Me encuentro postrada
en mi lecho, desde él puedo escuchar y sentir las
últimas voces de las ferias de octubre en la gran
plaza de mi querida Medina del Campo.
Me encuentro postrada
en mi lecho, desde él puedo escuchar y sentir las
últimas voces de las ferias de octubre en la gran
plaza de mi querida Medina del Campo.
Apenas puedo articular
palabras, más la claridad no me molesta, pues amaneció
un día lluvioso, triste, muy triste.
He decidido escribir
mi memoria lo que siento en este instante. Me cuesta respirar.
Por instantes el ánimo
se me va, pero quiero hacer un último esfuerzo por
no cerrar los ojos a una vida que se me escapa entre las
manos.
Estoy algo aturdida
y se que si me voy, Castilla llorará. Pero mi partida
no es en vano, más creo que ha llegado la hora ,
mi hora en la que debo partir hacia dónde vinimos.
No se con certeza donde es y aunque sé que siempre
me consideraron defensora de la fe cristiana, ahora me falta
fe para poder decir a dónde voy.
Me entristece no volver
a caminar, a luchar por un reino mejor, pero lo que más
me entristece es no poder estar con mis seres queridos,
con la gente de mi Castilla natal a las que tanto quiero,
pues sé que, aunque hay cosas que no entienden, amo
lo que siempre me enseñaron: la paciencia y la sabiduría
de un pueblo que jamás se cansa de esperar.
Ya no espero más,
necesito levantarme y correr las calles de mi Medina, recorrer
la calle de la Librería, la acera de la Especiería,
la de la Joyería, miraré como traen tapices
de Flandes, intentaré cambiar algún Doble
Excelente y charlaré con esos mercaderes de Castilla,
de Flandes, de tantos rincones de Europa, que enseguida
me pondrán al corriente de lo que sucede en el resto
de estas tierras castellanas.
No puedo levantarme,
abriré los ojos,... ¡No, que obscuridad! Ya
no tiene remedio, no puedo abrir los ojos, pero sí
imaginar que estoy en el corazón de mi Medina , que
hablo con unos y con otros. ¿Porqué no lo
hice antes? El poder me lo impidió. Maldito poder
que me haces guardar las formas, que nublas mi vida y ahora,
que no veo, me enaltece.
No puedo respirar,
tengo frío, siento pasos..., pero no paro de imaginarme
mi vida en otro mundo. Por instantes pierdo la fe, mas vivo,
porque aún sufro y sufro por mi Castilla, por mi
Medina. Me llevarán a Granada, no tengo tiempo de
rectificar, pero me gustaría tanto que me dejasen
en mi Medina. Creo que hice todo lo que pude, pero siempre
pensaré que podía haber hecho algo más,
algo más por las gentes de mis reinos, algo más
por erradicar tanta y tanta pobreza, algo más por
ser más justa, algo más... Siempre se puede
hacer algo más.
Intentaré descansas.
Me siento mal, sin fuerzas, estoy cansada, agotada, todo
ha llegado, el final está cerca. ¡Dios mío,
esto es el fin! Haz que pase de mí este cáliz,
más sobre todo, hágase tu voluntad , pues
humana fui y humana moriré, con mis virtudes y mis
defectos me retiro de este mundo, solo pido que jamás
te olvides de Castilla.
Eran
casi las doce del medio día, cuando de repente, se
rasgó el nublado cielo medinense y rompió
a llover como jamás había llovido en Castilla,
las campanas comenzaron a tañer, la gente se entristeció
y sin dilación en la Plaza
de San Antolín, se
interrumpieron las ferias, los mercaderes comenzaron a recoger
sus mercancías y un Oficial del Concejo proclamó
a Juana reina de Castilla, con el nombre de Juana I.
Isabel
de Castilla, Isabel de Medina. Descanse en paz.
Era
el principio del fin, fue el inicio de un Imperio, la unión
de los reinos peninsulares, la codicia de pocos y el descalabro
de muchos, el espejo donde se miraron generaciones posteriores,
unas con más acierto y otras sin ningún acierto,
la tergiversación de una etapa de la historia que
engrandeció Castilla y que, a partir de ahora, engrandecería
España, para empequeñecer Castilla.
Pero
Castilla siempre fue universal y en el corazón de
Castilla, Medina del Campo, donde Isabel exhaló su
último suspiro, suspiro de un personaje universal,
que amo esta tierra y que a partir de su muerte, como todo
gran personaje de la historia, ha sido alabado en demasía
y vejado hasta la saciedad, por eso, siempre debemos recordar
que lo justo está en el término medio, pues
ahí esta la virtud.
Al
día siguiente de la muerte de Isabel, se inició
el cortejo fúnebrer hasta Granada, cortejo lleno de dificultades, como el propio
reinado de Isabel. Saliendo de Medina del Campo el 27 de
noviembre de 1504, tras haberse celebrado las exequias fúnebres.
Llovía a mares y tras pasar por esos caminos intransitables
y cruzar la villa de su infancia: Arévalo, a continuación,
Ávila y Toledo, donde el cortejo fúnebre paró
dos días, celebrándose un solemne funeral
en San Juan de los Reyes, fundación de la propia
reina Isabel, y Jaén, alcanzaron Granada el 18 de
diciembre de 1504. Fue enterrada, conforme a su deseo en
Granada: (real cédula dictada
en Medina del Campo el 13 de septiembre de 1504, por la
cual se impulsó la construcción de la Capilla
Real en Granada para su sepultura y la de su esposo el rey
Fernando; las obras comenzaron bajo la dirección
de Enrique Egas y fueron transformadas y ejecutadas de forma
definitiva por Diego de Siloé). De esta manera,
y de forma provisional, la reina Isabel fue enterrada en
el convento granadino de San Francisco, siendo trasladado
su cadáver el 10 de noviembre de 1521, junto con
el de su esposo Fernando, quien murió en 1516, por
expreso mandato de su nieto, el rey Carlos I, a la Capilla
Real de la catedral de Granada, donde yace en la actualidad.
Esperemos
y deseemos que el V Centenario del fallecimiento de Isabel
I de Castilla sea el inicio de la toma de conciencia por
parte de todos, del potencial cultural de Medina del Campo,
como base de su desarrollo y progreso. Pues se puede y se
debe ser universal, pero jamás perder lo que nos
define e identifica como pueblo.
26
de noviembre de 1504
Comenzaba
el invierno en el reino de Castilla, las persistentes nieblas
y las lluvias creaban un ambiente húmedo, triste y
gris en la villa de las ferias. En el Palacio
Real de la acera de Potrillo, palacio en el que nacieron
y vivieron reyes castellanos, entraban y salían médicos,
notarios, corregidores y demás miembros de la corte.
La
reina de Castilla estaba agonizando, hacía poco más
de un mes que en el mismo palacio había dejado escrito su testamento.
El 26 de noviembre de 1504, según anuncian las crónicas,
se pregonó a eso de las 12:30 del mediodía a
los medinenses que Isabel había muerto, en ese mismo
instante fue proclamada reina de Castilla su hija Juana.
Los
medinenses que abarrotaban la gran
plaza derramaron muchas lágrimas cuando vieron
aparecer el féretro con los restos de su reina por
el zaguán del viejo
palacio, a hombros de sus leales servidores. Aquellos
restos salían para iniciar el camino hacia Granada,
en la triste y lluviosa mañana del 27 de noviembre
de 1504. 500 años después de esta escena de
la historia, la villa de las ferias vuelve a honrar la figura
histórica que más ha protegido y potenciado
esta ciudad enclavada en plena meseta castellana en la ribera
del Zapardiel.
En este caso el 26 de noviembre de 2004 bajo una mañana
fría y con persistente niebla, Medina del Campo conmemoró
y honró en solitario sin la presencia de políticos
regionales, nacionales y familia real el día
grande el V Centenario de la Muerte
de Isabel la Católica con una jornada cargada de
actividades que comenzó con la presentación
de un sello conmemorativo en el centro cultural.
Un
cuadro del pintor medinense Pepe Moreda con el castillo
de la Mota como protagonista y el retrato de la reina
castellana es el motivo principal que Correos y Telégrafos
ha plasmado en el sello de 2,19 euros con motivo del V centenario de la muerte de Isabel la Católica.
La
presentación oficial del sello estuvo complementada
con la inauguración de una exposición filatélica
en la que se muestran a través de 13 colecciones de
particulares diferentes vertientes del reinado de los reyes
católicos en el mundo de los sellos.
La exposición también tiene una sección
de numismática con 14 vitrinas de monedas de los monarcas
castellanos y del descubrimiento de América.
De
forma paralela a la muestra filatélica, el artista
medinense José Antonio Moreda expone el proceso de
la confección del sello y una colección de serigrafías
de diferentes temas medinenses.
Además
durante toda la jornada de ayer se utilizaron dos matasellos
oficiales, uno de primer día de circulación,
y el especial que ha solicitado la Asociación
Filatélica y Numismática Medinense y que
ha sido realizado por el socio José Carlos González
en el que aparece el retrato de Isabel la Católica
y que ha sido matasellado con tinta roja, un color poco usual
en filatelia.
La
agenda de actos conmemorativos de la mañana se completó
con la inauguración en el primer patio interior del Palacio Real
Testamentario, lugar donde murió la reina y señora
de Medina, de una escultura titulada "El sueño
de Isabel", una obra donada a la villa de las ferias
por el escultor mejicano Carlos Terres.
El
acto al que acudieron numerosos medinense como en el resto
de actos de la mañana estuvo presidido por el alcalde
de Medina del Campo, Crescencio Martín Pascual, y por
el portavoz del PSOE en el ayuntamiento, Alfredo Losada, quienes
fueron los encargados de destapar el velo púrpura que
escondía esta escultura que simboliza una vela de un
barco que pretende la unión entre los dos continentes,
América y Europa con una nueva vida y un mundo mejor.
Aunque el acto relacionado con Latinoamérica se celebró
por la tarde en el Salón de Plenos del Ayuntamiento con la reunión de los alcaldes para el V
centenario, donde se reunieron cerca de 15 alcaldes de
localidades de Castilla y León, Castilla La Mancha,
Andalucía, así como el presidente de la Diputación
de Valladolid, Ramiro Ruiz Medrano, el teniente de alcalde
del ayuntamiento de Granada, y los embajadores de Perú,
Fernando Oliveras, y Filipinas, Joseph Bernardos Medina.
También
estuvieron presentes en el acto representantes de Méjico,
Guatemala, Ecuador, Colombia, Argentina, y los alcaldes de
la mayoría de las localidades de comarca Tierras de
Medina.
El acto consistió en el reconocimiento de la figura
de la reina Isabel I de Castilla como lazo de unión
entre España y Latinoamérica, y la entrega de
medallas a las personalidades asistentes al acto.
Después
de este acto, con la presencia del Arzobispo de Valladolid,
Braulio Rodríguez, se celebró una conferencia
a cargo de Pilar de Arístegui, esposa del ex embajador
de España ante la Santa Sede que habló sobre
Isabel la Católica y la modernidad.
Los
actos conmemorativos del V centenario
de la muerte de Isabel la Católica se cerraron
a pesar de la niebla con la celebración de un espectáculo
pirotécnico en el castillo
de la Mota.
Iván
Lozano/El Día de Valladolid
1
año de actividades del V Centenario de la Muerte de Isabel
la Católica
La
inauguración del Palacio
Real Testamentario como centro
de interpretación el 26 de noviembre de 2003 supuso
el comienzo de un año muy especial para Medina del
Campo. La conmemoración del V
centenario de la muerte de Isabel la Católica,
no sólo ha servido a la Villa de las Ferias para la
celebración de importantes actividades culturales,
como conferencias, congresos, conciertos, y exposiciones,
sino que la ha convertido en destino turístico.
La
actividad que más visitantes ha traído hasta
Medina del Campo a lo largo de la conmemoración ha
sido la exposición
de la Colegiata de San Antolín. El templo medinense
abrió sus puertas el 2 de abril en una muestra comisionada
por el ex director del Museo del Prado, Fernando Checa y que
fue visitada por más de 80.000 personas en los 4 meses
que permaneció abierta.
La
exposición se tituló "Caballería
y devoción en la Castilla de Isabel la Católica" y se pudieron ver piezas únicas del arte religioso,
así como civiles realizadas en las postrimerías
del siglo XV y en el comienzo del XVI, así como documentos
y objetos personales de la soberana castellana, y pretendía
mostrar los aspectos culturales y artísticos más
relevantes del reinado. Otro de los puntos importantes dentro
de la vida isabelina fue el castillo
de la Mota, principal campo de artillería
en la época de los Reyes Católicos, ya que
la villa de las ferias disponía de plaza de artillería
propia, además de acoger la primera fundición
de armamento. "La
artillería de los Reyes Católicos" se pudo presenciar entre los meses de agosto y septiembre
en el patio de caballos y las salas anexas del castillo, y
además de mostrar una selección de piezas de
artillería de la época, se hizo una explicación
de la evolución del armamento.
También el Museo de las Ferias se unió a la conmemoración con la exposición Comercio y Mercado
en los tiempos de los Reyes Católicos donde se
pudo ver la ordenanza de los Reyes Católicos dada en
Medina del Campo el 13 de junio de 1497, por la que se reformaba
el sistema monetario del reino, conocida como la Pragmática
de los Reyes Católicos sobre el valor de las monedas,
así como el doble excelente de los soberanos castellanos,
el primer libro impreso en Medina del Campo en 1511, poco
tiempo después de ser inventada la imprenta, las primeras
letras de cambio que se conocen de 1493, aún inéditas,
obras de escultura de Gil de Siloé, del Maestro de
Cobarruvias, pinturas de Bohemia, de Bramante, Amberes, y
Brujas, grandes centros comerciales del siglo XVI.
Con
la llegada del verano fueron un total de 350 estudiantes de
España e Iberoamérica que componían la ruta Quetzal que
dirige el periodista Miguel de la Cuadra Salcedo los que llegaron
a Medina del Campo, para iniciar
así el camino que hicieron los miembros de la corte
con el cuerpo de Isabel la Católica desde la villa
de las ferias hasta Granada.
Los
estudiantes acamparon una noche frente al castillo
de la Mota para partir al día siguiente hacia Arévalo
camino del monasterio de san Francisco de Granada.
La explanada del Castillo de la Mota.htm también sirvió
como escenario de la presentación de la obra encargada
por la Junta de Castilla y León al grupo Azar Teatro, "Los Lugares de Isabel".
La
conmemoración del V Centenario
de la muerte de Isabel I ha servido además para
la rehabilitación de edificios tan emblemáticos
para Medina del campo como la Colegiata
de San Antolín, que ayer abrió sus puertas
tras 10 años cerrada al culto, o la finalización
del 90% del plan director de restauración del Castillo
de la Mota, el monumento más visitado de la villa
con la creación de un centro de recepción de
visitas, o el propio Palacio
Real Testamentario que se ha convertido en un centro de
interpretación de la figura de la reina. A
estos recursos se han unido la creación de nuevos espacios
para la cultura en Medina del Campo como es el caso del Auditorio
Municipal sede de las semanas
de Cine y Música o el Centro Cultural que es el lugar de encuentro de las asociaciones de la villa.
Iván
Lozano/El Día de Valladolid
27-11-04
- Medina rinde homenaje a la Reina de Castilla en el día
del V Centenario de su muerte
La ausencia de autoridades provinciales, regionales y nacionales
ensombrece los actos centrales de la celebración
REBECA CID/MEDINA
DEL CAMPO
Cientos
de medinenses salieron ayer a la calle para participar y disfrutar
de los
actos del V Centenario de la muerte
de Isabel la Católica y rendir un homenaje póstumo
a la que consideran 'su' reina. Tal día como ayer hace
quinientos años, la monarca moría en el Palacio
Real Testamentario de Medina, un lugar que centralizó
los actos conmemorativos y que estuvo desbordado de visitantes
durante toda la jornada. Pese a que el público invadió
también la Plaza
Mayor de la Hispanidad, fueron pocas las autoridades provinciales,
regionales y nacionales que acudieron a la efeméride.
Solo se dejaron ver el director de Instituciones Culturales,
Alberto Gutiérrez, representando a la Junta de Castilla
y León, y el presidente de la Diputación, Ramiro
Ruiz Medrano, que acudió a los actos vespertinos.
La
jornada dio comienzo a las 10.45 horas, con la presentación
oficial, en el Centro Cultural Integrado, del sello conmemorativo
del V Centenario creado por
el medinense José Antonio Moreda. El acto estuvo presidido
por el jefe de la Delegación Provincial de Correos,
José Tola.
A
continuación, la comitiva, encabezada por el alcalde
de la localidad, Crescencio Martín Pascual, y los concejales,
se dirigió al Palacio
Real Testamentario para inaugurar la escultura 'El
sueño de Isabel', donada por el mexicano Carlos
Terrés, que permanecerá instalada en el patio
delantero del Palacio. El arzobispo de Valladolid, Braulio
Rodríguez, fue el encargado de oficiar después
la misa de acción de gracias en la iglesia Colegiata
de San Antolín, repleta de feligreses.
A
las 12.30 horas las campanas de las parroquias, iglesias,
conventos y ermitas de la villa y de todas las ciudades isabelinas
tañeron al unísono, pero una, la más
importante, faltó a su cita. La Colegiata de Medina retrasó una hora el repicar por decisión
del Consejo Parroquial, que acordó que sonaran una
vez concluida la misa.
Caída
accidental
El Palacio Real
Testamentario acogía simultáneamente una
dramatización de la muerte de la Reina, tras la que
los actores iniciaron el cortejo fúnebre. La representación
fue algo accidentada, ya que los encargados de portar a la
Reina sufrieron un percance al dejar caer la camilla en la
que yacía. El pequeño accidente no tuvo mayores
consecuencias, pero el cortejo acabó reduciendo su
recorrido y se dirigió directamente hacia la Colegiata para evitar rodear la Plaza
Mayor de la Hispanidad. Durante el breve recorrido, los
medinenses se arremolinaron alrededor de los actores con la
intención de inmortalizar el momento en instantáneas.
Tras
el concierto de órgano a cargo de Antonio Baciero,
las autoridades y representantes de las diversas asociaciones
de la villa almorzaron en el Castillo
de la Mota y, ya por la tarde, los actos continuaron en
el salón de plenos del Ayuntamiento con el Encuentro de Alcaldes para el V
Centenario y la entrega de medallas.
Un
espectáculo pirotécnico en el Castillo
de la Mota, deslucido por la intensa niebla, puso el punto
y final a la celebración.
La
cara menos amable de la jornada había tenido lugar
durante la madrugada. A las 2.00 horas, un grupo de medineses
cubrieron la escultura de Isabel la Católica de Santiago
de Santiago con un sábana ensangrentada. El motivo:
su disconformidad con la utilización de la figura de
la Reina como cebo para fomentar el turismo en la villa.
Una
causa que 'camina'
La efeméride de la muerte de La Católica revitaliza
su proceso de beatificación, en marcha desde 1957
Cuando
se cumplen quinientos años de la muerte de la Reina
Isabel de Castilla, más conocida como La Católica,
los intentos de elevarla a los altares continúan igual
que en 1991. Sin embargo, el cardenal Saravia Martins, prefecto
de la Congregación para las Causas de los Santos, asegura
que la de La Católica «'non è fermata,
cammina' (No está parada, camina)». La voluntad
del Arzobispado de Valladolid es reactivar el proceso con
los actos del Centenario como telón de fondo.
La
fama de santidad de la Reina comienza durante su reinado.
Colón aseguraba entonces que la vida de Isabel de Castilla
«fue siempre católica y santa», mientras
que su esposo, El Católico, destacaba que «murió
tan santa y católicamente como vivió».
La
primera vez que se plantea su canonización fue en 1823,
cuando Modesto Lafuente, historiador y teólogo refleja
en su 'Historia General de España' que no comprende
«cómo no está esta Reina en la nómina
de los escogidos», pero los primeros pasos efectivos
se dieron con motivo del IV Centenario de su muerte. Zacarías
Martínez sugirió entonces en su homilía
de Medina del Campo la canonización, hecho del que
se hicieron eco la Real Academia de la Historia y el rector
de la Universidad de Madrid, Pío Zabala.
Más
adelante, en 1924, el Cardenal Casanova de Granada inicia
investigaciones y se pone en contacto con el arzobispo Gandásegui,
de Valladolid. A partir de aquí se celebraron distintos
congresos en los que se acuerdan los primeros trámites.
Tras
el paréntesis de la Guerra Civil, la causa se revitaliza
en 1956 cuando Berta Richer, joven maestra argentina, escribe
al presidente de su país y al Papa Pío XII pidiendo
la canonización «como un deber de justicia».
El Papa remitió la petición al arzobispo de
Valladolid, quien en 1957 consulta en Roma el inicio de la
causa, para lo que se crea una comisión de investigación.
El proceso diocesano comienza en Valladolid en 1971, y un
año después se entregan en Roma los 27 tomos
de documentos, producto de catorce años de investigación,
para el inicio de la etapa apostólica.
La
enfermedad del canónigo de la Catedral de Valladolid,
Vicente Rodríguez, provocó la parada del proceso
hasta su muerte, en 1986. Fue una circunstancia fatal para
la canonización, pero «nadie quería
meterse en los papeles de don Vicente», asegura
el vicario general de Valladolid, Vicente Vara. A partir de
ese año, el Arzobispado retoma la canonización,
y en 1990 presentan en el Vaticano la 'positio', o
resumen de los 27 tomos. En noviembre de 1990 Roma aprueba
este documento. A partir de aquí, el proceso se detiene. «La Causa no está rechazada ni parada, solo
ralentizada», manifiesta Vara, «aunque
no nos dicen el motivo».
En
la beatificación, paso previo a la canonización,
además de los atributos de caridad y virtudes de heroísmo,
se requiere normalmente -no necesariamente- un milagro. En
el caso de la Reina, el vicario afirma «que hay algo
referente a los milagros, pero ahora conviene ser discretos».
Lo
que sí está claro, en palabras de Vara, es que «no se encuentra un solo acto suyo, público
o privado, que no esté inspirado en criterios cristianos».
Lo que existe «es mucho desconocimiento», destaca,
y «aún priman los tópicos de 'leyenda
negra' que se han ido repitiendo sin discernir. Se juzga con
criterios del siglo XXI hechos del XV».
Esa
leyenda parece ser una de las causas de la ralentización
del proceso. La Inquisición y la expulsión de
los judíos son los motivos que parecen hacer callar
al Vaticano.
La
conmemoración del V centenario de la muerte de Isabel I
concluye en Medina con campanas y un cortejo fúnebre
MEDINA
DEL CAMPO (VALLADOLID), 27 (EUROPA PRESS TELEVISIÓN)
Los actos de conmemoración del V centenario de la muerte de la reina Isabel I de Castilla,
Isabel la Católica, se cerraron en la localidad vallisoletana
de Medina del Campo con un repique de campanas y con la representación
del cortejo fúnebre de la monarca en el día
de su fallecimiento hace 500 años.
La
jornada comenzó con la presentación oficial
del sello conmemorativo
del V Centenario y la posterior inauguración de
la muestra filatélica, aunque uno de los momentos más
importantes de la jornada llegó con la inauguración
de la escultura "El Sueño de Isabel",
que desde hoy acoge el Palacio
Real Testamentario.
La
eucaristía de acción de gracias, oficiada por
el arzobispo de Valladolid, Braulio Rodríguez, así
como el posterior repique de campanas en Medina y en todas
las ciudades y pueblos isabelinos de España dio paso,
posteriormente, a la representación del "accidentado" cortejo fúnebre de la Reina, en el que el cuerpo
de la monarca, representado por una actriz, cayó del
lugar donde era trasladado.
"LOS
PREJUICIOS SON PRODUCTO DE LA IGNORANCIA" Según
explicó el director del Museo
de las Ferias de Medina, Antonio
Sánchez del Barrio, los actos del V
centenario de la muerte de Isabel la Católica han
puesto de manifiesto que la reina es una "gran desconocida" y, en muchos casos, su figura está envuelta en "muchos
prejuicios" que, en su opinión, son producto
de la ignorancia.
"El
reinado de Isabel la Católica supone el nacimiento
de las bases del Estado moderno en todos sus aspectos, no
sólo en los políticos y sociales sino también
desde el punto de vista cultural, de las relaciones de la
Europa del momento, especialmente del Mediterráneo,
y del descubrimiento de un nuevo mundo", explicó Sánchez, quien
destacó que su reinado fue también el de la
entrada paulatina del Renacimiento y el Humanismo en España.
A
su juicio, esta tendencia comienza a manifestarse al final
del reinado de los Reyes Católicos y se dio "plenamente" en los reinados del emperador Carlos V y, posteriormente,
de Felipe II, "pero la entrada de los libros impresos
y de la unidad monetaria son hitos que marcan un periodo larguísimo,
que perduran durante mucho tiempo y que se consiguen durante
ese reinado".
En
aquella época, Medina del Campo era el centro ferial
del reino, el lugar donde confluían todos los intercambios
a escala europea gracias a sus célebres ferias de los
siglos XV y XVI, pero según explicó el director
del Museo de las Ferias, en este marco
se efectuaban los pagos con letras de cambio o con otros instrumentos
mercantiles que supusieron la entrada del reino en el engranaje
de todo el sistema comercial europeo.
"En
la plaza de Medina se daban cita estos encuentros feriales
y constituían uno de los pilares básicos de
la economía del reinado y del Estado moderno",
concluyó el experto.
ORGANIZACIÓN
ESTATAL "MENOS BRILLANTE" Por su parte
el arzobispo de Valladolid, Braulio Rodríguez, destacó
la labor llevada a cabo durante el año por instituciones
como la Junta, la Universidad y el propio Arzobispado, que
forma parte de la Comisión, que a su juicio se lo han
tomado "muy en serio", aunque puso de manifiesto
que a nivel estatal no ha tenido el relieve que tuvieron los
centenarios de Felipe II y Carlos V "y no sé
por qué, ya que no se explican esos otros reyes sin
esta mujer grande".
Rodríguez
aseguró que no se explica las razones de la falta de
interés aunque matizó que la organización
estatal ha sido "menos brillante" que en
otras ocasiones, ante lo que destacó que desconoce
si su figura merece la pena "pero nosotros la queremos".
"Es
posible que no se haya disuelto todavía esa especie
de leyenda negra que se tiene sobre la reina y que no tiene
nada que ver con su figura", apuntó el arzobispo
de Valladolid, quien señaló que para Castilla
la monarca fue "una bendición".
"La
reina es un símbolo de la unidad de España y
de cómo ella, desde la unidad, atiende a las diversidades",
apuntó Rodríguez, quien recordó que la
iglesia de Valladolid pide su canonización y que tan
sólo faltarían otras dos reuniones de teólogos
y de expertos hasta que la Santa Sede tome la decisión.
Según
explicó, el proceso está a la espera de las
reuniones después de que los expertos historiadores
hayan dado su visto bueno "con buena nota" en sus encuentros, "que es donde se dilucidan esos
problemas que a veces se piensa que impiden la canonización,
como la expulsión de los judíos o la Inquisición,
que fue creada por su hermanastro Enrique IV".
Isabel
la Católica y Juana la Loca, protagonistas en 'Mujeres
en la historia'
La
reina Isabel la Católica y su hija Juana la Loca protagonizarán
sendos especiales de la serie documental de La 2 Mujeres
en la historia, que este domingo inicia su cuarta
etapa.
El
delegado de contenidos de la Dirección de Programas
Culturales de TVE, Francisco Climent, explicó que la
cadena ha decidido estrenar cada cierto tiempo un máximo
de cinco capítulos de la serie, que tiene
gran arraigo popular, para no agotarla
La
primera entrega llevará el título Isabel
la Católica, nacida para ser reina, de la
que este viernes se cumplió el 500 aniversario de su
muerte. El domingo, día 5, será emitido el capítulo Juana I de Castilla, condenada a la locura.
Según
la directora de los dos especiales de Mujeres en
la historia, María Teresa Álvarez,
en cada capítulo como periodistas y mujer,
no como historiadora, me fijo en los detalles y cosas que
no se fijaría otra persona. Alvarez explicó
que cada entrega está dedicada exclusivamente a mujeres
valientes y que luchan.
Para
realizar la serie, esta periodista asturiana ha contado con
un equipo de cinco personas y la colaboración de, entre
otros, los historiadores Julio Valdeón, Alfredo Alvar
o Cristina Segura.
Llamadas
a no reinar
Los
dos especiales de la temporada retrata a dos reinas que
no estaban llamadas a reinar. A diferencia de Isabel, Juana
la Loca no fue educada para ser reina y no quería reinar,
explicó la directora. El marido de Juana, el archiduque
Felipe de Austria, hijo de Maximiliano I y de Maria de Borgoña,
después su padre Fernando el Católico y más
tarde su hijo, Carlos I de España y V de Alemania,
se encargaron de alejarla del poder.
En
el capítulo de Isabel la Católica, además,
se abordará el tema de la beatificación de la
reina, según adelantó la directora.
Para
recrear la vida de ambas mujeres, TVE ha contado con una escueta
dramatización, representado a las figuras de Isabel
y Juana en los escenarios donde se desarrolló parte
de su vida, el Castillo
de la Mota, el Alcázar
de Segovia, la Alambra de Granada, Arévalo, Medina
del Campo, Burgos, Valladolid y Madrigal
de las Altas Torres, en España, además de diversas
localizaciones en los Países Bajos.
Críticas
de la Iglesia al «escaso relieve estatal» de la conmemoración
El
arzobispo de Valladolid, Braulio Rodríguez, ha criticado
el «escaso relieve estatal» de la
conmemoración del quinto
centenario del fallecimiento de Isabel la Católica,
que fue recordado ayer en Medina del Campo, donde murió
la Reina, con la recreación de su cortejo fúnebre
(en la imagen). Monseñor Rodríguez subrayó
que «otros centenarios como los de Carlos V y
Felipe II, no sé la razón, han tenido más
relieve que el de Isabel la Católica, cuando esos reyes
no se explican sin esta gran mujer»
Ve
la luz una carta inédita de Boabdil, testimonio de la caída
del Reino Nazarí
¿Cómo era el Reino Nazarí? ¿Por qué
cayó Granada y qué fue de Boabdil, de su corte y
de su pueblo? Una muestra reúne en esta ciudad 150 respuestas
TULIO DEMICHELI/
GRANADA.
En vísperas del Descubrimiento de América, los
Reyes Católicos sometieron por las armas al último
reino moro de la Península, capítulo fundacional
de la historia de España como nación moderna.
Ayer, el alcalde de Granada, José Torres Hurtado; la
consejera de Cultura de la Junta, Rosario Torres, y el presidente
de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC),
José García Velasco, inauguraron la exposición «Los Reyes Católicos y Granada»,
que ha sido realizada por la SECC con el patrocinio de la
Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Granada y su
Universidad, Unicaja y CajaSur, y con la que se pone broche
de oro a los actos conmemorativos del V
Centenario de la muerte de Isabel la Católica.
El
comisario, Alberto Bartolomé Arraiza, director del
Museo Nacional de Artes Decorativas, ha reunido en el Hospital
Real 150 piezas de gran valor artístico y documental.
Agrupadas en cinco apartados («La Monarquía
de Isabel y Fernando», «El Reino Nazarí», «La guerra de Granada», «El ideal
de Cruzada» y «La renovación de
las artes»), configuran el paisaje ideológico,
político, social, artístico y religioso de la
época.
Retratos
de los contendientes
Los
dos primeros apartados retratan a los contendientes (desde
los Reyes Isabel, Fernando y Boabdil, sus noblezas y ejércitos,
hasta sus súbditos, pasando por la Iglesia) y en ellos
pueden contemplarse los mejores retratos de Isabel de Castilla
(Juan de Flandes) y Fernando de Aragón (anónimo
de la Escuela Flamenca), piezas de orfebrería, documentos
y libros, como el «Breviario miniado de Isabel la
Católica» del Escorial. Por parte mora, la
Puerta del Generalife, capiteles, zócalos, cerámicas
y celosías nazaríes (como la de la sala de las
Camas del Baño de Comares), vestimentas y objetos de
Boabdil, su corte y su pueblo.
En
el tercer y cuarto apartados se dispone ante los visitantes
el mapa político, religioso y social del enfrentamiento
que concluyó con la rendición de Boabdil y la
posterior expulsión de los moros de España.
Mapas, armas y cuadros históricos ilustran las operaciones
militares. En cuanto a la devoción religiosa, a su
análisis se dedican cuatro secciones. La primera, dedicada
a «Los santos guerreros»: San Jorge, Santiago
y San Miguel, que son sus iconos mayores; «La cruzada
interior y las minorías religiosas» analiza
el contexto nacional, mientras que la tercera explica el internacional: «De Granada a Jerusalén: la lucha contra los
turcos». Y, por último, la que titula este
apartado completo desentraña el papel que desempeñó
la Iglesia en la toma de Granada.
Entre
la documentación exhibida cabe destacar cinco documentos
inéditos, uno de ellos firmado por Boabdil, que dan
testimonio de la caída del Reino Nazarí y de
sus consecuencias. Se trata de una carta del rey moro, un
privilegio de los católicos que confirma algunos puntos
de la capitulación de Boabdil, un registro de embarque
de judíos, un acuerdo entre las autoridades cristianas
y el alfaquí de los musulmanes granadinos y una cédula
real al gobernador de las Alpujarras.
«La
renovación de las artes» cierra el recorrido
ilustrando el esplendor artístico de aquel tiempo.
Entre las obras expuestas destacan «La Santa Faz»,
de Juan de Flandes y «La Misa de San Gregorio»,
de Berruguete.
Silencio
con eco
Especial
recuerdo en la Medina que la vio morir y campanas tañendo
alviento. Así celebró ayer la Comunidad el V
centenario de la muerte de Isabel de Castilla, que ha
sido adornado con magnas exposiciones con recorrido por buena
parte del territorio nacional. Y sin embargo, pervive la sensación
de sonoro silencio institucional, apuntado ayer por el arzobispo
de Valladolid, Braulio Rodríguez, de una de las figuras
históricas más relevantes de nuestra Historia.
Para ser más justos, la institución con menos
memoria ha sido el Gobierno de la Nación. El actual
y el anterior. Suum cuique.
V
CENTENARIO DE ISABEL LA CATOLICA / LOS ACTOS OFICIALES Medina
recrea la muerte de Isabel la Católica
J.
SOLANA
MEDINA
DEL CAMPO - Mientras un buen número de medinenses examinaba
ayer en el Museo de las Ferias los
bocetos que Eduardo Rosales dibujó de forma previa
a la confección de su cuadro «El
Testamento de Isabel la Católica», otros
ciudadanos optaron por acercarse al Centro
Interpretativo, en el que un grupo de actores dio vida
a los personajes del lienzo cumbre del insigne artista.
En
el propio cuarto del Palacio
Testamentario en el que hace 500 años falleció
Isabel la Católica, el colectivo de «Aquipallá
Teatro» dio ayer vida al cuadro de Rosales, prestando
sus cuerpos a los personajes que figuran en el mismo, con
una sesión previa e interminable de maquillaje. El
resultado fue tal que un buen número de concurrentes
al acto, que nada habían visto de los preparativos,
llegaron a creer, ante la quietud de los actores, que el Ayuntamiento había adquirido unas figuras de cera para completar
la escena de la muerte de la reina, que en lo que afecta a
mobiliario, realizado a imagen y semejanza del del cuadro
de Rosales, configura una de las salas del medinense Centro
de Interpretación de Isabel la Católica.
Tras
más de una hora de quietud absoluta, como si hubieran
recibido el soplo divino de la vida, las «figuras
de cera» tomaron movimiento para iniciar un cortejo
fúnebre que, tras discurrir por los pasillos del Palacio,
se presentó en su zaguán de entrada, pasando
ante la mirada inalterable de la escultura «El sueño
de Isabel», obra del artista mejicano Carlos Terrés.
Tras
salir a la Plaza
de la Hispanidad, el cortejo inició un lento desfile
hacia la Colegiata
de San Antolín, para volver de nuevo al Testamentario,
registrando en el inicio del recorrido una accidentada zozobra
del catafalco, de la que se derivó la de caída
de «la propia reina». Eso sí, la
profesionalidad de la actriz que reencarnó a Isabel
I hizo que la misma no se inmutase, permaneciendo inerte en
su sonora caída.
De
forma previa a esta escenificación, Medina vivió
el conjunto de actos preparados para conmemorar el V
Centenario, consistentes en la presentación oficial
de un sello conmemorativo
del evento, la inauguración de la escultura de
Terrés y una eucaristía de acción de
gracias, que ofició el arzobispo de la Diócesis,
Braulio Rodríguez Plaza, cantó el grupo «Alfonso
X el Sabio» y despidió, con música
de órgano, un concierto de época, a cargo de
Antonio Baciero.
En
declaraciones previas, Braulio Rodríguez, criticó
el escaso relieve de la conmemoración «a nivel
estatal» del quinto centenario
del fallecimiento de Isabel la Católica. «En
Valladolid, tanto el Arzobispado como la Junta, la Universidad
y el resto de instituciones nos lo hemos tomado muy en serio,
pero a nivel estatal no ha tenido mucho relieve».
Recordó que «otros centenarios como los de
Carlos V y Felipe II, no sé la razón, han tenido
más relieve que el de Isabel la Católica, cuando
esos reyes no se explican sin esta mujer grande».
Mas,
como «las desgracias nunca vienen solas»,
las campanas de las iglesias de Medina, contra lo anunciado,
no tañeron por Isabel. Las razones, pendientes de explicar,
podrían ser imputables a un problema de organización
o a la propia legislación Vaticana.
Una
comida protocolaria en el Castillo
de la Mota, a la que no asistieron ni el alcalde de Medina,
Crescencio Martín Pascual, ni el arzobispo, que optó,
según el Vicario General, Félix López,
por «almorzar con las monjitas», permitió
a los asistentes degustar el «manjar blanco» y los escabeches tan amados por la católica reina.
La
conferencia de la ex embajadora consorte ante el Vaticano,
Pilar Arístegui; el encuentro de Alcaldes del V
Centenario y una sesión de fuegos de artificio
en «La Mota» pusieron fin a los actos.
Exposición
sobre Isabel la Católica
Una
exposición en el Hospital Real de Granada y diferentes
actos en la localidad vallisoletana de Medina
del Campo, entre ellos una recreación del cortejo
fúnebre de Isabel la Católica, recordaron ayer
la conmemoración del V centenario
de la muerte de la Reina que inspiró el Estado moderno
en España. Fue una adelantada de su tiempo y gobernante
lúcida./EFE
Culminan
los actos memorativos de la muerte de Isabel la Católica EFE
/ MEDINA
DEL CAMPO
La
comunidad de pueblos hispánicos cumple quinientos años
de existencia desde la muerte en la villa de Medina
del Campo, ayer hace medio milenio, de su principal promotora,
la reina Isabel la Católica (1451-1504), aniversario
que fue recordado con diversas actividades.
Modelo
de regente, espíritu humanista, sentido de la equidad
y de la justicia, inspiradora del Estado moderno en España,
adelantada de su tiempo y gobernante lúcida y vigorosa,
son algunas de las consideraciones que acerca de su persona
vertieron autoridades y especialistas asistentes en la villa
a los actos de exaltación.
Con
la exaltación del óbito de Isabel de Castilla,
ayer en Medina del Campo, culminan oficialmente los actos conmemorativos
del quinto centenario de su muerte celebrados a lo largo de 2004.
Isabel
la Católica y los puertos del Cantábrico
FRANCISCO IGNACIO DE CÁCERES/
El
quinto centenario de la muerte de Isabel la Católica
(Medina del Campo, 26 de Noviembre
de 1504) merece algo más que un artículo:
libros, exposiciones y una serie televisiva parecen obligados,
pero un atronador silencio nos hace preguntarnos por qué
este vacío conmemorativo. Sabemos que los judíos
no perdonan la expulsión de España de sus antepasados,
ni los musulmanes la de los moriscos. En ambos casos no se trató
de una 'limpieza étnica', sino religiosa, por
la unidad de fe, que entonces equivalía a lo que ahora
es la democracia como base política imprescindible para
la libertad y la justicia. Esta fue considerada como el supremo
bien por los Reyes Católicos, paralela a la unidad territorial
lograda con la unión de los dos reinos y la reconquista
del reino de Granada, que luego completó Don Fernando
con la incorporación del Reino de Navarra. Para explicar
este vacío de nuestra memoria histórica hay que
recordar antes los puntos principales de aquel excepcional reinado.
La
unidad nacional fue seguida por una política internacional
de altos vuelos, de la que forman parte las guerras de Italia,
la defensa contra los avances del Imperio Otomano y contra los
continuos asaltos de los corsarios berberiscos, los islamistas
de la época, a las costas mediterráneas de España
e Italia, desembarcando fuerzas españolas en sus puertos
del Norte de Africa. Por otra parte, los enlaces matrimoniales
de su hijo y sus cuatro hijas -con el Sacro Imperio, con
Portugal y con Inglaterra cuya alianza sabiamente preferían
a la francesa- y, sobre todo, el trascendental descubrimiento
de las Indias Occidentales señalaron el acceso de España
al nivel de gran potencia mundial.
Una
personalidad y una obra como la de Isabel -alabada por autoridades
tan distintas como el gran historiador liberal del XIX Modesto
Lafuente, su colega americano Prescott, el presidente Eisenhower,
el papa Juan Pablo II y, recientemente, el cardenal Rouco, que
ensalzaba en una conferencia pronunciada en Roma, donde está
incoado su proceso de beatificación, «la extraordinaria
y sobresaliente estatura moral y ética de una gran reina»- es bandera de contradicción, y más aún
ahora mismo. ¿Por qué este silencio? Porque, en
muchos aspectos, se está haciendo exactamente lo contrario
de lo que ella y Fernando el Católico, el mayor estadista
de nuestra historia, propugnaban.
Si
se trata de política interior, frente a su empeño
unificador -que ellos nunca forzaron, puesto que respetaron
la particularidades de ambos reinos- se escuchan ahora alarmantes
crujidos separatistas. Al mismo tiempo, la presencia de crecientes
grupos islámicos plantean amenazas muy reales, como hemos
comprobado dolorosamente con los atentados del 11-M. La anterioridad
de sus preparativos demuestra que no se trataba de la venganza
por la participación en la guerra de España en
Irak, sino un terrible golpe para desestabilizar políticamente
a España, mientras la desacralización, que no
es de ahora, está convirtiéndose en un asalto
general a la Iglesia por parte de minorías bien dirigidas
y coordinadas, con amplio respaldo de los medios afines.
Si
se trata de política exterior, el jaque al vínculo
trasatlántico, las reiteradas ofensas a los Estados Unidos
y los graves errores en las relaciones con el Hemisferio americano,
por una parte, y por otra con el mundo árabe, nos dejan
pensativos ¿Son producto de la ignorancia y la torpeza
de sus responsables o responden a una calculada estrategia revolucionaria,
elogiada por el ex golpista presidente venezolano durante su
reciente estancia en Madrid? Todo ello es, insistimos, la foto
en negativo de aquella gran política de largo empeño
y altura de miras de la que la Historia destaca, por su magnitud
y trascendencia humana y cultural, el dominio y la administración
de las Indias, desde California a las Filipinas.
Isabel,
unificadora de España, junto con Fernando, creadores
ambos -«Yo el Rey, Yo la Reyna», la famosa
firma conjunta que vale por todo un programa- del primer Estado
moderno renacentista. Impulsora de las artes -el bellísimo
'estilo Isabel', floración última del gótico
en España- de las letras y las ciencias, fue la creadora
con Cisneros de la Universidad Complutense. Llamada con justicia 'madre de América' fue promotora del Descubrimiento
que cambió para siempre la historia humana, y fue tenaz
eficaz defensora, más allá del talante y de los
gestos, de los indios americanos. Sólo su economía
es criticable, considerando las bancarrotas que vinieron después,
durante los reinados de los 'Austrias mayores', Carlos
I y Felipe II, y no digamos de los menores.
Dicha
economía se basaba sobre el mercantilismo o capitalismo
de Estado, que a su vez fue consecuencia lógica de la
monarquía autoritaria, vencedora de la anterior anarquía
nobiliaria. El mercantilismo se basaba en la creencia de la
necesidad de atesorar oro y plata para mejor respaldar la nueva
moneda. Esta fue el 'excelente' de oro o 'ducado' -así llamado por imitar la moneda veneciana de este nombre,
el 'dólar' de su época- y, en plata, el
doblón o 'dobla de a ocho' cuya triunfal carrera llegó
hasta el siglo XIX como moneda de curso legal, junto al dólar,
en los Estados Unidos.
Sin
embargo, los enormes gastos del nuevo Estado unitario obligaron
a hacerles frente con urgencia, aumentando los gastos financieros
que beneficiaban, ante todo, a los banqueros genoveses de Sevilla,
la mayor ciudad de España. El dinero huía.
En
un país despoblado (9.000.000) y naturalmente pobre,
como era España, faltaba el espíritu de empresa,
así como los capitales necesarios para crearla, mientras
las rentas del Reino se repartían, sobre todo, entre
la Corona, la nobleza -sobre todo los grandes- y la Iglesia.
Las
industrias principales eran los hierros del Norte y los paños
de la Castilla central: Segovia sobre todo, pero también Soria, Avila y Toledo. La industria
pañera utilizaba la espléndida lana de las ovejas
merinas de los rebaños de la Mesta, pero a finales del
XV, la lana -que ya se exportaba desde siglo XIII hacia Flandes
y el Norte de Francia- se convirtió en un remedio
urgente para allegar dinero cuando la implantación de
la Inquisición hizo huir de España los cuantiosos
capitales de los judíos conversos, seguidos por los de
los expulsados en 1492. Así como el oro de los cátaros
o albigenses, que huían del Sur de Francia, -ante la
cruzada decretada contra ellos y ejecutada con salvaje brutalidad
por Simón de Monfort- enriqueció a Barcelona en
el siglo XIII, en el siglo XV la expulsión de los judíos
empobreció a España. Quedaban la lana y el hierro.
Los
puertos del Cantábrico, los vascos y los de las Cuatro
Villas: Castro Urdiales, Laredo, Santander y San Vicente, vivían
de la pesca y de este tráfico lanero que embarcaban naos
de alto bordo -parecidas al más ilustre barco de la
Historia: la "Santa María"- y luego en
carracas y galeones, hacia la Europa del Norte. El Santander
del tan reproducido grabado de Hofnagel, en la obra de Braun 'Civitates Orbis Terrarum', es la villa marinera que
creció, como las otras, con la pesca, la construcción
naval y el tráfico de la lana. Llegada en carretas por
los difíciles accesos a la Meseta, (nuestra histórica
carencia) y guardada en almacenes al resguardo del Castillo
y de la vecina Abadía, esperaba su embarque en las naves
que atracaban en el Muelle Anaos, el largo espigón que
las resguardaba de las suradas, al Este del actual Hotel Bahía.
La
política europeísta de los Reyes Católicos
aumentó también el tráfico marítimo
del Cantábrico con frecuentes viajes de Estado y las
idas y venidas de infantes e infantas con motivo de las bodas
reales. Grandes armadas -había que protegerse del
posible abordaje de una flota enemiga para pedir un cuantioso
rescate- se concentraban en las bahías de Santander o
de Laredo-Santoña-Colindres para iniciar un arriesgado
viaje, imposible por tierra, a causa de la hostilidad de Francia.
Temporales terribles en el Golfo de Vizcaya o en la Mancha acechaban
a los regios convoyes; y, si era en invierno, los hielos atenazaban
a la flota en los puertos de Flandes.
La
pericia y el valor de los marinos del Cantábrico les
dieron fama en el Atlántico, destacando el santoñés
Juan de la Cosa, cartógrafo y piloto de los siete primeros
viajes a las Indias, reinando Isabel y Fernando en la España
unificada.
28-11-04
- Aparecen pintadas en dos esculturas de Isabel la Católica
en Medina del Campo
Los actos vandálicos ocurrieron en la madrugada del sábado,
tras finalizar los actos del V Centenario de su muerte
REBECA CID/MEDINA DEL CAMPO
La
escultura de Isabel la Católica realizada por Santiago
de Santiago y el busto
de la reina situado en la plaza de Don Federico de Medina del
Campo aparecieron en la madrugada de ayer con múltiples
pintadas realizadas por uno o varios individuos sin identificar.
La
Policía Local de la villa recibió el aviso de
los hechos sobre las 6.00 de la mañana del sábado,
acudiendo rápidamente a cuantificar los daños
causados en las dos esculturas. A los pocos minutos avisaron
a los responsables del Ayuntamiento que dieron la orden de limpiar
las pintadas a varios operarios del Consistorio. A las 10 de
la mañana los trabajadores habían conseguido limpiar
la escultura de Santiago de Santiago, situada en la plaza
Mayor de la Hispanidad, para continuar posteriormente con
la limpieza del busto de la Reina, trasladado hace unos días
a la plaza de Don Federico desde la calle Bravo.
Según
el concejal de Administración General, Fidel Lambás,
las pintadas que aparecían en ambas esculturas reflejaban
mensajes y signos xenófobos además de insultos
a la figura de la reina. Para Lambás estos actos son
propios de gamberros que no tienen ningún respeto por
nada ni nadie.
Estos
actos vandálicos contra la figura de Isabel la Católica
y que han coincidido con los actos del V Centenario de su muerte,
comenzaron en la madrugada del viernes cuando otros individuos
colocaron una sábana ensangrentada sobre la escultura
situada en la Plaza
Mayor. En esta ocasión no se causó ningún
daño material, ya que únicamente fue necesario
retirar la sábana en cuestión.
Lambás
asegura que se intentará extremar la vigilancia en los
próximos días en las zonas donde se encuentran
las dos esculturas, aunque reconoce que estos hechos son aislados
y espera que se acaben una vez finalice el auge del Centenario.
Varios ciudadanos medinenses, que ayer por la mañana
se encontraron con las pintadas, no entendían por qué
hace falta estropear los monumentos para expresar una opinión.
Durante los dos últimos fines de semana se han repetido
actos vandálicos contra el mobiliario urbano del centro
de la localidad medinense. Estos individuos se ensañan
con las jardineras y papeleras e intentan arrancar árboles.
Las calles más afectadas son Maldonado, San Martín,
Almirante, el Pozo y el Callejón de San Francisco.
Aparece
pintadas contra Isabel la Católica en las esculturas
erigidas en su honor
Un
día después de la celebración del V
Centenario de la muerte de Isabel la Católica, las
dos esculturas en honor a la reina que se encuentran al aire
libre han aparecido con pintadas de color rojo referentes a
la anarquía en la de la Plaza
Mayor de la Hispanidad, obra de Santiago de Santiago, y
referencias a la expulsión de los judíos, a la
inquisición en la del Centro
Cultural.
Se
da la circunstancia que en la mañana del 26 de noviembre
la escultura de Santiago de Santiago apareció tapada
con una sábana blanca tintada de rojo emulando a sangre
con una pintada que llamaba a la reina "asesina".
Inmediatamente los servicios municipales del ayuntamiento de
Medina del Campo han procedido a limpiar las dos esculturas,
aunque en la situada frente al Centro
Cultural todavía se pueden ver con claridad estos
actos vandálicos.
Algunos vecinos de la villa de las ferias preguntados por El
Día de Valladolid han asegurado que la falta de vigilancia
policial en la zona centro de Medina del Campo desde que se
trasladó la comisaría de la policía local
de la plaza
mayor a la antigua casa de los Camineros deja a la intemperie
no sólo los bienes e inmuebles de carácter público
para que los vándalos puedan realizar pintadas, sino
que dejan sin vigilancia los comercios para que los ladrones
puedan robar.
El busto de Isabel la Católica es obra del escultor riosecano
Aurelio Carretero, y se erigió con motivo del IV Centenario
de la muerte de la soberana ha sido trasladado hace pocos días
desde la esquina de la calle Bravo en la plaza mayor, hasta
el Centro Cultural ya que el pasado 17 de noviembre el escultor madrileño
Santiago de Santiago, junto con el alcalde de la villa, Crescencio
Martín Pascual, y el presidente de la Diputación,
Ramiro Ruiz Medrano inauguraron la nueva escultura del V centenario
frente a la casa del Peso.
Una
obra financiada por la institución provincial que ha
tenido un coste de 110.000 euros y que ha causado opiniones
enfrentadas entre los medinenses por la leyenda que está
debajo de la escultura en la que se alude a la "unidad
nacional" asegurando algunos vecinos de la villa que
esa frase hace referencia a tiempos pasados.
Medina
del campo cerró el viernes 26 de noviembre, día
del V Centenario los actos conmemorativos
con una misa de acción de gracias presidida por el Arzobispo
de Valladolid, Braulio Rodríguez, la recreación
del cortejo fúnebre, un concierto de órgano, así
como la presentación oficial del sello conmemorativo,
y el espectáculo pirotécnico en el castillo
de la Mota que la densa niebla impidió ver con normalidad.
Aunque los más notado del día fueron las críticas
del PSOE y algún concejal del PP por las ausencias de
representantes del gobierno regional, nacional y miembros de
la casa real en el día que se conmemoraba el V
centenario la muerte de la soberana castellana.
Iván Lozano/El Día de Valladolid
28-11-04
- La última voluntad de Isabel I
El Norte ofrece gratuitamente a sus lectores el facsímil
del testamento de la Reina Católica en 20 láminas
que se entregarán a partir de mañana
Texto e imágenes de/El Norte.
Con
motivo del 500 aniversario de la
muerte de Isabel la Católica, EL NORTE DE CASTILLA
pone a disposición de sus lectores el testamento de
la reina, un documento singular, que se encuentra depositado
en el Archivo de Simancas, y a través del cual podemos
conocer a la mujer y a la monarca que fue Isabel por las disposiciones
que dejó a su fallecimiento.
EL
TESTAMENTO |
Testamento
de Isabel la Católica
Consta
de 20 láminas, con el texto original y
su traducción al español moderno
realizada por el profesor Manuel Barrios Aguilera,
de la Universidad de Granada.
Entregas
Las
láminas se encartarán en el periódico,
gratuitamente, de lunes a miércoles, hasta
el 10 de enero del 2005.
Primera
entrega
Junto
a la introducción del testamento, los lectores
obtendrán una carpeta contenedora, así
como una segunda lámina con la presentación
realizada por el historiador Miguel Ángel
Laredo de Quesada. |
|
|
El testamento llega a los
quioscos, a partir del mañana, de lunes a miércoles,
en 20 láminas que se encartarán gratuitamente
con el periódico hasta el 10 de enero del 2005. Con
la primera entrega, EL NORTE DE CASTILLA regalará una
carpeta contenedora, cuya portada plasma el cuadro pintado
por Eduardo Rosales en 1864, y la presentación del
testamento a cargo del vallisoletano Miguel Ángel Laredo
Quesada, miembro de la Real Academia de la Historia y uno
de los principales estudiosos del reinado de Isabel I.
La
edición facsímil del testamento, que se ha realizado
con permiso del Ministerio de Cultura y del Archivo de Simancas,
se ofrece en castellano antiguo, con su versión modernizada
en el anverso de la página.
El testamento, redactado
el 12 de octubre de 1504, en Medina del Campo, cuando Isabel
I, enferma y cansada, intuía ya que se encontraba a
las puertas de la muerte, es un documento histórico
excepcional, que da cuenta de la visión política
de la reina y de su preocupación porque a su muerte
todo quedara bien atado, en el ámbito personal e institucional.
Valor
histórico
Miguel
Ángel Ladero define el testamento como un «documento
de extraordinaria importancia política»,
así como un testimonio de primera mano de la personalidad
moral de la reina, que en la introducción hace una
extensa declaración de religiosidad.
El
texto recoge las disposiciones de la Católica para
sus funerales, que ella ordena sencillos y sin fastos, en «una sepultura de losa baja, en el monasterio franciscano
de La Alhambra».
De
su calidad humana da cuenta la preocupación por pagar
todas las deudas que tuviera a su fallecimiento y así
se lo encarga a su esposo Fernando, auxiliar con limosnas
a doncellas pobres y a «cautivos en tierra islámica»,
y de continuar en el pago de rentas y dotes de sus hijas,
su nieto y, en especial, de su marido, al que lega: «la
mitad de las rentas procedentes de las Indias y diez millones
de maravedíes».
Según
Laredo Quesada, la principal finalidad del testamento es declarar
a la princesa Juana como heredera universal del reino, estableciendo
también el orden de sucesión, en el que al príncipe
Felipe solo se le alude en su condición de marido de
Juana, sin ninguna atribución.
El
testamento que EL NORTE DE CASTILLA pone a partir de mañana
a disposición de sus lectores tiene un gran valor histórico
y documental.