Documentada en 1.177, primitiva Parroquia de Santo Antonio.
Cubierta estrellada nave Iglesia Colegiata de San Antolín
Edificada en 1.480, por la Bula del Papa Sixto IV, su Retablo Mayor y su torre se terminan en 1.503 a expensas de su segundo Abad don Juan Ruiz de Medina, Obispo de Segovia y presidente de la Real Chancillería quien adquirió el patronato de la capilla mayor con el deseo de convertirla en panteón familiar []. Se destacan los nombres de Juan Gil Hontañon y su hijo Juan Gil el "mozo", que le sustituyó en 1.531 y Justo y Blas Gutiérrez, como los maestros.
Don Juan Ruiz fue enterrado en ella en el año de 1507 []. Probablemente el cuerpo del templo se acometió de forma inmediata aunque, como es natural, las obras se prolongaron a lo largo de todo el siglo, dependiendo del estado de los bienes propios de la iglesia. Está documentada la participación de al menos dos maestres de cantería como responsables de las obras, si bien y como es lógico dado su material de constructivo, éstas se llevaron a cabo por albañiles y alarifes. Respecto a los maestros de cantería, se ha documentado la presencia al frente de las obras de Juan Gil de Hontañón -quien las dirigiría hasta su muerte, acaecida en el año de 1531 [], sucediéndose en ellas su hijo Rodrigo []. A Juan Gil se deberá al planteamiento del edificio y la dirección de las obras de capilla mayor y primer tramo de las naves, que en la documentación se denomina crucero. Rodrigo Gil de Hontañón, retomando el plan de su padre, introduciría modificaciones con elementos característicos de su estilo, manifiestos singularmente en los diseños de los abovedamientos. Debemos suponer que en esta segunda fase de la construcción, y dada la extraordinaria movilidad exigida al de Rascafría por sus muchas ocupaciones, los albañiles y alarifes llevarían el peso de la edificación. Entre los alarifes documentados está Juan de Iscar, vecino de Medina, que dejó las obras en 1521 por razones de salud cuando se estaba construyendo la nave de crucero; Bernabé García, en ese mismo año; en 1538 Diego de Sova y Pedro de la Piedra trabajaban en la torre; Juan Picardo presentó postura en 1551 para la portada principal; en 1575 se concertó con Francisco Martínez la cubrición de cuatro tramos de las naves, los dos que faltaban de la mayor y dos de las laterales []. Los abovedamientos no se finalizaron, con arreglo todavía a soluciones góticas, hasta el primer tercio del siglo XVII: en 1615 en canónigo Don Diego de Castro proporcionó a la iglesia colegial medios económicos para que se finalizasen el muro de los pies y los abovedamientos de los dos últimos tramos de la nave lateral, pero no se realizaron hasta 1636, estando las obras a cargo de Andrés Gómez de Cisniega. De la misma centuria son las capillas de la nave del Evangelio, la sacristía, ciertas modificaciones en la puerta principal y la sala de juntas [].
Sección de la colegiata con la ubicación de la capilla de las Angustias
Plano de la Iglesia Colegiata de San Antolín y de la capilla de las Angustias
El edificio está construido en piedra y ladrillo -la primera reservada para elementos estructurales; el segundo para los muros de la iglesia con los contrafuertes, así como los cascos de las bóvedas- sobre una planta de salón de tres naves y cabecera única cuadrada, muy similar al templo parroquial de Laguna de Duero en el que intervino, de forma documentada esta vez, Rodrigo Gil.
Ya se ha dicho como el sector más antiguo de la iglesia es la cabecera, de planta rectangular y erigida en ladrillo bajo el patronazgo de Don Juan de Medina. Se cubre con una bóveda de crucería estrellada complementos de ladrillo y nervios de piedra que dibujan una estrella de cuatro puntas en la que se inscribe una roseta de cuatro brazos mixtilíneos. Las nervaduras apean en grandes ménsulas góticas con ángeles portablasones y ornamentación de medias bolas hispano-flamencas, unidas por un friso que recorre el interior y que contiene la inscripción de consagración y construcción. Le ilumina por medio de ventanas de piedra abocinadas -dos en el lado del Evangelio y una en la de la Epístola- de arco de medio punto y doble rosca con decoración d bolas hispano-flamencas. El arco triunfal es apuntado y da paso a un amplio y desahogado cuerpo de tres naves -más ancha la central-, cubiertas de la misma altura, separada por pilares fasciculados compuestos de un núcleo cilíndrico al que se adosan finas columnas de capitelillos vegetales y bases áticas góticas sobre plintos facetados a alturas diversas, en realidad prolongación del nervios y molduraciones de los arcos. Estos pilares tienen sus responsiones en los muros de las naves laterales, en forma de medios pilares compuestos por las mismas características y coincidentes con los contrafuertes exteriores, que es natural. Sobre estos pilares se alzan los arcos definitorios de naves y tramos, apuntados y ligeramente moldurados, realizados como otros elementos estructurales del edificio, en piedra. La nave lateral del Evangelio aparece atirantada en su último tramo por un sector de arco de medio punto de amplio radio que apoya en el pilar de la nave mayor y en el adosado a la lateral.
Las cubiertas son todas de crucería, con nervios de piedra y cascos de ladrillo, realizadas en momentos diferentes con arreglo a trazados distintos también. Las del primer tramo de las tres naves son de nervios rectos y cerraron según la documentación en la década de los veinte del siglo XVI. En la nave central los nervios dibujan dos estrellas de cuatro puntas, inscritas la una en la otra. Las cubiertas de las naves de la Epístola y del Evangelio son mucho más simples, los nervios cruceros y terceletes que diseñan estrellas de seis puntas y que en los muros testeros descansan sobre ménsulas de hojas. Un nervio de ligadura une entre sí las cubiertas de los tres tramos de las naves laterales.
Los dos últimos tramos de las tres naves se cubren con bóvedas estrelladas de terceletes y combados con diseños que ha permitido adscribirlas -sin confirmación documental- a la maestría de Rodrigo Gil de Hontañon. Por lo que respecto a la realización material sabemos que las de la nave central y las dos primeras de las laterales fueron construidas a partir de 1575 por Francisco Martínez. Las restantes corresponden ya a la centuria siguiente, finalizándose en 1636. El esquema general es el mismo para los seis, pero presenta pequeñas variaciones que definen cuatro modelos distintos. Las de la nave mayor adoptan forma de estrella de cuatro puntas en las que se inscriben rosetas de hojas lancetadas cóncavas y convexas, en cuyo interior se desenvuelven un rombo de lados curvos y una roseta de pétalos semicirculares respectivamente, siguiendo en ambos casos un esquema muy hontañenesco []. Los diseños de las cubiertas laterales son idénticos dos a dos, y presentan estrellas de cuatro puntos en las que los terceletes se unen tras trazar una línea curva. En ellas se inscriben las correspondientes rosetas alancetadas. Todas las claves de los abovedamientos apareen decoradas con florones de yesería muy abultados y renacientes por su repertorio ornamental.
En los dos últimos tramos de la nave central se sitúa el coro bajo.
El interior de la iglesia se ilumina a través de un amplio número de ventanas de medio punto, dos en cada tramo del lienzo Norte y una en los del Sur y muro de los pies. Excepto las del último tramo de las naves, que están realizadas en ladrillo, son de piedra abocinadas y molduradas con sencillez, con columnillas del capitel plateresco y base ochavada gótica y decoración de bolas hispano-flamencas -las de la cabecera- y rosetas renacentistas -las demás-.
Dibujo autor página: Iglesia Colegiata de San Antolín
El exterior del templo destaca por su sensación de pesadez y está enmascarado por construcciones diversas y tardías. Situado en un lugar destacado desde el punto de vista urbano, en la plaza mayor y del mercado, sobre ella se alza la torre presidiendo la activa vida de la villa. Toda la construcción es de ladrillo. En su torre existía un chapitel ochavado que se derrumbó fulminado por un rayo. Hoy se aprecian los maragatos, recientemente restaurados, que dan las horas. Destacamos, el reloj original que junto con la capilla abierta del Pópulo, fue nombrado como elemento urbano relevante al hablar de la Plaza Mayor. Encima de éste, dos carneros que dan los cuartos de hora. La lisura de los parámetros aparece rota únicamente por los contrafuertes que se elevan hasta la cornisa, escalonados y rematados en talud e igualmente obra latericia. Los de cabecera y pies rematan en cubos de ladrillo coronados por pirámides, transposición a ladrillo de los pináculos góticos. En los de la capilla mayor se sitúan los escudos del patrono.
Antigua puerta de Canónigos antes de su desaparición
Las portadas, situadas al Norte -la principal- y al Sur son de piedra, lo mismo que los enmarcamientos de la mayoría de las ventanas y los cornisamientos de capilla mayor -con gárgolas- y primer tramo de las naves. La torre, situada junto a la cabecera en el lado de la Epístola, consta de cinco cuerpos de ladrillo reforzados por estribos de piedra. Es muy maciza. En el cuarto cuerpo se abren huecos de medio punto destinados a las campanas, reservándose el superior para el reloj de la villa. Se corona con valaustrada erigida sobre cornisa de piedra con gárgolas y un remate ochavado posterior. El piso bajo está interiormente ocupado por una capilla cuadrada cubierta por bóveda gótica octapartita elevada sobre trompas y definida por cuatro nervios de trazado semicircular que se cruzan en el centro, con clave desornamentada.
En el lienzo Norte, hacia la plaza, se abre la pequeña capilla destinada a decir la misa para los mercaderes que situaban sus puestos en ella.
Se convirtió en Colegiata en 1480 a petición de Fernando el Católico al Papa Sixto IV, sometiéndose a la jurisdicción de Medina y su tierra independizándose de su obispo.
Destaca
su magnífico Retablo
Mayor,
realizado en su mayor parte por Cornellis de Holanda y
su taller. El órgano
fue
fabricado por Juan Francisco de Toledo (1751), que construyó
también el pequeño positivo de la Capilla
de NS de las Angustias. El coro en doble sillería
de
nogal es obra de Juan de Muniategui.
Tiene nueve capillas interiores, San Antonio de Padua, Santa Regina, Cristo de la Paz, Jesús atado a la columna, El Descendimiento, Santo Cristo de la Concepción o de Quiñónez, Nuestra Señora de Montserrat ( hoy de San José), San Pablo (hoy de Nuestra Señora del Carmen), Nuestra Señora de las Angustias y una en exterior (fachada) Capilla del Pópulo. La obra principal se termina en pleno siglo XVII.
El primer Abad fue el medinense don Alonso Rodríguez Manjón, de 1.480 a 1.500, el segundo don Juan Ruiz de Medina, de 1.500 a 1.507; el tercero don Alonso García del Rincón, Abad de Alcalá y Obispo de Solóu, de 1.507 a 1.533, fue fundador de la Capellanía del Pópulo y del Balcón-Altar. Fue el Abad comunero y como tal estuvo condenado a muerte, siendo indultado después por el Emperador.
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Antigua puerta de Canónigos antes de su desaparición
(21-01-07 - Javier Solana - La Voz de Medina y Comarca) La puerta de Canónigos de la Colegiata desapareció de la última fase de rehabilitación.
La misma está documentada en los catálogos de García Chico y Sánchez del Barrio.
Que la Colegiata de Medina del Campo es un Bien de Interés Cultural que ha disfrutado a lo largo de la democracia de todo tipo de protección a través de los Planes Especiales del Casco Histórico, es sabido de todos. Y que dicho inmueble sacro ha experimentado las bondades de una impresionante acción rehabilitadora a través del correspondiente Plan Director, también lo es. Pero que algunas de las partes del edificio se han alterado de forma notable, con motivo de la rehabilitación del inmueble, también es incontestable.
Al margen de cualquier criterio técnico sobre rehabilitaciones, la configuración de un edificio, cuya construcción se ha prolongado a lo largo de los siglo, es siempre variada y raro es el monumento que se precie que no comenzó a construirse en Gótico y concluyó en estilo Barroco, por citar sólo un ejemplo ilustrativo.
Lo cierto es que, con más o menos valor, la denominada "Puerta de Canónigos" con la que en una época contó la Colegiata -formando así la forma inequívoca parte de la historia local por el cometido que en su día tuvo- ha desaparecido durante la rehabilitación del inmueble sacro.
De dicha puerta ya no quedan instantáneas a las que haya podido tener acceso este semanario, que sólo ha conseguido, para ilustrar cuanto afirma en este artículo, una pintura de una ciudadana, que evoca, en quienes hayan conocido Medina, la existencia de aquella puerta.
No sucede igual con las notas de los historiadores más prestigiosos que, de forma más o menos prolija, recogieron la existencia fe dicha puerta a lo largo de los años y ésta puede leerse en sus libros.
Por su parte, el Catedrático de Historia del Arte Esteban García Chico cita, en su Catálogo Monumental de Medina del Campo, la existencia de "una puerta de acceso al templo de la Colegiata junto a la sacristía".
Una afirmación que el cronista de la villa y académico de la Historia, Antonio Sánchez del Barrio, recoge también en su catálogo de Medina del Campo, publicado en 2004, en los siguientes términos: "A esta parte del templo, se accede por una pequeña puerta, sobre la cual se levanta un frontón curvo, en cuyo interior se alojaba hasta hace poco un escudo con armas de la colegiata; en el dintel aparece la inscripción + AÑO DE 1742".
Con la desaparición de dicha puerta, algo de fue de la historia de Medina; aunque, a diferencia de lo que acontece con los particulares, la Administración parece tener bula en las licencias de obra a la hora de demoler.
Plaza Mayor de la Hispanidad. Horario de visitas: Diarios 12 h. Sábados 12:00 y 19:00 invierno 20,30 h. verano. Domingos y festivos 9, 11:30, y 18 horas. Monumento Histórico Artístico desde 1.931. Horario de Verano de martires a domingo del 12 de junio al 14 de septiembre de 11:00 a 14:00 horas y de 17:00 a 20:00 horas.
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21-07-08 - Horario de verano para la Iglesia Colegiata de San Antolín.
La
Junta de Castilla y León dentro de su programación
“Abrimos en Verano” pone en marcha la actividad
“Mudéjar al Sur del Duero”. Un programa
que incluye un recorrido por 12 iglesias situadas en las
provincias de Valladolid, Ávila y Salamanca, desde
el 12 de julio hasta el 14 de septiembre.
Entre
estas iglesias se encuentra la Iglesia Colegiata de San
Antolín, situada en Medina del Campo. El horario
de visitas será de martes a domingo de 11 a 14 horas
y de 17 a 20 horas.
Colegiata de San Antolín, Medina del Campo
IGLESIA
“COLEGIATA” DE SAN ANTOLÍN
Iglesia
construida entre los s. XVI y XVIII, sobre la primitiva
parroquia del siglo XII dedicada a San Antolín. Tuvo
rango de Colegiata entre 1480 y 1855.
Las
obras fueron dirigidas por los Gil de Hontañón.
Construcción con características propias del
gótico tardío: planta de tipo salón
de tres naves de similar altura con tres tramos cada una
y espaciosa cabecera rectangular, cubiertas por bóvedas
de crucería estrellada. Cuenta con numerosas capillas,
entre las que destaca la de las Angustias.
Pero
si algo hay que destacar es el retablo mayor, es el conjunto
artístico más importante de la Iglesia, En
este retablo del s. XVI participan numerosos artistas y
sus respectivos talleres entre los que se encuentran: Cornelis
de Holanda y Juan Rodríguez, Isidro Villoldo, Pedro
de Salamanca y otros discípulos de Alonso de Berruguete,
así como Juan Picardo y Leonardo de Carrión.
En
el exterior llama la atención el denominado “Balcón
del Pópulo” desde el cual se oficiaba la misa
los días de feria, así como la torre con el
reloj, los carneros y las figuras de “los maragatos”.
El
día 1 de Septiembre con motivo del inicio de las
Fiestas de San Antolín se coloca la bandera en lo
alto de la torre con el disparo de doce bombas de mortero,
tradición que convoca tanto a medinenses como forasteros
en nuestra gran Plaza Mayor.
Fue prestada para la Exposición “Conservación y Restauración, paso a paso” (Sala de Exposiciones del Teatro Calderón, Valladolid, 7 marzo – 7 abril 2013) la custodia procesional de la Colegiata de San Antolín, (Cristóbal de Vergara, h. 1560) que se halla depositada en nuestro Museo de las Ferias.
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