. El mercado de la Plaza
Mayor fue capturado para la posteridad, en 1935, por Amalio Gombáu,
expresando en la fotografía el movimiento y ajetreo de los mercaderes y
paseantes dirigidos por la magestuosidad de los monumentos. Pero son los encierros
de san Antolín el festejo que une el pasado con el presente
de manera más significativa. Los encierros de novillos han llegado hasta
la actualidad marcados por la semana de feria
y fiesta dedicada a San Antolín. Las primeras fotografías
que se han conservado con imágenes de los encierros y capeas de la villa
datan de principios del siglo XX.
Plasticidad
Es también
el fotógrafo Amalio Gambáu el encargado de plasmar alguna de las
imágenes con más plasticidad, la entrada del encierro en la Plaza
Mayor en 1934. Por otro lado, entre las muchas noticias conocidas de
las constantes crecidas del río
Zapardiel durante el XIX. Es ya en 1956 cuando El NORTE DE CASTILLA
abría sus páginas con el titular «Catastróficas
inundaciones en Medina del Campo. Las aguas del Zapardiel taparon los ojos del
puente y llegaron a la Plaza Mayor». Alguna de las fotografías
tomadas del suceso recogidas en este capítulo de la colección fueron
plasmadas en su día por este periódico que también ha vivido
entre siglos.
26-06-11 - Primero el uso, luego la rehabilitación
La conservación de los edificios históricos pasa por dotarlos de utilidad y por la colaboración de la iniciativa pública y privada.
VICTORIA M. NIÑO | VALLADOLID.
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El profesor Jesús Urrea; Enrique Saiz, director de Patrimonio de la Junta; Manuel Sánchez, del Ayuntamiento; Gregorio Alarcia, de la Confederación Vallisoletana de Empresarios, y José Antonio Lobato, de la Cámara de Comercio |
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La retícula urbana de Valladolid es la suma de un medievo gremial, una edad moderna tocada fugazmente por el poder de Lerma, una ilustración harinera y una contemporaneidad industrial. Sobre esta historia se cimenta el patrimonio y el urbanismo de hoy, el protagonista del debate que sostuvieron el profesor Jesús Urrea; Enrique Saiz, director de Patrimonio de la Junta; Manuel Sánchez, del Ayuntamiento; Gregorio Alarcia, de la Confederación Vallisoletana de Empresarios, y José Antonio Lobato, de la Cámara de Comercio.
Esta ciudad, «que ha vivido tradicionalmente de espaldas a algo, al río primero, luego a los canales», apunta Urrea, tiene que mantener un patrimonio, «dentro de la economía sostenible que nos toca vivir», según Saiz. Para el máximo responsable del patrimonio regional, «hay que hacer de la necesidad virtud» ya que «no es una carga, sino un recurso». Y en ese camino varias fueron las propuestas.
Es la herencia de nuestros mayores y tenemos el deber de preservarla», afirma Alarcia. «Cuando trabajamos sobre un edificio antiguo los arquitectos aprendemos de lo bien que construían antes. Pero no todo merece protección, debe haber un diálogo entre lo que hay que preservar y la mejora de la trama urbana».
Jesús Urrea señaló la confrontación histórica «entre talibanes defensores de la conservación y los bárbaros destructores, entre los que hay que hallar un punto de encuentro». A pesar del conservacionismo que puede achacarse a la autoridad académica, reconoció que «si los historiadores hiciéramos un catálogo de lo que hay que proteger, la gente se sorprendería de la lista tan restringida. No apoyamos la idea de conservar por conservar».
Urrea considera que para cualquier rehabilitación «primero hay que determinar el uso y, según este, la intervención». Como ejemplo, apuntó el Hospital Simón Ruiz, de Medina del Campo, al que propuso como «sede del archivo de la banca española, por la vinculación de los Ruiz con la banca y la letra de cambio. Además de su potencial conexión con el Archivo de Simancas», pero el guante no ha sido recogido de momento.
Manuel Sánchez reconoció las dificultades que hay para cambiar de uso edificios religiosos en aras de su conservación, como complicado resulta el mantenimiento del casco histórico si no se permiten ciertas intervenciones que ayuden a fijar población. «Estamos en plena revisión del Plan General de Ordenación Urbana y del Plan Especial del Casco Histórico. La población se ha ido del centro porque no hay aparcamientos y ahora, con la crisis, están volviendo para evitar el gasto en transporte. Necesitamos hacer aparcamientos para permitir el desarrollo del centro comercial más importante de Valladolid, su casco histórico», explicó el teniente de alcalde.
Sin embargo son las trabas legales, según Sánchez, las que han impedido la construcción de un 'parking' junto a Santa Ana o rehabilitar Villa Julia, en la calle Zúñiga. Para Sánchez, ejemplo de equilibrio entre conservación y nueva construcción es el Matadero. «Se dejó un recuerdo de la arquitectura de Madrid y se negoció con los vecinos para responder a sus necesidades. No se puede proteger al 100% todo, es contraproducente».
Enrique Saiz prefiere dar al patrimonio una visión más general, «es un recurso económico, pero no solo, también es vital porque incide en el desarrollo de las personas, en la convivencia. Cuando hablamos de patrimonio urbano lo hacemos sobre la suma de un esfuerzo colectivo, que excede lo artístico, hecho por mucha gente durante bastante tiempo». Saiz puso como ejemplo Salamanca, Segovia, Granada o Santiago de Compostela, ciudades en las que su desarrollo no solo está dirigido a atraer turismo, sino a hacer más vivible su espacio y más atractivo para iniciativas empresariales de I+D o académicas.
«Ahí es donde Valladolid puede aportar algo. Hay que equilibrar los tres palos del desarrollo económico; Por un lado, que sea apta para acoger empresas, el social -que haya buena convivencia- y medioambiental, es decir, que se dé un entorno amable. Valladolid reúne, además de patrimonio artístico, una tradición universitaria, un entorno natural, una posición estratégica central dentro de la comunidad, y todo eso debe usarse para beneficiar el desarrollo», afirma Saiz. «Está claro que no habrá una segunda oportunidad de construir tanto como hasta ahora porque no hay suelo. En el futuro hablaremos de una revisión de lo construido».
Gestión compartida
esde el sector privado, José Antonio Lobato animó a considerar el patrimonio como fuente de riqueza que debe vincularse a una industria cultural en la que implicar a las empresas y potenciar su responsabilidad social corporativa. «Cada vez es más reconocida por los clientes y las empresas. Sería interesante crear nuevos incentivos al mecenazgo privado», camino natural que además está allanado por la crisis. «En estos tiempos en los que las arcas públicas apuntan hacia una política de austeridad, desde la Cámara animamos a buscar elementos nuevos de desarrollo y progreso; por eso vemos interesante abrir la puerta a las empresas para que se animen al mecenazgo y la gestión compartida. Desde la casa de las empresas también queremos convertir al patrimonio en una fuente de riqueza». Lobato apeló a la consideración general del patrimonio etnográfico, natural, artístico, industrial...
Enrique Saiz ejemplificó la creciente implicación cultural de las empresas en el caso de Iberdrola. «No es que ponga dinero en una intervención, es que ha dado un paso más haciéndose corresponsable del proyecto en la Raya, límite con Portugal, donde está construyendo unos saltos. Se ha convertido en patrono de la Fundación Santa María la Real desde la que se implica en el plan del románico hispanoportugués. No se trata solo de dar facilidades al mecenazgo rebajando fiscalidades, sino convertirlo en un activo de la explotación. ¿Por qué no se puede dar una concesión a un empresario para rehabilitar, convertir en negocio y explotar por ejemplo un castillo-palacio? El sano negocio de la cultura no es peyorativo, sino una oportunidad de futuro, por eso os pido a los empresario que penséis en términos de negocio cuando se habla de patrimonio».
Por su parte, Gregorio Alarcia lamenta que se acuse a los empresarios «de forrarse cuando intervienen en un edificio, cuando lo que se busca es darle un uso que es el que acabará por protegerlo».
Accesibilidad y gestión
Otra lado del poliedro patrimonial lo representan los dueños personales de edificios históricos. Jesús Urrea expuso el caso de la Casa Blanca de Medina del Campo. «Hace unos meses desde la Real Academia de la Purísima logramos un permiso para visitar la Casa Blanca, única muestra de construcción palaciega civil del XVI en Valladolid. La Junta debiera llegar a un acuerdo con la familia para que pudiera visitarse sin menoscabo del uso privado, como ocurre en los castillos franceses o ingleses».
El medio rural, en el que se asienta buena parte del patrimonio regional, afronta otras cuestiones como la accesibilidad -que determina la viabilidad de los proyectos- y la gestión con el público. «Es una pena que haya sitios que justo cuando vas a verlos un fin de semana están cerrados y no hay quién los abra», se queja Lobato.
No tiene ese problema Medina
de Ríoseco, que alberga junto a Medina del Campo Las Edades del Hombre, iniciativa cultural que no ha cejado de atraer visitantes en cada nueva edición reconocida por todos.
nrique Saiz ve en Ríoseco «una ciudad que conserva bastante bien sus edificios, es un enorme museo, pero a la vez tiene la dársena del canal, la fábrica de harinas, de tal manera que presenta oferta suficiente y variada para un fin de semana, y es así con o sin la exposición 'Passio'. Hay que perder la visión museística de la pieza por la pieza, que su valor particular no impida la visión de conjunto».
CONSULTAS FORMULADAS POR ESTE PORTAL EN SU DÍA Y RESPUESTAS SOBRE EL TEMA QUE NOS OCUPA SOBRE LA RESTAURACIÓN DE NUESTRO PATRIMONIO...