Medina
del Campo. Villa histórica, monumental,
escultórica y paisajística
Villa
de las Ferias
Vd.
se encuentra en: - Ricardo Sendino Gonzçalez,
Cronista Oficial de la Villa |
|
RICARDO
SENDINO GONZÁLEZ, CRONISTA OFICIAL DE LA VILLA DE MEDINA DEL CAMPO |
|
Escrito
nombramiento Cronista Oficial de la Villa de Medina del Campo |
MENÚ DE CONTENIDO
Gracias
amigo por tu colaboración
Desde
esta tu Web te agradezco, estés donde estés, como medinense y como
amigo, la gran colaboración que he recibido para la elaboración
de esta página, avalando su contenido con la cesión de una serie
de documentos, fruto de tu esfuezo, dedicación, estudio e investigación,
de inestimable valor histórico sobre la Historia de tu querida Medina del
Campo, Villa de las Ferias:
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Con
fecha 11 de febrero de 2003 el Pleno del Ayuntamiento, en sesión ordinarioa
celebrada el día 26 de diciembre de dos mil uno, entre otros, ha adoptado
el siguiente ACUERDO:...
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CartaORIGINAL de
fecha 14-04-1992, de D. FRANCISCO JAVIER MARTIN ABRIL a D. RICARDO SENDINO GONZALEZ.
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CartaORIGINAL de
fecha 31-05-1992, relacionada con la anterior.
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- Un
privilegio de hidalguía del rey Fernando VI
- La
actual parroquia de Santiago el Real
Gracias
de nuevo, amigo Ricardo y hasta siempre.
Juan
Antonio del Sol Hernández
17-02-04 - Fallece a los 81 años Ricardo Sendino, cronista de la villa
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Ricardo Sendino González |
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El
cronista oficial de Medina del Campo desde 1992, Ricardo Sendino,
falleció a las 16.30 horas de ayer a la edad de 81 años, tras varios
meses de enfermedad. Será enterrado a las cuatro de esta tarde, en la iglesia
de Simón
Ruiz. Sendino,
que fue corresponsal del EL NORTE durante la década de los 50, ocupaba
el cargo de cronista junto al actual director del Museo de las Ferias, Antonio Sánchez del
Barrio.
Entre sus trabajos más destacados, se encuentran estudios sobre el ferrocarril,
las visitas de reyes y altos dignatarios y la Semana Santa de Medina.
El Ayuntamiento ha declarado hoy día de luto en la villa en su memoria.
22-02-04
- Homenaje de D. Antonio Sánchez del Barrio
En
la tarde de ayer murió D. Ricardo Sendino González, Cronista Oficial
de Medina del Campo. Nos dejó diez años justos después de
la muerte del anterior Cronista, D. Mariano García Sánchez, su maestro
-junto con D. Gerardo Moraleja-
amigo y confidente. Junto con ellos, Ricardo ha pasado a formar parte del elenco
de ilustres Cronistas de la Villa que desde los tiempos de Juan López Ossorio,
en los comienzos del siglo XVII, honraron a Medina del Campo con sus escritos
sobre los esplendores y desventuras de su patria chica.
Su
amor por Medina queda reflejado en los innumerables artículos que a lo
largo de su vida publicó, casi diariamente, en este mismo diario El Norte
de Castilla, del que fue corresponsal durante cerca de medio siglo, y en La Voz de Medina,
semanario que él mismo fundó en compañía de otros
medinenses amigos, allá por el año 1959. Por ello, por su constante
preocupación por el pasado histórico de su villa natal y por su
fructífera dedicación acerca de cualquier asunto tocante al patrimonio
artístico local, el Ayuntamiento Pleno le nombró Cronista Oficial
de la Villa -junto con quien
esto escribe- en la sesión extraordinaria de 29 de octubre de
1992.
En
la homilía de su funeral, el Párroco de su querida Colegiatale ha definido
como Cronista de la Voz del Pueblo, acertada definición
para un hombre al que admiramos en el campo profesional por su notable labor,
y apreciamos aún más en el terreno personal, por su cariño
y amabilidad. Todos los medinenses de bien lloramos hoy su pérdida, pero
en sus escritos nos queda para siempre su obra.
Cronista
Oficial de Medina y
Director
del Museo de las Ferias de Medina del Campo
22-02-04
- Homenaje de D. Julian Chamorro Gay
Distinguido
amigo:
Conozco
a través de su página el fallecimiento de Ricardo Sendino, noticia
que me llena de desolación, como supongo a todos los medinenses de mi generación.
Recuerdo
sus crónicas en El Norte de Castilla y en El Diario Regional sobre la actualidad
de nuestra villa, siempre recuadradas, como si los responsables de ambos medios
reconocieran, ya entonces, década de los pasados cincuenta y primeros sesenta,
la prosa austera y elegante, rica en conocimientos del alma y la historia de nuestra
tierra, de quien a la manera azoriniana se sumergía y al tiempo contemplaba
los avatares diarios del pulso vital de aquella Medina.
Vienen
a mi memoria también sus desvelos y dedicación a la formación
de escolares en el Instituto de Pereda, su lucha por el mantenimiento de la Librería
e Imprenta Sendino, y su deambular, con aire entre bohemio y despistado, a pesar
de sus entonces pocos años, tras los cristales de sus gruesas gafas de
miope, por las calles de nuestro pueblo.
En
Medina se dan cita y conviven los sentimientos más contradictorios de lo
castellano, por desgracia muchas veces el machadiano cainismo se sobrepone al
noble sentimiento que nuestro escudo pregona con orgullo, y pocos son los naturales
que puedan merecer reconocimiento y admiración general, quizás por
la persistente presencia todavía de una soterrada envidia, que nos ha llevado
a negar muchas veces lo que de positivo nació entre nosotros, probable
causa psicológica que lastra el despegue definitivo de una moderna y nueva
Medina, superadora de decadencias y perdidas grandezas pasadas.
Era
Ricardo Sendino, visto en esta perspectiva, una personalidad relevante, aunque
humanamente humilde, noble de inteligencia y despojado de otro afán de
notoriedad que no fuera el del servicio a las gentes y al pueblo que le vio nacer
y ahora morir. Por ello merece un agradecimiento popular y un recuerdo permanente
al margen de las actuaciones oficiales que sin duda se producirán con motivo
de su fallecimiento.
Me
permito sugerir que desde esta página, suya y nuestra, se abandere un movimiento
de adhesión pública hacia su memoria, para que de la forma que entre
todos decidan (homenaje popular, lápida conmemorativa, edición de
sus escritos sobre Medina...) se perpetúe entre los medinenses futuros
el recuerdo de R. Sendino y de los valores personales y de amor a nuestra tierra
y a nuestra historia, que en él se encarnaron y nos acompañaron
a lo largo de su vida. Con todos los respetos, para quien esto suscribe, este
tipo de recordatorios cívicos más le interesan en los tiempos que
corren, que otras conmemoraciones en curso.
Gracias
por sus desvelos medinenses y un abrazo
Julián Chamorro Gay
Falleció
Ricardo Sendino González, cronista oficial de la Villa
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Ricardo Sendino González, Cronista Oficial de Medina del Campo |
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Los
medinenses ya no podrán ver más que en recuerdo la estampa de aquel
caballero culto, amable y siempre correcto, vestido de impecable traje y aderezado
con pajarita y sombrero, que con los calores del estío se desplazaba siempre
sobre una bicicleta de paseo, llamado don Ricardo Sendino González.Y es
que el Cronista Oficial de Medina del Campo falleció el pasado lunes.
Enormemente
popular y querido por todos los medinenses, los orígenes de Sendino González
se encuentran en una conocida familia de la localidad relacionada con el mundo
de la imprenta, que en épocas tuvo su establecimiento en la calle de Padilla.
Un vínculo que motivó que, desde muy joven, Sendino sintiese una
gran afición literaria que le llevó, dado su exhaustivo conocimiento
de la historia, a concentrar sus esfuerzos tanto en crónica local como
en el periodismo.
El
cronista oficial, tras una infancia feliz y una adolescencia trágica, como
consecuencia de la muerte de su padre con motivo de la guerra civil, desarrolló
su actividad profesional en Ferroaleaciones Españolas, en la que llegó
a ser Jefe de Personal. Una obligación laboral que simultaneó con
la docencia, siendo profesor del Colegio Isabel la Católica y del Instituto
Laboral.
En
el mundo del periodismo, fue director de "La Voz de Medina",
en la época fundacional de este semanario y colaborador hasta sus últimos
momentos, compaginando dicho cargo con el de corresponsal de "El Norte
de Castilla" hasta hace pocos años, habiendo prestado también
su asesoría histórica y ágil pluma para la confección
de diversos artículos de corte histórico en "Diario de Valladolid-El
Mundo".
Comendador
de la Orden del Mérito Agrícola y Medalla de Oro de la Cruz Roja
Española, Medalla de Plata de la Federación Galguera Española,
entre otras condecoraciones, el Ayuntamiento impuso recientemente su nombre a
una calle de Medina del Campo a la que amó profundamente. En el aspecto
humanitario es de señalar su desinteresada labor, durante años,
como administrador del Patrimonio Simón Ruiz.
Disertador,
conferenciante infatigable y hombre de austeras costumbres, al que todos recordaremos
en sus últimos años tomando un único vermouth, en el Casino,
el día de San Antolín, Sendino solo aceptó subirse a la tribuna
como pregonero de fiestas con la llegada de la democracia o, como él siempre
dijo, "una vez restaurada la ciudadanía". A dicha aparición
en la escena pública se sumó un segundo pregón para el Centro
Católico, con motivo de la onomástica de San José, en el
que ofreció una conferencia magistral sobre uno de los medinenses a los
que Sendino admiró profundamente: don Eusebio Giraldo Crespo, fundador
tanto del Centro Católico Obrero y Empleados como de la Asamblea Local
de la Cruz Roja Española.
Homenaje
de D. José Ignacio Espeso
La
importancia del cronista
A
don Ricardo Sendino y, por supuesto, a sus seres más queridos, testigos
de su amor profundo a Medina del Campo.
Decía
Ortega y Gasset, filósofo español el pasado siglo XX, que: "El
hombre se mueve entre la soledad y la sociedad". Su filosofía
fue utilizada en todos los campos de las Humanidades, desde la primera Metafísica
pasando por la Historia, y concluyendo en el campo artístico con la implantación
del método generacionista.
Pero
no les voy a hablar de Ortega y Gasset, sino de ese pensamiento inserto en las
personas y del que en muy pocas ocasiones notamos su presencia, a pesar de movernos
en nuestra vida de forma constante entre la sociedad y la soledad.
Al
comienzo de esta semana perdimos precisamente a un hombre que se movía,
como muchos de nosotros, entre esa soledad y esa sociedad. No puedo decir que
conocía a don Ricardo Sendino, más que de saludarle en alguna ocasión
en los años finales de su vida, más siempre presentí que
tenía la soledad de un cronista y que se sabía manejar en la sociedad
de su época.
El
cronista, figura hoy en día más nostálgica que real, era
una persona preocupada por atesorar, contar y relatar aquello que sus coetáneos
le demandaban. Hoy en nuestros días, con la eclosión de los medios
de comunicación, la figura del cronista ha quedado un tanto devaluada.
Más este hecho no debe sumirnos en ninguna tristeza, sino más bien
en otorgarle la importancia que realmente tiene, pues un cronista es una persona
que puede aconsejar a los gobernantes del lugar aquello que se pueden hacer y
aquello que no se puede haber. Esto, desgraciadamente, no siempre es así,
y se entra en una dinámica de desconocimiento que acarrea males irreversibles
que, a su vez, inciden en nuestro patrimonio. Y es que el cronista conoce los
entresijos del lugar porque no solo nació en él, sino porque ha
sentido tan profundamente ese lugar que, movido por su propia fuerza interior,
escudriña cada rincón y lo estudia con detalle para trasmitir a
sus contemporáneos de donde venimos, cómo éramos y hacia
donde vamos, haciendo así más fácil la comprensión
de lo que realmente somos.
En
la realidad, una sociedad en la que todo tiende a especializarse, la figura del
cronista se inserta por derecho propio en el campo de la Historia y el Arte, campos
que desafortunadamente no son muy tenidos en cuenta a la hora de consultas previas
relativas al patrimonio por parte de las clases dirigentes. De este modo, comienzan
los problemas sobre lo que hay que preservar, qué es lo que no hay que
hacer, cómo hay que hacerlo, para poder contar, generación tras
generación, lo que éramos, a donde vamos y, lo que es más
importante, lo que somos. Y no olvide nadie que Medina es, por Historia y por
Arte, única e irrepetible, y eso siempre, pase lo que pase, cueste lo que
cueste, y pese a quien pese, hay que conservarlo. Conservación que comienza
por la figura del cronista, que por ciento don Ricardo ha dejado en inmejorables
manos, las de Antonio Sánchez del Barrio.
Valgan
pues estas líneas de homenaje a una persona que no solo sintió Medina
del Campo, sino que lo amó tan profundamente que a todos los que sentimos
y amamos con locura nuestra villa nos dio un ejemplo simplemente con su presencia.
Presencia que ahora quedará en el fichero Imborrable de nuestra memoria.
José
Ignacio Espeso.
28-03-04
- Ricardo Sendino González, un caballero cristiano y cronista
El
16 de febrero se nos fue el reencuentro eterno con Dios D. Ricardo Sendino, cronista
oficial de la Villa de Medina el Campo, condecorado con varias medallas, como
consta en su recordatorio.
Aparecía
siempre culto, educado, elegante, comprensivo, humano, tolerante y dando lecciones
de buen decir a todos con su pajarita, sombrero y bastón. Era ante todo
un caballero cristiano, con una vivencia de la fe, que le orientaba a causas nobles. Tenía la "confianza
puesta en Dios".
Se
contentaba con tener lo necesario para cumplir bien con sus deberes de padre de
familia y su oficio de cronista oficial. Tenía el deseo de ser "paladín
de la justicia y de causas nobles" con caridad. Fue jefe de personal
de Ferroaleaciones Españolas. Por algo había hecho la carrera de
Derecho, que no completó por razones de diversa índole, cuando estaba
haciendo el último curso. Aparece en el cuadro de honor de los que se graduaron
en Salamanca, el curso 1951 - 1952.
Tenía
las características del caballero cristiano. Le llegué a sugerir
que se hiciese Caballero de la Hispanidad y de Isabel la Católica y me
dijo que lo era de corazón. Fue testigo cualificado en el proceso de canonización
de Isabel la Católica. Le causó un fuerte impacto el hecho de tener
que hacer el juramento requerido antes de dar su testimonio favorable.
Su
mayor aportación fue en LA VOZ DE MEDINA, como director en sus comienzos y luego fiel colaborador, como cronista oficial.
Fue corresponsal de EL
NORTE DE CASTILLA y colaboró
con EL MUNDODIARIO
DE VALLADOLID. Para
comprender a D. Ricardo hay que tener en cuenta su vida con un perfil de urgencia,
como lo exige una nota necrológica. Nació en Medina del Campo el
9 de mayo de 1922.
Era
el hijo mayor de D. Vicente Sendino, dueño de la "Imprenta y Librería
Sendino". Su madre Antonia González, era de Medina de Rioseco.
Tenía cuatro hermanas.
Le
precedió en la muerte Antonia, que no aparece en el recordatorio. Era un niño
mimado. Inició varias carreras, como Medicina y Arquitectura. Obtuvo el
título de Maestro, profesión que ejerció en el Colegio Isabel
la Católica y en el Instituto Laboral.
Fue discípulo predilecto de D.
Gerardo Moraleja,
que despertó en él la vocación por la historia.
Como
cronista superó a su maestro, aunque no llegó a publicar ningún
libro. Si su
familia se decide a recopilar, ordenar y publicar sus crónicas dispersas
y magistrales tendríamos la mejor "Historia de Medina".
Se
lo sugerí a él hace dos años, cuando le dio el primer aviso
su gran corazón.
Me
dijo que en parte se habían extraviado sus apuntes y copias al cambiar
de lugar su rica y valiosa biblioteca. Le regalé entonces un cuadro de
Nuestra Señora de Guadalupe, que agradeció cordialmente como buen
devoto de la Santísima Virgen e hispanista. Tenía mucha devoción
también por Santa Rita. Estaba
casado con Dª. Encarnación Lucas Coca y tuvo seis hijos.
Estuvo
dos días preso en el llamado Palacio Testamentario y le dieron
el paseo de la muerte. D. Ricardo no quiso saber quienes habían sido los
asesinos para perdonar y olvidar.
La
"Imprenta y Librería" pasó a D. César Iglesias,
su socio. Hacía
croquis de iglesias y monumentos con plumín a la perfección. Era
un archivo viviente y buen amigo.
Se
confesó conmigo muchas veces. Hace un año, después de la
confesión, me dijo que habían quitado el asiento que él ocupó
durante muchos años. Le dije que yo le echaba a él más de
menos que al banco, donde cogió un catarro.
>Hablé
con él, por teléfono, 15 días antes de su muerte, para preguntarle
por la crecida del Zapardiel, que arrasó en 1606 el convento de las Agustinas
Recoletas fundado en 1604. Este año se celebra el cuatro centenario. D.
Ricardo se alegró de esto y prometió darme algunos datos, cuando
mejorase. Conservó plena lucidez hasta los últimos momentos. Estará,
como buen caballero cristiano, en el cielo disfrutando de la luz eterna, que le
deseo cordialmente.
P.
Fernando Campo
22-03-04 - Leo en vuestras páginas electrónicas (os felicito por ello), el
triste fallecimiento de mi buen amigo, compañero y sin duda: profesor del
periodismo, RICARDO SENDINO GONZALEZ.
Te
sigo recordando en mi mente en aquellos años (no tan lejanos) en los que
ambos compartíamos la redacción y organización de "La
Voz de Medina".
Años de gran ayuda personal y humana que fuistes para mi, de los cuales
siempre te estaré enormemente agradecido.
Junto
con el resto de colaboradores y redactores en aquellos años de "La
Voz",
supistes imponer tu gran criterio periodístico y sobre todo personal...
Que es lo más importante.
Ahora
que nos has dejado temporalmente, vaya mi recuerdo, cariño y besos para
los que dejas aquí.
P.D.-
Con mi agradecimiento a vuestra Web, por la publicación de este pequeño
homenaje.
Fado: Alejandro López Mendo
Redactor de "La
Voz de Medina"
24-03-04
- Antonia Bruña me escribe en relación a la muerte de don Ricardo
Sendino:
Guardo,
como tú, un grato recuerdo de Don Ricardo Sendino, un hombre al que tuve
el placer de frecuentar durante los cuatro años que trabajé en "La
Voz de Medina. También
he sentido mucho su muerte porque con él se ha ido una parte importante
de este pueblo y alguien a quien siempre he tenido muy presente pese a vivir ahora
tan lejos de Medina. De él me queda además un bonito dibuj o a plumilla
de una perspectiva de la Colegiata desde la plaza
de Segovia que me regaló en uno de esos días que visitaba la redacción
de La Vozcon
sus artículos entrañables.
Puedo
imaginar la ilusión que le haría conocer todo este mundo de internet,
siendo, como era, un enamorado del conocimiento y teniendo, como tenía,
esas ganas inmensas de seguir aprendiendo.
Seguro
que, esté donde esté, tendrá los ojos muy abiertos y estará
tomando notas de todo lo que vea para poder dar fe de ello en alguna parte. Ojalá
no se le olvide nunca en Medina del Campo, ni a él ni a otras personas
que tanto quisieron a esa villa y que tanto aportaron en muchos ámbitos.
Y aquí me gustaría mencionar también a don Rafael Velasco,
gran amigo de Ricardo y, como él, otro medinense inquieto por conocer y
hacer participar a los demás de sus conocimientos.
Un
saludo Antonia Bruña
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